📝HISTORIA EN BREVE

  • El sistema nervioso intracardiaco (IcNS, por sus siglas en inglés) del corazón es más complejo de lo que se creía, y consta de diversos tipos de neuronas que contribuyen a la regulación autónoma del ritmo y la función cardíaca
  • Para estudiar el IcNS, un estudio reciente utilizó al pez cebra como organismo modelo debido a sus semejanzas cardíacas con el ser humano, lo que proporcionó información valiosa sobre la función cardíaca humana
  • La secuenciación de ARN de una sola célula dentro del IcNS ha descubierto una variedad de receptores de neurotransmisores, lo que revela un sistema de control local muy sofisticado que es capaz de procesar información clave para la función cardíaca
  • La investigación electrofisiológica identificó dentro del IcNS unas neuronas similares al marcapasos, que presentan propiedades similares a los generadores de patrones centrales y desempeñan un papel importante en regular el ritmo cardíaco
  • Proteger el corazón y su red neuronal mediante estrategias dietéticas y de estilo de vida específicas es crucial para preservar la capacidad del IcNS de regular el ritmo cardíaco con eficacia y mantener una función cardíaca óptima

🩺Por el Dr. Mercola

La enfermedad cardiovascular (ECV) sigue siendo la principal causa de muerte entre los países que integran la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés), ya que ocasiona más de 3 millones de muertes cada año.1 A nivel mundial, la ECV también es una de las principales causas de defunción, lo que refleja su gran impacto en la salud pública y destaca la necesidad urgente de estrategias innovadoras para combatir este problema masivo.

El Atlas of Cardiovascular Disease Statistics de 2023 que creó la ESC y publicó en el European Heart Journal,2 destacó que la ECV representa el 11% del gasto sanitario total de la Unión Europea. Además, los países de ingresos medios dentro del marco de la ESC se enfrentan a una carga desproporcionada, ya que sus tasas de mortalidad son mayores en comparación con sus contrapartes de ingresos altos.

Los avances más recientes3 revelan que el corazón está dotado de su propio sistema nervioso complejo, que se conoce como el sistema nervioso intracardiaco, y es responsable de regular el ritmo y la función del corazón. Este descubrimiento revolucionario desafía la idea tradicional de que el corazón está regulado de manera exclusiva por el sistema nervioso central, y permite establecer estrategias de diagnóstico y tratamiento nuevas para reducir la prevalencia y la mortalidad de la ECV.

Entender el sistema nervioso del corazón: un gran paso en la investigación cardíaca

El sistema nervioso del corazón es una red fascinante y compleja, que resulta vital para mantener su ritmo y función. La mayoría de los estudios suelen centrarse en el control que el sistema nervioso central ejerce sobre el corazón, pero investigaciones recientes destacan la importancia del IcNS, que actúa como un “pequeño cerebro” localizado, que integra y procesa señales de forma independiente para regular la función cardíaca.

El estudio, publicado en Nature Communications,4 investigó el IcNS a través del pez cebra adulto como organismo modelo debido a las similitudes estructurales de su corazón con el de los humanos, incluida su organización de cuatro cámaras conectadas por válvulas. Los científicos pretendían trazar las conexiones neuronales dentro del corazón y determinar cómo influyen en los ritmos cardíacos.

A través de técnicas avanzadas como la secuenciación de ARN de una sola célula y el análisis electrofisiológico, encontraron una red neuronal muy diversa dentro del IcNS, que incluye neuronas parasimpáticas y simpáticas, neuronas sensoriales, interneuronas reguladoras locales y neuronas motoras. Entre ellas, un subconjunto de neuronas presentó propiedades similares a los marcapasos naturales presentes en el sistema nervioso central.

Estas neuronas, que se concentran cerca de las válvulas cardíacas y dentro del plexo sinoauricular en específico, mostraron propiedades de activación únicas capaces de generar y mantener una actividad rítmica. Las pruebas electrofisiológicas han confirmado su capacidad para mantener y modular los ritmos cardíacos de manera independiente. Los análisis moleculares también descubrieron firmas distintas dentro de las neuronas IcNS, lo que desafió la idea tradicional del sistema como solo un relé.5

En cambio, el IcNS funciona como una red sofisticada que es capaz de procesar e integrar información dentro del corazón a nivel local por medio de una combinación de diferentes receptores de neurotransmisores y vías neuronales, incluyendo las vías colinérgicas, adrenérgicas, glutamatérgicas y GABAérgicas. Esto permite que el IcNS regule las funciones cardíacas esenciales, tales como la fuerza de contracción, la frecuencia cardíaca y la velocidad a la que las señales eléctricas viajan a través del tejido cardíaco.6

“La clasificación y caracterización del IcNS que se presenta aquí constituye un gran recurso para seguir explorando los mecanismos responsables de la funcionalidad cardíaca y la fisiopatología de los trastornos cardíacos asociados”, concluyeron los autores.7 Estos hallazgos señalan el uso del IcNS como un objetivo terapéutico para tratar enfermedades como las arritmias y mejorar las estrategias de atención cardíaca.

La conexión explorada entre el corazón y el cerebro

En el estudio del European Heart Journal presentado anteriormente, los investigadores estudiaron las vías neuronales que unen el corazón y el cerebro para entender cómo influyen en las respuestas del cuerpo. En concreto, los investigadores identificaron las células nerviosas que conectan las cámaras que bombean sangre al corazón (ventrículos) con la región del cerebro encargada de regular la respiración y la frecuencia cardíaca.8

El estudio demostró con un modelo de ratón cómo al estimular la vía corazón-cerebro se desencadenaban síntomas semejantes al desmayo, como una caída repentina de la frecuencia cardíaca, inestabilidad y colapso en cuestión de segundos. Estos hallazgos resaltan el rol tan importante de esta vía en el equilibrio autónomo, que controla acciones involuntarias como la frecuencia cardíaca, la digestión y la frecuencia respiratoria. Esta comunicación de dos direcciones sugiere que su corazón participa de forma activa en regular su estado fisiológico.

El mecanismo detrás de esto involucra el área postrema, que es una región del cerebro que monitorea y ajusta las funciones vitales sin hacer un esfuerzo consciente. Las células nerviosas que unen el corazón con el área postrema crean un ciclo de retroalimentación que garantiza que el cuerpo responda de manera adecuada a diversos estímulos. Por ejemplo, en casos de estrés o peligro repentinos, esta vía desencadena cambios inmediatos en la frecuencia cardíaca y la respiración para ayudar al cuerpo a afrontar la situación.

Además, el estudio resalta el potencial para desarrollar nuevos tratamientos a partir de estos hallazgos. El comprender cómo se comunican el corazón y el cerebro permite desarrollar nuevos enfoques para prevenir los desmayos, sobre todo en personas con trastornos autonómicos. Las intervenciones médicas que se centren en las vías nerviosas específicas descritas en esta investigación permitirán controlar y aliviar estas afecciones de forma más eficaz.9

Estrategias generales para proteger su corazón y su sistema nervioso

Los descubrimientos recientes sobre el “cerebro del corazón” y su rol en mantener la salud cardíaca y el bienestar general resaltan lo importante que es proteger tanto el corazón como su sistema nervioso tan complejo. Considere las siguientes estrategias efectivas para apoyar su salud cardíaca general y garantizar que su sistema nervioso central (IcNS) se mantenga sano y funcional:

Evite los aceites vegetales y los alimentos procesados: los aceites vegetales, también conocidos como aceites de semillas, son una fuente principal de ácido linoleico (AL), que es un tipo de grasa poliinsaturada omega-6 (PUFA, por sus siglas en inglés). El consumo excesivo de AL se asocia a casi todas las enfermedades crónicas, como la hipertensión, la obesidad, la resistencia a la insulina y la diabetes.

El AL se incrusta en las membranas celulares y causa estrés oxidativo, lo peor de todo es que puede tardar hasta siete años en eliminarse por completo. Por su parte, los metabolitos del ácido linoleico oxidativo (OXLAM) dañan mucho sus células, sobre todo las células endoteliales, Esto causa disfunción vascular, que es un factor clave en los casos de infarto y paro cardíaco.

Le recomiendo reducir mucho su consumo de AL y eliminar los aceites vegetales de sus comidas para proteger su corazón y su red neuronal. Evite los alimentos procesados, pues suelen estar saturados de aceites de semillas, así como las comidas de restaurantes, ya que la mayoría se elaboran con estos aceites poco saludables.

Mejore su consumo de nutrientes: proporciónele a su corazón el combustible necesario para la función y señalización neuronal óptima mediante el consumo de una alimentación rica en carbohidratos específicos (de 250 a 300 gramos diarios para la mayoría de los adultos) adaptados a su microbioma. Incluya 0.8 gramos de proteína por cada libra de masa corporal magra como mínimo y asegúrese de que un tercio de su consumo de proteínas esté basada en colágeno.

Incremente la energía celular al exponerse al sol: exponerse al sol estimula la producción de óxido nítrico (ON), que dilata los vasos sanguíneos, reduce la presión arterial y protege el endotelio. El ON también tiene un rol importante en apoyar al sistema nervioso intracardíaco (IcNS) ya que mejora la señalización neuronal y mantener sus funciones reguladoras.10 Además, exponerse al sol aumenta la melatonina mitocondrial, lo que potencia la producción de energía celular esencial para el IcNS.

Sin embargo, es importante exponerse al sol con precaución, sobre todo si su alimentación es rica en aceites vegetales. Estos aceites se desplazan a la piel y se oxidan al estar expuestos a la luz del sol, lo que podría provocar inflamación y daño al ADN, esto lo hace más propenso a sufrir quemaduras solares. Si sigue una alimentación rica en AL, le recomiendo evitar la exposición intensa al sol hasta que haya reducido su consumo de aceite de semilla durante cuatro a seis meses.

A medida que reduce su consumo de AL, aumente poco a poco el tiempo que pasa al aire libre. Con el tiempo podrá disfrutar de una hora o más durante las horas máximas del sol. Además, considere usar el azul de metileno de grado farmacéutico bajo la supervisión de un profesional de la salud, y así favorecer los procesos de energía celular aún más.

Elimine las toxinas ambientales: reduzca su exposición a los campos electromagnéticos (EMFs) y a otros contaminantes ambientales que interfieren con el sistema de señalización eléctrica de su corazón. Utilice dispositivos que protejan contra los campos electromagnéticos y cree un espacio para dormir con niveles de EMFs bajos para mantener la integridad de la comunicación entre su corazón y su cerebro.

Reduzca sus niveles de insulina y azúcar: algunas estrategias sencillas para lograrlo son evitar los alimentos muy procesados y los endulzantes artificiales, reducir al mínimo su consumo de AL y hacer ejercicio de forma regular.

Controlar el estrés crónico: el estrés crónico aumenta los niveles de azúcar y la presión arterial, promueve la coagulación de la sangre y deteriora los sistemas de reparación. El cortisol, que es una hormona esencial del estrés, reduce la producción de células endoteliales.

Optimice su salud intestinal: una mala salud intestinal provoca la inflamación sistémica, lo que perjudica la función del IcNS y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Algunas bacterias del intestino, en específico la Oscillibacter, también podrían reducir los niveles de colesterol y el riesgo de enfermedades del corazón.11 Estas bacterias degradan el colesterol en moléculas más pequeñas que no elevan el riesgo de enfermedades del corazón.

Para fortalecer las defensas intestinales y reforzar la salud en general, es importante mantener un microbioma intestinal saludable y variado en el que predominen las bacterias intolerantes al oxígeno, como la Akkermansia. La importancia de la salud intestinal para prevenir enfermedades cardíacas no solo consiste en controlar los niveles de colesterol. Las bacterias intolerantes al oxígeno producen grasas de cadena corta que favorecen la salud del intestino.

Sin embargo, ciertos factores del estilo de vida moderno como ingerir aceite vegetal y exponerse a toxinas como químicos disruptores endocrinos (EDCs, por sus siglas en inglés) presentes en los plásticos alteran este delicado equilibrio, lo que produce más endotoxinas y provoca mayor inflamación sistémica. Para optimizar su microbioma intestinal y combatir la inflamación, consuma alimentos fermentados como yogurt de leche de vacas alimentadas con pasto, chucrut, kimchi o kéfir, y considere ingerir un probiótico de alta calidad.

Consuma coenzima Q10: este antioxidante potente es crucial para producir la energía celular, lo que lo hace muy beneficioso para los músculos del corazón, que cuentan con alrededor de 5.000 mitocondrias por célula. 12 Un estudio que se publicó en diario Antioxidants (Basilea)13 menciona que la CoQ10 ayuda a reducir el estrés oxidativo, disminuye el riesgo de muerte por causas cardiovasculares y mejora los resultados en pacientes que se sometieron a cirugía de bypass de la arteria coronaria.

La CoQ10 también ayuda a prevenir que se acumule la lipoproteína de baja densidad oxidada (oxLDL, por sus siglas en inglés) en las arterias, disminuye la rigidez vascular y presión arterial, mejora la función endotelial, ya que reduce las especies reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés) y aumenta los niveles de ON.

Aumente sus niveles de magnesio:  este mineral es vital para la conducción nerviosa y para mantener el ritmo cardíaco, dos aspectos esenciales para que el IcNS funcione correctamente.14