📝HISTORIA EN BREVE

  • Los cálculos coraliformes, también conocidos como cálculos de Staghorn, son estructuras grandes y ramificadas que se componen sobre todo de estruvita. Representan entre el 10 % y el 15 % de los casos de cálculos renales en los países en desarrollo
  • Algunos factores de riesgo son las infecciones urinarias crónicas, las anomalías anatómicas, el uso prolongado de sondas vesicales, las enfermedades neurogénicas de la vejiga y los trastornos metabólicos que alteran la composición de la orina
  • A diferencia de los cálculos renales más pequeños, los cálculos coraliformes no producen síntomas al principio, pero después causan dolor en el abdomen, sangre en la orina y fiebre, lo que puede provocar sepsis e insuficiencia renal si no se tratan
  • El tratamiento de los cálculos coraliformes suele requerir una intervención quirúrgica, como la nefrolitotomía percutánea, mientras que la litotricia extracorpórea por ondas de choque es una opción menos invasiva
  • A continuación, encontrará estrategias para prevenir las infecciones urinarias recurrentes y reducir el riesgo de este tipo de cálculos

🩺Por el Dr. Mercola

Los cálculos renales son depósitos sólidos de minerales y sales que se forman en los riñones, los cuales causan dolor y molestias intensas. Cada año, más de quinientas mil personas acuden a urgencias por problemas de cálculos renales. De acuerdo con la Fundación Nacional del Riñón,1 1 de cada 10 personas desarrollará un cálculo renal en algún momento de su vida.

Existen cuatro tipos principales de cálculos renales: los de oxalato de calcio, los de ácido úrico, los de estruvita y los de cisteína. Entre ellos, los cálculos de estruvita tienen el aspecto más particular, ya que se forman en grandes estructuras ramificadas que se conocen como "cálculos coraliformes", que llenan los espacios internos del riñón.2

Debido a su tamaño y ubicación, los cálculos coraliformes son muy peligrosos y difíciles de tratar. Es fundamental reconocer sus síntomas, comprender los factores de riesgo y familiarizarse con las estrategias más eficaces para tratar esta enfermedad con el fin de detectarla y tratarla a tiempo.

¿Qué son los cálculos coraliformes?

Los cálculos coraliformes o "en asta de ciervo", reciben ese nombre por su forma característica que se asemeja a un coral o "asta"; se componen sobre todo de estruvita (fosfato de amonio y magnesio) y suelen formarse a causa de infecciones crónicas del tracto urinario (ITU), en especial por bacterias que producen la enzima ureasa, como la Proteus mirabilis. Esta enzima descompone la urea, lo que aumenta la concentración de amoníaco en la orina, eleva su pH y crea un entorno alcalino favorable para que se formen cálculos.3

En los países que están en vías de desarrollo, los cálculos coraliformes representan entre el 10 y el 15 % de los cálculos renales, mientras que en los países desarrollados la tasa es menor debido a que los detectan en una etapa temprana y suelen tomar medidas para prevenirlos.4 Los síntomas de los cálculos coraliformes difieren de otros tipos de cálculos renales debido a su tamaño y estructura compleja.

Mientras que los cálculos más pequeños provocan un dolor intenso y punzante cuando se estancan en las vías urinarias, los cálculos coraliformes no suelen producir síntomas evidentes al principio. No obstante, con el tiempo provocan dolor en los costados del abdomen, entre las costillas y la cadera, así como sangre y pus en la orina, agotamiento y fiebre. En casos más graves, aumentan el riesgo de sepsis, que es una respuesta a la infección que puede ocasionar la muerte.5,6

La anatomía de los cálculos coraliformes complica el tratamiento. Se ramifican en la pelvis renal, una zona del riñón en forma de embudo que canaliza la orina hacia los uréteres y que la llevan a la vejiga para almacenarla. Si la pelvis renal o los uréteres están bloqueados, se inflaman los riñones. Estos cálculos también pueden obstruir los cálices, donde inicia la recolección de orina. La inflamación de estas zonas, que se denomina caliectasia, provoca insuficiencia renal si no se administra algún tratamiento, por lo que es importante diagnosticar y tratar esta condición lo antes posible.7,8

¿Corre riesgo de desarrollar cálculos coraliformes?

Algunos factores de riesgo incrementan significativamente la probabilidad de desarrollar este tipo de cálculos, siendo las infecciones crónicas de las vías urinarias uno de los más destacados. Las personas con antecedentes de infecciones frecuentes de las vías urinarias o de los riñones deben estar atentas al desarrollo de esta enfermedad. Las mujeres tienen un mayor riesgo de padecerla debido a que son más susceptibles a las infecciones del tracto urinario por cuestiones anatómicas.9

Además, varias condiciones anatómicas y médicas aumentan el riesgo de forma significativa, como tener una anatomía atípica del tracto urinario. Cualquier obstrucción en el tracto urinario crea zonas en las que los minerales se acumulan y cristalizan, lo que provoca que se formen cálculos.

El uso prolongado de sondas presenta otro factor de riesgo importante, ya que introducen bacterias y crean condiciones favorables para que esto suceda. Del mismo modo, si se sometió a un procedimiento de desviación urinaria en el pasado, su anatomía urinaria favorecerá el desarrollo de cálculos.10

Además, tener una vejiga neurógena, es decir, sufrir un daño nervioso que afecta la función de este órgano, crea un entorno perfecto para los cálculos coraliformes, debido a que la vejiga no se vacía por completo y se producen infecciones con frecuencia. Asimismo, si ha tenido cálculos renales en el pasado y no recibe tratamiento, estos sirven de punto de partida para que se desarrollen cálculos coraliformes de mayor tamaño.11

Los trastornos metabólicos también influyen. La obesidad aumenta el riesgo a través de varios mecanismos, por ejemplo, altera la función de los riñones y hace que se forme una mayor cantidad de cristales en la orina.12 Los pacientes con diabetes enfrentan riesgos elevados debido a que presentan cambios en la composición de la orina y en los niveles de pH. Los niveles elevados de azúcar en la sangre también alteran la respuesta del sistema inmunológico, lo que favorece que progresen las infecciones bacterianas.13

Estas condiciones metabólicas, en combinación con unos malos hábitos alimenticios o la deshidratación, aumentan las probabilidades de que se formen cálculos. Para diagnosticar cálculos coraliformes, es necesario realizar un análisis de orina y pruebas de imagen para evaluar tanto la presencia de los cálculos como la infección. Un análisis de orina comprueba la presencia de bacterias y niveles elevados de pH, que son indicadores claros de cálculos relacionados con infecciones. Las imágenes que se obtienen mediante radiografías, ecografías o tomografías computarizadas revelan la forma, el tamaño y la ubicación del cálculo dentro del riñón.

¿Cómo se tratan los cálculos coraliformes?

Mientras que los cálculos renales pequeños suelen desaparecer por sí solos sin necesidad de ninguna intervención médica, los de mayor tamaño, como los cálculos coraliformes, suelen requerir un tratamiento más intensivo. Debido a su estructura compleja y ramificada, no suelen desaparecer solo con un tratamiento médico.

Los tratamientos médicos suelen utilizarse como medidas para reducir el riesgo de infección y controlar los síntomas, más que para eliminar los cálculos por completo. A menudo se recomienda recurrir a la extirpación quirúrgica completa para tratar los cálculos coraliformes, y las técnicas quirúrgicas como la nefrolitotomía percutánea (NLPC) son las más comunes.14

Este procedimiento poco invasivo consiste en realizar una pequeña incisión en la espalda, en la que se introducen instrumentos en el riñón para fragmentar y extraer los cálculos. La NLPC ha sustituido en gran medida a las cirugías abiertas tradicionales para los cálculos en asta de ciervo, como la nefrolitotomía anatrófica o la pielolitotomía, las cuales conllevan riesgos significativos y no siempre logran una extracción completa del cálculo.15

Para los pacientes que buscan opciones menos invasivas, la litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC) es otra alternativa, sobre todo para los fragmentos más pequeños o los trozos de cálculo que quedan después de realizar una NLPC. En la LEOC, se dirigen ondas sonoras a los cálculos para romperlos en fragmentos más pequeños, lo que permite que pasen de forma natural a través de la orina a lo largo de días o semanas.16

Aborde las infecciones urinarias recurrentes para reducir el riesgo de cálculos coraliformes

Dado que las infecciones urinarias recurrentes son el factor principal de riesgo de este tipo de cálculos, es importante tomar medidas proactivas para preservar la salud de las vías urinarias. Estas son algunas estrategias prácticas para reducir el riesgo de sufrir infecciones urinarias:

Mantenerse hidratado: beba mucha agua, pura y filtrada todos los días para diluir la orina y eliminar las bacterias.

No retrasar la micción: orine tan pronto como sienta la necesidad de hacerlo, ya que aguantar las ganas de orinar propicia que crezcan bacterias.

Tener una buena higiene: procure limpiarse siempre de adelante hacia atrás para evitar que las bacterias entren en la uretra.

Optar por una ducha: evite exponerse de forma prolongada al agua de jacuzzis o tinas de hidromasaje, ya que favorecen las infecciones bacterianas.

Tener una buena higiene sexual: limpie bien su área genital antes y después de tener relaciones sexuales.

Evitar los productos irritantes: no utilice productos de higiene femenina en aerosol u otros productos que puedan irritar su uretra.

Usar un bidé: esto permite una limpieza suave y profunda, una menor irritación y transferencia de bacterias que cuando se limpia con papel higiénico.

Consumir alimentos fermentados: incorpore kéfir, chucrut y otros alimentos fermentados a su alimentación para favorecer un microbioma saludable.

Los arándanos también son un aliado natural muy poderoso para combatir las infecciones urinarias. Contienen proantocianidinas que impiden que la E. coli, que es una bacteria común que causa infecciones urinarias, se adhiera a las paredes de la vejiga. Una revisión exhaustiva en la Base de Datos Cochrane de Revisiones Sistemáticas17 reveló que los productos de arándano reducen el riesgo de infecciones urinarias sintomáticas, verificadas mediante cultivo en mujeres con infecciones recurrentes y en niños y personas propensas a este problema después de ciertas intervenciones médicas.

El origen de la carne también es importante, ya que la carne contaminada alberga bacterias que provocan infecciones de las vías urinarias. El pollo criado de forma convencional es muy problemático, no solo por la cantidad de bacterias que contiene, sino también por su alto contenido en ácido linoleico (AL), que es perjudicial para la salud en general. Cuando decida consumir pollo, elija opciones orgánicas. Lo ideal es comprar la carne en granjas locales que utilicen métodos de ganadería regenerativa para reducir la contaminación y proteger su salud.

El azul de metileno también ayuda a combatir las infecciones urinarias

Para tratar las infecciones urinarias, considere el uso de azul de metileno, que es un compuesto muy eficaz que se utiliza desde hace mucho tiempo con fines medicinales. Se descubrió en 1876 y en un principio se utilizó como tinte para textiles, pero ahora se reconoce por sus propiedades antimicrobianas. A diferencia de los antibióticos, el azul de metileno se excreta de forma directa en la vejiga, donde se concentra en gran medida, por lo que elimina los patógenos sin alterar el microbioma intestinal.

Además de combatir las infecciones urinarias, el azul de metileno ofrece beneficios cognitivos, como una mejor salud del cerebro y un menor riesgo de demencia, lo que lo hace muy valioso para los adultos mayores que son propensos a las infecciones urinarias. Es un tratamiento único y específico que produce muy pocos efectos secundarios, en comparación con los antibióticos tradicionales.

¿Puede comer alimentos que contengan oxalato si tiene cálculos coraliformes?

Los cálculos coraliformes se componen sobre todo de estruvita, pero a veces también contienen oxalato o fosfato de calcio. A pesar de que suelen ser componentes secundarios, limitar los alimentos ricos en oxalato es una precaución muy sensata si se trata de cualquier tipo de cálculo renal. De hecho, considero que controlar el consumo de oxalato beneficia a cualquier persona, no solo a quienes padecen cálculos renales, problemas metabólicos o desequilibrios de minerales.

Los oxalatos son compuestos naturales que se encuentran en muchos alimentos de origen vegetal, como frijoles, granos, semillas y frutos secos, frutas, bayas y hierbas. Cuando se consumen en exceso, los oxalatos interfieren en diversas funciones del cuerpo y provocan dolor en las articulaciones, problemas digestivos, irritación de la piel y una menor producción de energía celular.

La salud intestinal y el riesgo de cálculos renales guardan una relación muy estrecha, y dado que los oxalatos son antinutrientes que irritan el intestino, reducir su consumo puede solucionar el problema. Lo primero que debe hacer es identificar los alimentos con alto contenido de oxalato y eliminarlos de su alimentación, hasta que mejore la salud de su intestino. Algunos alimentos con alto contenido de oxalato que hay que tener en cuenta son los siguientes:

  • Espinaca: contiene entre 600 y 800 miligramos (mg) de oxalato por cada 100 gramos. Además de las espinacas, otros vegetales de hoja verde que se consideran "superalimentos", como las acelgas y las hojas de betabel, también tienen un alto contenido de oxalatos, por lo que es recomendable evitarlos, sobre todo si es propenso a los cálculos renales o si es sensible a los oxalatos.
  • Almendras: contienen alrededor de 122 mg de oxalato por cada 100 gramos. Pero en general, todos los frutos secos son problemáticos, ya que contienen ácido linoleico (AL). Incluso las nueces de macadamia aumentan su carga tóxica, ya que contienen ácido oleico, el cual podría ser tan malo como el AL.
  • Crema de cacahuate: contiene alrededor de 140 mg de oxalato por cada 100 gramos.
  • Camote: contiene cerca de 30 mg de oxalato por cada 100 gramos. Aunque su contenido se considera alto en comparación con el de otros vegetales, en realidad es mucho más bajo que el de las espinacas o las nueces.
  • Higo: tiene cerca de 40 mg de oxalato por cada 100 gramos.

Estrategias adicionales para reducir los riesgos relacionados con el oxalato

Dado que el exceso de oxalatos contribuye al desarrollo de cálculos coraliformes,18 recomiendo implementar estrategias para reducirlos y eliminarlos de su cuerpo. Además de evitar los alimentos con alto contenido de oxalato, considere las siguientes recomendaciones:

Consumir más fuentes de calcio: consumir alimentos ricos en calcio o tomar un suplemento de calcio ayudará a que este mineral se una a los oxalatos en el intestino, lo que impedirá su absorción y ayudará a eliminarlos a través de las heces. Algunas fuentes de calcio incluyen los productos lácteos y los vegetales de hoja verde con bajo contenido de oxalato, como la col rizada.

Mantenerse hidratado: beba mucha agua a lo largo del día para eliminar los oxalatos de su organismo y reducir el riesgo de cálculos renales.

Optimizar su salud intestinal: un microbioma intestinal equilibrado ayuda a descomponer los oxalatos. Incorpore a su alimentación alimentos ricos en probióticos, como el yogur, el kéfir y los vegetales fermentados, para promover el crecimiento de bacterias beneficiosas, como la Oxalobacter formigenes, que degradan los oxalatos de forma natural.

Consumir citrato: el citrato que se encuentra en las frutas cítricas, como los limones y las naranjas, se une al calcio y el oxalato, lo que reduce el riesgo de cálculos. Sin embargo, procure no tomar ácido ascórbico (vitamina C) en exceso, ya que las dosis altas se convierten en oxalatos.

Cocer bien los alimentos con alto contenido de oxalato: si decide comer alimentos ricos en oxalato, hervirlos reducirá las cantidades de este, ya que los compuestos se filtran en el agua de cocción, que luego se desecha.

Utilizar calcio por vía tópica para tratar la irritación relacionada con el oxalato: si los oxalatos le causan irritación en la piel, aplicar calcio de forma tópica los neutralizará y le proporcionará alivio justo en el área afectada.