📝HISTORIA EN BREVE

  • Desde la Segunda Guerra Mundial, el alimento para ganado ha sufrido un cambio radical. Ahora se compone de ingredientes con alto contenido de PUFA como el maíz, la soya y los granos de destilería (DDGS), lo que alteró la composición nutricional de la carne y de los productos lácteos
  • Los DDGS, un subproducto de la producción de etanol, contienen una gran cantidad de PUFA y residuos de pesticidas, y empresas como Tyson Foods utiliza cientos de miles de toneladas métricas para preparar sus formulaciones de alimentos
  • La composición de la grasa de los cerdos y de los pollos refleja de forma directa el impacto de su dieta, ya que los productos de cerdo y pollo modernos contienen niveles mucho mayores de PUFA que en el pasado
  • Las investigaciones demuestran que los alimentos con alto contenido de PUFA alteran la salud intestinal del ganado, ya que causan disbiosis, ralentizan la absorción de nutrientes y dañan el tejido intestinal. Los animales que reciben alimento con alto contenido de PUFA también tienen más marcadores de estrés oxidativo sistémico y niveles elevados de subproductos tóxicos, como el malondialdehído (MDA), en su plasma, hígado y tejido cerebral
  • Las investigaciones también demuestran que las dietas maternas con alto contenido de ácido linoleico oxidado pueden causar daños neurológicos, como ataxia y encefalomalacia, en las crías de pollos

🩺Por Ashley Armstrong, autora invitada

A pesar de toda la evidencia, algunos aún se atreven a afirmar que los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) son beneficiosos y que no representan una amenaza para la salud.

En este artículo analizaremos el impacto de las dietas con alto contenido de PUFA en la salud del ganado. Una vez que las personas comprendan esto, comenzarán a cuestionar las posibles consecuencias del creciente consumo de PUFA en la salud humana.

El impacto del alimento para ganado

En los últimos 70 años, hemos sido testigos del cambio radical que han sufrido no solo nuestros alimentos (como es el caso de la mantequilla por la margarina), sino también el alimento de los animales que consumimos. Y como dicen por ahí: somos lo que comemos.

El alimento que reciben los animales tiene un impacto directo en la calidad nutricional de la carne, los productos lácteos y los huevos, lo que, a su vez, afecta la salud humana. Pero ¿qué contiene el alimento para ganado?

Por lo general, se componen de PUFA omega-6 que se encuentra en la soya, el maíz, el aceite vegetal y los subproductos de biocombustibles. Aunque no lo crea, casi todo el maíz y la soya que se produce en Estados Unidos no es para el consumo humano.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el maíz y la soya se convirtieron en los cultivos principales en Estados Unidos, gracias a su versatilidad en alimentos, piensos y usos industriales. La superficie que se utiliza para estos cultivos creció tanto que remplazó a los sistemas de cultivo diversificados y desplazó los granos pequeños y otros forrajes. Los avances en semillas híbridas, fertilizantes, pesticidas e irrigación incrementaron bastante los rendimientos: por ejemplo, el maíz pasó de 30 bushels por acre en los años 40 a más de 170 bushels por acre en la actualidad.

No obstante, este sistema industrializado provocó rotaciones simplificadas de monocultivos que muchas veces se limitaban al maíz y la soya, lo que reduce la biodiversidad agrícola e incrementa la dependencia de insumos químicos para controlar las plagas y mantener la fertilidad del suelo. Los subsidios federales y los programas de seguro de cosechas incentivan aún más este modelo, ya que ponen la rentabilidad económica de las grandes agroindustrias por encima de la diversidad y sostenibilidad.

Aunque este sistema sirve para producir una gran cantidad de alimentos baratos y con alto contenido de PUFA, tiene un costo: una menor calidad de los alimentos, el deterioro de la salud ambiental e impactos negativos en la salud del ganado y de los seres humanos. De acuerdo con un estudio:

"Los beneficios de utilizar aceites oxidados que se obtienen del procesamiento y reciclaje como una fuente económica de lípidos y energía para alimentar a los animales, siempre van de la mano de las preocupaciones de que los productos de degradación en estos aceites oxidados pueden dañar la salud y el rendimiento de los animales".1

Y sí, estos alimentos son más baratos, pero ¿a qué costo?

¿Cuáles son los efectos de los granos de destilería?

Hay un ingrediente nuevo en el alimento para ganado que está ganando mucha popularidad, aunque está lejos de ser ideal, se trata de los granos secos de destilería con solubles (DDGS).

A principios de los años 2000, la industria del etanol como combustible entró en su auge y con ella los DDGS como un ingrediente barato y muy disponible, que contiene niveles elevados de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA). Los DDGS, que son un subproducto de la producción de etanol, son una opción muy rentable que ahora se utiliza en muchos tipos de alimento para ganado.

Por cada galón de etanol que se produce, se crean unos 2.6 kg de granos de destilería.2 Solo en 2011, la industria del etanol en Estados Unidos produjo 35.7 millones de toneladas métricas de granos de destilería como alimento para ganado y aves de corral. Es probable que en este momento esa cifra sea mucho mayor.

Pero ¿cómo se producen los DDGS? El maíz, que es la materia prima principal para producir etanol, se fermenta para convertir su almidón en etanol y dióxido de carbono. Los demás componentes (proteína, fibra, grasa y minerales) se concentran, se secan y se venden como DDGS.

Como el almidón se elimina durante la producción de etanol, los componentes no fermentables, como las proteínas y las grasas, se mantienen en concentraciones muy elevadas. Esto significa que los DDGS contienen mucha más grasa y PUFA que el maíz sin procesar. Sin embargo, estos PUFA son muy propensos a la peroxidación lipídica, y las investigaciones confirman que los DDGS contienen niveles elevados de productos de oxidación lipídica (LOP) como resultado del proceso de calentamiento que se utiliza para el secado.3

Además de los lípidos oxidados, los DDGS también suelen contener niveles elevados de agroquímicos tóxicos. Casi todo el maíz transgénico que se utiliza para producir etanol se trata con herbicidas, insecticidas y fungicidas como el glifosato y la atrazina. Durante la producción de etanol, estos residuos tóxicos se concentran en los DDGS, ya que se elimina el almidón, pero permanecen otros componentes, como los pesticidas.

Los estudios demuestran que los niveles de pesticidas en los DDGS incluso pueden ser mayores que en el grano original, lo que representa una amenaza tanto para la salud del ganado como para el medio ambiente. Aunque se desconocen las formulaciones exactas porque son información confidencial, los DDGS son un ingrediente muy común en el alimento para cerdos, pollos de engorde, gallinas ponedoras e incluso el ganado vacuno.4

Los DDGS son un ingrediente barato, ya que precio suele ser inferior a 0.10 dólares por libra. Dado que aporta proteínas y fibra, es un ingrediente muy popular en las formulaciones de alimento para ganado. Por lo tanto, se encuentra en el alimento para cerdos, pollos de engorde, gallinas ponedoras e incluso el ganado vacuno.

Por ejemplo, Tyson Foods, el mayor productor de pollos de Estados Unidos, comenzó a agregar DDGS en sus formulaciones de alimentos para aves de corral en abril de 2004. Para 2010, la compañía ya utilizaba alrededor de 700 000 toneladas métricas de DDGS al año. ¡Imagínese cuál será la cifra actual!

Aunque los DDGS son una alternativa barata, su impacto en la salud puede ser profundo. Aporta niveles elevados de PUFA y pesticidas a la alimentación del ganado, lo que puede afectar la salud del animal, la calidad de la carne y el sistema alimentario en general.

Los DDGS son otro recordatorio de que los ingredientes baratos en la agricultura industrial suelen tener consecuencias a largo plazo para la salud y la sostenibilidad.

Detectan mayores niveles de PUFA en los tejidos grasos

Como ya he hablado a detalle en artículos anteriores, los productos de cerdo y pollo son un reflejo directo del alimento que reciben. Ni los animales ni los humanos pueden producir ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) por sí solos, por lo que la composición de grasa proviene de su alimentación. Esto significa que los niveles de PUFA en la carne de cerdo y pollo dependen por completo del alimento que reciben los animales.

En la actualidad, los productos de cerdo y pollo contienen niveles mucho mayores de PUFA que en el pasado. Un factor clave en este cambio fue la llegada de los DDGS a la alimentación del ganado. Dado que los DDGS tienen un alto contenido de PUFA, influyen mucho en la composición grasa de los animales. Mientras mayores sean los niveles de DDGS en el alimento, mayor será el contenido de ácido linoleico en la grasa del animal y menor será el contenido de grasa saturada.5

Y esto tiene consecuencias graves. Hoy en día, el perfil nutricional de la carne de cerdo y pollo depende mucho de las formulaciones de los alimentos, y este es un punto fundamental que se debe considerar al momento de determinar las implicaciones del consumo de estos productos para la salud.

Como dije, llevar una dieta rica en PUFA tiene consecuencias

Los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) son moléculas inestables que, cuando se exponen al calor, la luz, las especies reactivas de oxígeno (ROS) o los metales pesados, pueden oxidarse. Este proceso, que se conoce como peroxidación lipídica, causa estrés oxidativo metabólico y produce subproductos tóxicos como el malondialdehído (MDA), las sustancias reactivas de ácido tiobarbitúrico (TBARS) y el 4-hidroxinonenal (4-HNE), las cuales sirven como biomarcadores de la peroxidación lipídica.

La peroxidación lipídica puede producirse durante el procesamiento del alimento (lo que hace que el ganado consuma grasas oxidadas) y dentro del cuerpo del animal durante la digestión. Estos subproductos de oxidación dañan la salud. Entonces ¿qué dicen los estudios sobre el alimento para ganado con alto contenido de PUFA?

1. Altera la salud intestinal: se sabe que en los pollos el alimento que contiene soya causa disbiosis y un crecimiento excesivo de bacterias patógenas como la Campylobacter y Acinetobacter. Mientras que el alimento con bajo contenido de soya promueve la diversidad del microbioma.6 El aceite de soya oxidado también daña los tejidos del intestino delgado de las aves de corral que lo consumen.7

En los cerdos, consumir aceite de soya que se sometió a tratamiento térmico afectó el crecimiento del intestino delgado, ralentizó la absorción de nutrientes e incrementó los marcadores de estrés oxidativo (por ejemplo, MDA), mientras redujo la capacidad antioxidante total (T-AOC).8,9

Se sabe que todo esto altera la salud intestinal de los cerdos y ralentiza su absorción de nutrientes:

"Estudios previos descubrieron que la alimentación con lípidos oxidados puede alterar la digestibilidad y utilización de nutrientes en los animales debido al daño oxidativo que produce en las células epiteliales intestinales.
Ringseis et al. (2007) informaron que el alimento para cerdos que contenía aceite de girasol oxidado y niveles elevados de ácido linoleico, incrementó los TBARS en las células epiteliales intestinales, lo que indica un mayor estrés oxidativo dentro del intestino.
Además, Dibner et al. (1996) observaron una mayor renovación de las células epiteliales intestinales y una menor proliferación de linfocitos en los folículos linfáticos de los pollos de engorde que recibieron alimento que contenía grasa oxidada, lo que indica que el deterioro de las células intestinales puede alterar la absorción y digestión de nutrientes".10

2. Causa disfunción metabólica: los alimentos con alto contenido de PUFA incrementan el contenido de grasa en el ganado con menos calorías debido a sus efectos metabólicos y hormonales. Como dijo el Dr. Ray Peat:

"Los ácidos linoleico y linolénico, los 'ácidos grasos esenciales' y otros ácidos grasos poliinsaturados, que ahora se utilizan para alimentar a los cerdos de engorda, en forma de maíz y soya, hacen que la grasa de los animales tenga una equivalencia química al aceite vegetal. A finales de la década de los 40, se utilizaron toxinas químicas para inhibir la función tiroidea de los cerdos con el fin de engordarlos más con una menor cantidad de alimento.
Luego de que se descubrió que esto era cancerígeno, también se supo que el maíz y la soya producían este mismo efecto antitiroideo, lo que permitió engordar a los animales sin tener que gastar mucho dinero. La grasa de los animales adopta una estructura química similar a las grasas de sus alimentos, lo que hace que sea igual de tóxica".

Este nivel de oxidación puede interferir con las funciones metabólicas de los animales.11

3. Deteriora el sistema antioxidante endógeno: los sistemas antioxidantes naturales del cuerpo, como la glutatión peroxidasa (GSH-Px) y la superóxido dismutasa (SOD), son fundamentales para eliminar las ROS.

El alto consumo de PUFA y los niveles elevados de oxidación de PUFA pueden incrementar la cantidad de subproductos tóxicos, como el malondialdehído (MDA) y 4-hidroxinonenal (4-HNE). Estos compuestos representan una amenaza para el sistema antioxidante endógeno que se encarga de neutralizar las ROS y de proteger las células del daño oxidativo.

"El grado de insaturación de la alimentación afecta la actividad enzimática (del sistema antioxidante natural)".12

En un estudio, el sistema antioxidante natural del pollo se reguló de forma descendente a medida que se añadían DDGS a la alimentación, lo que se identificó por los niveles bajos de T-SOD, T-AOC y GSH-Px en los tejidos.

4. Daña el cerebro: las alimentaciones con alto contenido de PUFA, sobre todo en forma de ácido linoleico, duplican el contenido de ácidos grasos omega-6 en el cerebro de los pollos. Estas grasas inestables se oxidan, lo que incrementa los niveles de aldehídos como el MDA en el plasma, el hígado y el cerebro.13

Además, las dietas maternas con alto contenido de ácido linoleico oxidado (y niveles bajos de vitamina E) pueden causar daños neurológicos (como ataxia y encefalomalacia) en las crías de pollos.14 Reducir el ácido linoleico en la dieta materna o complementarlo con vitamina E produjo un efecto de protección. Según los estudios, estos efectos fueron el resultado de los niveles elevados de metabolitos del ácido linoleico oxidado (OXLAM), que pueden alterar la microvasculatura cerebral y la coagulación sanguínea.

"Además, estos estudios demuestran que los OXLAM inducen la ataxia y mortalidad por encefalomalacia en pollos. Los efectos neurotóxicos de los OXLAM podrían relacionarse con la coagulación sanguínea y las alteraciones en la microvasculatura del cerebro".

5. Provoca daño oxidativo sistémico: las grasas oxidadas en la alimentación incrementan los marcadores de estrés oxidativo en todo el cuerpo:

  • Los pollos que recibieron aceite de girasol tuvieron mayores niveles de MDA en el plasma y el hígado.15
  • Las gallinas ponedoras que consumieron aceite vegetal oxidado presentaron mayores niveles de MDA en el plasma y el hígado,16 así como un mayor daño al ADN del hígado17 y apoptosis folicular.18
  • Los pollos que recibieron aceites vegetales oxidados tuvieron mayores niveles de TBARS en el plasma y menores niveles de antioxidantes, incluyendo vitamina E, en varios tejidos.19
"Estos datos podrían indicar que los lípidos que se oxidan cuando se someten a un proceso térmico, sin importar su origen, producen un efecto dañino en el estado oxidativo metabólico de los animales, tal y como lo indica el nivel de daño oxidativo y de antioxidantes endógenos específicos.
Además, la concentración de vitamina E parece ser menor en animales que se alimentan con lípidos peroxidados y podría considerarse un buen indicador del estado oxidativo metabólico de los cerdos".

Se añaden niveles elevados de antioxidantes como la vitamina E al alimento para ganado con el fin de reducir la oxidación de los PUFA, pero estos antioxidantes pueden agotarse durante la digestión, lo que incrementa la oxidación cuando pasa por el tracto digestivo.

Las semillas de soya sin procesar contienen antinutrientes que pueden interferir con la digestión, la absorción de nutrientes y el metabolismo, como los inhibidores de tripsina, las lectinas, el ácido fítico, las saponinas y los bociógenos. En la industria, se sabe que no se debe alimentar a los animales con soya sin procesar, ya que esto puede causar muchos problemas. Por esa razón, tuestan las semillas de soya para reducir los niveles de estos antinutrientes. No obstante, el tratamiento térmico que utilizan para neutralizar los antinutrientes de la soya sin procesar también puede oxidar los PUFA que contiene.

Este proceso de oxidación puede producir subproductos dañinos, como aldehídos tóxicos: MDA y 4-HNE, los cuales dañan la salud de los pollos y reducen la calidad nutricional de sus productos.

La razón por la que se agregan grandes cantidades de antioxidantes como la vitamina E en el alimento, es para tratar de reducir la oxidación de los PUFA. Sin embargo, eso no es suficiente para evitar la oxidación, ya que cuando se agota la vitamina E, los PUFA se oxidan cuando el alimento se digiere a lo largo del tracto digestivo.

El estrés metabólico que provocan los alimentos con alto contenido de PUFA tiene efectos negativos en la salud del ganado,20 lo que causa preocupaciones sobre las consecuencias que podría tener en la salud humana. Si ya se demostró que produce estos efectos dañinos en el ganado, valdría la pena evaluar su impacto en los seres humanos. Tal vez deberíamos hacer conciencia sobre el impacto real de las alimentaciones con alto contenido de PUFA, no solo en los animales, sino también en los humanos.

Conclusión

La evidencia demuestra que el alimento para ganado con alto contenido de PUFA representa una amenaza para la salud. Este artículo solo es un breve resumen de toda la investigación disponible. No obstante, nadie hace nada al respecto porque es una opción barata que sirve para incrementar las ganancias. Las agroindustrias controlan las semillas que se utilizan para producir estos ingredientes alimentarios y las sustancias químicas tóxicas que se necesitan para producir estos cultivos, lo que crea un círculo vicioso en el que las ganancias son lo más importante.

Entonces, no olvide que los PUFA representan una amenaza tanto para la salud humana como animal. Es hora de cuestionar el costo de priorizar las ganancias sobre la calidad y la salud a largo plazo.

Sin duda, el maíz y la soya seguirán siendo los ingredientes principales del alimento para ganado y, hasta cierto punto, eso es aceptable. Sin embargo, la clave está en considerar el consumo total de PUFA: no se trata de "cuanto más, mejor". La gran dependencia de la suplementación con vitamina E en el alimento para ganado demuestra que estas alimentaciones con alto contenido de PUFA necesitan antioxidantes adicionales para reducir el estrés oxidativo que producen.

Utilizar los subproductos baratos de otras industrias y cultivos, como el maíz y la soya, ayuda a mantener un precio bajo en los alimentos convencionales, pero a expensas de la calidad.

Si no tiene acceso a pollo o cerdo con bajo contenido de PUFA, mejor consuma carne de animales rumiantes, como res o cordero. Por naturaleza, estos animales tienen menores niveles de PUFA en su grasa, lo que los convierte en una mejor opción para minimizar su consumo y proteger su salud.

Sobre la autora

A Ashley Armstrong le apasiona ayudar a otros a recuperar su salud metabólica a través de un sistema alimentario alternativo bajo en PUFA. Ashley Armstrong es cofundadora de Angel Acres Egg Club, que se especializa en producir huevos con bajo contenido de PUFA (ácidos grasos poliinsaturados), y de Nourish Cooperative, que también vende carne de cerdo y res, queso, lácteos A2 y masa madre tradicional con bajo contenido de PUFA.