📝HISTORIA EN BREVE

  • Cuando las mitocondrias no logran producir suficiente ATP, se interrumpen procesos vitales como la apoptosis. Además, esta disfunción activa el inflamasoma NLRP3, lo que desencadena una respuesta inflamatoria y aumenta significativamente el riesgo de desarrollar diversas enfermedades
  • Los inhibidores de la fosforilación oxidativa (OXPHOS) provocan cambios en la estructura de las crestas mitocondriales y la retención del citocromo c, que se necesita para activar el NLRP3, pero no es suficiente para hacerlo por sí solo
  • Para activar el inflamasoma NLRP3 se necesitan dos señales, y una de ellas es por parte de las mitocondrias, lo que demuestra la complejidad de este proceso
  • Existen varios activadores de NLRP3 que pueden inhibir la apoptosis, lo que permite que las células dañadas sobrevivan y eso es lo que causa inflamación crónica e incrementa el riesgo de cáncer
  • La disfunción mitocondrial causa inflamación e incrementa el riesgo de una serie de enfermedades, lo que demuestra la importancia de comprender estos mecanismos para mantener una salud óptima

🩺Por el Dr. Mercola

La inflamación crónica y el cáncer son dos problemas de salud que afectan a millones de personas en todo el mundo. La inflamación es la respuesta natural del cuerpo a una lesión o infección, y se caracteriza por síntomas como enrojecimiento y dolor. Sin embargo, cuando se vuelve crónica, la inflamación daña los tejidos e incrementa el riesgo de una serie de enfermedades, incluyendo el cáncer.

Por su parte, el cáncer es el resultado del crecimiento y la propagación de células anormales que invaden los tejidos circundantes y forman tumores malignos. Si no se tratan, estos problemas de salud deterioran bastante la calidad de vida e incrementan las tasas de mortalidad. Las mitocondrias, que son la fuente de energía de las células, producen la energía trifosfato de adenosina (ATP), que es fundamental para que las células funcionen de forma correcta.

Cuando las mitocondrias no funcionan de forma correcta no producen suficiente ATP, lo que causa déficits de energía en todo el cuerpo. Esta situación también reduce la capacidad de las células para regular los procesos normales, lo que puede crear un entorno propicio para la inflamación crónica.

Según una investigación que se publicó en la revista Immunity,1 la disfunción mitocondrial activa el inflamasoma de la proteína 3 del receptor similar a NOD (NLRP3), que es un componente clave en la respuesta inflamatoria. Esto no solo causa inflamación crónica, sino que también crea condiciones que promueven el desarrollo del cáncer porque permite que las células cancerosas prosperen y evadan el sistema inmunológico.

La relación entre la función de las mitocondrias y el cáncer

La disfunción mitocondrial causa inflamación e incrementa el riesgo de cáncer. Los estudios demuestran que alrededor del 20 % de todos los casos de cáncer se relacionan con la inflamación crónica, lo que demuestra su impacto en este tipo de problemas de salud.2 Además, las personas con trastornos mitocondriales tienen un riesgo mayor de desarrollar enfermedades inflamatorias.3

• En los Estados Unidos, la disfunción mitocondrial afecta a millones de personas: las enfermedades inflamatorias crónicas afectan a cerca de 125 millones de adultos,4 mientras que el cáncer es la segunda causa principal de mortalidad, ya que está detrás de 608 000 muertes al año.5 Además, las investigaciones demuestran que la disfunción mitocondrial hace que las células cancerosas sean más resistentes a las terapias convencionales, lo que hace que la enfermedad se vuelva más difícil de tratar.6

• La urgencia de darle a la salud mitocondrial la importancia que merece: las estadísticas demuestran la importancia de la salud mitocondrial, y optimizarla es una gran estrategia para combatir tanto la inflamación como el cáncer.

Además de sus efectos directos, la inflamación crónica y el cáncer a causa de la disfunción mitocondrial se relacionan con muchos otros problemas de salud. La inflamación crónica también se relaciona con enfermedades cardiovasculares, diabetes y trastornos neurodegenerativos, lo que representa una amenaza aún mayor para la salud de las personas que tienen este problema.

• La disfunción mitocondrial es una de las causas principales del cáncer: el cáncer suele causar síntomas debilitantes como dolor, fatiga y pérdida de la función orgánica, lo que deteriora la calidad de vida y reduce bastante la longevidad.

Comprender la función de la disfunción mitocondrial en la inflamación y el cáncer no solo podría ayudar a mejorar los objetivos terapéuticos, sino que también demuestra la importancia de mantener una buena salud mitocondrial para prevenir una serie de problemas de salud graves.

• La disfunción mitocondrial es un factor clave en el desarrollo de enfermedades que se relacionan con el NLRP3: cuando las mitocondrias no producen suficiente ATP, se produce estrés celular.

Estas señales activan el inflamasoma NLRP3, que es un complejo de proteínas que activa la respuesta inflamatoria, 7 lo que se relaciona con una serie de problemas de salud, que incluyen la inflamación crónica y el cáncer, que es el resultado de la muerte celular y el daño en los tejidos que causa.

Un estudio demuestra que la disfunción mitocondrial tiene consecuencias graves

Un estudio reciente analizó la relación entre la función mitocondrial y la activación del inflamasoma NLRP3. La investigación tuvo como objetivo comprender el efecto de inhibir la fosforilación oxidativa (OXPHOS), que es el proceso que utilizan las mitocondrias para producir ATP, en la muerte celular y la inflamación.

El estudio utilizó varios tipos de células, incluyendo células mieloides, microglía murina primaria, macrófagos derivados de monocitos humanos, células HCT116 y HeLa, también realizó experimentos in vivo con renacuajos Xenopus laevis.8

• El inflamasoma NLRP3 daña la salud mitocondrial: el estudio utilizó una variedad de células con el fin de imitar diferentes condiciones fisiológicas. Los hallazgos revelaron que los activadores de NLRP3 reducen bastante la producción de ATP mitocondrial, lo que a su vez inhibe la apoptosis, que es el proceso de muerte celular programada.

Esto permite que las células dañadas sobrevivan más tiempo del que deberían, lo que causa inflamación e incrementa el riesgo de cáncer. El estudio demostró que cuando se inhibe la OXPHOS, las crestas mitocondriales (los pliegues internos de las mitocondrias) experimentan cambios estructurales que atrapan el citocromo c, la cual es una molécula que se requiere para la apoptosis.9

• Otros factores que inhiben la apoptosis: la investigación también demostró que hay otros activadores de NLRP3, como la nigericina, el imiquimod y el ATP extracelular, que inhiben la apoptosis, pero no a través del inflamasoma, sino por sus efectos negativos en la función de las mitocondrias. Estos compuestos cierran las uniones de las crestas, lo que impide que se libere el citocromo c al citoplasma, que es un paso necesario para que se produzca la apoptosis.

• El impacto de las infecciones virales en la función de las mitocondrias y la apoptosis: también se observó que infecciones como el SARS-CoV-2 podrían inhibir la apoptosis porque evitan la segmentación de la caspasa-3, que es una enzima muy importante para este proceso. Cuando esto sucede, no solo dificulta la eliminación de células infectadas, sino que también promueve la activación del inflamasoma NLRP3, lo que causa una respuesta inflamatoria.10

La disfunción mitocondrial es la causa principal de casi todas las enfermedades crónicas

En términos biológicos, el mecanismo principal detrás de las enfermedades crónicas suele relacionarse con los problemas en la producción de ATP mitocondrial a causa de los activadores de NLRP3. Cuando se bloquea la OXPHOS, las mitocondrias no pueden producir suficiente ATP, lo que altera la estructura de sus crestas y el citocromo c que se encuentra en su interior. Este proceso inhibe la apoptosis, lo que permite que las células dañadas sobrevivan y se multipliquen sin control.

• El proceso de señalización y activación de NLRP3: cuando se reduce la producción de ATP se manda una señal que promueve la activación del NLRP3. No obstante, se necesita una segunda señal para activar por completo este complejo, lo que demuestra la complejidad de este proceso.11

El estudio también comparó los efectos de diferentes activadores de NLRP3 e inhibidores de OXPHOS, y demostró que, si bien todos estos agentes inhiben la apoptosis, solo algunos podrían activar el NLRP3 sin requerir de una señal adicional.

• Una forma de optimizar los procesos mitocondriales para promover la curación: esta comparación demuestra la relación estrecha que existe entre la función de las mitocondrias y la activación del inflamasoma, lo que sugiere que optimizar los procesos mitocondriales podría ser una gran estrategia para controlar la inflamación y reducir el riesgo de cáncer.12

Esta investigación proporciona evidencia convincente de que la disfunción mitocondrial que se produce cuando se inhibe la OXPHOS, influye mucho en la supresión de la apoptosis y la activación del inflamasoma NLRP3.

Esta doble acción no sólo promueve un entorno proinflamatorio, sino que también permite que sobrevivan las células malignas, lo que relaciona a la disfunción mitocondrial con la inflamación y el cáncer.13 Como se menciona en el blog de Georgi Dinkov, el estudio demuestra que la disfunción mitocondrial es un factor clave tanto en el cáncer como en la inflamación:14

"Este es otro estudio que demuestra la relación estrecha que existe entre el metabolismo y los problemas 'estructurales', como la integridad celular y el ciclo de vida (por ejemplo, la apoptosis), así como los misteriosos procesos de inflamación sistémica que suelen ocurrir sin ninguna causa que la medicina pueda identificar.
Ambos procesos son característicos del cáncer: es decir, la falta de apoptosis en las células "cancerosas" a pesar de su genoma dañado y la disfunción metabólica, así como los niveles elevados de inflamación que hacen que las células cercanas se vuelvan cancerosas, a través de las citoquinas que se producen y se liberan en la sangre.
En otras palabras, todo lo que se necesita para que se produzca una inflamación sistémica e incluso se desarrolle cáncer (es decir, la falta de apoptosis en las células dañadas) es que las mitocondrias dejen de funcionar de forma correcta, lo que reduce bastante los niveles de ATP.
Por lo tanto, el estrés crónico, una alimentación que promueve la inflamación (es decir, con alto contenido de PUFA), los disruptores endocrinos y la vida "moderna" que se caracteriza por rutinas agotadoras son algunas de las causas directas de todos los problemas de salud que azotan a la humanidad, ya que lo único que todos esos procesos patológicos tienen en común son sus efectos dañinos en las mitocondrias/OXPHOS.
Mientras que restaurar o mejorar la función mitocondrial podría ser suficiente para mejorar o curar casi todas las enfermedades crónicas que existen".

Estrategias para combatir la disfunción mitocondrial y la inflamación

Sus mitocondrias son la fuente de energía de sus células; por lo tanto, cuando no funcionan de forma correcta, se produce inflamación y las células dañadas se multiplican en lugar de morir de forma natural. Aquí algunas estrategias para optimizar la función de las mitocondrias y restaurar la energía celular:

1. Eliminar los alimentos procesados y los aceites vegetales: las alimentaciones modernas se basan en alimentos procesados y aceites vegetales con alto contenido de ácido linoleico (AL) que causan un desequilibrio en el microbioma intestinal y promueven el crecimiento de bacterias dañinas.

El AL es un veneno para sus mitocondrias, ya que altera la producción de energía de las células y deteriora la salud del intestino. Además de los alimentos procesados, también evite los frutos secos y las semillas para reducir su consumo de AL. También le recomiendo que evite comer fuera de casa, ya que la mayoría de los restaurantes utilizan aceites vegetales para preparar sus platillos.

Igualmente, limite su consumo de pollo y cerdo, ya que contienen niveles elevados de AL. Sustituya los alimentos procesados con alimentos enteros y naturales e incluya grasas saludables como sebo, ghee y mantequilla de animales alimentados con pastura. Como regla general, mantenga su consumo total de AL por debajo de 5 gramos. Lo ideal sería menos de 2 gramos. Para determinar su consumo de AL, registre sus comidas todos los días en un rastreador de nutrición en línea.

2. Optimizar su consumo de carbohidratos: los carbohidratos son fundamentales para que las mitocondrias funcionen de forma correcta, ya que la glucosa es el combustible preferido para la producción de energía a nivel celular. Adapte su consumo de carbohidratos para optimizar su energía celular, la dosis ideal para la mayoría de los adultos es de 250 gramos de carbohidratos específicos todos los días. Sin embargo, a las personas más activas se les recomienda que consuman más.

Incorpore poco a poco los carbohidratos para permitir que su intestino tenga tiempo de adaptarse, lo que minimizará los problemas digestivos y los niveles de endotoxinas. Primero, consuma arroz blanco y frutas enteras para nutrir las bacterias beneficiosas antes de considerar los vegetales, granos enteros y almidones. Es importante evitar una alimentación rica en fibra si su microbioma intestinal está comprometido, ya que el exceso de fibra aumentará los niveles de endotoxinas.

Si su salud intestinal está muy comprometida, debe enfocarse en carbohidratos de fácil digestión, como agua con dextrosa, durante la primera o segunda semana. Bébala poco a poco durante el día para curar su intestino de forma gradual.

3. Reducir la exposición a toxinas ambientales: exponerse a sustancias químicas sintéticas que alteran el sistema endocrino (EDC), estrógeno y campos electromagnéticos (EMF, por sus siglas en inglés) deterioran aún más la capacidad de las células para generar energía de forma efectiva. Esta falta de energía hace que sea difícil mantener el entorno libre de oxígeno que se requiere para que prosperen estas bacterias beneficiosas, como la Akkermansia, lo que empeora el problema.

Además, la falta de energía de las células crea un entorno en el intestino que favorece a las bacterias productoras de endotoxinas, lo que daña las mitocondrias y crea un círculo vicioso que perjudica la salud. Cuando aborda el exceso de AL, estrógenos (los xenoestrógenos presentes en artículos de uso cotidiano como el plástico), EDC y EMF, restaura la energía de sus células y retoma el camino hacia la función y la salud óptima de las mitocondrias.

4. Exponerse de forma segura al sol y optimizar los niveles de NAD+: tome niacinamida (50 miligramos tres veces al día) para estimular la producción de NAD+, lo que ayuda a sus mitocondrias a producir más energía. El NAD+ promueve la muerte celular y mejora la capacidad del sistema inmunológico para identificar y eliminar las células dañadas.

Exponerse todos los días al sol también es importante, ya que promueve la producción de energía celular al estimular la melatonina mitocondrial, lo que proporciona una poderosa protección antioxidante. Debe hacerlo de forma gradual, comience por las mañanas mientras incrementa poco a poco su tolerancia. Es importante evitar la exposición directa al sol durante las horas de luz más intensas (de 10 a. m. a 4 p. m. en la mayoría de las regiones de Estados Unidos) hasta que elimine los aceites vegetales de su alimentación durante al menos seis meses para reducir el riesgo de quemaduras solares que se relacionan con el ácido linoleico.

Preguntas frecuentes sobre la disfunción mitocondrial y la inflamación

P: ¿Cuál es la relación entre la disfunción mitocondrial y la inflamación crónica?

R: Cuando las mitocondrias no producen suficiente ATP, el cuerpo interpreta este déficit de energía como estrés celular. Este estrés activa el inflamasoma NLRP3, un complejo proteico que causa inflamación. Con el tiempo, la inflamación crónica daña los tejidos e incrementa el riesgo de enfermedades graves como el cáncer.

P: ¿Cómo contribuye la disfunción mitocondrial al desarrollo del cáncer?

R: La disfunción mitocondrial inhibe la apoptosis (muerte celular programada). Cuando esto sucede, las células anormales sobreviven más tiempo del que deberían, lo que promueve el crecimiento tumoral. Además, la inflamación crónica a causa de la disfunción mitocondrial crea un entorno que favorece la progresión del cáncer.

P: ¿Por qué el ácido linoleico es tan dañino para la salud mitocondrial?

R: El AL que se encuentra en la mayoría de los aceites vegetales y en muchos alimentos procesados se considera un veneno mitocondrial porque reduce la producción de energía celular. Consumir grandes cantidades de AL produce disbiosis intestinal (un desequilibrio de las bacterias intestinales) e inflamación, lo que debilita aún más la función de las mitocondrias y la salud.

P: ¿Puedo restaurar mi función mitocondrial si consumo más carbohidratos?

R: Sí. Las mitocondrias necesitan glucosa para producir energía (a través de la fosforilación oxidativa). Consumir carbohidratos específicos que sean fáciles de digerir (como arroz blanco o frutas enteras), promoverá la producción de energía celular y ayudará a mantener el equilibrio en el microbioma. Este enfoque se vuelve aún más importante si tiene un desequilibrio en su microbioma intestinal.

P: ¿Qué estrategias de estilo de vida pueden mejorar la función de las mitocondrias?

R: Algunas estrategias clave incluyen eliminar los alimentos procesados (sobre todo los que contienen niveles elevados de aceites vegetales), consumir más carbohidratos específicos, reducir la exposición a toxinas como disruptores endocrinos y campos electromagnéticos, exponerse de forma segura al sol y optimizar los niveles de NAD+ (lo que puede hacer con ayuda de suplementos de niacinamida de alta calidad). Estas estrategias ayudan a combatir la inflamación, promover la muerte celular y reducir el riesgo de las enfermedades crónicas que se relacionan con la disfunción mitocondrial.