📝HISTORIA EN BREVE

  • Las investigaciones demuestran que el uso de estatinas se relaciona con un aumento del 13% en el riesgo de glaucoma, sin embargo, las personas de entre 60 y 69 años desarrollan más complicaciones
  • Los estudios sugieren que el uso de estatinas a largo plazo (más de tres años) representa un riesgo mayor de desarrollar glaucoma en comparación con periodos de uso más cortos
  • Además del glaucoma, las estatinas se han relacionado con otros efectos secundarios, como dolor muscular (miopatía), riesgo mayor de desarrollar diabetes tipo 2, cataratas, problemas neurológicos y pérdida de CoQ10
  • El colesterol desempeña tareas fundamentales, como construir membranas celulares y producir hormonas; por lo tanto, enfocarse en optimizar los niveles de colesterol, en lugar de solo reducirlos, es muy importante
  • Un enfoque integral de la salud cardíaca, que incluya cambios en la alimentación, actividad física regular, estrategias para reducir el estrés y tratar las causas profundas, como la resistencia a la insulina, es un plan beneficioso a largo plazo

🩺Por el Dr. Mercola

El glaucoma es una enfermedad ocular grave que daña el nervio óptico, que es la vía neuronal que conecta los ojos con el cerebro. Este daño provoca una pérdida irreversible de la visión e incluso ceguera. A menudo, el glaucoma se relaciona con un aumento de la presión dentro del ojo, conocida como presión intraocular (PIO).

Esta presión daña las delicadas fibras nerviosas del nervio óptico. Piense en el nervio óptico como un cable que lleva información visual al cerebro; si ese cable está dañado, la señal se pierde, lo que da como resultado problemas de visión. Existen diferentes tipos de glaucoma, pero el más común es el glaucoma de ángulo abierto.

Este tipo a menudo se desarrolla de forma lenta e indolora, ya que no presenta síntomas en las primeras etapas. Esto lo hace muy peligroso, ya que es posible que las personas no se den cuenta de que lo tienen hasta que pierden la visión. Existen otros tipos de glaucoma menos comunes, pero el glaucoma de ángulo abierto representa la mayoría de los casos.

Sin embargo, existen varios factores que aumentan el riesgo de desarrollar glaucoma. Estos incluyen la edad (ser mayor aumenta el riesgo), antecedentes familiares de glaucoma, ciertas etnias y una PIO alta. Ahora, la investigación ha revelado otro factor de riesgo, el uso de estatinas.

La relación entre las estatinas y el glaucoma

Las estatinas son una clase de medicamentos que se utilizan para reducir los niveles de colesterol. Funcionan al bloquear una enzima en el hígado que el cuerpo utiliza para producir colesterol. Investigaciones recientes descubrieron una relación entre el uso de estatinas y un riesgo mayor de desarrollar glaucoma.

Un estudio de 2024, publicado en la revista Ophthalmology Glaucoma, examinó datos del Programa de Investigación All of Us (AoU), un esfuerzo de investigación a gran escala destinado a comprender la salud y la enfermedad.1 Este estudio analizó a 79 742 adultos de 40 años o más que tenían niveles altos de colesterol (hiperlipidemia) y datos disponibles de registros médicos electrónicos (EHR). Los investigadores analizaron la relación entre el uso de estatinas y la aparición de glaucoma en este grupo.

El estudio AoU descubrió una relación notable entre el uso de estatinas y una probabilidad mayor de tener glaucoma.2 Después de ajustar las variables, descubrieron que las personas que consumieron estatinas tuvieron una probabilidad 13 % mayor de tener glaucoma.

Los investigadores también analizaron cómo los niveles de colesterol y la edad desempeñan un papel en esta relación.3 Descubrieron que la relación entre el uso de estatinas y el glaucoma fue más evidente en personas con niveles óptimos o altos de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL).

Las personas con niveles óptimos de LDL que consumieron estatinas tuvieron una probabilidad 39 % mayor de sufrir glaucoma, mientras que aquellas con LDL alto tuvieron una probabilidad 37 % mayor. Además, descubrieron una relación más fuerte en personas de 60 a 69 años, con una probabilidad 28 % mayor de desarrollar glaucoma. Esto demuestra que la edad podría ser un factor de riesgo que se relaciona con el uso de estatinas y el glaucoma.

Duración del uso de estatinas y riesgo de glaucoma

Una pregunta clave en la relación entre las estatinas y el glaucoma es si la duración del uso de estatinas representa un papel importante. Un estudio de 2023, publicado en la revista Scientific Reports, investigó esto con ayuda de una gran base de datos de reclamaciones de Japón.4 Este estudio analizó la relación entre el uso de estatinas y el glaucoma de ángulo abierto en pacientes de Japón con niveles altos de colesterol. Los investigadores utilizaron un diseño de estudio de casos y controles anidados, donde compararon a personas que desarrollaron OAG con controles que no lo desarrollaron.

El estudio evaluó la exposición a las estatinas durante dos períodos de tiempo diferentes: 12 meses (Modelo 1) y 24 meses (Modelo 2) antes del diagnóstico de OAG.5 Los investigadores no encontraron ninguna relación entre el uso de estatinas y el desarrollo de OAG. Sin embargo, otros estudios han sugerido que el uso de estatinas a largo plazo se relaciona con un riesgo mayor de desarrollar glaucoma.

Por ejemplo, un estudio de cohorte de 10 años realizado en Australia investigó los efectos a largo plazo del uso de estatinas en el comienzo del glaucoma.6 Este estudio utilizó datos de una gran cohorte de personas de Australia mayores de 45 años y examinó el uso de medicamentos a través de registros farmacéuticos entre 2009 y 2016.

Esta investigación se diferencia del estudio de Japón porque se centra en un período de seguimiento más largo y en una población diferente. Los investigadores definieron la aparición del glaucoma como tres o más solicitudes de medicamentos contra el glaucoma.

Luego compararon a estas personas con controles sanos a quienes no se les habían recetado dichos medicamentos. El estudio descubrió que, aunque el uso de estatinas no se relacionaba con la aparición de glaucoma, surgió un panorama diferente cuando se observó la duración del uso.

En especial, el estudio de Australia descubrió que las personas que habían consumido estatinas durante más de tres años tenían un riesgo 12 % mayor de desarrollar glaucoma, en comparación con las que las habían consumido durante menos de un año.7 Este hallazgo sugiere que el riesgo de glaucoma que se relaciona con las estatinas podría hacerse más evidente con el uso a largo plazo.

Los exámenes de la vista regulares son importantes para detectar el glaucoma de forma temprana. Debido a que las primeras etapas del glaucoma de ángulo abierto a menudo no presentan síntomas, un examen completo de la vista es la mejor manera de detectarlo antes de que ocurra un daño significativo.

Durante un examen, un oftalmólogo mide su PIO, examina su nervio óptico y realiza otras pruebas para evaluar la salud de sus ojos. La detección temprana es clave para controlar el glaucoma y preservar la visión, aunque también es importante evitar el uso innecesario de estatinas.

Riesgos de las estatinas

Aunque este artículo se centra en la relación entre las estatinas y el glaucoma, es importante reconocer otros efectos secundarios que se relacionan con estos medicamentos. Algunas personas que toman estatinas experimentan dolor o debilidad muscular, una afección conocida como miopatía. Se cree que estos problemas musculares se deben a una disfunción de las mitocondrias y a alteraciones en el metabolismo de las proteínas musculares.

Las estatinas también se relacionan con un riesgo mayor de desarrollar diabetes tipo 2, cataratas, problemas neurológicos y perdida de CoQ10. Por ejemplo, un estudio de la revista Lancet de 2024 confirmó que las estatinas aumentan el riesgo de desarrollar diabetes, y que las de alta intensidad aumentan dicho riesgo en un 36 %.8

Además, las estatinas aumentan el riesgo de desarrollar cataratas, ya que interfieren con la biosíntesis de colesterol en el epitelio del cristalino. Un estudio encontró que el 1.9 % de los pacientes se sometieron a cirugía de cataratas durante un período de seguimiento de tres años.9

En particular, la rosuvastatina se relacionó con una incidencia 1 % mayor de cirugía de cataratas en comparación con la atorvastatina, y es probable que esto se deba a su mayor capacidad para reducir el colesterol LDL. Esto sugiere que las estatinas más potentes, como la rosuvastatina, conllevan un riesgo mayor de que se formen cataratas.

Además, las estatinas se relacionan con un riesgo mayor de sufrir un derrame cerebral hemorrágico,10 mientras que una investigación publicada en la revista Scientific Reports también encontró una relación entre el uso a largo plazo de medicamentos anticolesterol (sobre todo estatinas) y un riesgo mayor de cáncer de páncreas.11 Este efecto fue más evidente en personas que habían consumido estos medicamentos durante más de cinco años.

Además, como se mencionó, el uso de estatinas disminuye la CoQ10, por lo tanto, para las personas que toman estatinas, es importante suplementar con CoQ10 o su forma más biodisponible, el ubiquinol. La dosis recomendada puede variar mucho, desde 100 a 200 miligramos (mg) diarios para personas que consumen estatinas hasta 30 mg y 1200 mg para otros, según de su estado de salud y factores de estilo de vida. Consulte a su proveedor de atención médica para determinar la dosis adecuada para usted.

El colesterol es el componente básico de su cuerpo

Antes de decidir tomar estatinas para reducir los niveles de colesterol, es importante comprender que el colesterol es una sustancia indispensable en el cuerpo. Piense en el colesterol como si fueran pequeños bloques de construcción. Ayudan a formar las paredes de las células, lo que las mantiene fuertes y flexibles.

El colesterol también ayuda a producir las hormonas que el cuerpo necesita, e incluso desempeña un papel muy importante para crear la vitamina D que proviene de la luz de los rayos del sol, lo que mantiene los huesos fuertes y el sistema inmunológico saludable. En el intestino, el colesterol ayuda a producir ácidos biliares. Son como pequeños ayudantes que absorben las grasas y las vitaminas liposolubles de los alimentos. Además, el colesterol es importante para crear una capa protectora alrededor de los nervios, lo que los ayuda a enviar señales rápidas a todo el cuerpo.

Tener la cantidad adecuada de colesterol es esencial para gozar de una buena salud, en especial a medida que envejecemos.12 En lugar de solo intentar reducir los niveles de colesterol, es mejor enfocarse en mantener los niveles dentro de un rango saludable. Además, las enfermedades cardíacas a menudo ocurren cuando el revestimiento de las arterias se daña debido a una alimentación poco saludable, el tabaquismo, la contaminación y el estrés.

Cuando esto sucede, el cuerpo envía colesterol para ayudar a reparar el daño. Por lo tanto, el colesterol a menudo se encuentra en áreas donde las arterias están dañadas, ya que en realidad está allí para ayudar a sanar, no para causar daño.13 Recuerde que el objetivo es la salud general, no lograr un número excepcional en el resultado de una prueba. Dicho esto, puede obtener una idea más precisa del riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca con las siguientes pruebas:

Índice de omega-3

Relación HDL/colesterol total

Nivel de insulina en ayunas

Nivel de azúcar en la sangre en ayunas

Relación triglicéridos/HDL

Nivel de hierro

 Cómo proteger el corazón de forma natural

Aunque las estatinas se recetan para reducir el colesterol LDL, algunos expertos argumentan que la causa principal de la aterosclerosis, que es la base de muchas enfermedades cardíacas es la resistencia a la insulina, y no el LDL elevado. La resistencia a la insulina disminuye la producción de energía mitocondrial, y esta complicación es la base de las enfermedades cardíacas y de muchas otras afecciones crónicas.

Los factores alimenticios, en particular el consumo excesivo de ácido linoleico (AL) en los aceites de semillas, también están relacionados. La razón principal por la que el exceso de AL es perjudicial para la salud es porque interrumpe sus mitocondrias, que son las pequeñas fábricas de energía en sus células que producen trifosfato de adenosina (ATP), el combustible esencial para que las células funcionen y se reparen.

Sin energía, las células no pueden repararse ni regenerarse. Por ende, el problema crucial que subyace a la mayoría de las enfermedades crónicas es que las células no producen suficiente energía.

Además del AL, exponerse a sustancias químicas sintéticas que alteran el sistema endocrino (EDC), al estrógeno y a los campos electromagnéticos (EMF) también reduce la capacidad de las células para producir energía. Esta falta de energía dificulta mantener el entorno libre de oxígeno que se requiere para que prosperen estas bacterias beneficiosas, como la Akkermansia, lo cual empeora el problema.

Mientras tanto, su microbioma intestinal desempeña un papel fundamental en los niveles de colesterol, pero la falta de energía celular crea un entorno en el intestino que favorece las bacterias que producen endotoxinas, lo que daña aún más las mitocondrias y, a su vez, provoca resistencia a la insulina y crea un círculo vicioso que daña la salud.

Al atacar a "los cuatro disruptores": exceso de AL, estrógenos (xenoestrógenos que se encuentran en productos de uso cotidiano, como el plástico), campos electromagnéticos y endotoxinas, podría restaurar su energía celular y retomar el camino hacia una salud óptima.

También asegúrese de dormir bien y controlar el estrés, ya que estos dos factores no solo afectan su corazón, sino todos los aspectos de su salud. Obtener exposición regular a los rayos del sol es otro aspecto fundamental, pero evite exponerse a menos que haya dejado de consumir aceites de semillas durante al menos seis meses, ya que estos aceites aumentan el riesgo de sufrir quemaduras.

También es muy importante evitar un estilo de vida sedentario. Las actividades simples como caminar son muy buenas para la salud, ya que no solo refuerzan su corazón, sino que mejoran la función de todo el cuerpo. Mantenerse en movimiento también mejora la flexibilidad y la circulación, así como reduce el riesgo de enfermedades crónicas.

Esta estrategia no solo refuerza la salud del corazón, sino que mejora su bienestar general, lo que le permitirá tener una vida más larga y saludable, sin depender de intervenciones farmacéuticas.