📝HISTORIA EN BREVE
- Los factores de riesgo cardiovascular infantil, como un mayor índice de masa corporal y un aumento de peso rápido, se asocian con diferencias estructurales en los cerebros de los adultos jóvenes, en particular en regiones vulnerables a la demencia más adelante en la vida
- Los estudios demuestran un vínculo directo entre una mejor salud cardiovascular en la adolescencia y mejores funciones cognitivas, como la función ejecutiva y mayor volumen del cerebro
- Fomentar hábitos saludables temprano en la vida, como dormir lo suficiente, moverse todos los días, manejar del estrés y comer alimentos enteros, es importante para la salud del cerebro a largo plazo de los niños e incluso disminuye los riesgos de demencia
- Los cambios simples en el estilo de vida que se centran en mejorar la función de las mitocondrias, como reducir los aceites de semillas, disminuir la exposición a los campos electromagnéticos y a las sustancias químicas que alteran el sistema endocrino, y comer alimentos enteros, tienen un impacto positivo en la salud del cerebro a cualquier edad
- Priorizar la salud cardiovascular desde la infancia hasta la edad adulta no solo se trata de la salud del corazón; es una estrategia esencial para desarrollar y mantener un cerebro sano y disminuir el riesgo de deterioro cognitivo
🩺Por el Dr. Mercola
Los riesgos cardiovasculares en la infancia pueden afectar la estructura del cerebro en la edad adulta temprana, lo que aumenta el riesgo de demencia más adelante en la vida. La demencia, que se caracteriza por un deterioro de la función cognitiva, pérdida de memoria y deterioro del pensamiento, es una crisis de salud pública. Quizás conozca a alguien afectado o tal vez le preocupe su propio riesgo a medida que envejece.
Cada vez hay más pruebas que demuestran un vínculo fuerte entre una mala salud cardiovascular en la mediana edad y un riesgo mayor de padecer demencia más adelante en la vida. Durante años, la atención se ha centrado en controlar los riesgos cardiovasculares en los 40, 50 y 60 años para proteger el cerebro a medida que envejecemos, pero ¿qué pasa si este riesgo empieza mucho antes?
Las nuevas investigaciones nos impulsan a reconsiderar cuándo debemos comenzar a prestar atención a la salud cardiovascular para proteger el cerebro, y las señales sugieren que cuanto antes, mejor.
Resulta que el peso, la presión arterial y la actividad física en la juventud afectan la salud del cerebro al entrar a la adultez. Esto significa que la salud cardiovascular temprana no solo consiste en tener un corazón sano, sino con sentar las bases para un cerebro sano durante toda la vida y mitigar los riesgos de demencia en años posteriores.
La salud cardíaca infantil afecta las regiones cerebrales relacionadas con la demencia
Un estudio publicado en eBioMedicine investigó cómo la salud cardiovascular en los primeros años de vida afecta la estructura del cerebro en la edad adulta temprana. En concreto, investigadores del Reino Unido, con el uso de datos del Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos (ALSPAC, por sus siglas en inglés), exploraron los factores de riesgo cardiovascular durante la infancia y la adolescencia y cómo influyen en la estructura del cerebro en regiones que se relacionan con la demencia.1
•La salud cardiovascular en la mediana edad afecta el riesgo de demencia: cada vez hay más evidencia que demuestra que la salud cardiovascular en la mediana edad afecta el riesgo de demencia; es importante comprender si esos riesgos empiezan mucho antes en la vida.
•Participantes del estudio y recopilación de datos: los participantes incluyeron 862 adultos jóvenes que se sometieron a neuroimágenes como parte del estudio ALSPAC.2 Se recopilaron datos de estos individuos de entre 7 y 17 años, e hicieron un seguimiento del índice de masa corporal (IMC), la presión arterial media (PAM) y la actividad física.
• Hallazgos de resonancia magnética en la adultez temprana: los investigadores examinaron exploraciones de resonancia magnética tomadas cuando estos participantes llegaron a la adultez temprana, alrededor de los 20 años, para ver si los factores de salud cardiovascular temprana se correlacionaron con la estructura del cerebro, y encontraron un vínculo claro entre el IMC infantil y la estructura de las regiones del cerebro que se sabe que se atrofian con la demencia.
Esta investigación refuerza la relación entre la salud cardiovascular y el desarrollo del cerebro, lo que sugiere que las intervenciones tempranas son fundamentales para preservar la función cognitiva más adelante en la vida.
Los cambios cerebrales importantes relacionados con el IMC infantil
El estudio presentado3 demostró que las siguientes regiones del cerebro exhibieron grandes cambios según el IMC infantil, y los efectos más pronunciados se observaron en niños clasificados como con sobrepeso u obesidad durante la infancia y la adolescencia:
•Corteza precuña (fue más delgada en adultos jóvenes con un mayor IMC infantil)
◦Parte de la red neuronal por defecto (RND), que se ve afectada por la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.
◦Influye en la memoria, la autoconciencia y la función cognitiva.
• Giro parahipocampal (más delgado y con un aumento más rápido del IMC)
◦Influye en la codificación y recuperación de la memoria.
◦Una de las primeras regiones del cerebro que se ve afectada por la demencia preclínica y diagnosticada.
•Corteza parietal inferior (más gruesa y con un aumento más rápido del IMC)
◦Promueve la atención, la conciencia espacial y la flexibilidad cognitiva.
◦Los cambios estructurales en esta zona se relacionaron con enfermedades neurodegenerativas.
• Giro temporal medio (más grueso y con un aumento más rápido del IMC)
◦Es importante para el procesamiento del lenguaje y la memoria semántica.
◦Las anomalías estructurales aquí se asociaron con la enfermedad de Alzheimer.
•Corteza entorrinal (superficie más pequeña y con un IMC infantil más elevado)
◦Influye en la formación de la memoria y la navegación.
◦Una de las primeras regiones del cerebro que afecta la enfermedad de Alzheimer.
Estos hallazgos indican que el exceso de peso sostenido agrava el impacto negativo de los cambios del cerebro relacionados con el IMC. Esto destaca la importancia de abordar los factores de riesgo cardiovascular desde la infancia para promover la salud del cerebro a largo plazo y reducir el riesgo de demencia.
Cómo un estilo de vida saludable en la adolescencia favorece la salud del cerebro
Una investigación publicada en Mental Health and Physical Activity también destaca la conexión poderosa entre la salud cardiovascular y el desarrollo del cerebro en los adolescentes.4 Este estudio buscó comprender cómo los comportamientos cardíacos saludables y la salud cardiovascular general se relacionan tanto con la estructura del cerebro como con las capacidades cognitivas en la adolescencia temprana.
•Participantes del estudio y recopilación de datos: los investigadores evaluaron a 978 adolescentes de alrededor de 12 años, y recopilaron de forma meticulosa datos sobre sus comportamientos e indicadores de salud cardiovascular. Estos incluyeron factores como el sueño, la actividad física, la alimentación, el consumo de nicotina, el IMC, la presión arterial y la glucosa en la sangre. Luego evaluaron las funciones cognitivas de los adolescentes, en específico la función ejecutiva, la habilidad cognitiva general y el aprendizaje/memoria.
•La salud del corazón influye en el volumen del cerebro: se examinó la estructura del cerebro con el uso de resonancia magnética para medir el volumen cortical. Los hallazgos demostraron una asociación positiva significativa entre la salud cardiovascular y la función cognitiva y el volumen del cerebro en estos participantes. En concreto, los adolescentes que adoptaron conductas más favorables para la salud cardiovascular demostraron puntuaciones mucho mayores en la función ejecutiva.
•Un estilo de vida saludable favorece la función ejecutiva: la función ejecutiva se refiere a las habilidades de pensamiento de nivel superior que incluyen la planificación, la resolución de problemas y el manejo de pensamientos y acciones. El hallazgo sugirió que hábitos como la actividad física regular y una alimentación saludable no solo son buenos para el corazón, sino que también benefician de forma directa las mentes en desarrollo de los adolescentes, lo que aumenta su habilidad para pensar, planificar y ejecutar tareas de manera efectiva.
•El desarrollo del cerebro está muy relacionado con la salud del corazón: más allá de las habilidades cognitivas, la salud cardiovascular general también demostró una correlación positiva con el volumen cortical total del cerebro. La corteza, que es la capa externa del cerebro, es importante para procesos de nivel superior como la conciencia, el pensamiento, la memoria, el lenguaje y mucho más.
• El impacto a largo plazo de los hábitos de salud en los adolescentes: el estudio concluyó: “el sueño, un peso corporal normal y una salud cardiovascular sólida se relacionan de forma directa con el volumen cerebral. Una mejor salud cardíaca podría favorecer la salud cognitiva y del cerebro en los adolescentes”.5
Esto significa que fomentar hábitos saludables (que fortalezcan su sistema cardiovascular) en los jóvenes tiene un beneficio doble: mejora sus capacidades físicas y mentales y los encamina a un mayor bienestar en todos los aspectos de la vida.
Descubra cómo el movimiento favorece la resiliencia física y mental en mi artículo titulado: “Este patrón en su vida podría tener consecuencias en su cerebro”.
Cinco maneras para mejorar la salud del cerebro de su hijo con el ejercicio
Si es padre o madre, fomentar buenos hábitos de salud cardiovascular en sus hijos es uno de los mejores regalos que puede darles, no solo para sus corazones, sino también para sus cerebros. Establecer patrones saludables desde temprano en la vida los prepara para un desarrollo sólido del cerebro y una salud cognitiva duradera.
La clave para proteger la salud del cerebro de su hijo comienza con algo fundamental: la actividad física. Es esencial incorporar el movimiento a la vida cotidiana. A continuación descubrirá cómo lograr que sus hijos se muevan para tener un cerebro más sano:
1. Hágalo divertido: el ejercicio no debe parecer una tarea pesada. Encuentre actividades que su hijo en verdad disfrute, ya sea bailar, andar en bicicleta, nadar, jugar a corretear o saltar la cuerda. Cuanto más divertido sea, más probabilidades hay de que sean constantes. Hacer una combinación de actividades ayuda a mantener el ejercicio interesante y a trabajar diferentes grupos de músculos.
2. Fomente una combinación de ejercicio aeróbico: como caminar, hacer senderismo o nadar, o entrenamiento de fuerza, como escalar o usar juegos infantiles, y ejercicios de flexibilidad, como estiramientos o yoga. Recuerde, el objetivo es fomentar el amor por el movimiento, así que asegúrese de celebrar las victorias pequeñas y el esfuerzo.
3. Dar el ejemplo: los niños tienen más probabilidades de ser activos si ven a sus padres ser activos. Haga del ejercicio una actividad familiar: salgan a caminar o a andar en bicicleta juntos, jueguen a corretearse en el parque o prueben una nueva actividad en familia. Cuanto antes desarrollen los niños hábitos saludables, más probabilidades tienen de mantenerlos durante toda su vida. Por lo tanto, haga que la actividad física sea parte de su rutina cotidiana desde una edad temprana.
4. Limite el tiempo frente a las pantallas: pasar demasiado tiempo frente a las pantallas fomenta un estilo de vida sedentario. Establezca límites sobre el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas y anímelos a participar en juegos activos.
5. Disfrute del aire libre: la actividad al aire libre ofrece numerosos beneficios, incluyendo la exposición a la luz del sol, aire fresco y espacios verdes. Anime a los niños a explorar la naturaleza, jugar en el parque o realizar caminatas como parte de su movimiento de todos los días.
Para obtener más información sobre cómo el ejercicio mejora la salud del cerebro y protege la función cognitiva, lea mi artículo titulado: “Salve su cerebro con esta asombrosa estrategia”.
Tres factores adicionales del estilo de vida que favorecen la salud del cerebro
Si bien, el movimiento cotidiano es esencial, otros factores del estilo de vida también son fundamentales en la salud del cerebro, entre ellos:
•Una alimentación rica en nutrientes: nutrir el cerebro con alimentos enteros como frutas, vegetales y proteínas ricas en colágeno proporciona los nutrientes necesarios para el funcionamiento del cerebro.
•Sueño de calidad y menores niveles de estrés: priorizar el sueño permite que el cerebro descanse y se repare. Manejar el estrés a través de actividades como pasar tiempo en la naturaleza o practicar la atención plena también favorece la función cerebral.
• Menor exposición a toxinas del ambiente: minimizar la exposición a toxinas del ambiente como los aceites de semillas, los químicos que alteran el sistema endocrino y los campos electromagnéticos excesivos protege aún más el cerebro en desarrollo de los niños.
Cuando adopta estos cambios en el estilo de vida, invierte de forma activa en la salud de las mitocondrias de su hijo y, en consecuencia, en la salud duradera de su corazón y cerebro.
Preguntas frecuentes (FAQs) sobre la aptitud cardiovascular y la salud del cerebro
P: ¿Cómo afecta la salud cardíaca infantil al funcionamiento del cerebro?
A: Una mala salud cardiovascular en la infancia, que incluye un IMC elevado y poca actividad física, afecta la estructura del cerebro y aumenta el riesgo de padecer demencia más adelante en la vida. Mantener el corazón sano desde temprano favorece la función cognitiva a largo plazo.
P: ¿Qué áreas del cerebro afecta el peso infantil?
A: Un mayor IMC en la infancia está relacionado con cambios en las regiones del cerebro que se involucran en la memoria, la atención y la resolución de problemas. Algunas áreas, como el precúneo y la corteza entorrinal, demuestran adelgazamiento, lo cual se suele presentar en la demencia.
P: ¿El ejercicio ayuda a los niños a desarrollar una mejor salud del cerebro?
A: Sí. La actividad física regular durante la infancia y la adolescencia favorece el desarrollo del cerebro, mejora la función cognitiva y ayuda a mantener una estructura del cerebro sana en la adultez.
P: ¿Cuáles son las mejores maneras de mantener a los niños activos para la salud del cerebro?
A: Promueva que hagan actividades divertidas como andar en bicicleta, nadar y jugar al aire libre. Reduzca el tiempo frente a las pantallas, incluya actividades familiares y haga del movimiento un hábito de todos los días.
P: ¿Qué otros hábitos favorecen la salud del cerebro a largo plazo?
R: Alimentar a su hijo con una alimentación nutritiva, asegurarse de que tenga un sueño de calidad, ayudarlo a controlar el estrés y limitar su exposición a toxinas como aceites de semillas y contaminantes del ambiente favorecen la salud del cerebro y el corazón.