📝HISTORIA EN BREVE
- Los niveles de vitamina D en el primer trimestre influyen en el tamaño del bebé y el riesgo de parto prematuro, y cada aumento de 10 nmol/L en los niveles de vitamina D de la madre corresponde a aumentos mensurables en la longitud del feto
- Las mujeres embarazadas con deficiencia grave de vitamina D (menos de 10 ng/mL) enfrentan un riesgo casi ocho veces mayor de parto prematuro y un riesgo más de cuatro veces mayor de retrasos en el desarrollo de sus hijos
- La vitamina D ayuda a que se produzcan sustancias antimicrobianas naturales que brindan protección contra infecciones que podrían provocar un parto prematuro
- La vitamina D interviene en el desarrollo de los vasos sanguíneos de la placenta y ayuda a controlar la inflamación durante el embarazo, lo que impacta el desarrollo del cerebro del feto y la salud general
- Exponerse al sol de forma estratégica es la forma óptima de aumentar los niveles de vitamina D, pero se debe tener cuidado con el momento y la duración, sobre todo para quienes consumen aceites de semillas, que aumentan la sensibilidad a los rayos UV
🩺Por el Dr. Mercola
Una investigación reveló que el 62 % de las mujeres embarazadas que se examinaron durante el primer trimestre tenían deficiencia de vitamina D.1 Esta estadística tan preocupante destaca un importante problema de salud pública, en especial si consideramos que un nivel inadecuado de vitamina D en la futura madre se asocia con resultados adversos del embarazo, tanto para ella como para su bebé en desarrollo.
De hecho, las consecuencias de la falta de vitamina D durante el embarazo son significativas y varían desde afecciones como la preeclampsia y la diabetes gestacional hasta un riesgo mayor de parto prematuro. De hecho, la vitamina D es necesaria para que las células inmunológicas funcionen bien y es importante durante la implantación y la formación de la placenta, los cuáles son pasos fundamentales de un embarazo saludable.
Asimismo, la vitamina D promueve la producción de factores de crecimiento esenciales para la vascularización temprana de la placenta, la misma red que nutre al feto en crecimiento. También es esencial para el desarrollo esquelético del bebé y para que tenga un peso saludable al nacer. Si espera o planea tener un embarazo, comprender la importancia de la vitamina D y cómo optimizar sus niveles mediante una exposición segura al sol será de gran ayuda para que su bebé tenga un comienzo de vida saludable.
El nivel de vitamina D en el primer trimestre se relaciona con la altura del bebé y el parto prematuro
Un estudio de 2025 que se publicó en The American Journal of Clinical Nutrition exploró la relación entre los niveles de vitamina D de una madre durante el embarazo y el crecimiento de su bebé. Los investigadores quisieron descubrir si el estado de vitamina D en el primer y segundo trimestre del embarazo afecta los patrones de crecimiento del feto y diversos resultados del nacimiento.
Para ello, monitorearon a un grupo de mujeres embarazadas, y midieron sus niveles de vitamina D en diferentes momentos de sus embarazos y luego rastreando el crecimiento y la salud de sus recién nacidos. El descubrimiento más importante fue que el estado de vitamina D de la madre durante el primer trimestre del embarazo tiene una asociación positiva con la altura de su bebé. Cada aumento de 10 nmol/L en la vitamina D materna en ese momento coincidió con un aumento de 0.05 en la puntuación z de la longitud del feto: que es una ganancia modesta pero significativa.
Además, un nivel bajo de vitamina D en el primer trimestre, en específico, niveles inferiores a 16 ng/mL (40 nmol/L), se asoció con un riesgo mayor de parto prematuro. El parto es prematuro cuando el bebé nace muy pronto, antes de las 37 semanas de gestación, lo que a menudo ocasiona numerosos problemas de salud para el recién nacido.
El nivel de vitamina D en el segundo trimestre no pareció tener un impacto significativo en los patrones de crecimiento fetal ni en los resultados del embarazo en este estudio, lo que destaca lo importante que es el estado de vitamina D durante las primeras etapas.
¿Por qué la vitamina D del primer trimestre puede influir tanto en la longitud del bebé? Los investigadores proponen que la vitamina D apoya el desarrollo de los vasos sanguíneos en la placenta, de forma particular al comienzo del embarazo.
Dado que favorece la formación de los vasos sanguíneos de la placenta en el primer trimestre, la vitamina D podría preparar el escenario para un crecimiento saludable del feto, en especial el crecimiento lineal, que es tan rápido durante este período. Este impulso temprano en el desarrollo vascular en la placenta podría ser la razón por la que los niveles de vitamina D durante el primer trimestre parecen tener este impacto específico en la longitud del bebé al nacer.
La deficiencia de vitamina D al comienzo del embarazo se relaciona con partos prematuros y retrasos en el desarrollo
Un estudio de 2023 que se publicó en Heliyon también exploró los riesgos asociados con la deficiencia de vitamina D durante el embarazo, sobre todo cuando la deficiencia es grave.2 Los investigadores examinaron datos de una cohorte de 1 079 mujeres embarazadas, analizaron los niveles de vitamina D medidos en el primer trimestre y luego hicieron un seguimiento a diversos resultados de salud tanto de la madre como del niño.
Una parte significativa de las mujeres, cerca del 26.7 %, tuvo un nivel muy bajo en su primer trimestre: menos de 10 ng/mL (25 nmol/L).3 Las mujeres con estos niveles tan bajos de vitamina D tuvieron una probabilidad mucho mayor de sufrir un parto prematuro. De hecho, la razón de probabilidades ajustada indicó un riesgo 7.78 veces mayor de parto prematuro en este grupo con deficiencia grave.
De acuerdo con el estudio, esto significa que una deficiencia grave de vitamina D al comienzo del embarazo está asociada con una mayor probabilidad de tener al bebé antes de tiempo.
Más allá del parto prematuro, este estudio también descubrió un vínculo entre la deficiencia grave de vitamina D y retrasos en el desarrollo de los niños. La razón de probabilidades ajustada aquí fue de 4.28, lo que indica que los niños de este grupo tuvieron una probabilidad cuatro veces mayor de experimentar retrasos en el logro de los hitos del desarrollo en comparación con los niños de madres con niveles de vitamina D de 10 ng/mL o más.
El rol de la vitamina D en la regulación inmunológica y los procesos antiinflamatorios puede ser un factor esencial en estos hallazgos. Se sabe que la vitamina D ayuda a regular el sistema inmunológico, pues reduce los agentes proinflamatorios en el cuerpo. Durante el embarazo, mantener un ambiente inflamatorio equilibrado es muy importante, sobre todo en el útero.
La deficiencia grave de vitamina D altera este equilibrio, lo que contribuye a la inflamación intrauterina crónica que se ha vinculado con el parto prematuro tardío, que es el tipo de parto prematuro que más se asocia con la deficiencia de vitamina D en este estudio.
La inflamación, sobre todo al comienzo del embarazo, también perjudica el desarrollo del cerebro del feto, lo que podría contribuir a los retrasos que se observaron en el desarrollo de los niños. Por lo tanto, garantizar que sus niveles de vitamina D sean óptimos parece ser importante tanto para reducir el riesgo de parto prematuro como para favorecer un desarrollo neurológico saludable en la descendencia.
Un metaanálisis confirma que la deficiencia de vitamina D aumenta el riesgo de parto prematuro
La relación entre la vitamina D y el parto prematuro se conoce desde hace algún tiempo. Un metaanálisis de 2016 que se publicó en la revista Nutrients examinó de forma sistemática un conjunto significativo de trabajos, pues reunió datos de 10 estudios observacionales que involucraron colectivamente a más de 10 098 mujeres embarazadas.4
Lo que reveló este análisis a gran escala es bastante convincente: las mujeres embarazadas con deficiencia de vitamina D enfrentan un riesgo mucho mayor de parto prematuro. Los investigadores definieron la deficiencia de vitamina D como niveles inferiores a 20 ng/mL (50 nmol/L), un umbral que suele utilizarse para la deficiencia en la medicina convencional, pero que está muy por debajo de los 60 a 80 ng/mL de vitamina D necesaria para una salud óptima.
El metaanálisis reveló que las mujeres embarazadas con deficiencia de vitamina D tienen una probabilidad 29 % más elevada de experimentar un parto prematuro en comparación con aquellas que tienen niveles suficientes de vitamina D. Se trata de un aumento notable del riesgo, en especial si se consideran las graves consecuencias que pueden sufrir los recién nacidos de parto prematuro.
La consistencia de este hallazgo en múltiples estudios fortalece la base de la evidencia, lo que indica que no se trata de un suceso casual, sino de una asociación real y significativa.
Se sabe que la vitamina D orquesta tanto la respuesta inmunitaria adquirida como la innata, en especial durante la importante interfaz entre usted y su bebé en desarrollo: la interfaz materno-fetal. Piense en la vitamina D como un director de la sinfonía inmunológica en su placenta, que se asegura de que todos los actores del sistema inmunológico trabajen en armonía para proteger el embarazo.
Además, se sabe que la vitamina D aumenta la capacidad del cuerpo para combatir las bacterias al activar la producción de sustancias antimicrobianas, como la catelicidina. Estas sustancias actúan como antibióticos naturales, lo que ayuda a prevenir infecciones que de otro modo podrían provocar un parto prematuro.
El riesgo de parto prematuro disminuye a medida que los niveles de vitamina D aumentan
Un artículo en la revista Obstetrics & Gynecology también proporciona información sobre la relación entre los niveles de vitamina D de la madre y el riesgo de parto prematuro.5
Los investigadores analizaron datos de más de 12861 mujeres elegibles que se sometieron a una prueba prenatal de aneuploidía para detectar anomalías cromosómicas en el feto. De este grupo, seleccionaron una subcohorte aleatoria de 2327 mujeres e incluyeron todos los casos de parto prematuro que ocurrieron dentro del grupo elegible más grande, lo que dio como resultado 1126 casos de parto prematuro para un análisis detallado.
Cuando examinaron la incidencia general de parto prematuro en diferentes niveles de vitamina D, surgió un patrón claro: la incidencia de parto prematuro fue muy diferente en las categorías de vitamina D.
Observaron tasas de nacimientos prematuros de 11.3 %, 8.6 % y 7.3 % entre madres con niveles de vitamina D de menos de 20 ng/mL, entre 20 ng/mL y 30 ng/mL (74.9 nmol/L) y más de 30 ng/mL, respectivamente. Esta tendencia fue significativa, lo que indica una asociación real entre niveles más altos de vitamina D y tasas más bajas de parto prematuro.
Después de ajustar varios factores que podrían influir en el riesgo de parto prematuro, como la raza y la etnia de la madre, el índice de masa corporal (IMC) previo al embarazo, el estado de tabaquismo y otros factores de confusión, el riesgo de parto prematuro disminuyó a medida que aumentaron los niveles de vitamina D. Esta disminución continuó hasta cierto punto, cerca de 36 ng/mL (90 nmol/L), después del cual el efecto protector pareció estabilizarse.
En comparación con las madres con niveles más elevados de vitamina D, las madres con niveles inferiores a 20 ng/mL tuvieron un riesgo 1.8 veces mayor de parto prematuro. Incluso las madres con niveles de vitamina D en el rango de 20 ng/mL a 30 ng/mL enfrentaron un riesgo 1.4 veces mayor en comparación con las que tuvieron niveles más altos.
Este patrón se mantuvo válido no solo para el riesgo general de parto prematuro, sino también cuando los investigadores analizaron los subtipos, como los partos prematuros espontáneos (aquellos que ocurren por sí solos) y los partos prematuros por indicación médica (aquellos inducidos por razones médicas), así como los partos que ocurren incluso antes de las 34 semanas de gestación.
Cómo optimizar sus niveles de vitamina D durante el embarazo
Dada la fuerte evidencia que resalta la importancia de la vitamina D para un embarazo saludable y para reducir el riesgo de parto prematuro, es importante tomar medidas proactivas para asegurarse de que sus niveles sean óptimos. Si bien tomar suplementos es una opción, la forma más efectiva y natural de aumentar sus niveles de vitamina D es exponerse a la luz solar. Resulta curioso que muchos de los beneficios que le atribuimos a la vitamina D en sí provienen de la exposición saludable al sol, que conduce a niveles más elevados de vitamina D.
Piense en su estado de vitamina D como un indicador de que está recibiendo la cantidad adecuada de exposición al sol. Sin embargo, debo advertirle que debe tener cuidado con la exposición al sol durante las horas de mayor intensidad si consume aceites de semillas. Estos aceites, que por desgracia abundan en los alimentos procesados y la comida rápida, están repletos de ácido linoleico (AL). Cuando el AL acumulado en la piel interactúa con los rayos ultravioleta (UV) del sol, provoca inflamación y daño al ADN.
Si consume estos aceites de forma regular, como la mayoría de las personas de Estados Unidos, debe tener mucho cuidado con su forma de abordar la exposición al sol. Pero no se preocupe, todavía puede disfrutar del sol con seguridad; solo que requerirá hacerlo de manera estratégica. Estos son algunos pasos que puede seguir para lograr ese fin y optimizar sus niveles de vitamina D durante el embarazo:
1. Reduzca su consumo de aceites de semillas: comience por eliminar los alimentos procesados hechos con aceite de soya, maíz, canola o cualquier otro aceite “vegetal”. Piense en los bocadillos, la comida rápida, la mayoría de las comidas de restaurantes y muchos aderezos que se adquieren en las tiendas. Opte por grasas más saludables como sebo, mantequilla de animales alimentados con pastura y ghee.
2. Aproveche la luz solar de forma estratégica: es mejor evitar la luz solar directa durante las horas de mayor intensidad (de 10 a. m. a 4 p. m.) hasta que haya reducido su consumo de aceites de semillas durante seis meses. Esto le da tiempo a su cuerpo para eliminar parte del AL acumulado. Dado que la grasa corporal almacena AL, las personas con mayor porcentaje de grasa corporal deben ser más cautelosas, ya que esos aceites podrían prolongar el periodo de riesgo incluso después de hacer cambios en la alimentación.
3. Haga una prueba de quemaduras solares: para evaluar si puede exponerse al sol de forma segura, realice una simple "prueba de quemaduras solares". Preste mucha atención a su piel mientras esté al sol. El objetivo es permanecer justo debajo del punto donde su piel comience a ponerse rosada. Cualquier enrojecimiento es una señal para alejarse del sol directo, así que evite quemarse: eso es una señal de daño, no de beneficio.
La piel de cada persona es diferente, y factores como el tono de piel y la composición corporal influyen en la exposición adecuada para usted. Si tiene la piel más oscura, necesitará pasar más tiempo al sol para producir la misma cantidad de vitamina D que alguien con piel más clara.
4. Considere usar protección adicional si es necesario: si necesita estar al sol durante las horas de mayor intensidad, sobre todo en los primeros seis meses después de reducir los aceites de semillas, hay algunas estrategias que le ayudarán a protegerse del daño. Los suplementos de astaxantina son eficaces para aumentar la resistencia natural de la piel a los rayos UV desde adentro hacia afuera.
Aplicar una crema tópica de niacinamida antes de exponerse al sol es otra medida inteligente, ya que protege las células de la piel del daño al ADN inducido por los rayos UV. Incluso una aspirina para bebés antes de la exposición al sol ayuda a evitar que el AL se convierta en metabolitos oxidados cuando interactúa con la luz solar.
5. Complemente su alimentación cuando la luz solar no sea suficiente: dependiendo de dónde viva o de la estación, exponerse al sol de forma regular puede ser todo un desafío. En esos casos, suele ser necesario tomar suplementos de vitamina D3, en especial durante el embarazo. Su objetivo es alcanzar y mantener niveles óptimos de vitamina D, de preferencia entre 60 y 80 ng/mL (150 a 200 nmol/L).
La mejor manera de saber si se encuentra en este rango es analizar sus niveles de vitamina D. Mi recomendación es que se haga este análisis dos veces al año. De acuerdo con sus resultados, ajuste su exposición al sol o su dosis de suplemento. El control regular es fundamental para mantener su nivel de vitamina D en un punto óptimo y favorecer un embarazo saludable.
Preguntas frecuentes sobre la vitamina D y el embarazo
Q: ¿Por qué es tan importante la vitamina D durante el embarazo?
A: La vitamina D no solo afecta la salud de los huesos, sino que también interviene en muchos procesos involucrados en un embarazo saludable. Es esencial que su sistema inmunológico funcione de manera correcta, lo cual es importante para la implantación y la formación de la placenta al comienzo del embarazo.
La vitamina D también ayuda a producir factores de crecimiento que construyen los vasos sanguíneos de la placenta, lo que garantiza que su bebé reciba los nutrientes necesarios para crecer. Además, favorece el desarrollo óseo del bebé y un peso saludable al nacer.
Q: ¿Cómo afecta la deficiencia de vitamina D al crecimiento de mi bebé?
A: Las investigaciones demuestran que los niveles de vitamina D en el primer trimestre son muy importantes para la altura del bebé al nacer. 6 Si tiene suficiente vitamina D al principio del embarazo, es más probable que su bebé sea más alto al nacer. Resulta curioso que la vitamina D del primer trimestre parece afectar sobre todo la longitud del bebé, no el peso o el tamaño de la cabeza.
Q: ¿Cuál es el vínculo entre la deficiencia de vitamina D y el parto prematuro?
A: Múltiples estudios y un gran metaanálisis confirman que la deficiencia de vitamina D aumenta el riesgo de parto prematuro. 7 La deficiencia grave de vitamina D se relaciona con un riesgo mucho mayor de tener un parto prematuro. La vitamina D ayuda a regular el sistema inmunológico y a reducir la inflamación, lo que brinda protección contra infecciones y enfermedades que provocan partos prematuros.
Q: ¿Qué nivel de vitamina D debo alcanzar durante el embarazo?
A: Procure mantener niveles de 60 a 80 ng/mL de vitamina D. Es una buena idea analizar sus niveles, de preferencia dos veces al año, para hacer los ajustes necesarios.
Q: ¿Cómo puedo optimizar mi nivel de vitamina D?
A: La luz del sol es la forma más natural y efectiva de aumentar su nivel de vitamina D. Intente exponerse al sol todos los días. Sin embargo, debe tener cuidado con el consumo de aceites de semillas, que son comunes en los alimentos procesados, ya que hacen que su piel sea más susceptible al daño solar. Considere reducir estos aceites en su alimentación durante seis meses antes de pasar tiempo al sol durante las horas de mayor intensidad.
Si es necesario, use medidas de protección como astaxantina, niacinamida tópica o aspirina infantil si se expone al sol desde las 10 a. m. hasta las 4 p. m. antes de que su cuerpo haya eliminado los aceites de semillas almacenados. Cuando la luz solar no es suficiente, los suplementos de vitamina D son de gran ayuda, en especial durante el embarazo.