📝HISTORIA EN BREVE
- El exceso de hormonas del estrés afecta a la insulina, ya que aumenta los niveles de azúcar en la sangre y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2
- Una investigación descubrió que la noradrenalina y el cortisol aumentan la producción de glucosa, lo que fomenta los trastornos metabólicos que se relacionan con la obesidad
- Comer en exceso, en especial si se trata de alimentos procesados, aumenta la producción de las hormonas del estrés que aceleran el almacenamiento de grasa y alteran los niveles de insulina
- El estrés crónico genera un ciclo de cortisol elevado, falta de sueño, alimentación poco saludable y aumenta los niveles de azúcar en la sangre, lo que dificulta el control de la diabetes
- Cuando la progesterona natural, se combina con una alimentación rica en nutrientes y medidas para reducir el estrés, ayuda a contrarrestar los efectos del cortisol y fomenta una función metabólica más estable
🩺Por el Dr. Mercola
Quizás haya escuchado que comer más calorías de las que su cuerpo necesita provoca problemas como aumento de peso y niveles altos de azúcar en la sangre, pero tal vez desconozca lo importantes que son las hormonas del estrés en este proceso. Un estudio publicado en Cell Metabolism descubrió que cuando se consumen demasiadas calorías, el sistema nervioso simpático (SNS) se activa y libera más hormonas como la noradrenalina.1
Estas hormonas son parte de su respuesta natural al estrés, pero también trabajan en su contra si permanecen activas durante demasiado tiempo. En todos los casos de diabetes, en lugar de culpar solo al mal funcionamiento de la insulina que se relaciona con la obesidad, esta investigación demuestra el papel que desempeñan las hormonas del estrés. Si conoce estas hormonas y sabe cómo se generan, podrá controlar su propio nivel de azúcar en la sangre y disminuirá su riesgo de desarrollar diabetes.
Descubra cuáles son las hormonas del estrés y su rol en el organismo
Quizás se pregunte qué son estas “hormonas del estrés” y por qué su cuerpo las produce. Las hormonas del estrés incluyen la noradrenalina y la epinefrina, que provienen del sistema nervioso simpático. Este sistema siempre permanece atento a amenazas, reales o imaginarias. Cuando siente miedo o sorpresa, el cuerpo inunda el torrente sanguíneo con estas hormonas, lo que acelera el corazón y agudiza la concentración.
Esta respuesta de “lucha o huida” le ayuda a manejar riesgos repentinos, como saltar del camino de un automóvil que circula a gran velocidad. Sin embargo, el estudio en Cell Metabolism advierte que estas mismas hormonas causan problemas cuando fluyen demasiado libres durante mucho tiempo, lo que contribuye al desarrollo de problemas de salud como la diabetes.
Piense en las hormonas del estrés como una inyección de energía que le ayuda a tomar decisiones rápidas. Esto es útil en un momento de peligro, pero resulta menos útil si estas hormonas siempre están en aumento. Actúan como un sistema de alarma que es muy necesario en caso de emergencia, pero se convierten en un problema si nunca se apagan. Imagínese una alarma de seguridad en un edificio que suena al menor toque o movimiento.
Al principio es útil, pero después se convierte en un dolor de cabeza para todos los que están dentro. En el caso del cuerpo, el exceso de noradrenalina o epinefrina aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca de manera regular, lo que genera una tensión adicional en el sistema.
Es posible que diario se enfrente a muchos factores que le generan estrés, como el trabajo o una situación familiar tensa, que hacen que las hormonas del estrés se activen. Por lo general, cuando se trata de pequeños episodios, estos picos hormonales se estabilizan después de que pasa la crisis. Pero si enfrenta presiones constantes (como preocupaciones financieras, problemas de salud persistentes o incluso una alimentación poco saludable), sus hormonas del estrés se mantendrán elevadas. El estudio señala que cuando se activa de manera crónica este sistema demuestra una relación entre la sobrenutrición y la diabetes.2
Muchas personas culpan a los problemas de insulina por el alto nivel de azúcar en la sangre, pero a menudo olvidan que las hormonas del estrés también aumentan el nivel de azúcar en la sangre. Estas hormonas hacen que el hígado bombee más glucosa y las células grasas liberen más ácidos grasos, los cuales interfieren con el metabolismo.
El estudio destaca lo importante que es controlar tanto la insulina como el equilibrio de las hormonas del estrés. Si controla sus niveles de estrés, también podrá evitar la diabetes.
El punto crítico de la sobrealimentación y las hormonas del estrés
Es posible que escuche a las personas hablar de “sobrenutrición”, que es un patrón constante de comer más calorías de las que el cuerpo utiliza. Cuando hace esto día tras día, crea un excedente de energía que se almacena en forma de grasa. De acuerdo con el estudio publicado en Cell Metabolism, un excedente de calorías a corto plazo altera el equilibrio hormonal. Su cuerpo responde a esas calorías adicionales y aumenta las hormonas del estrés, como la noradrenalina.
Estas hormonas señalan que algo no anda bien y preparan el sistema como si necesitara enfrentar un desafío constante. No es necesario subir mucho de peso para que esto suceda. La liberación adicional de hormonas ocurre mucho antes de que pueda notar cambios importantes en la báscula.
Es posible que piense que, si come un poco más de vez en cuando no pasa nada. Sin embargo, el sistema nervioso simpático se vuelve muy activo incluso con un exceso moderado de calorías, en especial si esas calorías provienen de alimentos que contienen azúcar refinada o grasas no saludables.
Es similar a presionar el pedal del acelerador del coche y dejar el pie ahí. No permite que el motor descanse, por lo que crea un desgaste mucho antes de lo esperado. En el cuerpo, este “desgaste” se manifiesta como niveles más altos de azúcar en la sangre y más estrés en el corazón y otros órganos.
Se podría comparar la relación entre las hormonas del estrés y la sobrealimentación con un efecto dominó. Un pequeño empujón provoca una cadena de acontecimientos que es difícil de detener una vez que comienza. De acuerdo con el mismo estudio, estos cambios ocurren antes de que exista una ruptura real de la señalización de la insulina en las células, lo que significa que las hormonas del estrés actúan como una fuerza importante que impulsa el problema.
Es como un baile en el que uno, que representa las hormonas del estrés, pisotea de manera constante los pies de su pareja, que representa la insulina. El baile se hace inestable y pronto todo pierde el ritmo.
Quizás crea que puede solucionar este problema muy fácil, pero una vez que su sistema nervioso simpático permanece en alerta máxima durante demasiado tiempo, es más difícil calmarlo. Para frenar este avance, es necesario reconocer desde el principio el papel de la alimentación y el estrés. Al centrarse en consumir opciones ricas en nutrientes, limitar los alimentos procesados y reducir el estrés, le da a su cuerpo la mejor oportunidad de mantenerse equilibrado. Este enfoque reduce la posibilidad de estar bajo una ola constante de hormonas del estrés que afectan su metabolismo.
La relación entre las hormonas del estrés y la diabetes
Quizá lo conozca por el sobresalto que le da en una situación aterradora. En el estudio Cell Metabolism, los investigadores prestaron especial atención a cómo la noradrenalina estimula la descomposición de la grasa, conocida como lipólisis, y también aumenta el nivel de azúcar en la sangre.3 Cuando la grasa se descompone, se liberan ácidos grasos en el torrente sanguíneo. Aunque los ácidos grasos sirven como fuente de energía, muchos de ellos se acumulan y dañan la habilidad del cuerpo para utilizar la insulina de manera correcta.
Con el paso del tiempo, estos niveles tan altos de grasas favorecen la resistencia a la insulina, lo que favorece el entorno para desarrollar diabetes. El sistema nervioso simpático también afecta los niveles de glucagón, lo que añade más leña al fuego. El glucagón es una hormona que le indica al hígado que libere glucosa.
El estudio señala que la obesidad a menudo va de la mano con la hiperglucagonemia, lo que significa demasiado glucagón en el torrente sanguíneo. Cuando se combina con niveles altos de hormonas del estrés, el nivel de azúcar en la sangre aumenta más rápido y permanece así durante más tiempo del que debería.
Quizá se pregunte por qué la insulina no resuelve este problema. Las explicaciones convencionales atribuyen la culpa a la incapacidad de las células para responder a la insulina. Sin embargo, existen nuevos hallazgos que revelan que las células aún reaccionan a las señales de insulina, pero están saturadas por todas las hormonas del estrés.
Si la insulina actúa como un bombero experto, las hormonas del estrés son como chispas que vuelan alrededor del edificio. Un bombero se encarga de algunos incendios pequeños, pero si las hormonas del estrés crean más chispas, resulta imposible apagar todas las llamas. Con el tiempo, el humo que sube (o el nivel de azúcar en la sangre) provoca más daños.
Por lo tanto, la clave para prevenir la diabetes no radica sólo en arreglar las vías de insulina, sino en reducir la producción de la hormona del estrés. Los investigadores lograron proteger a los ratones de problemas metabólicos como la enfermedad del hígado graso y los niveles altos de glucagón, al reducir la cantidad de noradrenalina y otras hormonas del estrés. Esto demuestra cómo controlar el exceso de actividad de la hormona del estrés desempeña un papel importante a la hora de detener la diabetes. Si sabe que corre riesgo de padecer diabetes, le recomiendo que controle sus niveles de estrés.
¿El estrés crónico contribuye al desarrollo de diabetes?
El estrés no sólo afecta su estado de ánimo; también contribuye al desarrollo de diabetes tipo 2, si ya está en riesgo. En el video “The Stress Test: Can Chronic Stress Lead to Diabetes,”, varios médicos explicaron que cuando uno vive bajo presión constante (ya sea tensión emocional, preocupaciones financieras o simplemente no descansa lo suficiente), su cuerpo libera niveles más altos de hormonas del estrés, como el cortisol y la epinefrina.4 Estas hormonas tienen acciones que actúan contra la insulina.
En lugar de permitir que la insulina mantenga un nivel de azúcar estable en la sangre, obligan a las células grasas a liberar más ácidos grasos y hacen que sea más difícil para la insulina mantener las cosas bajo control. Si tiene antecedentes familiares de diabetes u otros problemas, este aumento hormonal que se relaciona con el estrés suele ser el punto crítico que conduce a un diagnóstico.
Se podría pensar que el estrés por sí solo es el problema, pero los expertos destacaron cómo se relaciona con los malos hábitos alimenticios. Cuando está cansado, es más probable que recurra a cualquier alimento que le resulte más rápido o reconfortante, a menudo con un alto contenido de azúcar refinada o grasas no saludables como el ácido linoleico (AL).
También es posible que evite el ejercicio porque está demasiado ocupado o mentalmente agotado. Esta combinación de menos movimiento y más alimentos procesados crea la tormenta perfecta para el aumento de peso, mayores necesidades de insulina y desequilibrios hormonales.
Si el estrés continúa sin control, terminará en un ciclo donde un nivel alto de azúcar en la sangre y la preocupación por controlarlo solo agregan más tensión a su vida. Los médicos también mencionan la angustia relacionada con la diabetes (DRD), que es un tipo específico de estrés que ocurre cuando uno se siente frustrado o ansioso por controlar la diabetes.
Esta ansiedad lo hace sentir atrapado y disminuye la motivación para seguir un plan de alimentación saludable o mantenerse activo. Con el paso del tiempo, la preocupación constante afecta su ciclo de sueño y estado de ánimo, lo que aumenta aún más las hormonas del estrés y hace que sea aún más difícil mantener estable el nivel de azúcar en la sangre. No se sienta impotente ante esta situación.
Al aprender a controlar el estrés (ya sea con ejercicio regular, alimentación consciente o técnicas de relajación estructuradas), reduce sus niveles de hormonas dañinas del estrés y protege su función de insulina. Incluso pequeños cambios, como establecer horarios de comida constantes o intentar ejercicios de respiración breves durante los momentos agitados del día, hacen una gran diferencia.
Cuando convierte el manejo del estrés en una prioridad tan grande como su alimentación, tiene más posibilidades de prevenir el ciclo que relaciona el estrés crónico con la diabetes tipo 2.
Cómo las hormonas del estrés alteran el nivel de azúcar en la sangre en la diabetes
Su cuerpo tiene un sistema de alarma incorporado llamado eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal (HPA), que se activa cuando se siente presionado o amenazado. De acuerdo con un estudio publicado en el African Journal of Diabetes Medicine, este eje activa la liberación de varias hormonas (entre las que destacan el cortisol, adrenalina y la noradrenalina) para ayudarnos a afrontar situaciones fuertes o inesperadas.5
Como se mencionó, esa explosión de energía y mayor conciencia es beneficiosa a corto plazo. Sin embargo, si padece diabetes, la liberación constante de estas hormonas convierte la vida diaria en un acto de equilibrio para su nivel de azúcar en la sangre. Quizá haya oído hablar del cortisol, pero quizá no sepas que hace más que causar sentimientos de ansiedad a corto plazo.
El cortisol aumenta el nivel de azúcar en la sangre ya que incita al hígado a liberar la glucosa almacenada. También estimula al hígado a crear nueva glucosa a partir de fuentes como los aminoácidos.
En periodos breves, esto le ayudará a superar un momento de mucho estrés. Sin embargo, durante períodos prolongados, esto aumenta los niveles tanto que después son difíciles de controlar. También puede experimentar los efectos de la adrenalina y la noradrenalina, que el eje HPA libera junto con el cortisol. Estas hormonas aumentan la frecuencia cardíaca y presión arterial, lo que lo prepara para actuar lo más rápido posible si es necesario.
También estimulan al hígado para que produzca más glucosa, lo que añade otro desafío si quiere mantener sus niveles estables. Aunque por lo general este aumento salva vidas en una crisis, el estrés continuo implica que nunca se regresa por completo a una situación de calma inicial. Este estado constante de alerta máxima desgasta poco a poco su habilidad para mantener el nivel de azúcar en la sangre.
Si el estrés crónico también le impulsa a saltarse entrenamientos, comer mal o no dormir lo suficiente, estos comportamientos aumentan la tensión e impiden controlar el nivel de azúcar en la sangre. Cuanto más tiempo permanezca en este patrón, mayor será el riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con la diabetes.
Para muchas personas, esto se convierte en un ciclo: el estrés provoca niveles más altos de azúcar en la sangre, lo que causa más preocupación y, a su vez, más estrés. Reconocer cómo funcionan el eje HPA y estas hormonas puede ser el primer paso para romper ese círculo y recuperar la sensación de estabilidad en su vida diaria.
Cómo reducir los niveles de cortisol
A pesar de que para reducir el nivel de cortisol se recomienda consumir más carbohidratos, es importante poner atención al tipo de carbohidratos que consume. Debe evitar los alimentos procesados porque estos carbohidratos chatarra contienen ingredientes como el ácido linoleico y el jarabe de maíz alto en fructosa (HFCS). Los cuales alteran el microbioma intestinal y contribuyen a la producción de endotoxinas, que impulsan el aumento del cortisol y la inflamación.
Pese a lo cual, muchas personas perdieron la capacidad de mantener una concentración muy alta de bacterias beneficiosas en el intestino que digieren las fibras saludables de los carbohidratos saludables como las frutas, los vegetales y los granos. Entonces, cuando come ese tipo de alimentos se siente peor, ya que tiene una acumulación de bacterias patógenas que producen endotoxinas tóxicas, uno de varios factores que destruyen la función de las mitocondrias.
Si no puede tolerar los carbohidratos saludables, pruebe con glucosa pura (o dextrosa) durante algunas semanas. Esto es muy útil para las personas con problemas graves y que no tienen la capacidad de comer cualquier carbohidrato, por lo tanto, le recomiendo que siga una alimentación rica en dextrosa hasta que tu intestino comience a sanar. Ahorrará más energía celular, lo que le permitirá volver a consumir más carbohidratos en su alimentación, lo que a su vez, ayudará a restaurar la función de las mitocondrias.
Para un intestino que está muy comprometido, use agua dextrosa. Bébala poco a poco. Después, puede intentar consumir jugo de fruta con pulpa, fruta entera o arroz blanco. Luego, una vez que su salud intestinal mejore, podrá incorporar más frutas, vegetales y almidones ricos en fibra.
Además de cambiar a una alimentación alta en carbohidratos, también debe abordar sus niveles de estrés para evitar que su cuerpo produzca cortisol en exceso y considerar tomar progesterona, que tiene una función anticortisol.
La progesterona es un bloqueador de cortisol seguro y accesible
Una de las estrategias más poderosas y accesibles para reducir los niveles de cortisol es a través del uso de la progesterona natural, a diferencia de sus contrapartes sintéticas, conocidas como progestinas. Esta hormona endógena es famosa por sus poderosos efectos anticortisol y antiadrenalina, y es una hormona que la mayoría de los adultos deberían consumir.
La progesterona actúa de diversas maneras para reducir los impactos del estrés. Sobre todo, neutraliza la influencia del cortisol, ya que reduce su concentración en el torrente sanguíneo. Este antagonismo directo no sólo disminuye las manifestaciones físicas del estrés, sino que también genera una mayor sensación de bienestar y resiliencia.
Además, la progesterona aumenta la función del ácido gamma-aminobutírico (GABA), que es el principal neurotransmisor inhibidor del cerebro. Debido a que aumenta la actividad del GABA, la progesterona tiene un efecto calmante, lo que alivia de manera efectiva la ansiedad y promueve la paz mental.
Otro mecanismo importante por el cual la progesterona combate el estrés es mediante la regulación de la actividad de la glándula suprarrenal. Equilibra de forma meticulosa la secreción de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, lo que garantiza una respuesta al estrés más estable y controlada. Además, la progesterona es fundamental para tener una mejor calidad del sueño, lo cual es esencial para mantener los ciclos óptimos de cortisol y un manejo adecuado del estrés.
Las ventajas de incorporar la progesterona a su régimen de salud son muchas. Los usuarios a menudo informan una menor ansiedad e irritabilidad, una mayor estabilidad del estado de ánimo y mejores patrones de sueño. Los síntomas del estrés físico, incluyendo la tensión muscular y los dolores de cabeza, suelen disminuir. Además, los niveles optimizados de progesterona mejoran el rendimiento cognitivo durante períodos estresantes, lo que favorece pensar con claridad y concentrarse mejor.
No obstante, es importante abordar la terapia hormonal con precaución. La suplementación con progesterona siempre debe ser supervisada por un profesional de la salud para garantizar que la dosis sea adecuada. Las necesidades individuales varían en gran medida, lo que hace que la orientación médica personalizada sea crucial para lograr los mejores resultados.
Además, la progesterona debe integrarse a una estrategia de salud holística para reducir los niveles de cortisol y lograr la efectividad máxima. La combinación de la progesterona con actividad física regular como caminatas diarias, una alimentación nutritiva y prácticas de reducción del estrés como la meditación, mejora mucho la habilidad del cuerpo para regular el cortisol y controlar el estrés.
Cómo usar progesterona
Antes de utilizar progesterona es importante entender que no es una solución mágica y que obtendrá mejores resultados si la utiliza junto con una alimentación bioenergética que le permita quemar glucosa de manera efectiva como combustible principal, sin tener que acumular electrones en sus mitocondrias, los cuales disminuyen la producción de energía. Mi libro nuevo titulado: "Los Secretos de la Salud Celular: guía para alcanzar la longevidad y la felicidad", habla a detalle sobre este proceso.
El primer paso es abordar su alimentación, y después, otra estrategia efectiva para contrarrestar el exceso de estrógenos es tomar progesterona transmucosa (es decir, la que se aplica en las encías, no la oral, ni la transdérmica), ya que es un antagonista natural de los estrógenos. La progesterona es una de las tres hormonas que, en mi opinión, podrían beneficiar a la mayoría de los adultos. (Las otras dos son la DHEA y la pregnenolona).
No recomiendo la progesterona transdérmica, ya que su piel exhibirá niveles elevados de la enzima 5-alfa reductasa, lo que provoca que una gran parte de la progesterona que toma se convierta en alopregnanolona y no pueda volver a convertirse en progesterona.
La mejor manera de administrar progesterona
Cabe recalcar que, cuando usa la progesterona por vía transmucosa en las encías, como lo recomiendo, la FDA cree que eso la convierte en un medicamento, y prohíbe a cualquier compañía indicarlo en su etiqueta. Por esta razón, compañías como Health Natura promocionan sus productos de progesterona solo como de uso tópico.
Sin embargo, es legal que cualquier médico recomiende un uso no indicado o no aprobado para un medicamento. En este caso, la progesterona es una hormona natural y no un medicamento, y es muy segura incluso en dosis altas. Esto es muy diferente a la progesterona sintética llamada progestina, que las compañías farmacéuticas utilizan y, que con frecuencia y de forma incorrecta, llaman progesterona.
El Dr. Ray Peat realizó un trabajo trascendental sobre la progesterona y, en mi opinión, hasta la fecha no hay nadie que supere su conocimiento en este tema. En 1982 escribió su doctorado sobre el estrógeno, y pasó la mayor parte de su carrera profesional estudiando y documentando la necesidad de contrarrestar los peligros del exceso de estrógeno con alimentaciones bajas en ácido linoleico y suplementos de progesterona por vía transmucosa.
El Dr. Ray encontró que la mayoría de los solventes no disuelven de forma adecuada la progesterona, y descubrió que la vitamina E es el mejor solvente para llevar la progesterona a los tejidos. La vitamina E también podría ayudar a proteger contra el daño ocasionado por el ácido linoleico. Pero, debe elegir bien sus suplementos de vitamina E, ya que la mayoría son de muy mala calidad y podrían causar más daños que beneficios.
Nunca utilice vitamina E sintética (acetato de alfa tocoferol; acetato significa que es sintética). La vitamina E natural se etiqueta como "d alfa tocoferol". Este es el isómero D puro, qué es lo que su cuerpo puede utilizar.
También hay otros isómeros de vitamina E, y lo que necesita es el espectro completo de tocoferoles y tocotrienoles, en particular los tipos beta, gamma y delta, en el isómero D efectivo. Para que se dé una idea de una buena vitamina E, puede ver la etiqueta de nuestra vitamina E en nuestra tienda. Puede utilizar cualquier marca que tenga una etiqueta similar.
Puede comprar progesterona bioidéntica de grado farmacéutico como la Progesterone Powder, Bioidentical Micronized Powder de 10 gramos por $ 40 en muchas tiendas en línea como Amazon. Esa cantidad podría durarle casi un año, pero depende de la dosis que elija.
Cabe destacar que, necesitará comprar algunas cucharas medidoras de acero inoxidable, ya que necesitará 1/64 de cucharadita, que son 25 mg, y 1/32 de cucharadita, que son 50 mg. Por lo general, una dosis normal es de 25 a 50 mg y se recomienda tomarla 30 minutos antes de acostarse, ya que tiene una función anticortisol e incrementará los niveles de GABA, lo que le ayudará a dormir mejor.
Si está en periodo menstrual debe tomar progesterona durante la fase lútea o en la última mitad de su ciclo; es decir, comenzar 10 días después del primer día de su período y dejar de tomarla cuando vuelva a empezar su período.
Si es hombre o mujer que no menstrua, puede tomar progesterona todos los días durante 4 a 6 meses, y descansar una semana. Lo más recomendable es tomar progesterona 30 minutos antes de acostarse, ya que tiene una función anticortisol y aumentará los niveles de GABA, lo que le ayudará a dormir mejor.
Esto es lo que yo hago desde hace más de un año con muy buenos resultados. Soy médico, así que no tengo ningún problema para hacerlo. Si no es médico, deberá consultar a uno, ya que la terapia con progesterona por vía transmucosa requiere receta médica.