📝HISTORIA EN BREVE

  • Una investigación demuestra que los microplásticos cada vez están más presentes en los órganos de los seres humanos, de hecho, el tejido cerebral contiene entre 7 y 30 veces más concentración de microplásticos que las muestras de hígado o riñón que se tomaron en estudios de 2016 y 2024
  • Los microplásticos provienen de los artículos plásticos y productos manufacturados que se degradan y se infiltran en los océanos, el suelo y el aire, lo que hace que sea casi imposible evitarlos
  • Los nanoplásticos (de menos de 100 nanómetros) cruzan la barrera hematoencefálica en dos horas, lo que contribuye a la inflamación y al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer debido a la aceleración del péptido beta-amiloide
  • Los estudios de laboratorio señalan que los microplásticos afectan muchos sistemas del cuerpo, lo que causa inflamación digestiva, problemas respiratorios, alteraciones endocrinas y trastornos reproductivos, aunque la investigación en humanos aún es un desafío
  • Las mejores formas de reducir la exposición incluyen filtrar el agua potable, evitar los envases de plástico, usar ropa de fibras naturales y elegir recipientes de vidrio o metal en lugar de los de plástico

🩺Por el Dr. Mercola

A la mayoría de las personas les gusta comer mariscos o tomar un baño relajante y cálido. Aunque parecen inofensivos, las investigaciones demuestran que ahora contienen microplásticos. Estas diminutas partículas de plástico, que por lo general son más pequeñas que un grano de arena, cada vez están más presentes en nuestro entorno. De hecho, ahora se encuentran en su cerebro y otros órganos.

El plástico se encuentra en todas partes, incluso en su cerebro

En un estudio preimpreso publicado en Research Square, los investigadores intentaron descubrir la cantidad de micro y nanoplásticos (MNP) que existe en el cuerpo humano. En el experimento recolectaron un total de 51 muestras de tejido post mortem de hígado, riñón y cerebro de 2016 y 2024. A partir de ahí, las muestras se sometieron a una prueba química que creó materiales sólidos, es decir, sólidos a base de polímeros que se pueden detectar con un equipo especial.1

Los investigadores descubrieron que el cerebro contiene la mayor concentración de MNP (alrededor de 7 a 30 veces más) en comparación con las muestras de hígado o riñón. Además, los MNPs que se encuentran en el cerebro están en la escala nanométrica y tienen propiedades similares a las de los fragmentos. De acuerdo con sus hallazgos:2

“Un análisis de varianza no paramétrico (Kruskal-Wallis) confirmó que las concentraciones de MNP en los cerebros fueron mayores que en los demás tejidos (P<0,0001).
Además, de 2016 a 2024, se percibió un aumento en las concentraciones de MNP tanto en el hígado como en el cerebro. El polímero predominante que se encontró en todos los tejidos fue el polietileno, que de forma independiente expuso tendencias crecientes similares entre 2016 y 2024 en el hígado y el cerebro.
La proporción de polietileno en el cerebro (74 %) pareció ser mayor en relación con otros polímeros en comparación con el hígado y el riñón (44 % a 57 %), aunque las muestras de riñón de 2024 también presentaron un aumento de PE (71 %) …
Las concentraciones en el hígado y los riñones no fueron tan altas (en relación con el cerebro) como sospechábamos, ya que estos son órganos de "primera línea" que se encargan de absorber y eliminar los xenobióticos. Dicho esto, la naturaleza lipofílica de los plásticos podría hacer que se filtren más fácil por el hígado, el cuál desempeña un papel importante para absorber y reacondicionar los triglicéridos y el colesterol de la alimentación”.

Sin embargo, los investigadores no profundizaron en los efectos de los MNPs en la salud humana, y además argumentaron que este tema requiere un nuevo estudio.3

¿De dónde provienen los microplásticos?

Los microplásticos provienen de diversas fuentes. Algunos se crean cuando artículos de plástico de gran tamaño, como botellas, bolsas y envases de alimentos, se rompen debido a la exposición de los rayos del sol, la intemperie y la abrasión física. Por ejemplo, una botella de plástico abandonada a los rayos del sol se hace frágil y con el tiempo se rompe en pedazos cada vez más pequeños. Estos fragmentos son microplásticos.

En otros casos, los microplásticos se fabrican de manera premeditada, como las microperlas que se utilizan en ciertos cosméticos y productos de cuidado personal (aunque muchos países ya prohibieron su uso).

Estas diminutas partículas de plástico se han infiltrado en casi todos los rincones del medio ambiente. Se encuentran en nuestros océanos, ríos y lagos, y por lo tanto contaminan el agua y dañan la vida marina. También están presentes en el suelo, lo que afecta el crecimiento de las plantas y además se mezclan con nuestro suministro de alimentos. El aire que respiramos también contiene microplásticos que se alojan en nuestros pulmones al inhalarlos.4 Esta contaminación hace que sea casi imposible evitar su exposición por completo.

Cuando se trata de alimentos, los microplásticos ingresan al sistema a través de varias vías. Las especies marinas, tanto depredadores como presas, consumen microplásticos en el océano que después se acumulan en sus tejidos. Esto significa que cuando consume mariscos, también consume microplásticos.5

De manera similar, las plantas absorben los microplásticos, lo que contamina el crecimiento y la nutrición de frutas, vegetales y otros cultivos.6 Los envases de plástico que se utilizan para alimentos y bebidas también desprenden microplásticos, lo que contribuye aún más a su exposición.

Además de los alimentos y el agua, es posible encontrar microplásticos en otros productos de uso diario. Por ejemplo, la ropa sintética, como el poliéster y el nailon, desprende pequeñas fibras de plástico cuando se lava. Estas microfibras son una fuente importante de contaminación en nuestras vías fluviales. Aunque se han prohibido las microperlas en muchos países, existen algunos procesos industriales que aún contribuyen a la contaminación por microplásticos.

La relación de los microplásticos y el cerebro

Una vez más, uno de los aspectos más preocupantes de la contaminación por microplásticos es su habilidad de llegar al cerebro. El cerebro está protegido por la barrera hematoencefálica, que por lo general impide que muchas sustancias dañinas entren al tejido cerebral. Sin embargo, los nanoplásticos (menos de 100 nanómetros), son capaces de atravesar esta barrera7 tan sólo dos horas después de entrar al cuerpo.

El problema es que con el paso del tiempo estas partículas microscópicas se acumulan en el cerebro, un proceso conocido como bioacumulación. Aunque las investigaciones sobre los efectos de los MNPs en la salud aún no son claros, los investigadores argumentan que afectan el sistema inmunológico y causan inflamación.8 La inflamación crónica en el cerebro se ha relacionado con diferentes problemas neurológicos.

A pesar de que la investigación aún está en curso, existe la inquietud de que la exposición a largo plazo a los MNPs y su acumulación en el cerebro contribuyan al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

De acuerdo con un estudio en animales publicado en el Journal of Hazardous Materials, una vez que los nanoplásticos cruzan la barrera hematoencefálica, contribuyen a la neurotoxicidad ya que aceleran la propagación de los péptidos beta-amiloide, que es la proteína patógena principal de esta afección.9

La investigación sobre el impacto de los microplásticos es un misterio sin resolver

Estudiar los efectos de los microplásticos en la salud humana es un reto bastante complejo. Analizar el impacto de los microplásticos en la salud es difícil debido a preocupaciones éticas.

Esto ha hecho que los científicos recurran a modelos de prueba in vivo, in vitro y en animales para monitorear y estudiar su impacto.10 Pero a partir de esta investigación, podemos deducir las posibles consecuencias de los microplásticos en la salud. Esto es lo que ha recopilado un estudio de 2023 publicado en Yonsei Medical Journal:11

  • Sistema digestivo: los microplásticos causan irritación física en el tracto gastrointestinal, lo que provoca inflamación y malestares digestivos. Esto produce un desequilibrio en el microbioma intestinal, lo que a su vez provoca dolor abdominal, inflamación y cambios en los hábitos intestinales.
  • Sistema respiratorio: inhalar microplásticos provoca estrés oxidativo en las vías respiratorias, lo que provoca tos, estornudos y problemas para respirar. Es probable que también presente fatiga y mareos debido a la baja concentración de oxígeno en la sangre.
  • Salud endocrina: los microplásticos afectan la salud hormonal ya que alteran la función endocrina. Esto provoca trastornos metabólicos, problemas de desarrollo e incluso tasas de fertilidad más bajas. Gran parte se debe a que los microplásticos suelen contener bisfenol A, una sustancia química que afecta la salud endocrina y el sistema reproductivo.

Abordar el problema de la contaminación por microplásticos y su posible impacto en la salud requiere iniciativas de colaboración entre científicos, gobiernos e industrias. Los científicos necesitan realizar más investigaciones para comprender los efectos en la salud, los gobiernos necesitan implementar políticas para reducir la contaminación plástica y las industrias necesitan desarrollar alternativas más sostenibles.

“Si se tiene en cuenta la naturaleza ubicua y la gran persistencia de los microplásticos, descubrirá que es necesario emplear medidas para reducir la exposición dados sus efectos en generaciones enteras.
En el futuro, será necesario investigar el estado de contaminación y los peligros de los microplásticos en el mar, así como la correlación entre la exposición a los microplásticos y las enfermedades en los seres humanos; y, con base en estos hallazgos, proteger la salud humana para prevenir y gestionar los microplásticos”, concluyeron los investigadores.12

Tome control de su salud en un mundo de plástico

Aunque las investigaciones aún están en curso, está claro que tener objetos microscópicos extraños en los órganos no es bueno. Por lo tanto, es importante tomar medidas proactivas para minimizar su exposición mientras los científicos continúan investigando los efectos a largo plazo.

Abordar el problema de la contaminación por microplásticos requiere un esfuerzo común. Al combinar acciones individuales con cambios de políticas e innovación industrial, avanzaremos hacia un futuro con menos contaminación de plásticos y un medio ambiente más saludable. Pero mientras tanto, podemos implementar estrategias prácticas a nivel personal para reducir la exposición. Estas son algunas de mis recomendaciones:

Filtre el agua potable y evite el agua en botellas de plástico: si necesita comprar agua embotellada, elija botellas de vidrio.  También asegúrese de que el filtro que utiliza para purificar el agua del grifo pueda filtrar los microplásticos.

Hierva el agua dura del grifo: si no tiene filtro, considere hervir el agua antes de usarla para cocinar o beber, ya que el agua dura absorbe más microplásticos. Estudios recientes demuestran que hervir el agua durante cinco minutos elimina hasta el 90 % de los microplásticos.

Evite los envases de plástico: elija productos envasados en vidrio, metal o papel. Esto puede reducir bastante la cantidad de residuos plásticos que se convierten en microplásticos. En casa, utilice papel encerado, papel pergamino o bolsas de papel para guardar sus alimentos.

Utilice contenedores reutilizables: remplace las botellas, vasos y recipientes de plástico de un solo uso por alternativas reutilizables de materiales más seguros como el acero inoxidable o el vidrio.

Evite calentar los alimentos en contenedores de plástico en el microondas: el calor puede hacer que los plásticos filtren sustancias químicas a los alimentos. En cambio, utilice recipientes de vidrio o cerámica para microondas.

Evite las tablas de cortar de plástico: en su lugar, utilice tablas de cortar de madera o de vidrio.

Elija fibras naturales: siempre que sea posible, compre ropa y otros productos textiles que se elaboren con fibras naturales como algodón, lana y lino, ya que los tejidos sintéticos como el poliéster desprenden microfibras y liberan xenoestrógenos.

Lave la ropa sintética con menos frecuencia: cuando lave textiles sintéticos, utilice un filtro de microfibra para atrapar las fibras sintéticas y evitar que terminen en el sistema de agua.

Compre cosméticos y productos de cuidado personal de calidad alimentaria: algunos cosméticos, pastas de dientes y productos de cuidado personal contienen microperlas u otras partículas de plástico. Mejor, busque productos que no contengan estos materiales. Lo ideal es comprar productos naturales y de calidad alimentaria.

Elija con cuidado los juguetes de sus hijos: sustituya los juguetes de plástico por otros fabricados con materiales seguros, no tóxicos y sostenibles.

Opte por productos de limpieza naturales: los productos de limpieza químicos como jabones, limpiadores y limpiadores de superficies, por lo general contienen microplásticos y ftalatos que afectan su sistema endocrino. En su lugar, elija alternativas naturales como vinagre blanco, bicarbonato de sodio y aceites esenciales.