📝HISTORIA EN BREVE

  • La CoQ10, que es un compuesto esencial para la producción de energía celular, suele encontrarse en niveles bajos en los pacientes con cáncer, lo que sugiere que hay un vínculo entre la deficiencia y el riesgo de esta enfermedad
  • Las investigaciones demuestran que la CoQ10 ayuda a combatir el cáncer, ya que retrasa el crecimiento del tumor, evita que se formen nuevos vasos sanguíneos en los tumores y provoca que las células anormales se destruyan a sí mismas
  • El compuesto ayuda a regular la función del sistema inmunológico y la inflamación, ya que apoya la salud de las mitocondrias y mejora la actividad de las células T
  • La CoQ10 fortalece las mitocondrias saludables y, de esta manera, ayuda a que el sistema inmunológico tenga una respuesta más equilibrada
  • Medidas simples, como dividir las dosis y combinar CoQ10 con una comida que contenga grasas, son de gran ayuda para que el cuerpo la absorba y dé buenos resultados

🩺Por el Dr. Mercola

Se descubrió que las personas que sufren ciertas enfermedades tienen niveles bajos de CoQ10 en la sangre, lo cual es un hallazgo importante porque la coenzima Q10 es una sustancia esencial para que las células generen la energía que necesitan para funcionar. Se encuentra dentro de las mitocondrias, es decir, las centrales eléctricas de cada célula.

Los niveles bajos pueden indicar una mayor vulnerabilidad al daño oxidativo, mientras que garantizar un consumo adecuado de CoQ10 beneficia el sistema inmunológico. Esto significa que puede ser beneficioso mantener niveles elevados de esta coenzima, tanto para gozar de una buena salud todos los días como para prevenir el cáncer. Una revisión publicada en la revista Current Problems in Cancer se propuso explorar cómo la coenzima Q10 interactúa con varias etapas del desarrollo y la prevención del cáncer.1

La investigación examinó los documentos existentes sobre las propiedades antioxidantes de la CoQ10, su rol en la salud de las mitocondrias y cómo estos factores contribuyen al estado de las personas con cáncer. Al revisar múltiples hallazgos clínicos y de laboratorio, los autores armaron una visión amplia sobre qué poblaciones pueden obtener más beneficios y qué tipos de cáncer parecen responder mejor a esta molécula.

La CoQ10 como agente que protege al cuerpo del daño oxidativo en el cáncer

El artículo de la revista Current Problems in Cancer no se enfocó en un subconjunto estrecho de participantes, sino que incluyó a diferentes segmentos de personas sanas y con enfermedades crónicas en muchos ensayos anteriores.2

Los investigadores prestaron especial atención a los pacientes con cáncer colorectal, de mama, de pulmón, cervical, de próstata, de páncreas, melanoma, entre otros. Cada categoría de cáncer ofreció una pieza diferente del rompecabezas para comprender cómo la CoQ10 estabiliza los procesos celulares y regula el estrés oxidativo dañino sin generar efectos secundarios severos. Un aspecto destacado fue su capacidad para suprimir algo conocido como MMP (metaloproteinasas de matriz).3

Las MMP descomponen las proteínas en los tejidos, lo que, en términos simples, permite que las células cancerosas invadan el cuerpo y se propaguen. Cuando la CoQ10 está presente en niveles adecuados, su degradación se ralentiza, lo que sugiere que hay menos tumores. Aunque la tasa exacta de mejoría no fue el foco principal, el artículo sugirió menos signos de crecimiento descontrolado de tumores en ciertas poblaciones donde se registraron niveles más elevados de CoQ10.

Otro detalle fundamental tiene que ver con la influencia de la CoQ10 en la angiogénesis, que es el proceso mediante el cual se forman nuevos vasos sanguíneos para alimentar los tumores.4 Los tejidos sanos necesitan un crecimiento de vasos sanguíneos bien regulado, pero las células cancerosas secuestran este sistema cuando producen redes anormales de vasos que llevan nutrientes al tumor. El estudio mencionó que la CoQ10 podría inducir efectos antitumorales, ya que inhibe la angiogénesis.

Los investigadores también analizaron cómo la CoQ10 ayuda a detener el ciclo celular en las células anormales.5 El ciclo celular es el ciclo de vida de una célula, que pasa por etapas de crecimiento, duplicación de ADN y división. En muchos casos de cáncer, este ciclo se sale de control.

La enzima coloca una especie de "señal de alto" en puntos específicos e interfiere con la proliferación descontrolada. Al mismo tiempo, el artículo indicó que la CoQ10 estimula la apoptosis, lo que significa que impulsa a las células enfermas o mutadas a autodestruirse, que es justo lo que una célula normal debería hacer cuando su ADN está comprometido.

Otro aspecto se centró en los efectos antiinflamatorios de la CoQ10.6 La inflamación crónica a menudo prepara el terreno para que diferentes tipos de cáncer crezcan sin control, por lo que reducir ese entorno inflamatorio es una excelente línea de defensa. De acuerdo con los autores, los mecanismos biológicos detrás de estos hallazgos están vinculados con la capacidad antioxidante de la CoQ10, pero no solo se eliminan los radicales libres.7

Las mitocondrias, que son los centros de energía de las células, dependen de la CoQ10 para ayudar a transportar electrones en el proceso de producción de ATP (trifosfato de adenosina), la molécula que impulsa casi toda la actividad celular.

Cuando las mitocondrias funcionan de forma correcta, las células son menos propensas a recibir señales de estrés que podrían desencadenar una transformación maligna. El artículo identificó que la CoQ10 también "recicla" otros antioxidantes, como la vitamina E y la vitamina C, pues les da a estos nutrientes una segunda vida para proteger la integridad celular.

Por último, el documento enfatizó que el impacto de la CoQ10 varía según el tipo de cáncer, la dosis y si se usa sola o combinada con protocolos estándar.8 Algunas personas recibieron ayuda significativa para disminuir los marcadores tumorales, mientras que otras usaron la CoQ10 para mitigar los efectos secundarios del medicamento. Los autores concluyeron que la CoQ10 se destaca por su perfil de seguridad y versatilidad.

Cómo la CoQ10 interviene en el cáncer y el sistema inmunológico

Un recurso detallado del Instituto Nacional del Cáncer explora la relación de este nutriente con el tratamiento del cáncer y lo que se sabe sobre su seguridad y eficacia generales.9 Ciertos grupos incluyeron personas que recibieron medicamentos de quimioterapia con antraciclinas (como la doxorrubicina) como parte de su tratamiento contra el cáncer.10

Estos medicamentos dañan las células sanas del corazón y provocan síntomas como malestar en el pecho o fatiga extrema. De acuerdo con los autores, la coenzima Q10 podría ayudar a reducir esa tensión cardíaca.

Los investigadores explicaron que la coenzima Q10 es un compuesto que el cuerpo produce de forma natural y que es esencial para la producción de energía mitocondrial y los procesos oxidativos normales.11 Además, esta molécula tiene una presencia significativa en tejidos como el corazón, los riñones y el hígado, mientras que se detectan cantidades más pequeñas en los pulmones.

Debido a que las células demandan energía sustancial para llevar a cabo tareas como la contracción de los músculos y la función del sistema inmunológico, los autores sugirieron que los niveles más altos de coenzima Q10 podrían favorecer la resiliencia general. Una observación interesante fue cómo los estados de enfermedad a veces se correlacionan con niveles más bajos de coenzima Q10 en el torrente sanguíneo. En el artículo se menciona la estimulación del sistema inmunológico como otra razón para agregar coenzima Q10 al cuidado del paciente.12

Los modelos animales y los pequeños ensayos piloto indicaron que la actividad de las células T y la producción de anticuerpos parecían más fuertes una vez que se disponía de una dosis adecuada, incluso en casos en los que las células T, que son un tipo de glóbulos blancos responsables de combatir las células infectadas o malignas, aumentaron en número.

Otras consideraciones incluyeron el perfil de efectos secundarios de la sustancia.13 El informe no indicó ninguna toxicidad grave relacionada con las dosis típicas, aunque produjo insomnio leve en algunos casos. Se informó un aumento de las enzimas hepáticas después del uso prolongado de dosis de 300 miligramos (mg) al día, pero este efecto no se convirtió en un daño hepático evidente.

Información sobre los efectos de la CoQ10 en personas con cáncer

Un artículo en la revista BioFactors centró su atención en cómo la coenzima Q10 interactúa con el cuerpo en formas que van más allá de su actividad antioxidante, y se enfocó en pruebas específicas con animales de laboratorio y estudios de caso en humanos.14

Los autores intentaron determinar si existían vínculos directos entre el uso de coenzima Q10 y los cambios en las señales celulares, en especial en aquellos relacionados con la inflamación o el crecimiento de tumores. En esencia, analizaron si ciertos mensajeros inflamatorios (a menudo llamados citocinas) podrían suprimirse al incluir la coenzima Q10 a los programas terapéuticos.

En otras palabras, el artículo exploró la idea de que la coenzima Q10 podría ayudar a regular ciertas citocinas, que son moléculas de señalización que el cuerpo libera durante una respuesta del sistema inmunológico.15 Algunas citocinas, como el TNF alfa (factor de necrosis tumoral alfa), se elevan en pacientes con cáncer y pueden exacerbar la inflamación o alimentar procesos dañinos en los tejidos.

En un breve examen, seis personas con diferentes tipos de cáncer recibieron una combinación de antioxidantes que incluía coenzima Q10. Cuatro de ellos mostraron niveles más bajos de TNF alfa, mientras que los niveles de un paciente se redujeron a más de la mitad.

Esto fue digno de mención porque una menor inflamación en el entorno del tumor a menudo se traduce en menos complicaciones durante el tratamiento.16 Llamó la atención el hecho de que muchas señales corporales están relacionadas con el modo en que se desarrollan y propagan los cánceres. Si se ajustan esas señales, existe la posibilidad de remodelar el entorno en favor de un crecimiento saludable de las células. Esto resalta cómo la CoQ10 podría cambiar el equilibrio interno del cuerpo, para que, en lugar de alimentar las enfermedades, se defienda de ellas.

Otra parte del artículo se centró en datos observacionales humanos basados en un grupo de mujeres de Dinamarca con cáncer de mama.17 Las mujeres recibieron una mezcla de coenzima Q10, antioxidantes, minerales y otros compuestos junto con la atención convencional.

Aunque el diseño del estudio no fue un ensayo doble ciego controlado con placebo (el estándar para una buena investigación médica), llamó la atención porque las pacientes presentaron unas medidas de calidad de vida muy decentes y tiempos de supervivencia que superaron las expectativas iniciales. Los autores sugirieron que administrar la coenzima Q10, junto con otras terapias, tiene beneficios distintivos.

Cómo aumentar los niveles de CoQ10

Muchas personas subestiman cómo la deficiencia de CoQ10 altera la producción de energía básica del cuerpo. Siempre empiezo por enfocarme en las causas del problema, así que veamos cómo asegurarnos de que sus células tengan los componentes básicos que necesitan para funcionar mejor. Si tiene poca energía o está atravesando desafíos que ponen a prueba su salud cardíaca e inmunológica, podría beneficiarse de tomar medidas específicas para aumentar y mantener buenos niveles de CoQ10. Estas son mis recomendaciones:

1. Comience con una dosis inicial: si nunca ha tomado CoQ10, intente tomar entre 200 mg y 300 mg por día durante las primeras tres semanas. Ese período inicial ayuda a alcanzar el nivel en el cual los niveles de CoQ10 alcanzan su punto óptimo. Considero que es mejor dividirla en dos o tres dosis más pequeñas con las comidas.

Este enfoque permite que se absorba de manera constante durante todo el día. Después de unos 21 días, consuma 100 mg diarios si siente que tiene un nivel de actividad normal, pero tenga en cuenta que las cantidades más altas siguen siendo útiles para quienes tienen vidas activas o con mucho estrés.

2. Ajuste su consumo según su estilo de vida: es posible que necesite cerca de 200 o 300 mg por día si hace ejercicio intenso, si tiene un trabajo muy estresante o si se siente agotado físicamente la mayor parte del tiempo. Es importante que adapte su rutina a sus necesidades específicas.

Alguien que descansa más a menudo puede consumir una cantidad moderada, mientras que el ejercicio intenso exige más de sus mitocondrias. Si divide sus dosis en dos o tres porciones diarias, garantiza que sus sistemas de energía reciban un suministro constante.

3. Combínelo con una fuente saludable de grasas: la CoQ10 es liposoluble, así que debe tomarla junto con comidas que contengan cantidades moderadas de grasas ricas en nutrientes, como aceite de coco, mantequilla o sebo. Por ejemplo, si su almuerzo incluye una pequeña porción de mantequilla o ghee de animales alimentados con pastura, considere consumir una de sus dosis de CoQ10 con esa comida. Este paso amplifica la absorción en el tracto digestivo, por lo que maximiza la cantidad de suplemento que el cuerpo utiliza.

4. Ayude a su cuerpo a combatir las enfermedades crónicas: si está en una situación que implica tratamiento con estatinas o tiene problemas como enfermedades cardíacas, diabetes o fatiga crónica, es recomendable una cantidad de al menos 100 mg a 200 mg al día. Estos problemas de salud ejercen una presión adicional sobre los procesos metabólicos, y las estatinas bloquean la vía que utiliza el cuerpo para producir CoQ10. Cuando aumenta el consumo, se llena el vacío que dejan los medicamentos o el estrés.

5. Controle la calidad y la pureza del producto: asegúrese de elegir un producto CoQ10 que tenga una fórmula específica para una alta biodisponibilidad y absorción. De esta manera, sabrá con exactitud lo que está consumiendo, en especial cuando su salud a largo plazo depende de cada nutriente que elige.


🔍Fuentes y Referencias