📝HISTORIA EN BREVE
- Los probióticos pueden influir en la función del cerebro a través del eje intestino-cerebro, y brindan beneficios para combatir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, ya que mejoran la salud intestinal y reducen la inflamación
- Los estudios sugieren un vínculo entre la salud intestinal y la función cognitiva, lo que indica que mejorar el microbioma intestinal mejora la salud mental y puede reducir la inflamación asociada con la neurodegeneración
- Las investigaciones indican que los probióticos podrían intervenir en el control del Alzheimer y el Parkinson, pues son una opción de tratamiento no invasivo que ayuda a retardar o revertir el deterioro cognitivo
- En términos biológicos, la acción de los probióticos involucra varias vías interconectadas. Los probióticos restablecen un equilibrio saludable de bacterias intestinales, y así reducen la producción de sustancias nocivas como los lipopolisacáridos (LPS) que causan inflamación en el cerebro
- Se necesitan más estudios para confirmar los beneficios a largo plazo de los probióticos en el control de enfermedades neurodegenerativas, lo que enfatiza la importancia de continuar la investigación al respecto
🩺Por el Dr. Mercola
Las enfermedades neurodegenerativas (EN) son trastornos que se caracterizan por la pérdida progresiva de la estructura o la función de las neuronas, lo que conduce a su muerte. Este deterioro altera funciones cerebrales esenciales y produce síntomas que perjudican la vida diaria y la calidad de vida en general.
Las enfermedades neurodegenerativas comunes incluyen la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). 1 Las personas con estas afecciones a menudo experimentan pérdida de memoria, deterioro del movimiento y dificultades con el habla y la coordinación. A medida que la enfermedad progresa, los pacientes pueden enfrentar desafíos cognitivos y físicos graves, lo que requiere un gran cuidado y apoyo.
En la actualidad, las enfermedades neurodegenerativas afectan a millones de personas en todo el mundo, y el Alzheimer por sí solo es responsable de casi el 60 % al 70 % de los casos de demencia.2 Por otra parte, se espera que la prevalencia de la enfermedad de Parkinson se duplique para el 2040, lo que destaca una preocupación cada vez mayor en materia de salud pública.3 Además, la ELA afecta a casi 2 de cada 100 000 personas en Europa y Estados Unidos, y aún no se descubre una cura.4
Factores de riesgo relacionados con las enfermedades neurodegenerativas
Comprender las causas subyacentes de las enfermedades neurodegenerativas es complejo, ya que a menudo implican varios factores en conjunto. Por ejemplo, las mutaciones genéticas pueden predisponer a las personas a enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. De acuerdo con una revisión publicada en la revista NPJ Parkinson's Disease, los factores genéticos están relacionados con el 56 % al 79 % del riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.5
• Toxinas ambientales: la exposición a metales pesados y pesticidas puede contribuir al daño neuronal. De acuerdo con el estudio mencionado:
"Varios estudios han sugerido que el plomo (Pb), el arsénico (As) y el metilmercurio (MeHg) también son neurotoxinas y pueden alterar la función del cerebro, causar disfunción cognitiva y aumentar el riesgo de EA y EP al alterar el empalme del ARNm, el sistema ubiquitina-proteasoma, la cadena de transporte de electrones y el estrés oxidativo".6
• Factores del estilo de vida: la mala alimentación, la falta de ejercicio y el estrés crónico exacerban las enfermedades neurodegenerativas porque afectan la salud y el funcionamiento general del cerebro. La progresión desde estas causas subyacentes hasta las enfermedades neurodegenerativas en toda su extensión implica una cascada de eventos biológicos. Las neuronas, que son las células de comunicación del cerebro, comienzan a perder su estructura y su función debido a factores como el estrés oxidativo y la inflamación.
Este deterioro altera la capacidad del cerebro para procesar información, lo que genera síntomas como pérdida de memoria y deterioro de las habilidades motoras. Con el tiempo, el efecto acumulativo de estas perturbaciones produce el declive característico que se relaciona con las enfermedades neurodegenerativas.
• Diagnosticar las enfermedades neurodegenerativas puede ser un desafío: a menudo, los síntomas se superponen con los de otras afecciones, lo que dificulta identificar la enfermedad exacta. Por ejemplo, la pérdida de memoria podría atribuirse al envejecimiento normal, al estrés u otros problemas médicos, lo que podría hacer que el diagnóstico sea equivocado. Además, la falta de biomarcadores definitivos para muchas enfermedades neurodegenerativas significa que el diagnóstico a menudo se basa en evaluaciones clínicas y en la historia del paciente, que pueden ser subjetivos y variar entre médicos.
• Las limitaciones en las herramientas de diagnóstico complican el proceso: las técnicas de diagnóstico por imágenes como la resonancia magnética y la tomografía computarizada muestran cambios en el cerebro, pero estos no siempre son específicos de las enfermedades neurodegenerativas. Los análisis de sangre y las pruebas genéticas pueden ofrecer pistas, pero no son concluyentes.
Como resultado, los pacientes pueden emprender un largo proceso de diagnóstico y experimentar incertidumbre y ansiedad mientras buscan respuestas. Esto resalta la necesidad de métodos de diagnóstico más precisos y fiables para mejorar la detección temprana y los resultados del tratamiento.
Más allá de los síntomas inmediatos, las enfermedades neurodegenerativas suponen una gran carga emocional y financiera para los pacientes y sus familias. La naturaleza progresiva de estos trastornos a menudo resulta en la pérdida de independencia, mayores costos de atención médica y estrés emocional. Abordar estos retos multifacéticos es esencial para mejorar los resultados de los pacientes y mejorar la calidad de vida de los afectados.
Una investigación innovadora demuestra el rol de los probióticos en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer
Un estudio reciente que se publicó en la revista Nutrients7 investigó el impacto de los probióticos en personas diagnosticadas con enfermedad de Alzheimer. La investigación, realizada por investigadores de Taiwan, tuvo como objetivo determinar si introducir bacterias beneficiosas específicas podría influir en la función cognitiva y reducir los marcadores de enfermedades.
• Investigación de los efectos de los probióticos: en el estudio, se analizó a 60 participantes de edad avanzada a quienes se les diagnosticó la enfermedad de Alzheimer. Se asignaron a un grupo bajo tratamiento probiótico o a un grupo que recibió un placebo durante un período de 12 semanas.
El grupo que recibió probióticos consumió un producto lácteo que contenía cepas como Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus casei, Bifidobacterium bifidum y Lactobacillus fermentum. El objetivo principal fue evaluar cualquier cambio en la función cognitiva y los marcadores de la enfermedad de Alzheimer como resultado de la intervención con probióticos.
• Los probióticos mejoran la función cognitiva: se observaron mejoras significativas en el grupo que recibió probióticos en comparación con el del placebo. El grupo probiótico demostró un aumento considerable en sus puntuaciones en el Mini-Examen del Estado Mental (MMSE), lo que indica una mejor función cognitiva. Por el contrario, aquellos que tomaron el placebo experimentaron unas puntuaciones más bajas en el MMSE durante el mismo período.
• Efectos positivos de los probióticos contra la inflamación: el grupo de probióticos demostró una reducción en los marcadores de inflamación, que a menudo están elevados en los pacientes con Alzheimer. "Si tomamos en cuenta estos hallazgos, ciertos probióticos demuestran capacidades antioxidantes sólidas y efectivas", informan los autores del estudio.8
Los probióticos reducen la inflamación y el estrés oxidativo
Se cree que el mecanismo detrás de estas mejoras involucra el eje intestino-cerebro, que es una red de comunicación entre el tracto gastrointestinal y el cerebro.
• Los probióticos equilibran la salud intestinal: los probióticos ayudan a mantener un equilibrio saludable de la microbiota intestinal, lo que a su vez influye en la función del cerebro. Al promover un microbioma diverso y equilibrado, los probióticos pueden reducir la inflamación sistémica y el estrés oxidativo, ambos implicados en la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Para obtener más información sobre cómo la salud intestinal afecta su salud mental, lea "¡No pierda la esperanza! El alivio de la ansiedad y la depresión podría estar más cerca de lo que cree".
• Beneficios de los AGCC: los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) son metabolitos que producen bacterias beneficiosas en el intestino. Se ha demostrado que los AGCC favorecen la salud del cerebro pues le brindan energía a las neuronas y reducen la inflamación. La mayor abundancia de especies de Lactobacillus en el grupo de probióticos quizás contribuyó a niveles más elevados de AGCC, lo cual fomentó un entorno propicio para la estabilidad y la mejora cognitiva.
• Los beneficios se observan en un período corto de tiempo: se observaron mejoras cognitivas después de solo 12 semanas de tomar suplementos de probióticos, lo que sugiere que los beneficios pueden manifestarse rápido. Esta respuesta rápida subraya el potencial de los probióticos como una intervención viable para retardar o incluso revertir aspectos del deterioro cognitivo en pacientes con Alzheimer.
Al comparar los efectos de los probióticos con otras variables en el estudio, los probióticos superaron de forma consistente al placebo en todos los resultados medidos. Si bien, ambos grupos participaron en el mismo entorno y recibieron cuidados similares aparte de la intervención probiótica, solo el grupo que recibió probióticos demostró mejoras significativas en los marcadores fisiológicos relacionados con la salud del cerebro. Este contraste tan marcado resalta el rol específico que ejercen los probióticos para mejorar la salud del cerebro.
Mecanismos de acción de los probióticos contra los trastornos neurodegenerativos
En términos biológicos, la acción de los probióticos involucra varias vías interconectadas. Al restablecer un equilibrio saludable de bacterias intestinales, los probióticos reducen la producción de sustancias nocivas como los lipopolisacáridos (LPS) que desencadenan la inflamación en el cerebro.9
• Mejoran la integridad de la barrera intestinal: previenen la fuga de agentes proinflamatorios al torrente sanguíneo, que de otro modo podrían llegar al cerebro y exacerbar la neuroinflamación.10
• Afecta la producción de neurotransmisores: los probióticos influyen en la producción de neurotransmisores como la dopamina y el ácido gamma-aminobutírico (GABA).11 Estas sustancias químicas son fundamentales para regular el estado de ánimo y la función cognitiva. Al aumentar los niveles de estos neurotransmisores, los probióticos mejoran la salud mental y la resiliencia cognitiva frente a los procesos degenerativos de la enfermedad de Alzheimer.
Cuatro maneras de ayudar a su cerebro a través de la salud intestinal
Su microbioma intestinal actúa como un segundo cerebro, pues influye de forma directa en su función cognitiva y su salud neurológica, y la forma en que lo nutre influye mucho en su riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas. Por ejemplo, un estudio publicado en Scientific Reports demostró que ciertas cepas bacterianas en el intestino, como Collinsella, Lachnospira y Veillonella, aumentaron el riesgo de enfermedad de Alzheimer.12
Sin embargo, también identificaron cepas que proporcionan beneficios protectores contra la enfermedad de Alzheimer, como la Eubacterium nodatum y la Eisenbergiella. Éstos producen ácidos grasos de cadena corta (AGCCs), en particular el butirato, a partir de carbohidratos alimentarios.
El butirato nutre las células epiteliales del colon, lo que refuerza la barrera intestinal. Los AGCCs también favorecen la producción de mucina y brindan protección contra las bacterias dañinas. La akkermansia muciniphila también produce AGCC y las investigaciones demostraron que los pacientes con Alzheimer tienden a tener niveles muy bajos de esta especie tan fundamental.13 Estas son cuatro estrategias comprobadas orientadas a optimizar la Akkermansia en su intestino para mejorar la salud de su cerebro:
1. Aumente la Akkermansia a través de una alimentación y suplementos específicos: priorice los alimentos y suplementos que promuevan el crecimiento de la Akkermansia. Consuma vegetales bien cocidos y ricos en prebióticos y fuentes de fibra que nutran esta bacteria esencial.
Considere suplementos de alta calidad diseñados para mejorar los niveles de Akkermansia, apoyar la integridad de la barrera intestinal y reducir la inflamación cerebral. Evite los alimentos procesados y las alimentaciones ricas en grasas que pueden obstaculizar el crecimiento de Akkermansia.
2. Mejore los ácidos grasos beneficiosos de cadena corta: concéntrese en aumentar las bacterias productoras de butirato junto con Akkermansia para protegerse contra la acumulación de amiloide en el cerebro. Incorpore alimentos fermentados y almidones resistentes que alimenten a estos microbios beneficiosos.
Adapte su consumo de carbohidratos para apoyar su microbioma único, con un objetivo de al menos 250 gramos de carbohidratos al día, y ajústelo en función de su nivel de actividad para optimizar la producción de Akkermansia y ácidos grasos de cadena corta.
3. Fortalezca la conexión entre su intestino y su cerebro: optimice la integridad de su barrera intestinal para evitar que los compuestos inflamatorios lleguen al cerebro. Esto incluye evitar alimentos procesados inflamatorios y apoyar el crecimiento de bacterias protectoras como Akkermansia, que fortalece el revestimiento intestinal.
Mantenga una alimentación equilibrada con suficientes carbohidratos de acuerdo a las necesidades de su microbioma, y consuma suplementos de grado farmacéutico según sea necesario para mantener los niveles de Akkermansia.
4. Aborde la inflamación sistémica promoviendo la diversidad de Akkermansia: reduzca la inflamación en todo el cuerpo mejorando la diversidad de su microbioma, con especial énfasis en aumentar la Akkermansia.
Elimine los aceites vegetales y otras grasas proinflamatorias que dañan las bacterias intestinales e incorpore alimentos que reduzcan los marcadores inflamatorios al tiempo que favorecen el crecimiento de Akkermansia. Monitoree de forma periódica sus biomarcadores, como los niveles de proteína C reactiva, para seguir el progreso de la inflamación sistémica y asegurarse de que tiene un microbioma intestinal saludable.
Otras estrategias para prevenir la enfermedad de Alzheimer
Además de optimizar la salud del intestino y los niveles de Akkermansia, hay una gran cantidad de estrategias para prevenir el Alzheimer, varias de las cuales se describen a continuación:
• Evite el gluten y la caseína (sobre todo el trigo y los productos lácteos pasteurizados, pero no las grasas lácteas, como la mantequilla): como se indicó en un estudio de 2022,14 la barrera hematoencefálica se ve perjudicada por el gluten. Cuando las bacterias ingresan al torrente sanguíneo, aumenta el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Otros trastornos cognitivos también están relacionados con una barrera hematoencefálica débil, tales como la enfermedad de Parkinson, la ansiedad y la depresión.
• Asegúrese de consumir suficientes grasas omega-3 de origen animal: los ácidos grasos omega-3, en específico el EPA y el DHA ayudan a prevenir el daño celular que causa la enfermedad de Alzheimer, lo que atrasa su progresión y reduce el riesgo de desarrollar el trastorno. Sin embargo, los omega-3 son PUFAs, por lo que no hay que excederse.
• Optimice su nivel de vitamina D con una exposición segura al sol: se revelaron vínculos estrechos entre niveles bajos de vitamina D en pacientes con Alzheimer y malos resultados en pruebas cognitivas. En un estudio de 2023,15 aumentar la vitamina D redujo en un 40 % el riesgo de demencia.
La mejor forma de obtener vitamina D es mediante una buena exposición al sol, procurando mantener un nivel de 60 a 80 ng/mL en la sangre. Sin embargo, es necesario purgar los aceites vegetales de nuestro cuerpo antes de exponernos al sol de mediodía. El AL de la piel se oxida cuando se expone al sol, lo que provoca inflamación y daño a la piel.
Para proteger su piel, evite exponerse al sol de mediodía durante cuatro a seis meses mientras elimina el AL de su cuerpo. Mientras tanto, solo expóngase al sol durante las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde. Para una mayor defensa de la piel, puede consumir astaxantina, aspirina de dosis baja o hidrógeno molecular. La crema de niacinamida también reducirá el riesgo de daños en la piel.
• Mantenga sus niveles de insulina en ayunas inferiores a 3: la resistencia a la insulina está relacionada con el envejecimiento cerebral acelerado, así como con la neurodegeneración.16
• Lleve una alimentación nutritiva, rica en folato: sin duda, los vegetales son la mejor fuente de folato. Evite los suplementos como el ácido fólico, que es una versión de folato sintético de menor calidad. Las investigaciones demuestran que el folato protege contra la enfermedad de Alzheimer.17
• Evite y elimine el mercurio y el aluminio de su cuerpo: los empastes de amalgama dental, que contienen un 50 % de mercurio en peso, son una de las fuentes principales de toxicidad por metales pesados. Si tiene amalgamas, acuda a un dentista biológico para que se las extraiga. Entre las fuentes más comunes de aluminio se encuentran los antitranspirantes, los utensilios de cocina antiadherentes y los adyuvantes para vacunas.
• Asegúrese de que su nivel de hierro no esté elevado, y done sangre si lo está: un estudio18 publicado en Aging Medicine demuestra que el hierro excesivo aumenta el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer, ya que inicia la reacción de Fenton y esto conduce a un mayor estrés oxidativo.
• Ejercítese con regularidad: ejercitarse desencadena cambios beneficiosos que apoyan la función cognitiva. En particular, se ha demostrado que el ejercicio mejora el flujo sanguíneo al cerebro, lo que aumenta los biomarcadores relacionados con una mejor plasticidad neuronal y una mejor supervivencia celular.19
• Consuma moras azules y otros alimentos ricos en antioxidantes: se sabe que las moras azules silvestres, que tienen un contenido alto de antocianinas y antioxidantes, podrían ayudar a proteger contra las enfermedades neurológicas.
• Desafíe su mente a diario: la estimulación mental, como aprender a tocar un instrumento musical, se asocia con un riesgo menor de padecer Alzheimer.20
• Evite los anticolinérgicos y las estatinas: se ha demostrado que los medicamentos que bloquean la acetilcolina, que es un neurotransmisor del sistema nervioso, aumentan el riesgo de padecer demencia. Estos medicamentos incluyen ciertos analgésicos nocturnos, antihistamínicos, somníferos, algunos antidepresivos, medicamentos para controlar la incontinencia y ciertos analgésicos narcóticos.
Las estatinas también causan problemas, ya que inhiben la síntesis de colesterol, agotan la CoQ10 y los precursores de neurotransmisores en el cerebro, e impiden el suministro adecuado de ácidos grasos esenciales y antioxidantes solubles en grasa ya que suprimen la producción de la biomolécula transportadora conocida como lipoproteína de baja densidad.
Preguntas frecuentes sobre los probióticos y las enfermedades neurodegenerativas
Q: ¿Cómo afectan los probióticos a las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer?
A: Los probióticos influyen en la función cerebral a través del eje intestino-cerebro al restaurar el equilibrio del microbioma intestinal, reducir la inflamación y mejorar la función cognitiva. Los estudios sugieren que las bacterias beneficiosas pueden retardar o incluso revertir aspectos del deterioro cognitivo en enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.
Q: ¿Qué investigaciones respaldan los beneficios de los probióticos para los pacientes con Alzheimer?
A: Un estudio publicado en Nutrients descubrió que los pacientes con Alzheimer que tomaron probióticos durante 12 semanas demostraron una mejor función cognitiva y una menor inflamación en comparación con un grupo que recibió un placebo. Estas mejoras se midieron con ayuda del Mini-Examen del Estado Mental (MMSE) y los marcadores inflamatorios.
Q: ¿Qué mecanismos hacen que los probióticos sean beneficiosos para la salud del cerebro?
A: Los probióticos ayudan a reducir la inflamación ya que disminuyen las sustancias nocivas como los lipopolisacáridos (LPS), mejoran la integridad de la barrera intestinal e influyen en la producción de neurotransmisores (como dopamina y GABA). De igual forma, promueven la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que favorecen la salud del cerebro.
Q: ¿Mejorar la salud intestinal ayuda a prevenir enfermedades neurodegenerativas?
R: Sí. Un microbioma intestinal diverso, sobre todo que cuente con bacterias beneficiosas como Akkermansia muciniphila, ejerce un rol fundamental para reducir la inflamación y brindar protección contra la neurodegeneración. Consumir alimentos ricos en prebióticos, alimentos fermentados y mantener una alimentación rica en fibra puede favorecer la salud intestinal.
Q: ¿Qué otros cambios en el estilo de vida pueden favorecer la salud del cerebro y reducir el riesgo de padecer Alzheimer?
A: Además de consumir probióticos, otras estrategias que pueden ayudar a prevenir el deterioro cognitivo y favorecer la salud del cerebro incluyen evitar los alimentos procesados, no exponerse a metales pesados (como mercurio y aluminio), mantener niveles óptimos de vitamina D y omega-3, hacer ejercicio con regularidad y participar en actividades que fomenten la estimulación mental.
🔎Fuentes y Referencias:
- 1 Int J Mol Sci. 2020 Dec 14;21(24):9500
- 2, 7, 8 Nutrients. 2023 Dec 20;16(1):16
- 3 Clinical Medicine, Volume 20, Issue 4, July 2020, Pages 393-398
- 4 Amyotrophic Lateral Sclerosis and Frontotemporal Degeneration, 20(3–4), 264–274
- 5, 6 NPJ Parkinsons Dis. 2021 Aug 11;7:70
- 9 Front Immunol. 2021 Feb 26;12:578386
- 10 Front Immunol. 2023 Apr 24;14:1143548
- 11 Front Microbiol. 2023 Aug 17;14:1216674
- 12 Scientific Reports, Volume 13, Article number: 5258 (2023)
- 13 Critical Reviews in Microbiology, 49(2), 151–176
- 14 Am J Lifestyle Med. 2022 Jan 11;16(1):32–35, Abstract
- 15 Alzheimers Dement (Amst). 2023 Mar 1;15(1):e12404, Highlights
- 16 Int J Mol Sci. 2021 Sep 15;22(18):9987, Abstract
- 17 Front Neurosci. 2021 Apr 14;15:661198, Abstract
- 18 Aging Med (Milton). 2024 Oct 22;7(5):649–667, Iron Overload/Accumulation and Increase Risk of AD
- 19 Front Aging Neurosci. 2023 Aug 4;15:1243869
- 20 Aging Ment Health. 2021 Apr;25(4):593-601