📝Historia en breve
- Un estudio reciente demostró que las mujeres embarazadas que tomaron 1.000 UI/día de vitamina D tuvieron hijos con una densidad ósea mayor a los 4 y a los 6-7 años, lo que sugiere beneficios duraderos para la salud ósea
- Los niveles óptimos de vitamina D durante el embarazo reducen el riesgo de complicaciones como la preeclampsia y la diabetes gestacional, y la suplementación reduce en un aproximado de un 50 % el riesgo de preeclampsia
- Las mujeres con niveles adecuados de vitamina D presentan mayores tasas de fertilidad y éxito de la FIV, mientras que la vitamina D también apoya el desarrollo del sistema inmunológico del feto y reduce el riesgo de infección respiratoria
- Las investigaciones indican que los niveles adecuados de vitamina D durante el embarazo ayudan a prevenir los trastornos del espectro autista, el TDAH y la esquizofrenia, ya que beneficia los procesos de desarrollo neurológico
- Si bien, la luz solar es la mejor fuente de vitamina D, quienes consumen aceites de semillas deben eliminarlos y limitar su exposición al sol durante las horas de luz más intensa por seis meses, ya que la interacción de los rayos UV con el ácido linoleico en la piel puede causar daños en el ADN
🩺Por el Dr. Mercola
Durante el embarazo, es importante garantizar una nutrición óptima para la salud y el desarrollo del bebé. Entre los nutrientes esenciales, la vitamina D ganó popularidad por su función en la salud ósea. La influencia de la vitamina D, reconocida en general por su importancia en regular el calcio y el desarrollo del esqueleto, va más allá de la infancia hasta la niñez e incluso la edad adulta.
Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition explica cómo la suplementación con vitamina D durante el embarazo tiene beneficios duraderos en la densidad mineral ósea (DMO) de los niños años después de nacer.1
La vitamina D en el embarazo fortalece los huesos de los niños
El Estudio de Osteoporosis Materna con Vitamina D (MAVIDOS, por sus siglas en inglés) fue un ensayo de suplementación con vitamina D durante el embarazo. El estudio se centró en mujeres embarazadas que tenían entre 14 y 17 semanas de gestación y con niveles de vitamina D que oscilaron entre 10 y 40 ng/mL (25 a 100 nmol/L). Se asignó a las participantes de forma aleatoria 1.000 UI/día de colecalciferol (que es una forma de vitamina D) o un placebo desde el comienzo del embarazo hasta el parto.
El objetivo principal fue evaluar si esta suplementación podría mejorar la salud ósea de sus hijos. En un principio, el ensayo MAVIDOS reveló que los niños de madres que tomaron suplementos de vitamina D presentaron una mayor densidad mineral ósea (DMO) a los 4 años, en comparación con aquellos cuyas madres recibieron un placebo.2
Un estudio de seguimiento amplió estos hallazgos y examinó la persistencia de estos beneficios entre los 6 y 7 años. Incluso a esa edad, los niños cuyas madres recibieron suplementos de vitamina D mostraron una DMO mayor en comparación con los del grupo placebo.
El estudio demostró que los niños cuyas madres tomaron suplementos de vitamina D tuvieron un poco más de minerales en sus huesos y huesos más densos en comparación con aquellos que no recibieron los suplementos. Además, estos niños tuvieron huesos más fuertes y más masa muscular, lo que indicó un mejor crecimiento óseo y muscular en general.
Asimismo, los efectos fueron similares en diferentes regiones óseas, incluyendo la columna lumbar, aunque el impacto fue más pronunciado en las mediciones de todo el cuerpo. Por interesante que parezca, estos efectos positivos fueron consistentes con los hallazgos a los 4 años, lo que indica que los beneficios de la suplementación con vitamina D en el embarazo no son temporales, sino que persisten hasta la mitad de la niñez y quizás más allá.
Cómo la vitamina D en el embarazo favorece la salud ósea de los niños
La mejora sostenida de la salud ósea observada en el estudio MAVIDOS sugiere que la vitamina D es fundamental en el desarrollo del esqueleto y va más allá de la absorción de calcio. Una hipótesis es que los niveles adecuados de vitamina D durante el embarazo favorecen el desarrollo óseo del feto, lo que sienta las bases para huesos más fuertes a medida que el niño crece.
También podría tener un impacto indirecto en la salud ósea de los niños, ya que aumenta la vitamina D en la leche materna. Además, los niveles más elevados de vitamina D materna podrían influir en la programación epigenética de los genes del niño relacionados con el metabolismo óseo, lo que conduce a una mayor densidad ósea.3
La comparación de estos resultados con otros estudios, como el ensayo Copenhagen Prospective Studies on Asthma in Childhood (COPSAC2010), reafirma la evidencia de que la suplementación con vitamina D durante la gestación tiene efectos positivos duraderos en la salud ósea.4 Desde el punto de vista de la salud pública, estos hallazgos recomiendan optimizar los niveles de vitamina D en la atención prenatal estándar.
Dado el bajo costo y el perfil de seguridad de los suplementos de vitamina D, mejorar las pautas actuales para que se recomiende su optimización podría ser una estrategia para favorecer los resultados de salud ósea en los niños a nivel poblacional. Este enfoque proactivo podría reducir la incidencia de fracturas y osteoporosis más adelante en la vida, lo que contribuye a la salud pública general y reduce los costos de atención médica de enfermedades relacionadas con los huesos.
Cómo reduce la vitamina D las complicaciones del embarazo
Mantener niveles óptimos de vitamina D en el embarazo no sólo favorece el desarrollo de los niños, sino que también protege la salud de la mujer. Las investigaciones demuestran que la deficiencia de vitamina D aumenta el riesgo de varias complicaciones graves del embarazo, incluyendo preeclampsia, diabetes gestacional, parto prematuro e incluso parto por cesárea.5
La preeclampsia, que es una enfermedad peligrosa que implica presión arterial alta y daño a otros órganos, afecta hasta el 15 % de los embarazos. Los estudios demuestran que las mujeres embarazadas con niveles de vitamina D menores a 20 ng/mL tienen un riesgo mayor. La suplementación, en especial a partir del comienzo del embarazo, se relacionó con una menor incidencia de preeclampsia.
Una revisión descubrió que las mujeres que tomaron suplementos de vitamina D tuvieron una probabilidad 50 % menor de desarrollar la enfermedad.6 De manera similar, los niveles bajos de vitamina D se asociaron con la diabetes gestacional, que es una forma de diabetes que se desarrolla en el embarazo y conduce a complicaciones, como bebés más grandes y problemas en el parto.
Se demostró que aumentar los niveles de vitamina D mejora el metabolismo de la glucosa y reduce la resistencia a la insulina, lo que disminuye la probabilidad de desarrollar diabetes gestacional. La vitamina D incluso puede influir en el modo de parto. Las mujeres con niveles más bajos tienen un riesgo mayor de cesárea, quizá debido a músculos del suelo pélvico débiles y a un parto más largo.7
La vitamina D y la fertilidad: cómo optimizar la concepción
Si planea concebir, garantice niveles adecuados de vitamina D para mejorar su fertilidad y favorecer sus posibilidades de tener un embarazo saludable. Los receptores de vitamina D se encuentran en los tejidos reproductivos, incluyendo los ovarios, el útero y el endometrio, lo que indica su impacto en la salud reproductiva.
En el caso de las mujeres, la vitamina D promueve la producción de hormonas sexuales, como el estrógeno y la progesterona, que son esenciales para la ovulación y el mantenimiento de un embarazo. También favorece la salud del revestimiento endometrial, ya que crea un entorno más receptivo a la implantación. Los estudios demostraron que las mujeres con niveles suficientes de vitamina D cuentan con más probabilidades de concebir de forma natural y tienen mayores tasas de éxito con técnicas de reproducción asistida, como la fertilización in vitro (FIV).
Un estudio descubrió que las mujeres que se sometieron a tratamientos de fertilidad que tenían niveles de vitamina D superiores a 30 ng/mL tuvieron tasas de embarazo más altas en comparación con aquellas con niveles deficientes.8
Por otra parte, la vitamina D reduce la inflamación en el sistema reproductivo. Esto es de gran ayuda para afecciones como la endometriosis, que es un factor que influye en la fertilidad. Para los hombres, la vitamina D es igual de importante, ya que favorece la producción, la motilidad y la calidad saludables de los espermatozoides. Las parejas que luchan por concebir se benefician si se evalúan y optimizan los niveles de vitamina D de ambos.
Fortalezca el sistema inmunológico de su bebé con vitamina D
La vitamina D también es un elemento fundamental para el desarrollo del sistema inmunológico de los bebés. Desde el momento de la concepción, la vitamina D ayuda a regular la función del sistema inmunológico, lo que reduce el riesgo de infecciones y enfermedades autoinmunes a medida que el niño crece.
Los bebés de madres con niveles óptimos de vitamina D tienen menos probabilidades de sufrir infecciones respiratorias como bronquiolitis y neumonía, que son las principales causas de hospitalización en la infancia.9
Esto se debe a que la vitamina D refuerza el sistema inmunológico del bebé, lo que incrementa la producción de péptidos antimicrobianos que ayudan a combatir los patógenos. Los estudios demostraron que los recién nacidos con niveles de vitamina D mayores a 30 ng/mL tienen un riesgo menor de sufrir enfermedades respiratorias graves en comparación con aquellos con niveles más bajos.10
La vitamina D también protege contra el asma. Las investigaciones indican que complementar la alimentación con vitamina D en el embarazo podría ayudar a reducir el riesgo de que su hijo desarrolle asma o sibilancias recurrentes, ya que favorece el desarrollo saludable de los pulmones. Además, los niveles adecuados de vitamina D durante el embarazo se relacionaron con un riesgo menor de padecer diabetes tipo 1 y esclerosis múltiple en etapas posteriores de la vida.
La importancia de la vitamina D en el desarrollo neurológico y la prevención del autismo
La evidencia también sugiere que la vitamina D está involucrada en el desarrollo del cerebro de los bebés, ya que reduce el riesgo de afecciones neurológicas como los trastornos del espectro autista (TEA). La vitamina D favorece el crecimiento neuronal, la diferenciación y la función sináptica, los cuales son procesos implicados en el desarrollo del cerebro durante el embarazo.11
Los estudios demostraron que los niños de madres con niveles bajos de vitamina D tienen más probabilidades de ser diagnosticados con TEA. Los investigadores creen que el impacto de la vitamina D en la regulación de las sustancias químicas cerebrales y la protección contra el estrés oxidativo podría explicar su efecto protector.
En un estudio de intervención, las mujeres que habían tenido un hijo diagnosticado con autismo tomaron un suplemento de 5.000 UI de vitamina D3 todos los días durante el embarazo. Después de nacer, sus bebés recibieron 1.000 UI todos los días durante tres años. Cabe destacar que solo un niño de cada 19 desarrolló autismo, en comparación con la tasa de recurrencia típica del 20 %.12
Otras investigaciones demostraron que la deficiencia de vitamina D materna durante el embarazo temprano tiene una relación significativa con una mayor probabilidad de diagnósticos de TEA en la descendencia.13
Por ejemplo, los niños cuyas madres tuvieron niveles de vitamina D menores a 10 ng/mL (25 nmol/L) a la mitad del embarazo tuvieron más probabilidades de desarrollar TEA. Además, estudios que midieron los niveles de vitamina D al nacer también encontraron que los recién nacidos con concentraciones más bajas de vitamina D tuvieron más riesgo de TEA, lo que destaca la importancia de mantener niveles óptimos durante todo el embarazo.14
Cómo abordar el riesgo de TDAH con suplementos de vitamina D para las madres
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) también se relacionó con los niveles de vitamina D de la madre en el embarazo. Una revisión sistemática encontró que los niveles bajos de vitamina D en las madres se relacionaron con una mayor incidencia de diagnósticos y síntomas de TDAH en los niños. Otro estudio identificó una relación entre la deficiencia de vitamina D en el tercer trimestre y mayores probabilidades de TDAH en los niños, lo que destaca una ventana importante de intervención.15
La importancia de la vitamina D en la prevención del TDAH puede deberse a su habilidad para regular la función cerebral durante el desarrollo del feto. Favorece el crecimiento y la diferenciación neuronal, que son procesos esenciales para el desarrollo de la atención y la función ejecutiva. Los niños de madres con deficiencia de vitamina D a menudo presentan más problemas de conducta, entre ellos hiperactividad y dificultad para concentrarse, que son características del TDAH.
El vínculo entre la deficiencia de vitamina D en la madre y la esquizofrenia en los hijos es otro tema de interés. La esquizofrenia es un trastorno psiquiátrico complejo que suele diagnosticarse en la edad adulta temprana y sus raíces pueden comenzar desde el embarazo.
Los estudios demostraron que los recién nacidos con niveles más bajos de vitamina D al nacer tuvieron un riesgo mayor de desarrollar esquizofrenia más adelante en la vida.16 Los niveles de vitamina D en la madre parecen servir como un indicador de la salud cerebral del feto, ya que la vitamina D fetal depende por completo de las reservas maternas.17
Más allá del TEA, el TDAH y la esquizofrenia, las investigaciones sugieren que la deficiencia prenatal de vitamina D influye en otros resultados psiquiátricos, incluyendo la depresión, ansiedad,18 síntomas psicóticos y problemas de conducta. Aunque la evidencia sobre estas afecciones es menos concluyente, los hallazgos destacan la importancia de la vitamina D en la salud y el desarrollo del cerebro.
La luz del sol es la mejor manera de optimizar los niveles de vitamina D
Si bien, los suplementos de vitamina D son muy disponibles, nada iguala la efectividad de la luz del sol para la producción de vitamina D en el cuerpo. Los beneficios que solemos asociar con la vitamina D en realidad provienen de una exposición saludable al sol, y los niveles altos de vitamina D sirven como un marcador de esta exposición.
Sin embargo, un aspecto de la exposición al sol que a menudo se pasa por alto tiene que ver con los aceites de semillas, que son ricos en la grasa poliinsaturada ácido linoleico (AL). Cuando la radiación ultravioleta (UV) interactúa con el AL en la piel, puede causar inflamación y daños al ADN.
Esta interacción exige una actitud más prudente ante la exposición al sol para quienes consumen con regularidad los aceites de semillas, los cuales se encuentran en alimentos procesados y comidas rápidas. La estrategia recomendada es limitar la exposición al sol a las primeras horas de la mañana o últimas horas de la tarde si consume estos aceites con regularidad. Un enfoque seguro consiste en esperar de cuatro a seis meses después de eliminar estos aceites de su alimentación antes de aumentar la exposición al sol.
Recuerde que la relación de su cuerpo con la luz del sol depende de varias características personales. La pigmentación de su piel es fundamental, ya que la melanina actúa como un protector solar natural. Esto significa que las personas con piel más oscura requieren una exposición más larga al sol para producir los mismos niveles de vitamina D que aquellas con piel más clara.
La composición corporal también influye mucho. Las personas con porcentajes de grasa corporal más elevados deben tener más cuidado, debido a que el tejido graso almacena compuestos liposolubles, incluyendo los aceites de semillas oxidados. Estos aceites almacenados prolongan el período de riesgo, incluso después de modificar la alimentación.
Recomendaciones para exponerse al sol de forma segura
Un método confiable para determinar la exposición adecuada al sol es la "prueba de la quemadura solar". Observe su piel para detectar cualquier enrojecimiento: mantenerse por debajo del umbral en el que su piel muestra incluso un ligero tono rosado indica que está dentro de los límites de una exposición segura. Le aconsejo evitar las quemaduras solares, ya que indican que su piel sufrió daño.
A medida que su cuerpo reduce sus reservas de AL, su susceptibilidad a las quemaduras solares y al cáncer de piel disminuye. Sin embargo, durante los primeros seis meses después de eliminar los aceites de semillas, evite la luz solar directa durante las horas de luz más intensa: dos a tres horas antes y después del mediodía.
Si bien, eliminar los aceites de semillas de los tejidos toma alrededor de dos años, el periodo de seis meses suele desintoxicar lo suficiente para que la persona aproveche los beneficios de exponerse al sol durante las horas de luz más intensa.
Recuerde que durante los meses de verano (horario de verano), el mediodía solar ocurre a la 1:00 p.m. en lugar de las 12:00 p.m., lo que hace que las horas más intensas de luz sean entre las 10:00 a.m. y 4:00 p.m. Si planea pasar tiempo al sol antes de que su cuerpo haya eliminado de forma adecuada los aceites de semillas almacenados, considere estas estrategias de protección:
- Tome 12 miligramos de astaxantina todos los días para mejorar la resistencia de su piel a los rayos UV.
- Aplique crema tópica de niacinamida (vitamina B3) antes de exponerse al sol para protegerse contra el daño al ADN causado por los rayos UV.
- Tome una aspirina infantil entre 30 y 60 minutos antes de exponerse al sol, pues ayuda a prevenir que el AL se convierta en metabolitos del ácido linoleico oxidado (OXLAMs, por sus siglas en inglés).
- Tome suplementos de hidrógeno molecular para combatir el estrés oxidativo.
Recomendaciones para suplementar con vitamina D
Cuando la exposición regular al sol no es posible, a menudo es necesario suplementarse con vitamina D, sobre todo durante el embarazo. Sin embargo, la definición convencional de deficiencia de vitamina D (por debajo de 20 ng/mL) no es adecuada para una salud óptima. Aunque la suficiencia comienza con alrededor de 40 ng/mL (100 nmol/L), los beneficios óptimos para la salud aparecen en niveles entre 60 y 80 ng/mL (150 a 200 nmol/L). Para optimizar sus niveles de vitamina D:
- Evalúe sus niveles de esta vitamina dos veces al año
- Modifique su exposición al sol o la suplementación en función de sus resultados
- Realice pruebas de seguimiento después de tres a cuatro meses
- Continue con el seguimiento regular para mantener niveles óptimos
Una estrategia poderosa y basada en evidencia para salvaguardar la salud materna e infantil es optimizar los niveles de vitamina D durante el embarazo. Los niveles adecuados de vitamina D son fundamentales en el desarrollo del feto y los resultados de salud a largo plazo, ya que fortalecen los huesos y el sistema inmunológico de los niños, apoyan el desarrollo neurológico y reducen el riesgo de enfermedades como el autismo, el TDAH y la esquizofrenia.
Si bien, la luz solar sigue siendo la mejor fuente de vitamina D (con consideraciones importantes en torno al consumo de aceites de semillas y los tiempos de exposición seguros como se mencionó antes), la suplementación ofrece una alternativa confiable cuando es necesaria, sobre todo durante el embarazo.
Si las madres mantienen los niveles de vitamina D en el rango óptimo de 60 a 80 ng/mL mediante pruebas regulares y exposición solar o suplementación adecuada, brindarán a sus hijos en desarrollo una base sólida para la salud de por vida y, al mismo tiempo, se protegerán de las complicaciones comunes del embarazo.
Esta estrategia nutricional simple pero profunda representa uno de los pasos más importantes que las futuras madres pueden tomar para el desarrollo de su hijo, desde la concepción hasta la niñez y más allá.
🔎Fuentes y Referencias:
- 1, 2, 3, 4 The American Journal of Clinical Nutrition November 2024, Volume 120, Issue 5, Pages 1134-1142
- 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12 Nutrients. 2022 May 1;14(9):1900
- 13, 14, 15, 16, 17 Int J Mol Sci. 2022 Dec 21;24(1):63
- 18 Medicina (Kaunas). 2023 Nov 21;59(12):2056