📝HISTORIA EN BREVE
- Las células senescentes, que ya dejaron de dividirse, tienen un papel complejo en la cicatrización de heridas y algunos tipos son beneficiosos mientras que otros obstaculizan el proceso
- Ciertas células senescentes, en particular aquellas con un alto contenido de p21, dificultan la cicatrización de heridas ya que promueven la inflamación, a diferencia de las que tienen un alto contenido de p16
- En las heridas crónicas, la acumulación constante de células senescentes perjudiciales altera el proceso normal de cicatrización, lo que provoca un retraso en el proceso de cierre y fibrosis
- Los compuestos senolíticos naturales, como la fisetina y la quercetina, que se encuentran en varias frutas y vegetales, ofrecen una forma de eliminar las células senescentes que pueden ser dañinas
- Un estilo de vida saludable, que incluya un menor consumo de grasas poliinsaturadas como el ácido linoleico, ayuda a reducir el daño celular y a promover un equilibrio saludable de células senescentes
🩺Por el Dr. Mercola
¿Alguna vez ha notado que un pequeño corte o raspón parece tardar más en sanar a medida que envejece? Esta experiencia se asocia con cambios que ocurren a nivel celular, en concreto, en las células conocidas como células senescentes. Estas células dejaron de dividirse, y en esencia se están "retirando", pero no desaparecen.
Durante mucho tiempo, los científicos creyeron que estas células retiradas eran en su mayoría dañinas y que contribuían al proceso de envejecimiento y a diversas enfermedades. No obstante, nuevas investigaciones están revelando una historia más compleja: algunas células senescentes son en realidad beneficiosas para cicatrizar las heridas, mientras que otras dificultan su curación.
¿Qué son las células senescentes y por qué las tenemos?
El cuerpo se compone de billones de células que se dividen de manera constante y reemplazan a las que están viejas o dañadas. Este proceso de división celular es necesario para el crecimiento, la reparación y la salud general. Sin embargo, las células no se dividen eternamente. Existe un límite para el número de veces que una célula se divide, y se conoce como límite de Hayflick. Cuando una célula alcanza este límite, o si sufre un daño significativo, entra en un estado de senescencia celular.
Las células senescentes no mueren, pero dejan de dividirse. Pensemos en ellas como trabajadores jubilados. Aunque ya no estén activos, siguen influyendo en su entorno. Al principio, los científicos consideraban que las células senescentes eran perjudiciales. Las asociaron con la inflamación y diversas enfermedades relacionadas con la edad.
Esta percepción negativa surgió del hecho de que las células senescentes liberan un cóctel de moléculas de señalización conocido como fenotipo secretor asociado a la senescencia, o SASP (senescence-associated secretory phenotype). El SASP es como la red de comunicación de un vecindario. Algunos mensajes son útiles, como las advertencias de peligro, mientras que otros son menos útiles, como los chismes. De manera similar, algunos factores SASP promueven la reparación de tejidos, mientras que otros pueden ocasionar una inflamación perjudicial.
Existen varios factores que pueden volver senescente a una célula. Algunos de ellos son los daños en el ADN, el estrés provocado por moléculas nocivas llamadas radicales libres (estrés oxidativo) y la activación de genes que favorecen el crecimiento celular (oncogenes). Ciertas proteínas, como la p21 y la p16, juegan un papel importante en el inicio y el mantenimiento de este estado de senescencia.1 Estos desencadenantes son como diferentes razones por las que alguien podría jubilarse antes de tiempo. Puede deberse a una lesión, al agotamiento o incluso a que la persona llegó a cierta edad.
La acumulación de células senescentes tiene una relación estrecha con el proceso de envejecimiento. A medida que usted envejece, cada vez más células de este tipo se acumulan en sus tejidos, lo cual deteriora la función de los órganos y aumenta el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad. Esta concepción de la senescencia como un proceso negativo sentó las bases para nuevas investigaciones que revelaron algo sorprendente: la doble función de estas células en la cicatrización de heridas.
El rol complejo de las células senescentes en la curación de heridas
Aunque suelen asociarse con el envejecimiento y las enfermedades, las células senescentes cumplen una función compleja en el cuerpo, sobre todo en lo que respecta a la cicatrización de heridas. No todas las células senescentes son iguales. Por ejemplo, pueden clasificarse en función de la expresión de distintas proteínas, como la p16 y la p21. Una investigación que se llevó a cabo en la Universidad de Connecticut se concentró en las distintas funciones de las células senescentes con alto contenido de p16 y p21 en la cicatrización de heridas de la piel.2
Otros estudios indicaron que las células ricas en p16 influyen de forma positiva en este proceso. Sin embargo, no se conocía el rol de las células con un alto nivel de p21. Los investigadores realizaron experimentos en ratones, seleccionaron las células senescentes con alto contenido de p21 y las eliminaron. Descubrieron que hacer esto aceleró en un 25% el cierre de las heridas en ratones hembras.3 Este descubrimiento reveló que las células senescentes con alto contenido de p21, a diferencia de las que tienen un alto contenido de p16, perjudican la cicatrización de heridas.
Algunas investigaciones posteriores revelaron que las células con alto contenido de p21 tienden a originarse en el tejido conectivo, la piel y el sistema inmunológico, y tienen un perfil proinflamatorio, lo que sugiere que su impacto negativo en la curación puede estar relacionado con una inflamación excesiva.4 Estos resultados destacan la importancia de distinguir entre diferentes tipos de células senescentes al estudiar sus efectos en la cicatrización de heridas y otros procesos biológicos.
El impacto negativo de la senescencia persistente
Si bien, algunas células senescentes contribuyen a reparar las heridas en poco tiempo, otras obstaculizan la cicatrización, en particular en las heridas crónicas, que no logran sanar dentro de un período de tiempo normal. Este tipo de heridas son un problema común para las personas con diabetes y de edad avanzada.5
La acumulación de ciertos tipos de células senescentes hace que se retrase la cicatrización de heridas crónicas.6 Estas células provocan una inflamación persistente y perjudican la regeneración de tejido nuevo, lo cual impide que la herida se cierre de forma correcta.
El SASP también es parte de este aspecto negativo de la senescencia. Ciertos factores del SASP promueven la inflamación continua, bloquean el crecimiento celular y descomponen la matriz extracelular. Esta descomposición es contraproducente para el cierre de la herida. En este contexto, el SASP interrumpe el proceso de curación en lugar de promoverlo.
Si bien, las células senescentes son útiles en las etapas iniciales de la cicatrización de heridas, su presencia a largo plazo crea problemas importantes. Piense en la curación de heridas como un proyecto de construcción que está orquestado a detalle. En las primeras fases, las células senescentes actúan como administradoras de proyectos, ya que coordinan la llegada de diferentes equipos de trabajo (otras células) y garantizan que las reparaciones iniciales se realicen de manera eficiente.
Para ello, liberan moléculas de señalización (SASP), que son como instrucciones y medios de comunicación entre los diferentes equipos. Sin embargo, si estas administradoras de proyectos se mantienen durante mucho tiempo en el proceso, sus instrucciones se vuelven obsoletas o incluso contraproducentes, lo que obstaculiza las etapas posteriores de construcción. Esto es lo que sucede en las heridas crónicas.
Como se indica en una revisión publicada en Frontiers in Immunology,7 en las heridas agudas normales, las células senescentes aparecen por un tiempo corto, y luego el sistema inmunológico las elimina del cuerpo a medida que la herida cicatriza. Esto permite que el proyecto de construcción avance sin problemas hacia las fases posteriores de reconstrucción y remodelación del tejido.
A pesar de ello, en las heridas crónicas, estas células senescentes no se eliminan y liberan las señales de SASP de manera constante. Esta señalización continua conduce a un estado de inflamación crónica, que altera el proceso de curación. Esta inflamación crónica impide que se forme el tejido nuevo y sano de forma correcta e incluso hace que el tejido existente se descomponga. Las señales del SASP también estimulan a unas células llamadas fibroblastos para que produzcan cantidades excesivas de colágeno, que es un componente fundamental del tejido cicatricial.
Esta sobreproducción de colágeno causa fibrosis, lo que dificulta aún más la curación y provoca molestias. El estudio también destaca cómo los cambios relacionados con la edad, como una menor producción de colágeno y un sistema inmunológico más débil, empeoran estos efectos negativos en las personas mayores.
Los senolíticos atacan las células senescentes
Los científicos están explorando nuevas formas de combatir las células senescentes en heridas crónicas y otras zonas del cuerpo. Un enfoque implica el uso de medicamentos llamados senolíticos. Estos medicamentos actúan como un equipo de demolición selectivo, ya que solo eliminan las células senescentes problemáticas.
Otro enfoque se concentra en el uso de senomorfinas, que actúan más bien como un asesor de gestión, ya que modifican las señales liberadas por las células senescentes (las SASP) para reducir sus efectos nocivos sin matar a las propias células.
Aunque el estudio presentado sugiere que no todas las células senescentes son perjudiciales, otras investigaciones demuestran que compuestos senolíticos naturales como la fisetina pueden prolongar la mortalidad en determinados casos, como en los afectados por el COVID-19, ya que reducen la carga de células senescentes.8
La fisetina, que es un flavonoide, se encuentra en frutas y vegetales, sobre todo en las fresas y las manzanas. Aunque puede ser difícil obtener una cantidad terapéutica solo de los alimentos, agregar alimentos que contengan fisetina a su régimen alimenticio es una forma de promover un equilibrio saludable de las células senescentes. La quercetina también actúa como un agente senolítico, incluso contra del cáncer mediado por la senescencia.9
Algunos de los alimentos ricos en quercetina incluyen, cítricos, vegetales de hojas verdes, brócoli, manzanas, cebollas, té verde, uvas rojas, cerezas negras y bayas, como mora azul y arándano. Pero, los alimentos más ricos en quercetina son las manzanas (sobre todo su cáscara), las cebollas, el brócoli, las cerezas, las bayas y el té verde.
La cáscara de la cebolla tiene la mayor concentración de quercetina, ya que podría tener hasta 77 veces más quercetina que la pulpa.10 Una forma de consumir cáscaras de cebolla sin que resulte tan desagradable, es prepararlas en forma de caldo, lo que también maximiza sus efectos terapéuticos.
La quercetina también se encuentra en medicamentos como el Ginkgo biloba, la hierba de San Juan (Hypericum perforatum) y la baya del saúco (Sambucus canadensis). Si toma un suplemento de quercetina, le recomiendo que lo haga por la noche (con zinc), antes de dormir y con un ayuno de al menos tres a cuatro horas para optimizar sus propiedades senolíticas.
Cómo equilibrar los efectos del envejecimiento celular para una mejor curación
La investigación sobre las células senescentes ofrece un panorama complejo. Estas células "retiradas" ejercen un rol doble en la cicatrización de heridas y quizás en otras funciones biológicas. Algunos tipos de células senescentes ayudan a iniciar el proceso de curación, mientras que otras pueden prolongarlo, sobre todo cuando se trata de heridas crónicas.
La conclusión principal es que el contexto y el momento de la actividad de las células senescentes son importantes. Comprender este equilibrio es esencial para desarrollar terapias efectivas y reducir el envejecimiento prematuro. Esta nueva comprensión de las células senescentes también abre posibilidades para mejorar la cicatrización de las heridas, sobre todo en los adultos mayores, que a menudo experimentan un retraso en la cicatrización.
Los científicos esperan conseguir un cierre más rápido y completo de las heridas centrándose en determinadas células senescentes. Mantener un estilo de vida saludable también es fundamental para minimizar el daño celular y promover un envejecimiento saludable. Llevar una alimentación equilibrada, hacer ejercicio de forma regular y controlar el estrés es de gran ayuda para que se acumulen menos células senescentes dañinas.
Asimismo, una mayor oxidación de las grasas altera el metabolismo celular, lo que provoca un envejecimiento acelerado y el desarrollo de enfermedades relacionadas con la edad. Cuando el cuerpo pasa de quemar glucosa a quemar grasas, se crea un desequilibrio que provoca estrés reductivo y hace que se acumulen moléculas nocivas como las especies reactivas del oxígeno.
Este cambio metabólico interfiere con las funciones celulares, lo que lleva a las células a un estado de senescencia. Reducir el consumo de ácido linoleico (AL), que es un ácido graso poliinsaturado que se encuentra en muchos aceites de semillas, le ayudará a mantener el equilibrio metabólico y prevenir el daño celular.
La mejor manera de hacerlo es evitar los alimentos procesados, ya que la mayoría contienen aceites de semillas. Si bien, la investigación en este campo aún no termina, mantenerse informado sobre los últimos descubrimientos le permitirá tomar decisiones informadas sobre todo lo que esté relacionado con su salud.
🔎Fuentes y Referencias:
- 1, 2 Nature Aging November 13, 2024
- 3, 4 Medical Xpress December 13, 2024
- 5 Journal of the American Geriatrics Society, 63(3), 427–438
- 6 J Burns Trauma. 2022 Feb 17;10:tkab045. doi: 10.1093/burnst/tkab045
- 7 Front Immunol. 2024 Oct 17;15:1429716. doi: 10.3389/fimmu.2024.1429716
- 8 Science, 2021;373(6552)
- 9 Nutrition Research, 2022; 104
- 10 Journal of Cleaner Production September 10, 2019