📝HISTORIA EN BREVE
- Un metaanálisis realizado en 2025 y que involucró a 46 694 pacientes con cáncer reveló que una mayor fuerza muscular y un mejor estado cardiovascular redujeron entre un 31 % y 46 % el riesgo de mortalidad por cualquier causa en los distintos tipos y etapas del cáncer
- El mismo estudio demostró que cada unidad de aumento de la fuerza muscular redujo en un 11 % el riesgo de muerte, mientras que el aumento de la resistencia cardiovascular disminuyó en un 18 % la mortalidad específica por cáncer
- Más allá de la mejoría en los resultados del cáncer, una revisión de 2021 de 188 estudios descubrió que la actividad física regular reduce entre un 10 % y 20 % el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer a través de diversos mecanismos
- Para los pacientes con cáncer, los entrenamientos intensos no son necesarios; actividades sencillas, como caminatas diarias o levantarse de una silla varias veces, mejoran de manera significativa la fuerza y condición física
- El objetivo es caminar entre 10 000 y 12 000 pasos al día, mientras que el entrenamiento de fuerza es más efectivo entre 40 y 60 minutos a la semana, divididos en dos o tres sesiones; superar los 130 minutos anula los beneficios
🩺Por el Dr. Mercola
La Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés) calcula que 618 120 personas de Estados Unidos morirán de cáncer en 2025, lo que supone una media de 1700 muertes al día.1 Aunque los tratamientos convencionales contra el cáncer, como la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia y la inmunoterapia, siguen siendo el enfoque estándar, estos métodos se centran solo en eliminar las células cancerosas. Estas intervenciones también presentan efectos secundarios importantes que repercuten aún más en la calidad y esperanza de vida.
A pesar de ello, se ha prestado mucha menos atención a los factores más generales que influyen en la supervivencia, en particular la resistencia general del organismo y su capacidad de autocuración. Ahora, una revisión sistemática con metaanálisis, publicada en enero de 2025 en la revista British Journal of Sports Medicine,2 vuelve a centrar la atención en un factor vital en el tratamiento del cáncer: la condición física.
¿Cómo los ejercicios cardiovasculares y de fuerza muscular reducen el riesgo de muerte por cáncer?
La condición física y el entrenamiento de fuerza son estrategias bien documentadas para disminuir el riesgo de padecer diversos tipos de cáncer. "Eso ahora está bien establecido", afirmó Kristin Campbell, fisioterapeuta e investigadora de la Sociedad Canadiense contra el Cáncer, en una entrevista concedida a Global News, y añadió lo siguiente:3
"Pero este estudio nuevo añade más detalles. Examinamos la actividad física y hasta qué punto estas cosas son importantes después de un diagnóstico de cáncer, no sólo para controlar los síntomas, sino para ver cómo pueden influir en la evolución del cáncer".
- El estudio evaluó el impacto de los niveles de condición física en la supervivencia al cáncer: la revisión mencionada4 analizó 42 estudios que involucraron a 46 694 pacientes con cáncer de diversos tipos y etapas. El objetivo fue examinar la relación entre la condición física, medida a través de la fuerza muscular y la resistencia cardiorrespiratoria, y el riesgo de mortalidad en personas diagnosticadas de cáncer. También analizaron si estas asociaciones variaban en función del tipo y la etapa del cáncer.
- Una mayor fuerza muscular y una buena condición cardiovascular redujeron de forma significativa el riesgo de mortalidad: los resultados demostraron que las personas con una mayor fuerza muscular o una buena condición cardiovascular tuvieron un riesgo 31 % y 46 % menor de mortalidad por cualquier causa.
- Cada aumento del nivel de condición física proporcionó una protección adicional: cada aumento unitario de la fuerza muscular disminuyó en un 11 % adicional el riesgo de muerte, mientras que los aumentos unitarios de la condición cardiovascular disminuyeron en un 18 % el riesgo de mortalidad específica por cáncer.
- Incluso los pacientes con cáncer en etapa avanzada se beneficiaron de la mejora en la condición física: aquellos con niveles de condición física más altos se asociaron con un riesgo entre 8 % y 46 % menor de mortalidad por todas las causas. Las personas con cáncer de pulmón y digestivo observaron una reducción de entre el 19 % y el 41 % del riesgo de muerte. Los investigadores concluyeron lo siguiente:
“La fuerza muscular y una buena condición cardiorrespiratoria (CRF, por sus siglas en inglés) se relacionaron de manera significativa con un riesgo menor de mortalidad por cualquier causa. Además, los aumentos de CRF se relacionaron con un riesgo menor de mortalidad específica por cáncer. Estos componentes de la condición física fueron sobre todo predictivos en pacientes con etapas avanzadas de cáncer, así como en cánceres de pulmón y digestivos.
Esto destaca la importancia de evaluar las medidas de condición física para predecir la mortalidad en pacientes con cáncer. Teniendo en cuenta estos hallazgos, la indicación de ejercicios personalizados para mejorar la fuerza muscular y el CRF en pacientes con cáncer puede contribuir a disminuir la mortalidad relacionada con el cáncer”.5
Esta investigación confirma hallazgos anteriores y refuerza la creciente evidencia sobre que la condición física mejora la calidad de vida y tiene un impacto directo en las tasas de supervivencia, incluso en pacientes con cánceres agresivos o en etapas avanzadas. Por ejemplo:
- En 2020, una revisión sistemática y metaanálisis publicados en la revista JNCI Cancer Spectrum6 examinó la relación entre la actividad física previa y posterior al diagnóstico y los resultados de supervivencia en diversos tipos de cáncer. El estudio concluyó que un mayor nivel de actividad física, tanto antes como después del diagnóstico, se relacionó con una mayor supervivencia en 11 tipos de cáncer, incluyendo la reducción de la mortalidad específica por cáncer y por todas las causas.
- Otro metaanálisis de 2020 publicado en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention7 descubrió que incluso las actividades físicas de intensidad ligera, como los paseos, se asociaron con un riesgo menor de mortalidad por cáncer.
Estudios sobre cómo el ejercicio influye en la prevención del cáncer
Además de mejorar los resultados del cáncer, la actividad física constante se ha relacionado con un riesgo menor de desarrollar diversos tipos de cáncer. Por ejemplo, una revisión de 2021 publicada en el British Medical Bulletin8 descubrió que la actividad física está vinculada a un riesgo menor de desarrollar diversos tipos de cáncer, como el cáncer de mama, próstata, colorrectal, vejiga y útero.
- El ejercicio reduce el riesgo de padecer múltiples tipos de cáncer: los datos sugieren que las personas que practican ejercicio de intensidad moderada durante al menos tres o cuatro horas a la semana disminuyen entre un 10 % y un 20 % su riesgo general de cáncer. Los mecanismos que subyacen al efecto protector del ejercicio contra el cáncer están bien documentados. La actividad física habitual ayuda a regular los niveles de insulina, reducir la inflamación crónica y mejorar la actividad del sistema inmunológico.
- El ejercicio influye en los tipos de cáncer sensibles a las hormonas: el estudio destaca que el ejercicio disminuye los niveles de estrógeno, lo que influye en la reducción de los cánceres sensibles a las hormonas, como el de mama y el de ovario. El ejercicio también regula de forma ascendente los genes que suprimen los tumores, favorece las vías de reparación del ADN y mejora la capacidad del organismo para eliminar las células dañadas antes de que se conviertan en cancerosas.9
- La actividad física mitiga los efectos secundarios del tratamiento del cáncer: la quimioterapia y la radioterapia debilitan el sistema inmunológico, causan fatiga y provocan aumento de peso o pérdida de masa muscular.10 La actividad física contrarresta estos efectos ya que mejora la salud cardiovascular, conserva la masa muscular y disminuye la inflamación.11
Los programas de ejercicio también han demostrado mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer ya que alivian la depresión, el deterioro cognitivo y la fatiga relacionada con el tratamiento.12
Los datos son muy claros: la actividad física es una de las estrategias de estilo de vida más efectivas para disminuir el riesgo de cáncer y mejorar la supervivencia. Por desgracia, a pesar de la creciente evidencia, su implementación sigue siendo incoherente en los distintos sectores de salud.
¿Caminar mejora los resultados del cáncer y la salud en general?
Para la mayoría de los pacientes de cáncer, la idea de hacer ejercicio, sobre todo durante o después del tratamiento, resulta abrumadora. Sin embargo, mejorar la condición física no implica entrenamientos extremos. Incluso aumentos graduales de actividad física pueden aportar beneficios significativos.
• Los movimientos simples hacen una diferencia significativa: Kristin explica que algo tan sencillo como dar paseos diarios o realizar ejercicios con el propio peso del cuerpo, como levantarse varias veces de una silla, marca una diferencia significativa tanto en la fuerza como en la forma física general.
La clave es la adaptación progresiva, comenzando con un nivel manejable y aumentando poco a poco la intensidad a medida que el cuerpo se adapta. Con el tiempo, incluso los esfuerzos más sencillos aumentan la resiliencia, combaten la fatiga y mejoran el bienestar general.13
• Un mayor número de pasos reduce el riesgo de mortalidad por cáncer: un estudio de 2022 publicado en la revista JAMA Internal Medicine14 descubrió que el aumento del número de pasos diarios, en particular hasta 10 000 pasos al día, tuvo una relación con un riesgo menor de morir por cáncer y otras enfermedades graves.
Incluso incrementos pequeños marcaron la diferencia, ya que 2000 pasos extra al día redujeron el riesgo de mortalidad por cáncer. Caminar a un ritmo más rápido aportó beneficios todavía mayores, lo que demuestra que tanto la cantidad como la intensidad del movimiento importan.
• Caminar es una de las formas más accesibles y efectivas de ejercicio: si ha seguido estos artículos, sabrá que caminar es una de las actividades físicas que se recomienda, ya que se trata de una forma de ejercicio efectiva y de fácil acceso.
El Dr. James O'Keefe, cardiólogo del Mid-America Heart Institute del Hospital St. Louis de la ciudad de Kansas, destacó que por cada 1000 pasos que se dan al día, el riesgo de mortalidad disminuye entre un 10 % y un 15 %. También señaló que caminar aumenta más de dos veces la tasa de supervivencia por cualquier causa que el ejercicio intenso.15
• Caminar favorece la vida y la salud mitocondrial: como prueba de ello, un estudio16 publicado en la revista JAMA Network Open reveló que incluso caminar un poco aumenta de forma significativa la esperanza de vida. Otra investigación publicada en GeroScience17 descubrió que caminar ayuda a crear nuevas mitocondrias y a potenciar su función, lo que reduce el riesgo de padecer cualquier enfermedad relacionada con la disfunción mitocondrial, incluyendo el cáncer.
Por consiguiente, integrar los paseos en las rutinas diarias y fomentar las actividades físicas basadas en caminar es una estrategia muy eficaz para promover un envejecimiento saludable y mejorar los resultados generales de salud en todas las poblaciones.
El punto ideal para caminar y del entrenamiento de fuerza
El Dr. James y tres coautores publicaron un metaanálisis18 en el ejemplar de marzo-abril de 2023 de la revista Missouri Medicine, la revista de la Asociación Médica del Estado de Missouri, en el que revelaron la “dosis ideal” para distintos ejercicios. El estudio constituye un documento de gran importancia que cambió de forma radical mi punto de vista sobre el ejercicio.
• Caminar proporciona beneficios continuos sin ningún límite: una de sus conclusiones es que cuando se trata de ejercicio ligero, lo que incluye caminar, más es mejor, ya que no se puede exagerar. Pero ¿cuántos pasos debería dar al día? El Dr. James O'Keefe responde:
"Está claro que más es mejor. Los mayores beneficios se obtienen de pasar de un estilo de vida sedentario, es decir, caminar de 2000 a 3000 pasos al día, a dar 7000 u 8000 pasos al día. En este punto, se reduce de manera importante el riesgo de mortalidad y mejora la supervivencia. De hecho, los beneficios continúan hasta los 12 000 pasos al día. Casi todos los estudios demuestran que después de los 12 000 pasos al día ya no obtendrá más beneficios".
Esto significa que los 10 000 pasos al día que suelen recomendarse para una salud óptima son un buen objetivo.
• El entrenamiento de fuerza sigue una curva en forma de J: en cuanto al entrenamiento de fuerza, el análisis del el Dr. James reveló que más no siempre es mejor. Mientras que el ejercicio ligero, como caminar, puede realizarse en volúmenes elevados sin efectos negativos, el entrenamiento de fuerza sigue una curva en forma de J, lo que significa que los beneficios aumentan hasta cierto punto, pero a partir de ahí empiezan a disminuir.
• El punto óptimo de entrenamiento de fuerza: la cantidad ideal para el entrenamiento de fuerza parece ser de unos 40 a 60 minutos por semana, distribuidos de forma idónea en dos o tres sesiones. Más allá de eso, los beneficios de la viabilidad empiezan a disminuir.
Aquí un dato impactante, cuando hace de 130 a 140 minutos de entrenamiento de fuerza a la semana, la esperanza de vida alcanza un nivel similar al de las personas con un estilo de vida sedentario. A diferencia de las personas que no hacen un entrenamiento de fuerza, si entrena de tres a cuatro horas a la semana, terminará con un riesgo mayor de mortalidad a largo plazo.
• El levantamiento de pesas excesivo puede causar daños a largo plazo: mientras que caminar o realizar una actividad ligera no tiene un límite máximo de beneficios, levantar pesas en exceso exige demasiado al cuerpo, lo que provoca problemas como un aumento del estrés cardiovascular, un riesgo mayor de fibrilación auricular y una calcificación arterial acelerada.
• Priorice el ejercicio moderado sobre el entrenamiento de fuerza excesiva: el mensaje que se debe llevar a casa es que 20 minutos de entrenamiento de fuerza dos veces por semana en días no consecutivos o 40 minutos una vez por semana es el punto óptimo. Tampoco debe basar su rutina de ejercicios en el entrenamiento de fuerza. Debería ser un complemento, ya que se obtienen más beneficios de cualquier otro ejercicio ligero, incluyendo caminar.
Preguntas frecuentes sobre el ejercicio y la supervivencia al cáncer
P: ¿El ejercicio ayuda a reducir el riesgo de morir de cáncer?
R: Sí, los estudios demuestran que las personas con mayor fuerza muscular y mejor resistencia cardiovascular tienen un riesgo hasta 46 % menor de muerte por cáncer.
P: ¿Cómo el ejercicio ayuda a los pacientes con cáncer?
R: El ejercicio refuerza el sistema inmunológico, disminuye la inflamación, regula la insulina y ayuda a mantener la masa muscular, lo cual mejora la supervivencia y la recuperación durante y después del tratamiento.
P: ¿Cuál es el mejor ejercicio para sobrevivir al cáncer?
R: Caminar y el entrenamiento de fuerza moderado son los que más beneficios aportan. Intente caminar entre 10 000 y 12 000 pasos al día, así como hacer entre 40 y 60 minutos de entrenamiento de fuerza a la semana.
P: ¿Es suficiente caminar para mejorar los resultados del cáncer?
R: Sí, caminar tan sólo 2000 pasos más por día disminuye el riesgo de muerte por cáncer. Caminar también mejora la función de las mitocondrias, que es esencial para producir energía y prevenir enfermedades.
🔍Fuentes y Referencias
- 1 American Cancer Society, Cancer Facts and Figures 2025. (Basic Cancer Facts)
- 2, 4, 5 Br J Sports Med. 2025 Jan 21:bjsports-2024-108671
- 3, 13 Global News, January 24, 2025
- 6 JNCI Cancer Spectrum, Volume 4, Issue 1, February 2020, pkz080
- 7 Cancer Epidemiol Biomarkers Prev (2020) 29 (5): 1067-1073
- 8, 9 Br Med Bull. 2021 Aug 23;139(1):100-119
- 10 Cleveland Clinic, Chemotherapy Side Effects
- 11 Cancer Care Center, March 5, 2024
- 12 JAMA Netw Open. 2025;8(2):e2457859
- 14 JAMA Intern Med. 2022;182(11):1139-1148
- 15, 18 Mo Med. 2023 Mar-Apr; 120(2): 155-162
- 16 JAMA Netw Open. 2023 Mar; 6(3): e235174
- 17 GeroScience. 2023 Dec; 45(6): 3211-3239