📝HISTORIA EN BREVE

  • La deficiencia de vitamina D altera la función del timo y la tolerancia inmunológica, lo que incrementa el riesgo de enfermedades autoinmunes porque permite que las células T autorreactivas entren al torrente sanguíneo
  • La vitamina D mejora la inmunidad innata y adaptativa, ya que estimula los péptidos antimicrobianos, inhibe las respuestas inflamatorias y estimulas las células T reguladoras que mantienen el equilibrio inmunológico
  • Además de la función inmunológica, la vitamina D también refuerza la salud muscular, ayuda a prevenir enfermedades neurodegenerativas y participa en los procesos metabólicos y la sensibilidad a la insulina
  • La luz del sol es la mejor fuente de vitamina D, pero debe asegurarse de exponerse de forma segura, sobre todo si lleva una alimentación con alto contenido de aceites de semillas que se oxidan con la luz ultravioleta
  • Se recomienda que analice de forma periódica sus niveles de vitamina D, con el objetivo de alcanzar un nivel óptimo de entre 60 y 80 ng/ml. Cuando exponerse a la luz del sol no es suficiente, puede recurrir a un suplemento

🩺Por el Dr. Mercola

Tal vez ya sabe que la vitamina D es esencial para los huesos y muchos otros aspectos de la salud, pero ahora hay más investigaciones que confirman que ayuda a reducir el riesgo de enfermedades autoinmunes. De hecho, investigaciones recientes demuestran que la deficiencia de vitamina D altera el sistema inmunológico y lo vuelve más susceptible a enfermedades en las que su cuerpo ataca por error a sus propios tejidos.1

Esta relación se origina en el timo, que es un órgano pequeño pero poderoso que se encarga de enseñarle a sus células inmunológicas a distinguir entre lo bueno y lo malo. Cuando no tiene suficiente vitamina D, el timo sufre un envejecimiento prematuro y no logra hacer bien su trabajo, lo que afecta la tolerancia inmunológica. Por lo tanto, tener niveles óptimos de vitamina D ayuda a mantener la capacidad de su cuerpo para prevenir y controlar los trastornos autoinmunes.

La importancia del timo en el sistema inmunológico

El timo es un órgano fundamental en el sistema inmunológico, ya que se encarga de enseñarle a las células T a diferenciar entre invasores dañinos y las células del cuerpo. Este proceso, que se conoce como tolerancia central, es esencial para prevenir enfermedades autoinmunes que se producen cuando el sistema inmunológico ataca por error los tejidos sanos.

En este caso, el timo expone varios autoantígenos a las células T en desarrollo a través de células especializadas que se denominan células epiteliales tímicas medulares (mTECs). El regulador autoinmune (Aire) es clave en este proceso, ya que es un factor de transcripción que garantiza que los mTECs presenten una variedad de autoantígenos. Sin embargo, cuando la señalización de la vitamina D comienza a fallar, como sucede cuando hay deficiencia de vitamina D, se reduce la expresión del Aire y estos autoantígenos.

Esto también afecta la capacidad del timo para eliminar las células T autorreactivas, lo que provoca que entren al torrente sanguíneo y comiencen a atacar sus propios órganos, lo que incrementa el riesgo de enfermedades autoinmunes.2

La deficiencia de vitamina D acelera el envejecimiento del timo

Imagine su timo como el campo de entrenamiento de sus células inmunológicas. De esta manera, la vitamina D es como el supervisor de este campo de entrenamiento que garantiza que todo funcione sin problemas. Un estudio que se publicó en la revista Science Advances analizó los efectos de la deficiencia de vitamina D en el timo con ayuda de ratones que se modificaron para eliminar la enzima Cyp27b1, la cual es esencial para producir la forma activa de la vitamina D.3

El timo de los ratones con deficiencia de vitamina D fue más pequeño y tuvo una reducción marcada en los niveles de mTECs que estimulan el Aire. La deficiencia también redujo la expresión de los antígenos restringidos a tejidos (TRA), que se requieren para entrenar a las células T. Como resultado, el timo de estos ratones envejeció de forma prematura, lo que demuestra una mayor involución y una menor expresión de factores que promueven la longevidad de este órgano tan importante.4

Este envejecimiento prematuro no sólo disminuye la capacidad del timo de producir células T nuevas que funcionen de forma correcta, sino que también altera el sistema inmunológico y lo vuelve más susceptible a ataques autoinmunes.

La relación entre los niveles de vitamina D y el riesgo de enfermedades autoinmunes

La relación entre la deficiencia de vitamina D y las enfermedades autoinmunes no solo aplica para los animales de laboratorio, sino que también tiene implicaciones en la salud humana. Algunos problemas de salud, como la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide se relacionan con la deficiencia de vitamina D.

Los hallazgos del estudio proporcionan una explicación molecular para esta relación: la falta de vitamina D reduce la expresión del Aire y la transcripción del gen TRA, lo que afecta la capacidad del timo para reforzar la tolerancia inmunológica.5 Esto permite que las células T autorreactivas entren al torrente sanguíneo, donde pueden atacar los tejidos sanos. Las personas con deficiencia de vitamina D tienen una menor tolerancia central, lo que incrementa su riesgo de enfermedades autoinmunes.

Además, el estudio demuestra que la deficiencia de vitamina D no solo afecta las células del timo, sino que también altera las vías de diferenciación de las células epiteliales que se encuentran en este órgano, lo que incrementa aún más el riesgo de autoinmunidad. Estos hallazgos demuestran la importancia de mantener niveles óptimos de vitamina D con el fin de prevenir la aparición y progresión de enfermedades autoinmunes.

Más funciones de la vitamina D en el sistema inmunológico

Además de su función en la prevención de enfermedades autoinmunes, la vitamina D participa en otros procesos que regulan las respuestas inmunológicas innatas y adaptativas.6 Casi todas las células inmunológicas, incluyendo las células T, las células B, los macrófagos y las células dendríticas, activan el receptor de vitamina D (VDR), lo que demuestra su importancia en la función del sistema inmunológico.

La vitamina D refuerza la primera línea de defensa del cuerpo, ya que estimula la producción de péptidos antimicrobianos como la catelicidina y las defensinas, que ayudan a combatir a los patógenos. Al mismo tiempo, inhibe las respuestas proinflamatorias de las células T auxiliares 1 (Th1) y 17 (Th17), que suelen ser un factor importante en las enfermedades crónico inflamatorias, lo que significa que también regula la inmunidad adaptativa.

Mientras que la vitamina D estimula las células T reguladoras (Tregs) que mantienen la tolerancia inmunológica y evitan las reacciones inflamatorias excesivas. Esta doble acción mantiene el equilibrio inmunológico, lo que ayuda a combatir las infecciones y minimiza el riesgo de ataques autoinmunes.

Este efecto de la vitamina D refuerza todos los aspectos de la salud inmunológica, lo que la convierte en un nutriente muy importante no solo para la salud de los huesos sino también para el sistema inmunológico.

El efecto de la vitamina D en las alergias

Esta capacidad inmunomoduladora de la vitamina D también puede ser muy beneficiosa en los problemas de salud que se relacionan con las alergias.7 Algunos de estos problemas de salud incluyen el asma, la dermatitis atópica y las alergias alimentarias, que se caracterizan por una respuesta inmunológica exagerada a antígenos ambientales inofensivos. La vitamina D ayuda a regular esta respuesta porque protege al sistema inmunológico de las vías mediadas por Th2 que causan inflamación por alergia.

Este efecto se produce debido a que estimula la producción de citoquinas antiinflamatorias y mejora la función de las células Tregs, las cuales inhiben las reacciones inmunológicas exageradas. Además, la vitamina D mejora la estabilidad de los mastocitos, lo que reduce la liberación de histamina y otros mediadores inflamatorios que causan los síntomas de alergia. Los estudios clínicos demuestran que tener niveles saludables de vitamina D se correlaciona con una menor gravedad de las reacciones alérgicas y una menor incidencia de complicaciones por asma en niños.8

Además, optimizar los niveles de vitamina D también ayuda a aliviar los síntomas de las alergias por polen, lo que demuestra su potencial como agente terapéutico para controlar y prevenir las enfermedades alérgicas.9 Cuando regula la respuesta inmunológica, la vitamina D también ayuda a mantener un estado de equilibrio, lo que evita la hiperreactividad que caracteriza a las enfermedades alérgicas.

La función de la vitamina D en la defensa contra las enfermedades infecciosas

En la batalla constante contra las enfermedades infecciosas, la vitamina D surge como un gran aliado para reforzar los mecanismos de defensa. La vitamina D estimula la producción de péptidos antimicrobianos que son esenciales para neutralizar una serie de patógenos, incluyendo bacterias, virus y hongos, que es otro efecto que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.

Por ejemplo, durante las infecciones, las células inmunológicas, como los macrófagos, convierten la vitamina D inactiva en su forma activa: 1.25-dihidroxivitamina D, que luego ayuda a sintetizar la catelicidina y las defensinas.10 Estos péptidos alteran la integridad de las membranas microbianas, lo que ayuda a matar los patógenos invasores. Además, la vitamina D regula la respuesta inmunológica para controlar la inflamación que, de otro modo, dañaría los tejidos.11

De hecho, este efecto es muy evidente en las infecciones respiratorias, en las que tener niveles óptimos de vitamina D se relaciona con un menor riesgo de infecciones agudas del tracto respiratorio y síntomas más leves de enfermedades como el COVID-19.12

Los estudios también sugieren que la vitamina D mejora la efectividad de los antibióticos y reduce la duración de las infecciones.13 Dado que refuerza tanto el sistema inmunológico innato como el adaptativo, la vitamina D es fundamental para combatir agentes infecciosos y mantener una buena salud.

El impacto de la vitamina D en la salud neurodegenerativa y metabólica

La vitamina D también produce beneficios en el metabolismo y el sistema nervioso, ya que ayuda a prevenir y controlar las enfermedades neurodegenerativas y metabólicas.14 En el cerebro, la vitamina D refuerza la salud de las neuronas porque controla la homeostasis del calcio, reduce el estrés oxidativo e inhibe la formación de agregados proteicos dañinos que se relacionan con enfermedades como el alzhéimer y el párkinson.

Sus efectos neuroprotectores se maximizan gracias a su capacidad para regular las respuestas inflamatorias dentro del sistema nervioso central, lo que reduce el daño neuronal. Con respecto al metabolismo, la vitamina D ayuda a mantener la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa.

Por ejemplo, la deficiencia de vitamina D se relaciona con un riesgo mayor de resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, ya que influye en la función de las células beta pancreáticas y la regulación de la secreción de insulina.15

Además, la vitamina D ayuda a regular el metabolismo de los lípidos, lo que reduce el riesgo de obesidad y otros trastornos metabólicos. La investigación también demuestra que existe una relación entre niveles saludables de vitamina D y una menor incidencia de ciertos tipos de cáncer, ya que la vitamina D influye en la proliferación celular y la apoptosis.16 Esta vitamina refuerza tanto la función neurológica como los procesos metabólicos, lo que ayuda a mantener una buena salud y prevenir una serie de enfermedades crónicas.

La función de la vitamina D y la salud muscular en las enfermedades reumáticas autoinmunes

Además de sus efectos en la salud inmunológica, la vitamina D tiene un impacto significativo en la salud de los músculos, sobre todo en términos de enfermedades reumáticas autoinmunes.17 Algunas enfermedades como la artritis reumatoide (AR), el lupus eritematoso sistémico (LES) y las miopatías inflamatorias idiopáticas (MII) suelen involucrar debilidad muscular, fatiga y sarcopenia (pérdida de masa y fuerza muscular).

Los estudios recientes confirman la alta prevalencia de la deficiencia o insuficiencia de vitamina D en pacientes con estas enfermedades, lo que se correlaciona con problemas musculares y una mayor actividad de la enfermedad.18 Por ejemplo, las personas que sufren de artritis reumatoide y lupus eritematoso sistémico con niveles bajos de vitamina D suelen tener menos fuerza muscular, así como más dolor y fatiga.

Esta deficiencia empeora la inflamación muscular e inhibe su regeneración, lo que deteriora la función física y la calidad de vida.

La vitamina D mejora la función de las mitocondrias, promueve la regeneración de las células musculares y regula las vías inflamatorias, y todos estos efectos refuerzan la salud de los músculos. En las miopatías inflamatorias idiopáticas, la deficiencia de vitamina D se relaciona con niveles elevados de enzimas musculares y niveles bajos de células T reguladoras, las cuales ayudan a controlar las respuestas autoinmunológicas.

Por lo tanto, mantener niveles óptimos de vitamina D no solo mejora la tolerancia inmunitaria, sino que también protege del deterioro muscular, lo que ofrece un doble beneficio para las personas con enfermedades reumáticas autoinmunes.

Los estudios clínicos sugieren que optimizar los niveles de vitamina D ayuda a combatir la debilidad muscular, al igual que reduce la fatiga y la inflamación en pacientes con enfermedades como la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico.

Por ejemplo, optimizar los niveles de vitamina D en pacientes con artritis reumatoide podría ayudar a experimentar una mayor fuerza muscular y una menor prevalencia de sarcopenia, mientras que en pacientes con lupus eritematoso sistémico podría ayudar a reducir la actividad de la enfermedad y mejorar la función física. Además, la capacidad de la vitamina D para regular las respuestas inmunológicas la convierte en una valiosa terapia complementaria para controlar los ataques autoinmunes y prevenir el daño en los tejidos a largo plazo.19

Aproveche los beneficios de la luz del sol

Le recomiendo que optimice sus niveles de vitamina D a través de una exposición segura al sol, ya que puede proporcionar muchos otros beneficios. Los niveles elevados de vitamina D suelen ser señal de una exposición saludable al sol, lo que se relaciona con una serie de beneficios, tales como un riesgo menor de cáncer y una mayor longevidad.

La exposición al sol también estimula la producción de melatonina, que es un poderoso agente anticancerígeno. No obstante, si bien la luz del sol es clave para producir vitamina D y reforzar todos los aspectos de la salud, también podría ser dañina si no tiene cuidado. La clave está en saber cómo puede protegerse y al mismo tiempo aprovechar sus beneficios.

Si consume muchos aceites de semillas, deberá tener mucho cuidado cuando se exponga al sol. Estos aceites contienen una gran cantidad de ácido linoleico (AL), que es un ácido graso omega-6 que se oxida con la luz ultravioleta (UV). Cuando la luz solar entra en contacto con la piel que contiene estos aceites, los descompone y eso causa inflamación y daña el ADN.

Por esta razón, le recomiendo que limite su exposición al sol o que lo haga a las primeras horas de la mañana o las últimas horas de la tarde, hasta que elimine estos aceites de su cuerpo, lo que puede tomar de cuatro a seis meses. Además, el nivel óptimo de exposición al sol depende mucho de los rasgos físicos de cada persona. Por ejemplo, el color de piel, que se determina por el contenido de melanina, es clave.

La melanina actúa como una barrera natural contra los rayos UV, lo que significa que las personas con tonos de piel más oscuros requieren una mayor exposición al sol para producir la misma cantidad de vitamina D que las personas con piel más clara. Esta diferencia biológica demuestra la importancia de implementar estrategias personalizadas de exposición al sol.

Adopte un enfoque personalizado de exposición al sol

La composición corporal, en especial el porcentaje de grasa, es otro factor fundamental. El tejido adiposo puede almacenar compuestos liposolubles, como aceites de semillas oxidados. Por lo tanto, se recomienda que las personas con mayor porcentaje de grasa corporal sean cautelosas, ya que estos aceites almacenados podrían prolongar el período de riesgo incluso después modificar su alimentación.

Para determinar su nivel de exposición al sol, sobre todo si consume aceites de semillas, ponga mucha atención a su piel con el fin de detectar enrojecimiento o quemaduras: es una "prueba simple de quemaduras solares" que considera la estación, su tipo de piel y otras variables. Si no nota enrojecimiento en su piel, es una señal de que su exposición al sol estuvo dentro de un rango seguro. Mientras que las quemaduras solares son un indicador de sobreexposición.

Reducir las reservas de AL disminuye el riesgo de quemaduras solares y de cáncer de piel, aun así es importante ser cuidadoso cuando se exponga al sol, sobre todo durante la fase de adaptación. Mientras reduce el consumo de aceites de semillas, evite las horas pico de luz solar, que suelen ser una hora antes y una hora después del mediodía solar.

En casi todo Estados Unidos esto significa evitar los rayos del sol desde las 11 a. m. hasta las 3 p. m. durante el horario de verano, o desde las 10 a. m. hasta las 2 p. m. en el horario estándar. A medida que su cuerpo elimina estos aceites de semillas, podrá incrementar poco a poco el tiempo que pasa bajo el sol, hasta que sea capaz de soportar las horas pico de luz solar.

Recuerde que cada persona es diferente, así que escuche a su cuerpo durante este período de transición. El objetivo es prevenir las quemaduras solares, que es un signo claro de daño en la piel. Si nota cualquier enrojecimiento, cubra su piel de inmediato. Al hacer consciencia sobre su exposición al sol, está dando un paso importante hacia una mejor salud.

Estrategias naturales para protegerse del sol

Si necesita exponerse al sol antes de que su cuerpo haya eliminado por completo los aceites de semillas, considere implementar estrategias para proteger su piel. Una de mis recomendaciones favoritas es la astaxantina, que es un poderoso antioxidante que se encuentra en algunas formas de vida marina. Tomar 12 miligramos de astaxantina al día mejora la resistencia de la piel al daño por el sol, ya que neutraliza los radicales libres y reduce la inflamación, lo que protege de la radiación UV.

Otra herramienta valiosa es la crema de niacinamida, que también se conoce como vitamina B3. Se sabe que aplicar niacinamida por vía tópica protege del daño al ADN inducido por los rayos UV y fortalece la barrera cutánea, lo que mejora la resistencia a los factores estresantes de los rayos del sol. Ponerse crema de niacinamida antes de exponerse al sol ha sido muy beneficioso para muchas personas.

Aquí algo que no imaginaba: tomarse una aspirina infantil entre 30 a 60 minutos antes de exponerse al sol podría reducir el riesgo de cáncer de piel. La aspirina evita que el AL de la piel se convierta en los compuestos dañinos que se conocen como metabolitos oxidados del ácido linoleico (OXLAM), que son una de las causas principales del cáncer de piel y de muchos otros tipos de cáncer. Debido a que impide la formación de OXLAM, la aspirina puede proporcionar protección adicional contra el daño que puedan causar los rayos del sol.

El hidrógeno molecular (H2) es otro agente de protección contra el daño solar y los efectos dañinos de los aceites de semillas. Esta molécula actúa a nivel celular para reducir el estrés oxidativo, ya que neutraliza los radicales libres, en especial el radical hidroxilo que es muy reactivo. La capacidad del H2 para penetrar las membranas celulares le permite atacar de forma directa las fuentes de inflamación y el daño oxidativo sin alterar las especies reactivas de oxígeno (ROS) beneficiosas, lo que ayuda a mantener el equilibrio oxidativo.

Además, el hidrógeno molecular incrementa los niveles de energía y promueve la recuperación, lo que lo convierte en un complemento muy valioso para su régimen de salud y para protegerse de los factores estresantes ambientales, como la exposición al sol y las amenazas alimentarias, como los aceites de semillas.

Cuando la exposición a la luz del sol no es suficiente

Si no es posible exponerse lo suficiente a la luz del sol, recurra a un suplemento de vitamina D. La deficiencia e insuficiencia de vitamina D es uno de los problemas de salud más comunes a nivel mundial, ya que afecta entre el 40 % y el 100 % de la población.20 Se sabe que el límite actual de deficiencia (menos de 20 ng/ml) no es suficiente para mantener una buena salud y prevenir enfermedades, lo que sugiere que el número real de personas con niveles bajos de vitamina D es mucho mayor.

Para determinar su dosis ideal de exposición al sol o suplementación, analice sus niveles de vitamina D dos veces al año. Una vez que lo haga, ajuste su exposición al sol o suplementación de vitamina D3 según corresponda, y vuelva a realizar este análisis en unos tres o cuatro meses para asegurarse de haber alcanzado el objetivo. El nivel ideal para la salud y la prevención de enfermedades es entre 60 ng/ml y 80 ng/ml (150-200 nmol/l), mientras que el nivel de suficiencia es de alrededor de 40 ng/ml (100 nmol/l en Europa).

Hacer análisis y ajustes regulares lo ayudará a mantener niveles óptimos de vitamina D, lo que garantizará que obtenga todos los beneficios y que minimice cualquier riesgo. Implementar un enfoque proactivo con respecto a sus niveles de vitamina D le ayudará a fortalecer el sistema inmunológico, lo que, a su vez, reducirá su riesgo de ataques autoinmunes y otras enfermedades crónicas.