📝HISTORIA EN BREVE
- Durante el último siglo, la composición de las grasas en el cuerpo humano ha cambiado de forma drástica: las grasas poliinsaturadas (PUFAs, por sus siglas en inglés), en particular el ácido linoleico, reemplazaron a las grasas saturadas estables. Las investigaciones demuestran que los niveles de ácido linoleico en el tejido adiposo humano aumentaron un 136 % en los últimos 50 años, lo que refleja de forma directa el aumento de las PUFAs en la alimentación
- A diferencia de las grasas saturadas, las PUFAs son muy inestables y propensas a la oxidación, lo que causa inflamación, disfunción metabólica y mayor producción de subproductos nocivos. Reducir el consumo de PUFAs en la alimentación puede reducir en gran medida el estrés oxidativo, pero debido a que las PUFAs almacenadas tienen una vida media prolongada de alrededor de 680 días, restablecer un equilibrio de grasas más saludable lleva tiempo
- El C15:0, que es una grasa saturada de cadena impar que se encuentra en los productos lácteos de animales alimentados con pastura y en la grasa animal de animales rumiantes, fortalece las membranas celulares, reduce la inflamación y ayuda a proteger contra el daño oxidativo inducido por PUFAs
- Las prácticas agrícolas modernas redujeron los niveles de C15:0 en los productos lácteos, lo que hace que los productos de animales alimentados con pastura sean la mejor opción para obtener este ácido graso esencial
- Priorizar las grasas animales tradicionales y reducir el consumo de PUFAs puede ayudar a restablecer la salud metabólica, lo que alinea la composición de grasa del cuerpo con la de nuestros antepasados
🩺Por Ashley Armstrong, autora invitada
Hoy en día, muchas personas son conscientes de las consecuencias para la salud que tiene el consumo excesivo de grasas insaturadas en la alimentación. Sin embargo, lo que las personas no saben es que la composición de la grasa dentro del cuerpo humano ha cambiado de manera fundamental durante el último siglo.
Se produjo un cambio drástico en las fuentes de nuestro consumo de grasas alimentarias: de una alimentación que antes era rica en grasas saturadas a una que ahora está dominada por grasas poliinsaturadas. Y, este cambio de alimentación modificó el entorno dentro de nosotros.
Un estudio destacó este cambio, y demostró que "el ácido linoleico en el tejido adiposo aumentó un 136 % durante el último medio siglo y que este aumento está muy relacionado con un mayor consumo de AL en el mismo periodo de tiempo".1
Esto significa que la composición de grasa de los humanos modernos difiere de manera fundamental a la de sus antepasados. A diferencia de nuestros tatarabuelos, cuya grasa corporal estaba compuesta en su mayoría de grasas saturadas estables, los humanos modernos ahora almacenan muchas más grasas poliinsaturadas (PUFAs), en particular el ácido linoleico.
Este cambio no es uno trivial: ¡tiene implicaciones profundas para la salud humana, el metabolismo y la inflamación! Por ejemplo, las grasas saturadas producen menos estrés reductivo de las células en comparación con las grasas insaturadas,2 lo que tiene un impacto positivo en la tasa metabólica.
Los tipos de grasa que hay dentro de nosotros reflejan de manera directa los tipos de grasa que consumimos.3 Esto significa que el consumo de grasas en la alimentación puede alterar de forma significativa la bioquímica humana debido a que… somos lo que comemos. La grasa de la alimentación no es solo una fuente de energía, sino que también se utiliza para las estructuras dentro de nosotros.
Como se observó en un estudio, "la concentración media de ácido linoleico en el tejido adiposo fue del 10.9 % al inicio. Durante la última parte del ensayo, que duró ocho años para algunos sujetos, la concentración de ácido linoleico en el tejido adiposo se acercó a un nivel asintótico del 33.7 % entre los adherentes buenos".4
Los "adherentes buenos" fueron los sujetos que aumentaron su consumo de grasas insaturadas, de acuerdo con la creencia común pero engañosa de que más grasas insaturadas y menos grasas saturadas favorecen la salud.
Por desgracia, revertir esta tendencia hacia una grasa corporal insaturada (y volvernos más saturados dentro de nosotros) requiere más que solo ajustes pequeños en la alimentación; también se necesita paciencia y tiempo para restaurar la composición de ácidos grasos del cuerpo a un equilibrio más saludable.
Reducir el consumo de PUFAs es una inversión a largo plazo en la salud
Una estrategia efectiva para mejorar la composición de ácidos grasos es reducir el consumo de PUFAs en la alimentación. Un estudio demostró que reducir el consumo de ácido linoleico del 6.7 % al 2.4 % resultó en niveles mucho menores de subproductos nocivos en el plasma en solo 12 semanas.5 Sin embargo, debido a que la grasa corporal almacenada es distinta de las concentraciones plasmáticas, transicionar a una composición de grasa más saludable lleva tiempo.6
Las grasas alimentarias tienen una vida media larga dentro del cuerpo. Las investigaciones demostraron que la vida media del ácido linoleico almacenado es de alrededor de 680 días,7 lo que significa que puede llevar casi dos años cambiar de forma significativa la composición de ácidos grasos dentro del tejido adiposo. Esto destaca la importancia de limitar de forma constante el consumo de PUFAs y priorizar las fuentes ricas en grasas saturadas a lo largo del tiempo.
Si bien, el consumo ocasional de alimentos ricos en PUFAs no afecta la salud, las grasas que se consumen todos los días tienen un impacto profundo en la salud metabólica a largo plazo. La clave para cambiar el perfil de grasa del cuerpo es dar tiempo para que los PUFAs almacenados se oxiden de manera gradual a través del metabolismo de las grasas y se procesen mediante glucuronidación.
La inestabilidad de las grasas insaturadas y sus consecuencias
Debido a sus dobles enlaces, las grasas insaturadas son inestables por naturaleza y propensas a la oxidación. Esta oxidación ocurre a través de dos vías principales, cada una de las cuales causa inflamación y daño de las células:
1. La oxidación enzimática ocurre cuando el ácido linoleico se convierte en ácido araquidónico, que es un precursor de eicosanoides proinflamatorios como el 5-HETE. Este proceso está regulado por las enzimas delta-5 desaturasa (D5D) y delta-6 desaturasa (D6D), las cuales están influenciadas por la salud metabólica.
Cuando el metabolismo se ve afectado, esta vía se regula de forma positiva, lo que incrementa la producción de compuestos inflamatorios. Además, entre más PUFAs estén presente, más ocurrirá esto con las enzimas desaturasas reguladas de forma positiva.
2. La oxidación no enzimática ocurre cuando los radicales libres atacan a las PUFAs, lo que forma aldehídos tóxicos como 4-HNE y MDA. Este proceso se acelera cuando las grasas ricas en PUFAs se exponen al calor, al oxígeno o al estrés oxidativo, lo que causa mayor daño oxidativo, disfunción celular e inflamación sistémica.
La influencia del C15:0 para proteger contra el daño oxidativo inducido por PUFAs
Si bien, reducir el consumo de PUFAs es crucial, otra forma de apoyar la salud de las células durante este periodo de transición de ácidos grasos es con la incorporación de grasas saturadas de cadena impar, en específico el C15:0, a la alimentación todos los días.
El C15:0 es un ácido graso saturado de cadena impar que se ha identificado como esencial para la salud, pero nuestros cuerpos no pueden sintetizarlo en cantidades grandes.8,9 A diferencia de las grasas saturadas de cadena par, que el cuerpo puede producir a través de la lipogénesis de novo, las grasas saturadas de cadena impar provienen en su mayoría de los alimentos. El microbioma intestinal puede producir cantidades pequeñas de C15:0 a través de la fermentación de la fibra, pero esto no es suficiente para satisfacer las necesidades fisiológicas.
Por lo tanto ¡el C15:0 se considera el ácido graso esencial más nuevo! Por desgracia, muchas personas tienen deficiencia de C15:0 debido a un consumo cada vez menor de fuentes tradicionales como los productos lácteos enteros y la grasa de animales rumiantes, alimentos que han sido difamados sin fundamento en las últimas décadas debido al alarmismo respecto a las grasas saturadas y el colesterol en la alimentación.
Beneficios del C15:0 para la salud
Las investigaciones sugieren que el C15:0 aporta múltiples beneficios, por ejemplo:10
Fortalece las estructuras de las células | Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares e infartos |
Disminuye la inflamación | Repara de la función de las mitocondrias |
Mejora el metabolismo y la producción de la energía | Favorece la función de las enzimas hepáticas y la salud del hígado |
Mejora la diversidad del microbioma intestinal |
Uno de los beneficios más importantes del C15:0 es su potencial para contrarrestar el daño oxidativo que causa el exceso de PUFAs almacenados.
Como es una grasa saturada estable, el C15:0 se incorpora a las membranas de las células, lo que las hace más resistentes a la peroxidación y reduce el estrés inflamatorio.11 Debido a que fortalece la resiliencia de las células, el C15:0 protege de manera indirecta al ácido linoleico y otras grasas poliinsaturadas de la oxidación, lo que mitiga algunos de los efectos nocivos asociados con el consumo elevado de PUFAs.
Las mejores fuentes alimenticias de C15:0
Las concentraciones más elevadas de C15:0 se encuentran en la grasa láctea y en la grasa de los animales rumiantes.12 Sin embargo, las prácticas agrícolas modernas han reducido en gran medida el contenido de C15:0 en los productos lácteos a medida que pasamos de sistemas basados en pasturas a operaciones concentradas de alimentación animal (CAFOs, por sus siglas en inglés) y se eliminó en gran medida el ganado de las pasturas y el pastoreo rotacional.
Los estudios demostraron que las vacas alimentadas con granos producen leche con niveles mucho menores de C15:0 en comparación con las vacas alimentadas con pastura y criadas en pasturas diversas.13 Además, el gran cambio hacia alternativas de productos lácteos de origen vegetal (que no contienen C15:0 en absoluto) ha agravado aún más la deficiencia en muchos seres humanos.
Para optimizar el consumo de C15:0, lo ideal es obtener productos lácteos de animales alimentados con pastura. Solo una porción de queso de vacas alimentadas con pastura o una cucharada de mantequilla aporta alrededor de 110 y 130 mg de C15:0 al día, lo que ayuda a mantener la salud de las células y contrarresta el daño oxidativo de las grasas insaturadas almacenadas o de la alimentación. A continuación, encontrará tres consejos prácticos para aumentar el C15:0 en su alimentación:
- Elija productos lácteos reales, de animales alimentados con pastura, en lugar de las alternativas
- Cocine sus alimentos con ghee, sebo o mantequilla de animales alimentados con pastura en lugar de aceites vegetales o aceite de oliva
- Consuma con regularidad queso de animales alimentados con pastura
No necesita consumir grasas alimentarias en exceso. Pero ¡es importante que preste mucha atención a las fuentes de grasa que consume! Limite el consumo de grasas insaturadas siempre que pueda, y priorice las grasas animales tradicionales, las cuales son ricas en grasas saludables como el C15:0.
Conclusión
El cambio en la alimentación moderna hacia un consumo elevado de PUFAs ha modificado de manera fundamental la composición de grasa del cuerpo humano, lo que causa mayor inflamación, daño oxidativo y disfunción metabólica. Si bien, disminuir el consumo de PUFAs es un paso crucial para revertir esta tendencia, requiere paciencia, ya que los PUFAs almacenados pueden tardar años en reemplazarse por completo.
Incorporar alimentos ricos en C15:0 a la alimentación puede ofrecer protección adicional contra el daño inducido por los PUFAs, ya que estabiliza las membranas de las células y reduce el estrés oxidativo. Priorizar las grasas animales tradicionales que provienen de fuentes alimentadas con pastura puede restaurar el perfil de ácidos grasos del cuerpo a uno más alineado con el de nuestros ancestros, lo que apoya la salud metabólica y general a largo plazo.
Cuando realice estos cambios en su alimentación y se mantenga constante, con el tiempo, es posible recuperar una composición de grasas más saludable, ¡lo que lo acercará a la buena salud metabólica de sus tatarabuelos!
Sobre la autora
A Ashley Armstrong le apasiona ayudar a otros a recuperar la salud metabólica y crear un sistema alimentario de agricultura regenerativa alternativo bajo en PUFAs, elevado en C15:0 y bajo en agroquímicos tóxicos como el glifosato.
Ashley es cofundadora de Angel Acres Egg Club, que se especializa en huevos con bajo contenido de PUFAs que se envían a los 50 estados. ¡Las pruebas de laboratorio recientes confirmaron que los huevos de Angel Acres no contienen glifosato!
Este logro refleja un compromiso con la calidad y una asociación única con agricultores de cultivos en hileras que practican prácticas de agricultura regenerativa para producir ingredientes de alimentos para pollos con bajo contenido de PUFAs y no utilizan agroquímicos.
Además, es cofundadora de Nourish Food Club, que vende la mejor carne de cerdo, de res, queso, productos lácteos A2 y masa madre tradicional con bajo contenido de PUFAs a los 50 estados. Si bien, el Egg Club y el queso Raw A2 rico en C15:0 tienen membresías abiertas, el sitio principal del Nourish Food Club tiene una lista de espera temporal mientras trabajan para ampliar la producción con la incorporación de más granjas regenerativas a lo largo del tiempo.
🔎Fuentes y Referencias:
- 1 Adv Nutr. 2015 Nov 10;6(6):660–664
- 2 Journal of Biological Chemistry, Volume 284, Issue 48, 33425-33436
- 3 Progress in Lipid Research, Volume 45, Issue 3, May 2006, Pages 203-236
- 4 Journal of Lipid Research, Volume 38, Issue 10, 2012-2022
- 5 Prostaglandins Leukot Essent Fatty Acids. 2012 Oct-Nov;87(4-5):135-41. doi: 10.1016/j.plefa.2012.08.004. Epub 2012 Sep 5
- 6 Journal of Lipid Research, Volume 7, Issue 1, 1 January 1966, Pages 103-111
- 7 J Lipid Res. 1966 Jan;7(1):103-11
- 8 Nutrients 2023, 15(21), 4607
- 9 Sci Rep 10, 8161 (2020)
- 10 Discover C15:0, Promising broad benefits from C15:0
- 11 Nutrients. 2023 Oct 30;15(21):4607
- 12 WholeFoodCatalog, Foods High in Pentadecanoic acid
- 13 Foods. 2019 Aug 17;8(8):350