📝HISTORIA EN BREVE
- Más del 99 % de las personas viven en zonas que exceden las pautas de contaminación del aire de la OMS, y las investigaciones demuestran que la contaminación del aire por partículas finas contribuye al 20 % de los casos de diabetes tipo 2 en todo el mundo
- Un estudio de 2025 descubrió que la exposición crónica a niveles bajos de contaminación del aire, derivada del tráfico, provoca la enfermedad del hígado graso, lo que causa inflamación, un menor almacenamiento de glucógeno y cicatrización hepática en ratones
- Los estudios en humanos confirman el vínculo que existe entre la contaminación del aire y el daño hepático, y la exposición aumenta de forma significativa las enzimas hepáticas
- La contaminación del aire altera la salud metabólica a través de múltiples vías, como el estrés oxidativo, la inflamación sistémica y la interferencia con el sistema nervioso autónomo y los órganos metabólicos esenciales
- Si bien la calidad del aire exterior no está en nuestras manos, el uso de purificadores de aire, una ventilación adecuada y la filtración de agua (debido a los vapores de cloro) reduce en gran medida la exposición a contaminantes dañinos del aire interior
🩺Por el Dr. Mercola
La contaminación del aire es una amenaza silenciosa con consecuencias de gran alcance para la salud, y las zonas con mayor contaminación no son las únicas que deberían alarmarse. La exposición crónica, incluso a niveles bajos, plantea riesgos significativos. De hecho, más del 99 % de la población mundial vive en zonas donde la contaminación del aire excede las directrices de seguridad de la Organización Mundial de la Salud (OMS).1 Esta exposición generalizada subraya una verdad sorprendente: el aire "seguro" es cada vez más escaso y esto repercute en la salud.
La contaminación del aire no solo afecta los pulmones y el corazón. Las enfermedades metabólicas, en particular la diabetes tipo 2, tienen un vínculo evidente con la exposición crónica, en especial a las partículas finas conocidas como PM2.5. La evaluación de la Carga Mundial de Enfermedades estimó que un 20 % de los casos de diabetes tipo 2 en todo el mundo se atribuyen a las PM2.5.2
Las investigaciones revelan que el hígado también es muy vulnerable incluso con una exposición crónica a niveles bajos de contaminación. La enfermedad del hígado graso, que es una afección en la que el exceso de grasa se acumula en el hígado, se reconoce cada vez más como una consecuencia de la exposición a PM2.5.3 En resumen, la exposición a largo plazo a la contaminación del aire, aunque parezca insignificante, causa estragos en la función metabólica.
¿La contaminación del aire a niveles bajos puede provocar la enfermedad del hígado graso?
Un estudio de 2025 que se publicó en el Journal of Environmental Sciences exploró los efectos de exponerse a la contaminación del aire todos los días.4 Los investigadores estudiaron lo que ocurre en el hígado cuando se expone a la contaminación por PM2.5, derivada del tráfico, durante un tiempo prolongado. Los investigadores buscaron comprender cómo la exposición prolongada a niveles bajos, que muchas personas experimentan todos los días, afecta la salud del hígado.
• Modelo de exposición en el mundo real: durante 12 semanas, se expuso a ratones sanos a PM2.5 derivadas del tráfico en niveles que reflejan la exposición real de los humanos, sobre todo en áreas con niveles moderados de contaminación como Australia. La exposición prolongada incluso a este nivel bajo de PM2.5 provocó que estos animales desarrollaran la enfermedad del hígado graso.
•Cambios en el hígado relacionados con la contaminación del aire: los hígados de los ratones expuestos presentaron características significativas de esta afección, tales como una mayor acumulación de grasa, inflamación y acumulación de colágeno. Además, en la semana 12, los hígados de los ratones expuestos a la contaminación del aire presentaron niveles excesivos de triglicéridos y ceramidas.
Los triglicéridos son un tipo de grasa que, cuando se acumula en el hígado en cantidades excesivas, es un indicador de la enfermedad del hígado graso. Las ceramidas son otra clase de lípidos que también se relacionan con la disfunción metabólica.
•Alteración del almacenamiento de energía y el metabolismo: el hígado de los ratones presentó niveles reducidos de glucógeno, que es la forma en la que se almacena la glucosa, y es la principal fuente de energía del cuerpo. Un nivel reducido de glucógeno sugiere un deterioro en el almacenamiento y el uso de energía en el hígado. Estos cambios ocurrieron a pesar de que aumentó el metabolismo lipídico general en el hígado, lo que indica un estado metabólico disfuncional en lugar de una simple desaceleración.
• Desarrollo de inflamación y fibrosis: el estudio también reveló signos claros de inflamación y fibrosis en el hígado de los ratones expuestos a la contaminación del aire. Se observó un aumento notable en el número de macrófagos hepáticos. Los macrófagos son células inmunológicas que acuden con rapidez al lugar de la lesión o inflamación. A las 12 semanas, esta inflamación se intensificó, ya que se produjeron más citocinas proinflamatorias y hubo una mayor deposición de colágeno alrededor de las venas porta en el hígado.
El colágeno es una proteína estructural, y su acumulación o deposición es una característica de la fibrosis, sobre todo en la cicatrización del hígado. Esta cicatrización afecta la capacidad del hígado para funcionar de forma correcta a lo largo del tiempo. Estos hallazgos sugieren que incluso niveles bajos de contaminación del aire, presentes todos los días, inician e impulsan el desarrollo de la enfermedad del hígado graso a través de vías inflamatorias y metabólicas.
Estos descubrimientos son importantes ya que la enfermedad hepática se está volviendo cada vez más común, lo que resalta la necesidad de abordar factores ambientales como la contaminación del aire. Para obtener más información sobre el aumento de la enfermedad del hígado graso, consulte “Impacto silencioso: una enfermedad en crecimiento que afecta a millones”.
¿Qué dicen los estudios en humanos sobre la contaminación del aire y la salud del hígado?
Se han obtenido resultados similares en estudios realizados en humanos. Una revisión sistemática y metaanálisis publicados en el International Journal of Environmental Research and Public Health5 también concluyeron que la contaminación del aire daña la salud del hígado. El estudio utilizó datos agrupados de 10 estudios observacionales separados, que abarcaron un total de más de 14 millones de participantes, para investigar la relación entre la exposición a la contaminación del aire por partículas finas y los niveles de enzimas hepáticas en humanos.
•El metaanálisis fortalece la evidencia: los metaanálisis como este son poderosos porque combinan los resultados de muchos estudios para detectar tendencias generales y fortalecer la evidencia, lo que brinda una visión más amplia y confiable del tema. Este análisis confirmó que los aumentos en la exposición a PM2.5 tienen una relación estrecha con niveles más altos de enzimas hepáticas esenciales en las personas.
•Los niveles de enzimas hepáticas aumentan con la exposición a la contaminación: los investigadores encontraron un vínculo evidente entre las PM2.5 y tres enzimas hepáticas: alanina aminotransferasa (ALT), aspartato transaminasa (AST) y gamma-glutamil transferasa (GGT).
Estas enzimas son marcadores importantes de la salud del hígado; cuando las células del hígado están dañadas, estas enzimas se filtran al torrente sanguíneo y los niveles elevados indican lesión o enfermedad hepática. En términos concretos, el metaanálisis calculó que por cada 10 microgramos por metro cúbico (μg/m3) de aumento en la concentración de PM2.5, los niveles de ALT aumentaron en un promedio de 4.45 %, los niveles de AST en 3.99 % y los niveles de GGT en 2.91 %.6
•Los niveles más elevados de contaminación provocan mayores daños hepáticos: estos hallazgos indican que a medida que aumenta el nivel de PM2.5 en el aire, también lo hacen estos marcadores de daño hepático en las poblaciones humanas. Los investigadores utilizaron un modelo de efectos aleatorios para su análisis, el cual es un enfoque estadístico que resulta apropiado para combinar resultados de estudios que podrían tener algunas diferencias en sus diseños o poblaciones.
•Se observó un mayor impacto en las poblaciones de Asia: el análisis de subgrupos reveló que la asociación entre las PM2.5 y las enzimas hepáticas elevadas fue más pronunciada en los estudios realizados en Asia. Dentro de las poblaciones de dicho continente, el aumento de las enzimas hepáticas asociado con la exposición a PM2.5 fue un poco superior a los promedios generales.
Por ejemplo, en Asia, los niveles de ALT aumentaron un 5.07 %, los de AST un 4.11 % y los de GGT un 2.74 % por cada 10 μg/m3 de aumento de PM2.5. Esto sugiere que la ubicación geográfica u otros factores específicos de dichas poblaciones amplifican los efectos nocivos de las PM2.5 en la salud hepática. Sin embargo, la conclusión general es consistente en todas las regiones: respirar más aire contaminado con PM2.5 está relacionado con signos de estrés y daño hepático en los humanos.
•El estrés oxidativo y la inflamación provocan daño hepático: los mecanismos detrás de esta asociación podrían ser similares a los que se observaron en el estudio con animales. Los investigadores le atribuyen esto al estrés oxidativo y a la inflamación. Cuando inhalamos PM2.5, estas partículas diminutas desencadenan una cascada de procesos dañinos en nuestro cuerpo. El estrés oxidativo se refiere a un desequilibrio entre los radicales libres dañinos y los antioxidantes protectores en las células.
La inflamación es la respuesta natural del cuerpo a una lesión o irritación, pero cuando se vuelve crónica, daña los tejidos sanos. En el contexto del hígado, el estrés oxidativo y la inflamación inducidos por PM2.5 provocan lesiones en las células hepáticas, lo que provoca la liberación de las enzimas hepáticas medidas en el estudio.
Estos hallazgos refuerzan la evidencia de que la contaminación del aire es un agente silencioso que contribuye al daño hepático, lo que enfatiza la necesidad de una mayor conciencia y medidas de protección.
La contaminación del aire es un factor importante que contribuye a la diabetes tipo 2
Una revisión de 2024 publicada en The Lancet Diabetes & Endocrinology también reveló vínculos muy fuertes entre la contaminación del aire y la salud metabólica.7 Se enfocó en la conexión entre la contaminación del aire, sobre todo por PM2.5, y el riesgo de enfermedades cardiometabólicas, con un enfoque en la diabetes tipo 2, y reveló que la contaminación del aire es un factor de riesgo ambiental para la diabetes tipo 2 en todo el mundo.
• Mayor riesgo de diabetes incluso con niveles bajos de contaminación: la revisión destaca estudios que demuestran que el riesgo de desarrollar diabetes aumenta incluso con niveles bajos de exposición. Por lo tanto, no es solo un problema para quienes viven en ciudades muy industrializadas, sino que incluso los niveles de contaminación considerados típicos en muchas zonas contribuyen a este riesgo.
•Ciertas poblaciones enfrentan un mayor riesgo: la asociación entre la contaminación del aire y la diabetes tiende a ser más fuerte en los hombres, en los grupos con un nivel socioeconómico más bajo y en las personas que ya tienen otros problemas de salud. Esto significa que ciertas poblaciones son mucho más vulnerables a los efectos de la contaminación que inducen diabetes.
•Cómo la contaminación del aire ocasiona disfunción metabólica: The Lancet detalla una cascada de respuestas biológicas que desencadena la contaminación del aire por PM2.5, comenzando con el estrés oxidativo (un desequilibrio de radicales libres dañinos) y la inflamación sistémica en todo el cuerpo.
•Alteraciones en sistemas metabólicos esenciales: la exposición a PM2.5 altera el sistema nervioso autónomo, el cual controla sus funciones involuntarias como la frecuencia cardíaca y la digestión. También interfiere con órganos esenciales que regulan el metabolismo, incluyendo el hígado, el tejido graso e incluso el cerebro.
A través de estas vías tan complejas, la contaminación desajusta el sistema metabólico y prepara el camino para la resistencia a la insulina, la obesidad y, en última instancia, la diabetes tipo 2.
La contaminación del aire es solo una parte de una carga tóxica mayor que afecta su salud metabólica. Para obtener más información sobre el impacto de exponerse a sustancias químicas, lea “Exposición diaria: un riesgo invisible para su salud y el entorno”.
Cinco pasos sencillos para reducir los estragos de la contaminación
Si bien, no es posible cambiar la calidad del aire exterior, cada persona tiene un poder significativo para mejorar el aire que respira en su propia casa y disminuir el impacto de la contaminación del aire en su cuerpo. Hay medidas prácticas que puede tomar ahora mismo para cuidar su salud y la de su familia. Centrémonos en lo que puede controlar para crear un entorno más saludable. A continuación encontrará cinco recomendaciones esenciales que puede poner en práctica a partir de este momento:
1. Purifique el aire interior: la calidad del aire de su hogar es de vital importancia. Le recomiendo invertir en un purificador de aire de alta calidad, en particular, uno que utilice tecnología de oxidación fotocatalítica (PCO). A diferencia de los filtros estándar que solo atrapan los contaminantes, los purificadores PCO utilizan luz ultravioleta para transformar las sustancias dañinas y volverlas inofensivas.
Para una filtración más general, asegúrese de que su horno y su unidad de aire acondicionado estén equipados con filtros HEPA. Son mucho más efectivos para capturar partículas finas que los filtros estándar.
2. Reconsidere sus productos de limpieza y artículos del hogar: muchos artículos domésticos comunes perjudican la calidad del aire. Cambie los limpiadores químicos y sintéticos por alternativas que no sean tóxicas, tales como bicarbonato de sodio, vinagre y peróxido de hidrógeno. Evite los aerosoles, los ambientadores comerciales y las velas aromáticas, ya que liberan numerosos químicos en el aire.
3. Ventile con regularidad y de manera inteligente: abrir las ventanas es una de las formas más simples y efectivas de refrescar los espacios cerrados. Intente realizar al menos 15 minutos de ventilación cruzada cada día, incluso en los meses más fríos, para mejorar el intercambio de aire.
Cuando se encuentre en su automóvil, sobre todo si hay mucho tráfico, asegúrese de recircular el aire interior para minimizar la entrada de aire contaminado del exterior. Y si su auto es nuevo, ventílelo con frecuencia para liberar las toxinas que emiten los materiales.
4. Filtre el agua para bañarse: lo ideal es filtrar el agua que utiliza tanto para beber como para bañarse, ya que el agua sin filtrar lo expone a vapores de cloro y gas cloroformo peligrosos, que causan mareos, fatiga, asma, inflamación de las vías respiratorias y alergias respiratorias.
El cloro se vaporiza desde cada inodoro de su casa y cada vez que lava la ropa, los trastes, o toma un baño. Si obtiene agua de un suministro municipal y no tiene un filtro, asegúrese de abrir las ventanas en lados opuestos de su casa para hacer una ventilación cruzada. Mantenga las ventanas abiertas durante cinco a diez minutos al día para eliminar estos gases.
5. Minimice su exposición a la contaminación exterior: tome decisiones inteligentes sobre cuándo y dónde pasa tiempo, en especial si vive en una zona con una contaminación significativa. Evite hacer ejercicio al aire libre durante las horas pico, cuando los niveles de contaminación suelen ser más altos.
Evite hacer ejercicio cerca de autopistas principales o carreteras con mucho tráfico donde se concentra la contaminación. Preste atención al índice de calidad del aire (AQI) en su localidad; en los días en que el AQI sea alto, opte por hacer actividades en interiores. Estas precauciones ayudan a reducir de forma significativa su exposición directa a las partículas dañinas que se encuentran en el aire.
Preguntas frecuentes sobre la contaminación del aire y la salud metabólica
Q: ¿La contaminación del aire puede causar enfermedades hepáticas?
A: Sí. Las investigaciones demuestran que incluso una exposición a niveles bajos de PM2.5 puede provocar acumulación de grasa, inflamación y cicatrización en el hígado, lo que contribuye a la enfermedad del hígado graso.
Q: ¿Cómo afecta la contaminación del aire al funcionamiento del hígado?
R: Los estudios demuestran que la exposición a PM2.5 tiene una relación con los niveles elevados de enzimas hepáticas, lo que indica estrés y daño al hígado. Un metaanálisis de más de 14 millones de personas confirmó que los niveles más altos de PM2.5 se correlacionan con un aumento de las enzimas ALT, AST y GGT.
Q: ¿La contaminación del aire es un factor de riesgo para la diabetes tipo 2?
A: Sí. Las investigaciones sugieren que el 20 % de los casos de diabetes tipo 2 en todo el mundo tienen una relación con la exposición a PM2.5. Los contaminantes desencadenan estrés oxidativo, inflamación y disfunción metabólica, lo que aumenta la resistencia a la insulina y el riesgo de diabetes.
Q: ¿Cuáles son las mejores formas de reducir mi exposición a la contaminación del aire?
A: Mejore la calidad del aire interior con filtros HEPA o fotocatalíticos, utilice productos domésticos que no sean tóxicos, ventile sus espacios todos los días, filtre el agua y limite su actividad al aire libre durante las horas de mayor contaminación.