📝HISTORIA EN BREVE

  • La obesidad va mucho más allá del exceso de peso, es una enfermedad crónica que afecta la función de los órganos y daña la salud metabólica, lo que significa que el índice de masa corporal (IMC) no es suficiente para diagnosticarla
  • Hay muchas personas con un IMC normal que tienen disfunción metabólica grave debido a la acumulación de grasa
  • Ahora, los investigadores piden que se actualice la definición de obesidad, y se clasifique como “preclínica” y “clínica”. La obesidad clínica se refiere a casos en los que el exceso de grasa daña de forma directa los órganos o limita las funciones cotidianas
  • Algunas estrategias para combatir la obesidad incluyen dejar de consumir aceites vegetales, mejorar la sensibilidad a la insulina a través del consumo de carbohidratos saludables y corregir las deficiencias de micronutrientes
  • Practicar entrenamiento de fuerza y caminar son dos ejercicios muy efectivos para restablecer la función metabólica, ya que refuerzan las mitocondrias, combaten la inflamación y dirigen la energía hacia los músculos en lugar de almacenarla en forma de grasa

🩺Por el Dr. Mercola

Desde hace mucho tiempo, los médicos se basan en el IMC (índice de masa corporal) para diagnosticar la obesidad. Pero, no es la herramienta más precisa para hacerlo, ya que no considera otros factores importantes como la distribución de la grasa, ni la salud metabólica. Por esta razón, basarse en el IMC puede resultar en diagnósticos erróneos, por ejemplo, clasificar a personas que están en forma y musculosas como si tuvieran sobrepeso.

Buscan que se actualice la definición de obesidad

Los investigadores de un estudio que se publicó en The Lancet Diabetes & Endocrinology piden que se cambie la forma en que se diagnostica y trata la obesidad. Según este modelo, una persona con un IMC elevado pero sin disfunción metabólica no debería considerarse obesa, mientras que alguien con un IMC "normal" pero con daño en los órganos por el exceso de grasa debería considerarse como obesidad clínica.1

•Las deficiencias del IMC: los investigadores afirman que el IMC por sí solo no es un indicador preciso de la salud. Por lo que, proponen que se actualice la definición de obesidad para establecer dos clasificaciones: “preclínica” y “clínica”, y hacer un mayor énfasis en la identificación de los deterioros funcionales a causa del exceso de grasa corporal en lugar de solo considerar el peso.

•El IMC no proporciona un diagnóstico preciso: como dijeron los investigadores, “para reducir el riesgo tanto de sobrediagnósticos como de diagnósticos erróneos, debe confirmarse el exceso de adiposidad a través de al menos otro criterio antropométrico (por ejemplo, la circunferencia de la cintura) o bien, una medición directa de la grasa.

Pero, en personas con niveles elevados de IMC (es decir, > 40 kg/m2) se puede asumir que existe un exceso de adiposidad. La confirmación de la obesidad define un fenotipo físico, pero no representa un diagnóstico de enfermedad per se”.2

•Obesidad visual versus obesidad clínica: al profundizar en las definiciones de obesidad, los investigadores piden que se haga un diagnóstico más profundo antes de recomendar intervenciones de salud. “Las personas con obesidad confirmada (es decir, con una confirmación clínica de exceso de adiposidad) deben evaluarse para una posible obesidad clínica con base en los hallazgos de los antecedentes clínicos, el examen físico y las pruebas de laboratorio estándar u otras pruebas de diagnóstico según corresponda.

Al igual que con otras enfermedades crónicas, debe implementarse un tratamiento temprano que se base en la evidencia de la obesidad clínica con el objetivo de mejorar (o remitir, cuando sea posible) las manifestaciones clínicas”, dijeron los investigadores.3

•Obesidad preclínica: las personas que se diagnostican con obesidad preclínica “no suelen requerir un tratamiento con medicamentos o cirugía, y lo único que podrían necesitar es un seguimiento de su salud a largo plazo y asesoramiento, pero solo si el riesgo de que el problema progrese a obesidad clínica u otras enfermedades se considera bajo”.4

Basarse en el IMC ha resultado en una gran cantidad de diagnósticos erróneos

Uno de los hallazgos principales del estudio de The Lancet es el hecho de que, basarse en IMC ha resultado en una gran cantidad de diagnósticos erróneos.

•El IMC no es preciso: el estudio descubrió que las personas con masa muscular alta suelen clasificarse por error con obesidad, a pesar de que no tienen disfunción metabólica. Mientras que, la personas con IMC "normales" pero exceso de grasa visceral y trastornos metabólicos se consideran "sanas", lo que evita que el problema se trate a tiempo.5

•Los peligros de un diagnóstico erróneo a causa del IMC: aunque no parezca un problema grave, dar un diagnóstico erróneo tiene consecuencias graves. Muchas personas que se diagnostican con obesidad como resultado de su IMC, reciben tratamientos médicos innecesarios, dietas restrictivas e incluso cirugías para bajar de peso cuando su salud metabólica no justifica estas intervenciones.

Por otro lado, las personas a las que no se les detecta su disfunción metabólica no reciben un tratamiento temprano, lo que incrementa su riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud crónicos.6

El estigma del peso tiene sus consecuencias

Otro hallazgo importante del estudio es que el estigma del peso en el campo médico está detrás de muchos diagnósticos erróneos y malos resultados en los tratamientos. Las personas con disfunción metabólica a causa de la obesidad no buscan atención médica debido a experiencias desagradables en el pasado en relación con su peso. Además, este estigma hace que eviten el tratamiento e incluso recurran a comer más para lidiar con el estrés psicológico.

•La carga psicológica que provoca el estigma: según el estudio, “el estigma del peso daña aún más la salud mental y física que la obesidad en sí, ya que causa otros problemas como estrés, aislamiento social, baja autoestima, ansiedad, depresión y abuso de sustancias”.7

•El estigma en torno a la obesidad incrementa el riesgo de otros problemas: las personas con obesidad tienen mayor riesgo de sufrir atracones, comer en exceso por motivos emocionales y consumir alimentos poco saludables. Esto, a su vez, incrementa el riesgo de problemas de peso y otras complicaciones que se relacionan con la obesidad.8

Para revertir la situación, el estudio enfatiza que la obesidad debe tratarse como lo que es, una enfermedad y no un fracaso personal. Además, cambiar las herramientas de diagnóstico ayudará a reducir el estigma y alentará a más personas a buscar tratamiento médico.

• Para combatir la obesidad se necesita un cambio social: según la Comisión que realizó el estudio de The Lancet, “las instituciones académicas, las organizaciones profesionales, los medios de comunicación, las autoridades de salud pública, las asociaciones de pacientes y los gobiernos deberían fomentar la educación sobre el estigma del peso y ayudar a cambiar la narrativa pública sobre la obesidad con el fin de que coincida con el conocimiento científico moderno”.9

•No solo se trata de bajar de peso: los médicos suelen asumir que la pérdida de peso es la solución universal para todos los pacientes con obesidad, incluso cuando el problema subyacente es una disfunción metabólica y no el peso en sí. El estudio afirma que tratar la obesidad no consiste en forzar la pérdida de peso, sino más bien en mejorar la salud metabólica y funcional.10

Descubra si en realidad tiene obesidad

Si utiliza su IMC como base para determinar si tienen obesidad, el estudio de The Lancet sugiere que debería dejar de hacerlo. Esto significa que en lugar de enfocarse en los criterios que se basan en el IMC, es mejor considerar los biomarcadores que en realidad indican un riesgo para la salud.

•Revise su diagnóstico: si un médico ya lo diagnosticó con obesidad, pero solo se basó en su IMC, sería prudente que se realice otras pruebas para determinar el estado de su salud metabólica, que incluyen los niveles de azúcar, marcadores inflamatorios y exploraciones de composición corporal.

•No asuma que está sano si tiene un IMC normal: por el contrario, si tiene un IMC normal pero sufre de fatiga, resistencia a la insulina o problemas de salud inexplicables, la acumulación de grasa oculta podría ser la causa subyacente.

Como dijeron los investigadores de The Lancet: “los criterios actuales de obesidad que se basan el IMC pueden subestimar o sobreestimar la adiposidad y dar información poco precisa sobre la salud a nivel individual, lo que impide que se implementen enfoques sólidos para la atención y políticas de salud”.11

Pero ¿cómo puede obtener un resultado más preciso? La siguiente tabla proporciona un panorama más preciso de los niveles de grasa visceral y el riesgo de enfermedades. Es importante que lleve un registro de los cambios en esta proporción a medida que realiza cambios en su estilo de vida para asegurarse de que está reduciendo su grasa abdominal. Para obtener la proporción, divida la medida de su cintura entre la medida de su cadera y luego utilice los siguientes valores como referencia:

Proporción cintura-cadera

Hombres

Mujeres

Ideal

0.8

0.7

Riesgo bajo:

<0.95

<0.8

Riesgo moderado

0.96 - 0.99

0.81 - 0.84

Riesgo elevado

> 1.0

> 0.85

Otra medida que puede utilizar es la proporción cintura-altura. Para calcular el valor:

•Fórmula de la proporción cintura-altura: divida la circunferencia de su cintura entre su altura, pero asegúrese de que ambas medidas estén en la misma unidad, ya sea pulgadas o centímetros. Por ejemplo, si su cintura mide 32 pulgadas y su altura es 64 pulgadas, su proporción cintura-altura sería 0.50 (32 ÷ 64 = 0.50).

•La proporción ideal para los adultos: la proporción cintura-altura ideal para los adultos es entre 0.40 y 0.49, lo que indica un rango saludable.12 Una proporción menor a 0.40 puede sugerir un peso bajo, mientras que una relación entre 0.50 y 0.59 indica exceso de peso y un riesgo mayor de enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Una proporción de 0.60 o superior indica obesidad y un riesgo de salud mucho mayor.

•No olvide la proporción de su hijo: también se recomienda que registre la proporción cintura-altura de su hijo de vez en cuando. Para los niños de 6 a 18, años, una proporción menor a 0.46 se considera saludable, mientras que cualquier valor por encima de este umbral sugiere un riesgo mayor de problemas de salud relacionados con la obesidad.

Aborde la causa subyacente de la obesidad

Repito, la obesidad va mucho más allá del IMC, se trata de cómo el exceso de grasa afecta la salud metabólica, el funcionamiento de los órganos y el bienestar general. Para abordar la causa subyacente de la obesidad y los problemas relacionados, es fundamental cambiar el enfoque, que solo se basa en bajar de peso, a mejorar todo el funcionamiento del cuerpo. Estas son mis recomendaciones para ayudarlo a empezar a hacer cambios significativos:

1. Cambiar su enfoque, y en lugar de enfocarse en la pérdida de peso aborde su salud metabólica: controlar la obesidad no solo se trata de hacer que el número en la báscula sea más pequeño, también debe considerar sus marcadores de salud.

Si tiene poca energía, niveles inestables de azúcar o experimenta problemas que se relacionan con la inflamación, abórdelos primero. Realice una prueba de insulina en ayunas, controle su puntuación HOMA-IR (una prueba que evalúa la resistencia a la insulina13) y determine sus proporciones de cintura-cadera y cintura-altura para tener un panorama más completo de su estado. El objetivo no solo es bajar peso, sino mejorar el modo en que el cuerpo procesa los nutrientes, regula la energía y mantiene las funciones vitales.

2. Consumir carbohidratos adecuados para mejorar la sensibilidad a la insulina: su metabolismo prospera con el tipo correcto de carbohidratos, no con restricciones. Si lleva dietas bajas en carbohidratos o protocolos de ayuno, es hora de cambiar de enfoque.

La mayoría de los adultos necesitan entre 250 y 300 gramos de carbohidratos de fuentes de alimentos enteros al día para mantener una función metabólica óptima, en especial si es una persona activa. Comience con almidones fáciles de digerir como frutas enteras y arroz blanco.

3. Eliminar la grasa oculta que altera su metabolismo: consumir una gran cantidad de aceites vegetales (que también se conocen como aceites de semillas) daña todos los aspectos de la salud. Causa inflamación, altera la función de las mitocondrias y hace que la grasa se almacene en los lugares equivocados.

Para eliminar los aceites vegetales de su vida, evite todo tipo de alimentos procesados, comidas de restaurantes e incluso alternativas "saludables" como mantequillas de frutos secos y bocadillos a base de semillas. Utilice grasas saludables como mantequilla, sebo y ghee de animales alimentados con pastura. El aceite de coco también es una alternativa viable para cocinar comidas saludables en casa. Para restaurar la salud de sus células, enfóquese en los alimentos enteros y nutritivos.

4. Corregir sus deficiencias de micronutrientes: si sus niveles de energía están por los suelos, considere realizar un análisis para detectar ciertas deficiencias de micronutrientes. Por ejemplo, el magnesio y la vitamina D son fundamentales para su metabolismo, y la falta de estos nutrientes hace que sea difícil para el cuerpo regular la grasa de forma adecuada.

Para optimizar sus niveles de vitamina D, expóngase al sol al mediodía todos los días, pero antes debe eliminar los aceites vegetales de su alimentación durante al menos seis meses, ya que incrementan bastante su riesgo de quemaduras solares y daños en la piel. Para más información al respecto, lea: “La vitamina que controla las ‘células rebeldes’ y protege contra ataques autoinmunes”.

5. Enseñar a su cuerpo a quemar energía de manera eficiente: si le han dicho que hacer más ejercicio es la clave para combatir la obesidad, no les crea, el ejercicio solo es una pieza del rompecabezas. El problema no es la falta de movimiento. La obesidad es el resultado de una tasa metabólica lenta a causa de una alimentación poco saludable y la exposición a toxinas ambientales.

La mayoría de las personas tienen un metabolismo lento, comen demasiadas calorías incorrectas y llevan estilos de vida poco saludables, y esa es la verdadera causa de los problemas de peso.

Además de las recomendaciones que ya se mencionaron, una forma de acelerar su tasa metabólica es el entrenamiento de fuerza. Este tipo de ejercicio le indica a su cuerpo que dirija los nutrientes hacia el crecimiento y la reparación de músculos, en lugar de almacenarlos en forma de grasa.

Además, le recomiendo que salga a caminar todos los días, ya que es muy beneficioso para su estado físico en general. Para más información sobre los beneficios del simple acto de caminar, lea mi artículo: “El método para caminar mejor que los médicos no revelan”.

Preguntas frecuentes sobre la verdadera relación entre la obesidad y el IMC

P: ¿Por qué el IMC es una forma poco precisa de diagnosticar la obesidad?

R: El IMC es una medida poco precisa porque solo considera el peso y la altura sin evaluar la distribución de la grasa ni la salud metabólica. Esto resulta en diagnósticos erróneos, ya que personas con buena cantidad de músculo pueden diagnosticarse con obesidad, mientras que las personas con un IMC normal pero los niveles elevados de grasa visceral se consideran "sanas", a pesar de tener disfunción metabólica.

P: ¿Cuál es el nuevo enfoque para diagnosticar la obesidad?

R: Los investigadores proponen que se cambié el enfoque de diagnóstico que se basa en el IMC por un modelo que se base en un panorama más completo. Este modelo distingue entre obesidad preclínica (exceso de grasa sin problemas metabólicos) y obesidad clínica (exceso de grasa que causa daño orgánico o disfunción metabólica). En lugar de solo enfocarse en el peso, el diagnóstico también incluye marcadores de salud metabólica como los niveles de insulina y la presencia de inflamación.

P: ¿Cómo afecta el estigma del peso al tratamiento médico?

R: El estigma del peso en la atención médica causa diagnósticos erróneos, tratamientos tardíos y malos resultados para los pacientes. Las personas que se diagnostican por error con obesidad por su IMC reciben tratamientos innecesarios, mientras que las personas con disfunción metabólica no diagnosticada no reciben la intervención temprana que necesitan. Este estigma también causa estrés y hábitos alimentarios poco saludables, lo que empeora los problemas de salud preexistentes.

P: ¿Cómo se puede diagnosticar la obesidad con mayor precisión?

R: En lugar de basarse en su IMC, considere estos marcadores más precisos como guía:

•Proporción cintura-cadera (ideal: ≤ 0.8 para mujeres, ≤ 0.95 para hombres)

• Proporción cintura-altura (ideal: 0.40-0.49; proporciones ≥ 0.50 indican mayores riesgos para la salud)

• Marcadores de salud metabólica como insulina en ayunas, puntuación HOMA-IR (para resistencia a la insulina) y niveles de inflamación

P: ¿Cuáles son los cambios clave en el estilo de vida para reforzar la salud metabólica?

R: Enfóquese en la función metabólica, y no solo en la pérdida de peso: determine la estabilidad del azúcar, sus niveles de energía e inflamación. Además, elija los carbohidratos adecuados, como frutas enteras y arroz blanco, ya que eso lo ayudará a mejorar su sensibilidad a la insulina.

No olvide que es fundamental minimizar el consumo de aceites vegetales, ya que promueven el almacenamiento de grasa y la inflamación; y sustitúyalos con grasas más saludables como mantequilla, sebo y aceite de coco. Optimizar la vitamina D y hacer ejercicio regular de intensidad moderada también ayudará a reforzar su salud.