📝HISTORIA EN BREVE
- Según una investigación reciente, las personas con eccema (eczema) tienen mayores probabilidades de desarrollar hiperparatiroidismo, no relacionado con la vitamina D
- El hiperparatiroidismo implica la producción excesiva de la hormona paratiroidea, lo que altera el equilibrio del calcio y causa problemas óseos y renales
- La vitamina D influye en la salud de la piel y en la respuesta inmunitaria, pero su impacto exacto en el eczema y el hiperparatiroidismo aún es poco claro y controvertido
- La disfunción mitocondrial, los alimentos procesados y las toxinas del ambiente contribuyen a los síntomas del eczema; es recomendable reducir el ácido linoleico y evitar los disruptores endocrinos
- Para controlar el eczema, reduzca el estrés, siga una alimentación rica en nutrientes, expóngase a luz del sol y evite alimentos procesados y productos químicos sintéticos para mejorar la piel y la salud en general
🩺Por el Dr. Mercola
Quizás piense que el eccema (eczema) es solo otro problema de comezón en la piel, pero es más complicado que eso. El eczema da lugar a zonas ásperas, que generan comezón y a veces son dolorosas en el cuerpo. Otro problema de salud importante, conocido como hiperparatiroidismo, consiste en que las glándulas paratiroides producen demasiada hormona paratiroidea (PTH).
Esta hormona adicional afecta el equilibrio de calcio del cuerpo de manera que debilita los huesos o afecta otras funciones. Las investigaciones sugieren que las personas con dermatitis atópica, que es la forma más común de eczema, enfrentan una mayor probabilidad de desarrollar hiperparatiroidismo, y este vínculo parece ocurrir sin que la vitamina D tenga una gran influencia.1 Si padece eczema, vale la pena aprender sobre esta conexión, ya que comprenderla le ayudará a tomar decisiones más inteligentes para una mejor salud a largo plazo.
La dermatitis atópica es más que solo piel seca
Quizás haya oído hablar de la dermatitis atópica descrita como solo un problema de sequedad, pero es más que eso. La dermatitis atópica es una afección cutánea crónica que causa manchas rojas, escamosas y con comezón, las cuales suelen ser incómodas. A veces la piel se inflama hasta el punto de desgarrarse, sangrar o incluso infectarse. Esto sucede porque su sistema inmunológico reacciona de forma exagerada a factores de su entorno o de su rutina diaria que lo provocan.
Lo más probable es que usted tenga o conozca a alguien con eczema, ya que es uno de los problemas de piel más comunes del mundo. La Asociación Nacional de Eczema explica que millones de personas lo padecen, incluyendo bebés, adolescentes y adultos.2 Muchas personas desarrollan los síntomas en la primera infancia, aunque quizá le sorprenda saber que también aparecen o persisten más adelante en la vida. Incluso cuando los síntomas comienzan a notarse en su niñez, no siempre desaparecen en la edad adulta.
Una parte complicada de tratar la dermatitis atópica es identificar los factores que la provocan, los cuales incluyen el estrés cotidiano, la exposición a ciertas telas o incluso un cambio en los patrones del clima. Estos factores generan brotes, lo que hace que se sienta agotado o distraído por la picazón constante.
A veces, la picazón dificulta conciliar el sueño, lo que luego se refleja en otras actividades, como el trabajo o la escuela. A menudo parece imposible intentar mantener una vida normal mientras se controlan estos brotes, y lleva tiempo descubrir qué es lo que le funciona mejor.
Imagínese resolver un nuevo rompecabezas cada día, ya que vivir con eczema es muy parecido al trabajo de un detective. Tal vez necesite investigar si un nuevo jabón o detergente le provocó un brote o si el estrés de una semana ocupada aumentó su malestar. Es recomendable trabajar en colaboración estrecha con un médico holístico que pueda guiarlo para identificar los factores que lo provocan, ajustar los tratamientos y encontrar mejores formas de prevenir esos brotes rojos que generan comezón.
El hiperparatiroidismo
Mientras que el eczema afecta su piel, el hiperparatiroidismo afecta sus hormonas. El hiperparatiroidismo ocurre cuando las glándulas paratiroides producen un exceso de hormona paratiroidea (PTH). Estas cuatro glándulas en el cuello suelen controlar la cantidad de calcio y fósforo que circula en la sangre. Si su cuerpo produce demasiada PTH, se acumula el calcio en la sangre, lo que interfiere con muchos aspectos de su salud.
A veces, los crecimientos benignos en las glándulas paratiroides son la razón detrás de esta producción excesiva de PTH. En otros casos, es posible que se observen desequilibrios de vitamina D o ciertos problemas de salud hereditarios que sientan las bases para el hiperparatiroidismo.
La edad también es otro factor que aumenta el riesgo. El hiperparatiroidismo es difícil de detectar al principio, ya que sus síntomas a veces se confunden con la fatiga cotidiana. Es posible que pase semanas o meses en los que se sienta muy cansado, dolorido o incluso note problemas con los huesos o los riñones. Se le pueden formar cálculos renales o sentir dolor en los huesos, lo cual es la forma que tiene su cuerpo de avisarle que sus niveles de calcio pueden estar desequilibrados.
Una manera sencilla de imaginar cómo funcionan las glándulas paratiroides es compararlas con el termostato de su casa. Cuando el termostato está configurado de forma correcta, la “temperatura” del calcio del cuerpo se mantiene dentro de un buen rango. Pero cuando el termostato está en una temperatura elevada, ingresa más calcio del que se necesita y todo se sobrecalienta. En su cuerpo, ese calcio extra crea estrés para sus riñones, huesos y otros órganos.
El hiperparatiroidismo vs. el hipertiroidismo
Quizás se percató que el hiperparatiroidismo y el hipertiroidismo suenan parecidos y es fácil confundirlos. Aunque ambos involucran al sistema endocrino, afectan glándulas distintas y producen diferentes hormonas que mantienen el cuerpo en equilibrio. Conocer estas diferencias le ayudará a comprender a qué condición se enfrenta; es importante entender que son dos trastornos endocrinos distintos.
El hiperparatiroidismo implica las glándulas paratiroides y no afecta de manera directa el metabolismo de la misma manera que lo hace la glándula tiroides. Por el contrario, el hipertiroidismo afecta la glándula tiroides, que tiene forma de mariposa y se ubica en la parte delantera del cuello. La tiroides controla la velocidad a la que el cuerpo usa la energía.
Cuando tiene hipertiroidismo, su tiroides produce demasiada hormona tiroidea, lo que acelera su ritmo cardíaco, eleva su temperatura del cuerpo y causa pérdida de peso o nerviosismo. Si bien, ambas afecciones involucran hormonas, desempeñan funciones diferentes y plantean desafíos distintos. Aunque los nombres son similares, recuerde que las glándulas paratiroides controlan los niveles de calcio, mientras que la glándula tiroides influye en su metabolismo general.
La relación entre la dermatitis atópica y el hiperparatiroidismo
Quizás se pregunte cómo una afección cutánea como el eczema se relaciona con un exceso de hormona paratiroidea, pero un estudio publicado en Archives of Dermatological Research analizó esta cuestión.3 Los científicos revisaron datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición, también conocida como NHANES (por sus siglas en inglés), para los años 2005 a 2006. Examinaron los registros de 7266 personas para ver si las que tuvieron dermatitis atópica presentaron más probabilidades de tener hiperparatiroidismo.
Los resultados demostraron que las personas con dermatitis atópica tuvieron mayores probabilidades de desarrollar hiperparatiroidismo que las personas que no tuvieron esta afección cutánea. Se observó un aumento significativo en las probabilidades de tener hiperparatiroidismo si también se tenía eczema. Este hallazgo llevó a los investigadores a buscar las posibles razones, incluyendo si la vitamina D u otros factores de salud podrían explicar la superposición.
Debido a que la dermatitis atópica a menudo se relaciona con menores niveles de vitamina D, muchos investigadores sospecharon que esa pudo ser la razón de este aumento en el riesgo de hiperparatiroidismo. Por sorprendente que parezca, el estudio concluyó que los niveles de vitamina D no fueron el culpable principal.
La relación entre el eczema y los niveles elevados de hormona paratiroidea no fue “mediada por la vitamina D” ni otros factores como el calcio, el fósforo, el índice de masa corporal y la proteína C reactiva. Eso significa que estos sospechosos habituales no explicaron el vínculo, lo que deja un misterio que los científicos aún exploran.
Los investigadores analizaron subgrupos más pequeños, y descubrieron que las personas mayores de 60 años tuvieron una relación más fuerte entre el eczema y el hiperparatiroidismo, sobre todo si sus niveles de vitamina D eran normales.
Esto sugiere que ocurre algo más, y que quizás se relacione con los cambios que ocurren a medida que uno envejece. Es posible que su cuerpo se vuelva más vulnerable a problemas hormonales a medida que pasa el tiempo, o podría reflejar otros factores estresantes que aún no se comprenden por completo.
La función controvertida de la vitamina D en la dermatitis atópica
La relación entre la vitamina D, la dermatitis atópica y el hiperparatiroidismo es compleja. Según Yale Medicine, el hiperparatiroidismo secundario “se produce debido a niveles bajos de calcio o vitamina D en la sangre, lo que hace que las glándulas paratiroides liberen de forma crónica niveles elevados de PTH”.4
Mientras tanto, las personas con dermatitis atópica suelen presentar cambios en la barrera cutánea y en las respuestas inmunitarias, que permiten la entrada de irritantes y gérmenes. Debido a que la vitamina D influye tanto en el sistema inmunológico como en la forma en que crecen las células de la piel, algunos investigadores creen que puede haber una relación entre los niveles de vitamina D y el riesgo o la gravedad del eczema.
Por ejemplo, la vitamina D ayuda a regular la proliferación y diferenciación de los queratinocitos, que son las células responsables de formar la capa externa de la piel.
Una revisión destaca estudios que encontraron menores niveles de vitamina D en muchas personas con eczema, lo que sugiere que la vitamina D tiene un efecto protector en algunos casos.5 Los investigadores midieron cuánta vitamina D obtienen las personas a través de los alimentos, la luz del sol y los suplementos, pero los resultados no siempre son sencillos. En algunos casos, los niños con un mayor consumo de vitamina D mostraron más síntomas de eczema, lo que apunta a factores ambientales o de estilo de vida que los científicos aún deben resolver.
Además, algunos expertos creen que la vitamina D mejora la habilidad de la piel para combatir las bacterias y reducir la inflamación, lo que puede ayudar a prevenir los brotes. La vitamina D también se relaciona con otras afecciones de la piel, como la psoriasis. Otros argumentan que se necesitan más estudios para confirmar si tomar vitamina D adicional en verdad reduce las probabilidades de contraer eczema o disminuye la gravedad de los síntomas. Sin embargo, si se toma en cuenta los numerosos beneficios que aporta la vitamina D a la salud, tiene sentido optimizar sus niveles.
Consejos para tratar la dermatitis atópica
La mayoría de las personas tienen mitocondrias disfuncionales, y si no tiene suficientes mitocondrias, no puede crear la suficiente energía de las células para prevenir enfermedades de la piel como el eccema (eczema). La disfunción mitocondrial también afecta la salud intestinal.
La disbiosis intestinal (que es un desequilibrio en la comunidad microbiana) aumenta la permeabilidad intestinal, también conocida como "intestino permeable", lo que permite que sustancias nocivas entren al torrente sanguíneo. Esto genera una inflamación sistémica y respuestas inmunitarias que pueden causar eczema y enfermedades autoinmunes.
La alimentación moderna está llena de alimentos procesados y aceites de semillas ricos en ácido linoleico (AL) que dañan el microbioma intestinal y promueven bacterias dañinas. El AL es un veneno para sus mitocondrias, ya que altera la producción de energía de las células y deteriora la salud del intestino. Además de los alimentos procesados, también evite los frutos secos y las semillas para reducir su consumo de AL. Se recomienda mantener su consumo total de AL por debajo de 5 gramos. Lo ideal es consumir menos de 2 gramos.
La exposición a sustancias químicas sintéticas que alteran el sistema endocrino (EDCs, por sus siglas en inglés), el estrógeno y los campos electromagnéticos (EMFs, por sus siglas en inglés) perjudican aún más la capacidad de las células para generar energía con efectividad. Esta falta de energía dificulta mantener el entorno libre de oxígeno que se requiere para que prosperen estas bacterias beneficiosas, como la Akkermansia, lo cual agrava el problema.
Además, la falta de energía de las células crea un entorno en el intestino que favorece a las bacterias productoras de endotoxinas, lo que daña las mitocondrias y crea un círculo vicioso que perjudica la salud. Cuando aborda el exceso de AL, los estrógenos (los xenoestrógenos presentes en artículos de uso cotidiano como el plástico), los EDCs y los EMFs, restaura la energía de sus células y retoma el camino hacia la función y la salud óptima de las mitocondrias.
El manejo del estrés también se relaciona con el cuidado del eczema, ya que el estrés empeora la condición de la piel. Actividades como el yoga, la meditación y las caminatas diarias relajan su mente, lo que beneficia su sistema inmunológico y su piel. Para controlar el eczema y evitar los brotes, considere también la fototerapia o la exposición a la luz del sol natural, que ayudan a mejorar los síntomas del eczema debido a que reducen la respuesta inflamatoria.6