📝HISTORIA EN BREVE

  • Tener un cuerpo sin energía es como tener un carro sin gasolina. Por esa razón, es muy importante darle a su cuerpo los nutrientes que necesita para mantener y reponer sus reservas de energía
  • La nutrición es la base de todo, los carbohidratos de alimentos enteros, las proteínas limpias y las grasas saludables estimulan la función mitocondrial y proporcionan nutrientes esenciales para producir energía celular
  • Los carbohidratos alimentan a las mitocondrias para que puedan producir energía. Los alimentos enteros, como las frutas maduras y el arroz blanco, proporcionan la glucosa que se requiere para estimular el metabolismo celular sin sobrecargar las vías metabólicas
  • Los micronutrientes como el magnesio, las vitaminas B y los polifenoles mejoran la función de las mitocondrias y combaten las especies reactivas de oxígeno
  • Evite los alimentos que deterioran su función mitocondrial, como aceites vegetales, azúcares refinados y alimentos ultraprocesados

🩺Por el Dr. Mercola

Tener un cuerpo sin energía es como tener un carro sin gasolina. No importa si está impecable, necesita gasolina para encender. Los factores cotidianos como una mala alimentación a base de productos ultraprocesados, la exposición a toxinas ambientales y las incesantes demandas de la vida moderna agotan las reservas de energía de su cuerpo.

Cuando se agota la energía celular, incluso en un cuerpo que parece saludable por fuera, tendrá dificultades para mantener sus procesos internos, ya que las células pierden su capacidad de repararse, los tejidos comienzan a descomponerse y aparece todo tipo de enfermedades crónicas. A pesar de toda la evidencia al respecto, la medicina moderna se empeña en utilizar tratamientos para enmascarar los síntomas de este déficit de energía celular en lugar de abordar la causa subyacente.

No obstante, revertir este problema requiere de mucho más que soluciones superficiales. Se necesita un enfoque estratégico más profundo y completo que aborde las causas subyacentes de la disfunción mitocondrial. Desde obtener los nutrientes que necesita de una alimentación saludable hasta hacer cambios específicos en el estilo de vida, lo que implica adoptar prácticas que restauren la producción de energía y su capacidad innata para sanar y prosperar, lo que tendrá un impacto muy beneficioso en su longevidad.

Los carbohidratos son la base para restaurar su producción de energía

Cuando se trata de restaurar la producción de energía celular, la nutrición lo es todo. Todo lo que come, influye en la capacidad de su cuerpo para producir energía, para bien o para mal. Las mitocondrias, que son las fuentes de energía de sus células, dependen de nutrientes específicos para producir ATP (trifosfato de adenosina), lo que, a su vez, es la fuente de energía principal de sus células. Por desgracia, hoy en día, la mayoría de personas consumen una gran cantidad de alimentos ultraprocesados con pocos nutrientes, lo que daña las mitocondrias.

• Los alimentos enteros promueven la función de las mitocondrias: basar su alimentación en alimentos enteros y nutritivos, así como eliminar los componentes dañinos, ayudará a restaurar el equilibrio y permitir que las mitocondrias funcionen de forma correcta. Este enfoque optimizará la producción de energía y ayudará a reparar y reforzar sus células. Un componente clave de este enfoque es la calidad de los macronutrientes, sobre todo de los carbohidratos.

• Los carbohidratos son el combustible que necesitan las mitocondrias para producir energía:  la glucosa de los carbohidratos de alimentos enteros entra a las células y estimula una serie de funciones biológicas. Es el combustible principal para la fosforilación oxidativa, que es el proceso que utilizan las mitocondrias para producir ATP.1

Sin suficientes carbohidratos, el cuerpo cambia al metabolismo de las grasas, lo que aumenta la producción de FADH2 y satura la cadena de transporte de electrones (CTE), causando estrés reductivo. El estrés reductivo empeora el estrés oxidativo, y por esa razón es muy importante mantenerlo bajo control, lo cual puede lograrse a través de una alimentación con alto contenido de carbohidratos limpios y saludables, que son justo lo que su cuerpo necesita para prosperar.

• Las mejores fuentes de carbohidratos saludables: las frutas maduras, el arroz blanco, los vegetales bien cocidos y los granos orgánicos proporcionan un suministro constante de glucosa que ayuda a mantener una buena función mitocondrial sin sobrecargar las vías energéticas. Sin embargo, agregar carbohidratos en su alimentación, en especial carbohidratos complejos, no es tan fácil como parece, ya que primero debe optimizar su salud intestinal.

• La salud intestinal determina la tolerancia a los carbohidratos: la fibra alimenta a las bacterias beneficiosas siempre y cuando tenga un microbioma intestinal saludable, en este caso, se producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que fortalecen la barrera intestinal y estimulan la producción de energía celular. Sin embargo, si tiene un microbioma poco saludable con más bacterias dañinas que beneficiosas, la fibra producirá endotoxinas.

• El papel de las endotoxinas en la disfunción metabólica: se liberan endotoxinas, que son lipopolisacáridos tóxicos que se encuentran en la membrana externa de las bacterias gramnegativas patógenas, cuando las bacterias mueren o se multiplican. Las endotoxinas causan inflamación en la pared intestinal y deterioran la función metabólica en todo el cuerpo.2

• La importancia de restaurar la salud intestinal antes de agregar carbohidratos complejos a la alimentación: antes de comenzar a consumir carbohidratos complejos, debe sanar su intestino con el fin de establecer un entorno libre de oxígeno que permita que las bacterias beneficiosas prosperen. Una forma de hacerlo es incrementando los niveles de dióxido de carbono en el intestino a través de un mayor consumo de carbohidratos, sobre todo de fuentes fáciles de digerir.

Cuando las bacterias intestinales beneficiosas fermentan los carbohidratos complejos, se produce CO2 como subproducto. Este entorno anaeróbico saludable favorece el predominio de estas bacterias y es una de las características de un intestino sano.

• La transición al consumo de carbohidratos complejos debe ser gradual: como regla general, mientras peor sea su salud intestinal, más simples deben ser los carbohidratos que consume, ya que esto ayudará a sanar su intestino.

Cuando su intestino esté en mejores condiciones, haga una transición gradual a fuentes de carbohidratos más complejos, le recomiendo que comience con los alimentos del grupo amarillo (que le mostraré más adelante), que son más fáciles de digerir, seguidos por los alimentos de la categoría roja, que son los más complejos, tienen más fibra y son los más difíciles de digerir.

Fuentes de carbohidratos saludables

Las grasas y las proteínas también son importantes para producir energía celular

Además de optimizar su consumo de carbohidratos, debe comer grasas y proteínas saludables.

• Las grasas mantienen la integridad mitocondrial: las grasas son esenciales para mantener la integridad de la membrana mitocondrial.3 Por desgracia, la mayoría de las grasas en las alimentaciones modernas son grasas poliinsaturadas (PUFA), como el ácido linoleico (AL) omega-6, que son propensas a la peroxidación lipídica, lo que genera subproductos dañinos que alteran la función mitocondrial y causan inflamación.4

• Las grasas saturadas como fuente de combustible estable: por otro lado, las grasas saturadas de fuentes como el aceite de coco, el ghee, el sebo y la mantequilla de animales alimentados con pastura son muy beneficiosas, ya que resisten la oxidación y proporcionan una fuente de combustible estable para las mitocondrias.5 Limitar el consumo de PUFA dañinas y enfocarse en las grasas saturadas, reforzará su salud mitocondrial y reducirá el estrés oxidativo.

• Los triglicéridos de cadena media (MCT) para obtener energía rápida: los MCT, que se encuentran en el aceite de coco, ofrecen otros beneficios porque no activan las vías metabólicas tradicionales. Estas grasas se convierten muy rápido en cetonas.

Si bien no reemplazan a los carbohidratos, las cetonas son una fuente de energía alternativa y efectiva, sobre todo si está en proceso de recuperarse de una disfunción mitocondrial. Los alimentos con alto contenido de MCT mejoran la claridad mental, la resistencia física y los niveles de energía.6

• Las proteínas limpias para restaurar las mitocondrias: las proteínas limpias son el último componente importante de macronutrientes que necesita para restaurar sus mitocondrias. Las fuentes de proteínas de alta calidad, como las carnes de animales alimentados con pastura, el pescado capturado en estado salvaje y los huevos con bajo contenido de PUFA, contienen niveles elevados de aminoácidos biodisponibles que se requieren para reparar los tejidos y mantener la membrana mitocondrial en buen estado.

• El consumo adecuado de proteínas para el equilibrio energético: determinar la cantidad correcta de proteínas es fundamental para optimizar la producción de energía sin sobrecargar el sistema. Para la mayoría de las personas, las proteínas deben representar alrededor del 15 % del consumo diario de calorías o entre 0.6 y 0.8 gramos por cada libra de su peso corporal ideal, mientras que un tercio debe provenir de fuentes ricas en colágeno, como el caldo de huesos.

• La importancia de la glicina para la función mitocondrial: la glicina, un componente clave del colágeno, refuerza la salud de las mitocondrias, controla la inflamación, promueve la síntesis del colágeno y ayuda a reparar y mantener el revestimiento intestinal.7

Juntas, las grasas y las proteínas ayudan a satisfacer las necesidades estructurales y funcionales de las mitocondrias, lo que permite que funcionen mejor.

Otros nutrientes que le ayudarán a estimular la función de sus mitocondrias

Además de los macronutrientes, hay ciertos micronutrientes que ayudan a estimular la función de las mitocondrias. Algunos de los más importantes incluyen las grasas omega 3, el magnesio, la CoQ10, las vitaminas B, la vitamina K2, el calcio y los polifenoles.

• Las grasas omega-3 para proteger sus mitocondrias: los pescados capturados en estado salvaje, como el salmón de Alaska, las sardinas, las anchoas, la caballa y el arenque, son excelentes fuentes de grasas omega-3 (EPA y DHA). Estas dos grasas combaten la inflamación y protegen del estrés oxidativo, lo que mejora la función de las mitocondrias. También promueven la biogénesis mitocondrial, lo que incrementa la producción de energía en tejidos de alta demanda como el cerebro, el corazón y los músculos.8

•El equilibrio en el consumo de omega-3 es fundamental para evitar riesgos: es importante considerar que las grasas omega-3 también son PUFA, por lo que deben consumirse con moderación. Las investigaciones9 demuestran que consumir más de 1 gramo de omega-3 todos los días, en especial a través de suplementos, incrementa el riesgo de fibrilación auricular (afib), que es un problema que se relaciona con la frecuencia cardíaca, por lo tanto, es importante evitarlo, sobre todo si ya tiene alguna enfermedad cardíaca.

Si toma suplementos, elija opciones de dosis baja y alta calidad, como el aceite de kril, para minimizar el estrés oxidativo. Sin embargo, las fuentes de alimentos enteros son las más seguras y aportan otros nutrientes como la CoQ10, que es otro componente esencial en la cadena de transporte de electrones.10 La CoQ10 también se encuentra en las vísceras como el hígado y el corazón, pero le recomiendo que recurra a fuentes de animales alimentados con pastura.11

• El magnesio promueve la síntesis de ATP: el magnesio actúa como cofactor de varias reacciones enzimáticas, incluyendo aquellas que participan en la producción de energía y la función muscular.12 Las mejores fuentes alimentarias de este mineral incluyen la espinaca, la col rizada y la acelga. El pescado graso, el plátano y el chocolate negro (con un contenido de cacao del 70 % o más) también son excelentes fuentes.13,14

• Las vitaminas B son muy beneficiosas para las mitocondrias: las vitaminas B, en especial la B1 (tiamina), la B3 (niacina) y la B6 (piridoxina), son fundamentales para el metabolismo energético.15 Las carnes de animales alimentados con pastura, los huevos con bajo contenido de PUFA y los granos enteros y orgánicos representan una fuente biodisponible de estas vitaminas. La niacinamida, una forma de niacina, es muy buena para incrementar los niveles de NAD⁺, que es una molécula que se requiere para producir energía en las mitocondrias y reparar las células.16

• La vitamina K2 ayuda a reforzar las mitocondrias: la vitamina K2, que es muy común en alimentos fermentados como el natto y los quesos curados, refuerza la salud mitocondrial, ya que mantiene la homeostasis, combate la disfunción y evita la propagación del daño mitocondrial.17 Mientras tanto, el calcio, que se encuentra en el caldo de huesos y los productos lácteos de animales alimentados con pastura, mejora la señalización mitocondrial y regula las vías energéticas.

• Los polifenoles combaten el estrés oxidativo: Los polifenoles, que son compuestos de origen vegetal con propiedades antioxidantes, protegen las mitocondrias porque neutralizan las especies reactivas de oxígeno (ROS).18 Algunas de las mejores fuentes incluyen bayas, como moras azules y frambuesas, junto con chocolate amargo y té verde.

Estas fuentes alimentarias refuerzan los sistemas antioxidantes naturales de su cuerpo, a diferencia de tomar suplementos que alteran el delicado equilibrio redox que es esencial para producir energía, en particular si ya tiene una mala función mitocondrial.

Consumir suficientes de estos nutrientes es esencial para mantener una buena función mitocondrial y niveles óptimos de energía.

La importancia de eliminar los ingredientes dañinos de su alimentación

Si bien proporcionar los nutrientes adecuados es esencial, limitar los componentes que dañan la función de las mitocondrias es igual de importante. Eliminar los aceites de semillas de su alimentación es uno de los pasos más importantes para restaurar su salud mitocondrial.

• Los aceites de semillas se disfrazan de "aceites vegetales": aunque suelen promocionarse como "saludables", los aceites de semillas se encuentran en todos los alimentos ultraprocesados, comidas de restaurantes e incluso en ciertas carnes como el pollo y el cerdo que provienen de operaciones concentradas de alimentación animal (CAFO).

• Fuentes ocultas de aceites de semillas y azúcar refinada: es muy importante leer bien las etiquetas de los productos y familiarizarse con las fuentes comunes de aceites de semillas y azúcar refinada. Muchos aderezos para ensaladas, barritas y comidas empaquetadas contienen estos ingredientes dañinos. Optar por alternativas de alimentos enteros y frescos o poco procesados garantiza que su alimentación afecte para bien su producción de energía.

• Las comidas caseras minimizan la exposición a aditivos dañinos: preparar comidas en casa con ingredientes frescos y enteros también minimizará su exposición a aditivos ocultos y sustancias químicas sintéticas que dañan sus células. Elegir productos orgánicos y productos de animales alimentados con pastura también reducirá su exposición a pesticidas y otras sustancias químicas agrícolas que deterioran la función mitocondrial.

Una vez que elimine los ingredientes dañinos y priorice los alimentos ricos en nutrientes, creará un entorno que permite que las mitocondrias funcionen de forma óptima. Este cambio fundamental le permitirá restaurar la producción de energía y le pondrá en el camino correcto hacia una buena salud y resiliencia a largo plazo.

Ahora que entiende el problema ¿qué puede hacer?

Sus células tienen la capacidad de repararse, regenerarse y prosperar, pero necesitan tener el combustible suficiente para hacerlo. Sin suficiente energía, sus sistemas comenzarán a fallar, lo que incrementará su riesgo de enfermedades y disfunciones crónicas. La clave para optimizar su energía celular radica en darle a sus mitocondrias las herramientas que necesitan para funcionar de forma correcta, así como eliminar cualquier amenaza.

• Destruir las barreras energéticas le ayudará a alcanzar una salud óptima: una vez que elimina las barreras que deterioran su función mitocondrial, su cuerpo recupera la capacidad de curarse de casi cualquier enfermedad, por lo que ya no dependerá de las soluciones temporales que ofrece la medicina moderna y que solo enmascaran el problema subyacente. Mejor, siente las bases para una salud óptima.

• La energía celular es el eslabón perdido en la medicina moderna: a pesar de su importancia, la energía celular no recibe la atención que merece dentro de la medicina moderna. Restaurar sus células con los nutrientes, los hábitos de estilo de vida y las prácticas restaurativas no solo es un enfoque novedoso, sino que es el único que le proporcionará resultados reales y duraderos.

• La medicina a través de la restauración mitocondrial: colocar la energía celular en el centro de cada diagnóstico y plan de tratamiento redefine el paradigma médico y transforma la forma en que prevenimos y tratamos las enfermedades. Esta es una revolución en la salud y un regreso a lo que la medicina siempre debió ser, un sistema que favorece la habilidad del cuerpo de restaurarse a sí mismo, sin suprimirla.

El camino a seguir es claro: comience con la energía de las células, que es la base real de un bienestar duradero.

Preguntas frecuentes sobre la energía celular y la salud mitocondrial

P: ¿Por qué la energía celular es tan importante para la salud?

R: La energía celular está detrás de todas las funciones de su cuerpo. Cuando no tiene suficiente energía, las células pierden su capacidad de repararse, los tejidos se deterioran y aparecen enfermedades crónicas.

P: ¿Cuál es la importancia de los carbohidratos en la energía celular?

R: Los carbohidratos proporcionan glucosa, que es el combustible preferido del cuerpo para producir ATP mitocondrial. Sin suficiente combustible, el cuerpo activa el metabolismo de las grasas, lo que causa estrés metabólico y reduce la producción de energía.

P: ¿Qué alimentos estimulan la función mitocondrial?

R: Los alimentos enteros y nutritivos como frutas maduras, arroz blanco, carnes de animales alimentados con pastura y grasas saturadas ayudan a mantener la energía mitocondrial.

P: ¿Cuáles son las mayores amenazas alimentarias para la salud mitocondrial?

R: Los aceites de semillas, la azúcar refinada y los alimentos ultraprocesados causan inflamación, estrés oxidativo y disfunción mitocondrial. Para restaurar el equilibrio energético es fundamental eliminar estas toxinas.