📝HISTORIA EN BREVE
- El humo del cigarro debilita las células inmunológicas, lo que dificulta la lucha contra las infecciones respiratorias y aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades de los pulmones
- La exposición al tabaco durante el embarazo provoca respuestas inmunitarias anormales en los niños, lo que conlleva un riesgo mayor de padecer alergias como asma y dermatitis atópica
- Fumar altera la función del sistema inmunológico, debido a que provoca inflamación prolongada y daño genético que crea un entorno perfecto para el crecimiento de células malignas
- Fumar afecta tanto la respuesta inmunitaria innata como la adaptativa; sin embargo, algunos cambios inflamatorios a corto plazo se revierten después de dejar de fumar, mientras que los cambios en las respuestas adaptativas persisten durante más tiempo
- Para dejar de fumar es necesario identificar factores desencadenantes personales, evitar los cigarros electrónicos, mantener un estilo de vida activo y utilizar técnicas mente-cuerpo para controlar el deseo de un cigarro
🩺Por el Dr. Mercola
Fumar provoca problemas respiratorios y debilita la respuesta inmunitaria. El humo del cigarro contiene miles de sustancias químicas que contribuyen al mal funcionamiento del sistema inmunológico, lo que a su vez promueve la inflamación y el cáncer.1 Las células inmunológicas no pueden enfrentar a los componentes dañinos de los cigarrillos, lo que ocasiona un campo de batalla donde las defensas inmunológicas no pueden actuar de manera correcta y las infecciones ganan.
Esta es una de las razones por las que las personas con adicción crónica tienen un riesgo mayor de sufrir infecciones respiratorias y enfermedades inflamatorias como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Si usted o algún ser querido fuma, es importante comprender cómo este hábito altera las respuestas inmunitarias normales para tomar medidas y proteger su salud.
El impacto del humo del cigarro en las alergias en niños
Una revisión publicada en el International Journal of Environmental Research and Public Health analizó el papel que desempeña el humo del cigarro en las respuestas inmunitarias y los problemas de alergia.2
•Existe una relación entre el humo del cigarro y las alergias: en lugar de centrarse sólo en las infecciones respiratorias, los investigadores examinaron cómo la exposición al tabaco a largo plazo podría moldear el sistema inmunológico de un niño.
Prestaron atención especial a los signos de alergia e inflamación anormal, buscando patrones que relacionen la exposición temprana al humo con complicaciones posteriores como asma o reacciones de hipersensibilidad.
•La exposición temprana al humo aumenta el riesgo de alergias: los hallazgos enfatizaron una relación entre la exposición temprana al humo y un aumento en las vías inmunológicas que favorecen las alergias.3 Este cambio se observó en los análisis de sangre para la inmunoglobulina E (IgE), una sustancia que el cuerpo produce cuando cree que está en riesgo por alergenos ambientales.
De acuerdo con los autores, los niños expuestos al humo del cigarro fueron propensos a presentar niveles más altos de IgE, lo que a menudo causa reacciones más graves a los ácaros del polvo, la caspa de las mascotas o el polen. Esto revela cómo la exposición al humo actúa como un desencadenante ambiental que intensifica las respuestas alérgicas.
•Fumar cigarrillos también afecta la salud de los fetos: los investigadores también descubrieron los efectos del tabaquismo durante el embarazo, y explicaron que las toxinas del humo del cigarro interfieren en el desarrollo de los pulmones del bebé.4 Esta alteración incluye patrones anormales en las células T auxiliares (Th), en especial las Th2. Las células Th2 le indican al cuerpo que produzca ciertas proteínas que combaten las infecciones, pero cuando se aceleran, provocan señales inflamatorias.
•El tabaquismo afecta la salud de los niños: los niños cuyas madres fumaron mientras estaban embarazadas demostraron una respuesta Th2 desproporcionada, lo que contribuye al desarrollo de asma por alergias, que se caracteriza por sibilancias, opresión en el pecho y tos persistente.
Además, la exposición al humo de segunda mano se relacionó con una probabilidad más elevada de desarrollar rinitis alérgica y dermatitis atópica, también conocida como eczema.5 Estas afecciones se agravan cuando el sistema inmunológico se transforma en un estado de alerta.
La exposición repetida a incluso una cantidad modesta de humo aumentó los marcadores inflamatorios en los tejidos bronquiales.6 De acuerdo con la investigación, incluso una exposición mínima al humo del cigarro provocó fluctuaciones inmunológicas notables. Además, los investigadores describieron cómo la exposición persistente al humo altera la función normal de los macrófagos alveolares, que son células que eliminan residuos y patógenos en los pulmones.7
El tabaquismo causa daños permanentes al sistema inmunológico
Una revisión publicada en Environmental Pollution investigó cómo el cigarro altera el equilibrio interno del cuerpo, lo que impulsa a las células inmunológicas a causar una inflamación crónica que podría fomentar el cáncer.8
Los investigadores ofrecieron un análisis detallado de por qué los miles de químicos del humo causan daños a corto plazo y también distorsionan los controles y equilibrios del sistema de defensa, creando un entorno perfecto para el crecimiento de células malignas.
•Fumar afecta de manera negativa la función inmunológica: el artículo se centró en cómo fumar altera las respuestas inmunológicas de maneras que impulsan la inflamación durante períodos prolongados, lo que se relaciona con condiciones como tumores en los pulmones y otras neoplasias malignas. En términos básicos, su sistema inmunológico intenta reparar el daño en los tejidos causado por los químicos del humo, pero la exposición repetida mantiene todo en un modo de reparación constante y de baja calidad.
Este ciclo continuo drena recursos y provoca divisiones celulares propensas a errores. Los autores describieron cómo las células comienzan a acumular defectos genéticos más rápido de lo que pueden solucionarlos. Con el tiempo, ese exceso de ADN dañado obliga a las células normales a adoptar patrones de crecimiento anormales.
Otro estudio publicado en Nature9 examinó cómo fumar altera la función inmunológica tanto a corto como a largo plazo. Aquí, investigaron los factores que impulsan las diferencias en la secreción de citoquinas, una parte fundamental de la respuesta inmunitaria. Aunque se descubrió que la edad, el sexo y la genética desempeñan papeles importantes, el tabaquismo surgió como una variable.
•Toda la función inmunológica está comprometida: los investigadores descubrieron que fumar afecta tanto la respuesta inmunitaria innata (inmediata) como la adaptativa (a largo plazo). En las personas que fuman, CXCL5, una quimioquina involucrada en la inflamación y el reclutamiento de neutrófilos, aumentó tras la estimulación bacteriana. Sin embargo, esta respuesta innata desapareció justo después de dejar de fumar.
•Los efectos del tabaquismo duran mucho tiempo: por el contrario, el impacto del tabaquismo en la inmunidad adaptativa persistió durante años. Las personas fumadoras y exfumadoras demostraron niveles altos de IL-2 e IL-13 (citoquinas clave involucradas en la regulación de las células T), lo que sugiere un efecto duradero en la memoria inmunológica. Estos cambios se correlacionan con alteraciones de la metilación del ADN en genes específicos que regulan las respuestas inmunitarias y el metabolismo.
•Fumar aumenta la inflamación: el estudio también identificó a la CEACAM6, una proteína plasmática, como un vínculo potencial entre fumar y la inflamación. Los niveles más elevados de CEACAM6 se relacionaron con una secreción mayor de CXCL5 en personas que fuman, pero este efecto desapareció después de dejarlo de hacer. Estos hallazgos sugieren que, aunque dejar de fumar puede restaurar ciertas funciones inmunológicas, existen algunos cambios adaptativos que podrían persistir a largo plazo debido a modificaciones epigenéticas.
Pasos para dejar de fumar
Para muchas personas, dejar de fumar implica algo más que solo tirar los cigarros. La lucha no sólo es contra la adicción a la nicotina, sino también contra emociones y rutinas diarias que se han formado con el tiempo. Al centrarse en la causa raíz (la dependencia física y mental de la nicotina), encontrará la mejor oportunidad de lograr el éxito a largo plazo para dejar de fumar y mejorar la salud de su sistema inmunológico.
Estos consejos están diseñados para ayudarle a lograrlo. Tenga en cuenta que adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación basada en alimentos enteros, actividad diaria, sueño adecuado y alivio del estrés, favorecerá su salud general y su habilidad para dejar de fumar con éxito.
1. Evite los cigarros electrónicos: es tentador reemplazar un cigarro normal con un vaporizador. Sin embargo, la adicción a la nicotina persiste. Los cigarros electrónicos a menudo contienen sustancias adictivas en altas concentraciones y corre el riesgo de generar dependencia a un nuevo dispositivo. En lugar de eso, concéntrese en lograr que su estilo de vida sea positivo y saludable.
Descubra más información sobre los efectos dañinos del vapeo en “El hábito cotidiano que le declaró la guerra a su salud”.
2. Haga ejercicio todos los días: los deseos de fumar suelen aparecer en momentos de inactividad. Si planea su día, tendrá menos tiempo para que esos impulsos lo tomen por sorpresa. Realice caminatas diarias, tome breves descansos para bailar si se siente inquieto o intente realizar tareas rápidas que mantengan sus manos ocupadas, como lavar platos o hacer estiramientos simples. El movimiento constante ayuda al cuerpo a controlar el estrés y combatir la adicción mientras elimina toxinas más rápido.
3. Adopte herramientas mente-cuerpo para un cambio duradero: herramientas como las Técnicas de Libertad Emocional (EFT) ayudan a calmar el ruido mental que se relaciona con los deseos de fumar y las emociones negativas que pueden llevarlo a recurrir al cigarro. También puede descargar una aplicación que se centra en la atención plena, lo que le brinda recordatorios diarios o ejercicios de respiración simples que reducen el estrés. Los enfoques mente-cuerpo lo guían hacia una respuesta más saludable cuando le viene a la mente: “necesito un cigarro”.
4. Identifique qué alimenta sus deseos por fumar: tómese un tiempo para reflexionar sobre cuándo suele fumar un cigarro. ¿Para acompañar el café de la mañana? ¿En un día estresante en el trabajo? Una vez que descubra estos desencadenantes, prepare estrategias alternativas para enfrentar el problema. Si el café es un desencadenante, considere cambiar a una bebida diferente u ocupar sus manos con otra cosa, como anotar una lista rápida de cosas por hacer hasta que la necesidad desaparezca.
5. Establezca límites claros en torno al humo: es posible que al principio esconda sus cigarros, pero le sugiero un enfoque más firme: retire todos los encendedores y ceniceros de su casa y automóvil. Si está acostumbrado a encender un cigarro en ciertos lugares, como la terraza o la cocina, comprométase a mantener esas áreas fuera del alcance de los cigarros. Eso envía una señal al cerebro de que este ya no es lugar para la nicotina.
Preguntas frecuentes sobre el tabaquismo y su impacto en la salud inmunológica
P: ¿Cómo debilita fumar al sistema inmunológico?
R: Fumar introduce miles de sustancias químicas tóxicas en el cuerpo, muchas de las cuales perjudican la función inmunológica ya que alteran células inmunológicas importantes como las células MAIT. Estas células desempeñan un papel fundamental en la lucha contra las infecciones, pero el humo del cigarro dificulta su habilidad de respuesta, lo que aumenta la vulnerabilidad a enfermedades respiratorias como EPOC y a infecciones como la gripe.
P: ¿Cómo afecta el humo del cigarro a los pulmones?
R: El humo del cigarro contiene compuestos dañinos que interfieren con las defensas inmunológicas de los pulmones, reducen la producción de moléculas protectoras como el interferón-gamma (IFN-γ) y aumentan la inflamación. Conforme pasa el tiempo, esto provoca afecciones como bronquitis crónica, enfisema y un riesgo mayor de infecciones en los pulmones y cáncer.
P: ¿La exposición al humo del cigarro durante la infancia puede aumentar los riesgos de desarrollar alergia?
R: Sí, los estudios demuestran que la exposición al humo del cigarro, en especial en la infancia o durante el embarazo, provocará cambios inmunológicos a largo plazo. Los niños expuestos al humo tienen una probabilidad mayor de desarrollar asma, reacciones alérgicas y afecciones como eczema debido a una mayor respuesta inmunitaria y a un nivel más alto de IgE, un marcador de alergias.
P: ¿Dejar de fumar restaura la salud inmunológica de inmediato?
R: Algunas funciones inmunológicas, en especial las que se relacionan con la inflamación, comienzan a recuperarse poco después de dejar de fumar. Sin embargo, los cambios inmunológicos a largo plazo, como las respuestas alteradas de las células T y las modificaciones epigenéticas, pueden persistir durante años. Aunque dejar de fumar es esencial para recuperar la salud, adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación adecuada y el manejo del estrés, ayudará a acelerar la recuperación.
P: ¿Cuáles son algunas estrategias eficaces para dejar de fumar?
R: Para dejar de fumar, es importante reemplazar el hábito con alternativas más saludables. Evite los cigarros electrónicos, realice actividad física diario para reducir los deseos por fumar, utilice técnicas mente-cuerpo como la atención plena o las Técnicas de Libertad Emocional (EFT), identifique y controle los desencadenantes y cree límites claros y libres de humo. Estas estrategias ayudan a apoyar la recuperación mental y física de la adicción a la nicotina.