📝HISTORIA EN BREVE
- Estudios recientes demuestran que los niños pequeños pasan entre 60 y 90 minutos al día frente a las pantallas, sobre todo la televisión, a pesar de que no se recomienda en niños menores de 2 años
- Un estudio de 2025 que se realizó en Latinoamérica descubrió que ver televisión perjudica el desarrollo del lenguaje en los niños pequeños
- La exposición temprana a las pantallas, sobre todo antes de los 2 años, demuestra efectos negativos tanto en las habilidades del lenguaje receptivo como en el expresivo, y es mucho más perjudicial el contenido que tiene un ritmo rápido
- La exposición a los campos electromagnéticos y a la luz azul de las pantallas altera la salud celular y los ciclos de sueño de los niños pequeños, por lo que es importante limitar la exposición a los dispositivos, en especial antes de acostarse
- Los padres pueden proteger el desarrollo del lenguaje si crean zonas libres de pantallas, priorizan las actividades al aire libre, se enfocan en las interacciones con el mundo real y dedican un tiempo a la lectura con sus niños pequeños todos los días
🩺Por el Dr. Mercola
El uso de pantallas entre los niños está en el nivel más alto de la historia. Los niños pequeños, en particular, han mostrado aumentos marcados en la exposición a las pantallas desde la pandemia, y esto es preocupante. Los investigadores están observando vínculos preocupantes entre un mayor tiempo de pantalla y los impactos negativos en las capacidades cognitivas.1
Los niños menores de 2 años usan pantallas durante una hora o más todos los días. La televisión, ya sea verla o tenerla de fondo, y los teléfonos móviles son los tipos de pantallas más comunes con los que se encuentran los niños pequeños.2 Este nivel de uso contradice de forma directa las recomendaciones de las sociedades pediátricas, que desaconsejan el uso de pantallas en niños menores de 2 años y sugieren su uso compartido con los padres solo después de esa edad.
Como se indica en un estudio publicado en el South African Journal of Communication Disorders, los padres a menudo prestan atención a las pantallas cuando están preocupados por el desarrollo de sus bebés, cuando la interacción entre los padres se reduce o para crear oportunidades de aprendizaje.3 Sin embargo, esta dependencia de las pantallas es contraproducente. El mismo estudio destaca que el aumento del tiempo frente a las pantallas y el inicio temprano del uso de estas tienen efectos negativos en el desarrollo del lenguaje, sobre todo en niños menores de 2 años.
Un estudio en el que se analizó el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas destaca los efectos negativos en el lenguaje
Un estudio de 2025 que se publicó en PLOS One profundizó en los detalles de los hábitos de pantalla entre los niños pequeños de América Latina.4 Este estudio tuvo como objetivo comprender cuánto tiempo pasaban frente a una pantalla estos niños pequeños y qué impacto podría tener esto en su lenguaje y sus habilidades motoras. Participaron un total de 1878 cuidadores de niños de entre 12 y 48 meses de 19 países de América Latina.
•Los niños pequeños pasan más tiempo frente a las pantallas: el estudio reveló que los niños pequeños en América Latina pasan más tiempo frente a las pantallas del que recomiendan los expertos para su grupo de edad. En concreto, ver televisión (TV) o tenerla de fondo surgieron como el uso más común de las pantallas.
•El uso diario promedio de estos dispositivos fue de 60 a 90 minutos: ese uso tan elevado se observó en diferentes niveles socioeconómicos, lo que sugiere que el uso de pantallas es un hábito generalizado, no limitado a grupos específicos dentro de América Latina. Los teléfonos móviles fueron el segundo tipo de pantalla más utilizado.
•Un mayor tiempo frente a la pantalla está relacionado con habilidades lingüísticas más deficientes: los niños pequeños que estuvieron expuestos a más televisión de fondo y computadoras personales (PC) mostraron puntuaciones más bajas en pruebas de vocabulario y de complejidad de sus oraciones. Un mayor tiempo frente a la televisión se asoció con informes de padres sobre retrasos en el logro de los hitos del lenguaje por parte de sus hijos.
Esto sugiere que el tiempo pasivo frente a las pantallas, sobre todo frente a los televisores, afecta el desarrollo del lenguaje durante estos primeros años vulnerables.
•Lo curioso es que no todo el tiempo frente a la pantalla fue perjudicial: los investigadores encontraron resultados mixtos con tabletas, teléfonos celulares y computadoras. Si bien la televisión tuvo asociaciones negativas, el uso de tabletas en realidad estuvo vinculado a puntuaciones más altas en el uso de oraciones. De manera similar, el uso de teléfonos celulares, computadoras y tabletas se asoció con el logro más temprano de los hitos del lenguaje por parte de los padres. Del mismo modo, el uso de teléfonos móviles, ordenadores y tabletas se asoció con el hecho de que los padres declararan que los niños alcanzaron antes los hitos lingüísticos.
•El rol del tiempo compartido frente a la pantalla y la lectura de libros: cuando los adultos compartieron el tiempo frente a la pantalla con los niños pequeños, sobre todo en televisores y teléfonos celulares, los niños demostraron mejores habilidades lingüísticas. Esto involucró vocabularios más amplios, el uso de oraciones más complejas y alcanzar hitos del lenguaje mucho antes. Además, dedicar tiempo a leer libros a los niños pequeños también estuvo vinculado con un mejor desarrollo del lenguaje.
•El contenido de entretenimiento fue el más popular entre los niños pequeños: sin embargo, los que vieron más contenido educativo obtuvieron mejores puntajes en las pruebas de vocabulario, mientras que los que vieron más contenido de entretenimiento mostraron un mejor uso de las oraciones y un logro más temprano de los hitos del lenguaje.
Esto sugiere que el tipo de contenido sí importa: la programación educativa mejora el vocabulario y el contenido de entretenimiento ayuda a la estructura de las oraciones y a la adquisición de hitos del lenguaje, aunque se necesita más investigación para comprender más a fondo estos matices.
Los efectos del tiempo de pantalla son complejos y variados
Una revisión exhaustiva que se publicó en el South African Journal of Communication Disorders investigó la relación multifacética entre el tiempo de pantalla y el desarrollo del lenguaje en los niños.5 Esta revisión analizó 12 artículos de investigación para aclarar los hallazgos complejos y a veces contradictorios sobre cómo las pantallas afectan la capacidad de un niño para aprender y usar el lenguaje.
•El impacto del tiempo frente a la pantalla depende de varios factores: la revisión reveló que la influencia del tiempo frente a la pantalla no solo se trata de si las pantallas son malas o buenas. El impacto depende en gran medida de diversos factores. Entre ellos, se encuentran cuánto tiempo pasa el niño frente a la pantalla, a qué edad comienza, el tipo de contenido al que está expuesto y si hay un padre supervisándolo.
Esta es la combinación de elementos que, en última instancia, determina si el tiempo frente a una pantalla favorece o perjudica las habilidades lingüísticas.
•El tiempo que los niños muy pequeños pasan frente a una pantalla tiene efectos negativos: sin embargo, el aumento del tiempo que los niños pasan frente a una pantalla, en particular cuando comienza muy temprano en la vida, a menudo tiene consecuencias negativas para el desarrollo del lenguaje. Las investigaciones demuestran que pasar más horas frente a las pantallas está relacionado con retrasos tanto en la comprensión del lenguaje (lenguaje receptivo) como en la expresión verbal (lenguaje expresivo).
En los niños más pequeños, que tienen menos de 2 años, estos efectos negativos son muy pronunciados. Esto refuerza la recomendación de limitar o evitar el tiempo que los bebés y los niños pequeños pasan frente a una pantalla.
•La edad a la que comienza la exposición a las pantallas es muy importante: la revisión también reveló que, si bien, el inicio temprano en el uso de pantallas suele tener consecuencias negativas, comenzar a usar pantallas a una edad más avanzada presentó algunos beneficios. Esto sugiere que a medida que los niños maduran, hay cambios en su capacidad para procesar y aprender de los medios de comunicación basados en pantallas.
•Las características de los videos también intervienen: los videos de ritmo rápido con muchos cambios de escena, imágenes intermitentes y lenguaje limitado dificultan el desarrollo del lenguaje. Este tipo de vídeos son abrumadores y exigen mucho esfuerzo cognitivo para los niños pequeños, lo que les dificulta concentrarse y absorber las señales del lenguaje.
Los programas más lentos, apropiados para su edad, con lenguaje claro y primeros planos son más beneficiosos, sobre todo cuando presentan contenido educativo.
•La presencia de un co-espectador, por lo general un padre o cuidador, es otro factor fundamental: cuando los adultos participan de forma activa en el tiempo frente a la pantalla con los niños, haciendo preguntas, explicando el contenido e interactuando verbalmente, el aprendizaje del idioma mejora mucho. En este caso, se trata de la interacción y el compromiso alrededor de la pantalla, no la pantalla en sí, lo que marca la diferencia.
Medidas prácticas para proteger a los niños pequeños de los efectos dañinos de las pantallas
Es importante proteger a su niño del uso excesivo o inadecuado de las pantallas. Si se siente abrumado o no está seguro de dónde empezar, estos consejos prácticos están diseñados para que logre que su niño pase menos tiempo frente a las pantallas y tenga una mayor interacción con el mundo real.
1. Minimice el tiempo frente a las pantallas, sobre todo para los niños menores de 2 años: el consejo más sencillo es limitar la exposición general a las pantallas. Para los niños menores de 24 meses, esto es esencial. Si tiene un niño muy pequeño, concéntrese en actividades que no involucren el uso de pantallas. Es entonces cuando sus cerebros se desarrollan con rapidez gracias a la interacción directa con su entorno físico y las personas que les rodean.
La mejor manera de apoyar su desarrollo es priorizar las conversaciones frente a frente, el juego y la exploración del mundo real, en lugar de las simulaciones digitales.
2. Reduzca la exposición de su niño pequeño a los campos electromagnéticos y la luz azul, en especial durante la noche: el uso excesivo de teléfonos inteligentes y dispositivos expone a su niño pequeño a importantes campos electromagnéticos (CEM), los cuales alteran la energía celular ya que interfieren con las mitocondrias dentro de sus células. Cuando los campos electromagnéticos penetran en el cuerpo, provocan que los iones de calcio inunden las células, lo que genera radicales libres dañinos y un mayor estrés oxidativo.
Reducir el tiempo que su niño pasa frente a una pantalla no solo tiene que ver con el desarrollo del lenguaje; también se trata de proteger su salud celular de la exposición a los campos electromagnéticos. Mantenga los teléfonos celulares y otros dispositivos lejos de su niño pequeño para reducir su exposición directa a estas tecnologías emisoras de campos electromagnéticos.
Asimismo, la luz azul que emiten las pantallas y la iluminación artificial interfiere en el ciclo natural de sueño-vigilia de su hijo. Esta alteración de su ritmo circadiano tiene efectos perjudiciales en su salud y su desarrollo general.
Para mitigar esto, evite las pantallas al menos una o dos horas antes de acostarse y atenúe las luces de su casa por la noche, priorice las fuentes de luz más cálidas en lugar de los tonos brillantes y fríos. Considere usar filtros de luz azul en los dispositivos si el uso de la pantalla es inevitable antes de acostarse.
3. Priorice la interacción con el mundo real y la lectura de libros: las pantallas no deben reemplazar las experiencias del mundo real de los niños pequeños. Leer libros juntos y participar en interacciones directas tienen una relación estrecha con el desarrollo del lenguaje. Haga de estas actividades una prioridad diaria. Establezca momentos específicos para leer en voz alta, jugar y hablar e interactuar con su hijo sin pantallas.
Estas conexiones humanas son irreemplazables para construir una base lingüística sólida y fomentar un desarrollo saludable.
4. Haga que el tiempo al aire libre sea algo no negociable en su rutina diaria: priorice el juego y la exploración al aire libre como parte fundamental del día de su pequeño. El mundo real ofrece un entorno rico en luz solar, imágenes, sonidos, texturas y experiencias que las pantallas no pueden replicar. Haga que el tiempo al aire libre sea una parte no negociable de cada día, llueva o truene si es posible.
Este tiempo dedicado al aire libre reduce de forma natural las horas disponibles para exponerse a la pantalla y garantiza que su hijo se relacione con el mundo de una manera más holística y se desarrolle mejor.
5. Establezca zonas libres de pantallas dentro de su hogar: designe ciertas áreas en su espacio vital como zonas libres de pantallas para moldear de forma activa los hábitos de su familia. Piense en hacer que las habitaciones y el comedor sean espacios libres de pantallas para todos los miembros del hogar. Este paso fomenta actividades alternativas en estas zonas, como leer, hablar, jugar y estar juntos sin distracciones digitales.
Crear estos refugios sin pantallas ayuda a limitar de forma natural la exposición general y promueve un tiempo familiar más saludable e interactivo. Se trata de diseñar el entorno de su hogar para promover un estilo de vida equilibrado donde las pantallas no sean la actividad o el entretenimiento predeterminados.
Preguntas frecuentes sobre el tiempo frente a la pantalla y el lenguaje de los niños pequeños
A continuación, se presentan algunas preguntas frecuentes que hacen los padres sobre el tiempo de pantalla de los niños y su impacto en el desarrollo del lenguaje:
Q: ¿El tiempo que pasan los niños pequeños frente a una pantalla en verdad es tan malo?
A: Sí, las investigaciones sugieren que pasar demasiado tiempo frente a una pantalla, sobre todo frente a una pantalla pasiva como la de la televisión, perjudica el desarrollo del lenguaje en los niños pequeños. 6 Los niños pequeños usan las pantallas más de lo recomendado, y los estudios vinculan esto con habilidades lingüísticas más deficientes.
Q: ¿Debería preocuparme por los campos electromagnéticos de los dispositivos que usa mi hijo pequeño?
A: Sí, es prudente tener cuidado con la exposición a los campos electromagnéticos. Los teléfonos inteligentes y otros dispositivos emiten campos electromagnéticos que alteran la función celular y aumentan el estrés oxidativo. Limitar el tiempo que pasa frente a la pantalla ayuda a reducir la exposición de su niño a los campos electromagnéticos (EMF), lo cual protege su salud celular.
P: ¿Qué pasa con la luz azul y las pantallas?
A: La luz azul de las pantallas y las luces artificiales interfieren con el ciclo de sueño de su niño. Demasiada luz azul, en especial por la noche, altera su reloj biológico natural y su desarrollo. Tener un período sin pantallas antes de acostarse y atenuar las luces por la noche ayuda a minimizar la exposición a la luz azul y favorece el sueño.
Q: ¿Cuáles son algunas formas sencillas de reducir el tiempo que mi niño pasa frente a la pantalla?
A: Comience por hacer actividades al aire libre todos los días. Cree zonas libres de pantallas en su hogar, como habitaciones y comedores, para fomentar actividades sin pantallas. Además, limite el uso de pantallas en las horas previas a acostarse para reducir la exposición a la luz azul, la cual afecta el sueño.
Q: ¿En qué debería concentrarme en lugar de pasar tiempo frente a una pantalla para ayudar al desarrollo del lenguaje de mi hijo?
A: Priorice las interacciones con el mundo real. Hable con su pequeño, lean libros juntos todos los días y participen en muchos juegos. Estas interacciones frente a frente son clave para construir una base lingüística sólida y fomentar un desarrollo saludable de forma mucho más efectiva que cualquier tiempo frente a una pantalla.