📝HISTORIA EN BREVE

  • La exposición al plomo, sobre todo la gasolina con plomo en el siglo XX, ha sido un factor importante en la crisis de salud mental en los Estados Unidos, ya que contribuyó a millones de casos de trastornos psiquiátricos, incluidos ansiedad, depresión y TDAH
  • La exposición al plomo en la infancia está vinculada a problemas de salud mental a largo plazo; algunos estudios estiman 151 millones de casos adicionales de enfermedades mentales y 824 millones de puntos de coeficiente intelectual menos entre los niños de los Estados Unidos
  • A pesar de que se redujeron los niveles de plomo en el medio ambiente, la exposición global al plomo sigue siendo un problema urgente que afecta alrededor de 800 millones de niños en todo el mundo, y tiene implicaciones graves en el desarrollo cognitivo y conductual
  • Las investigaciones sugieren que la exposición al plomo ha contribuido a mayores tasas de criminalidad, ya que aumenta la tendencia a un comportamiento violento y antisocial, lo que desencadena implicaciones sociales más graves que van más allá de la salud individual
  • Las medidas de protección contra la exposición al plomo incluyen pruebas en el hogar, filtrar el agua y realizar análisis periódicos de plomo en sangre. Una forma eficaz de desintoxicar el cuerpo del plomo es tomar N-acetilcisteína (NAC)

🩺Por el Dr. Mercola

La exposición al plomo ha estado fomentando una crisis de salud mental en Estados Unidos. Esta neurotoxina tan documentada, que alguna vez se extendió mucho debido a las prácticas industriales, aún afecta a millones de personas y perjudica el desarrollo cognitivo y conductual desde la infancia hasta la adultez.

La exposición al plomo, que se caracteriza por deteriorar la función cerebral, aumentar la impulsividad y elevar la ansiedad, altera las bases mismas del bienestar mental. Los niños que, han sido expuestos incluso a niveles bajos de plomo, enfrentan desafíos que persisten toda su vida y que afectan su desempeño académico, sus interacciones sociales y su calidad de vida en general.

Un estudio reciente publicado en The Journal of Child Psychology and Psychiatry1 destaca estadísticas alarmantes: la exposición al plomo en la infancia está relacionada con alrededor de 151 millones de casos más de enfermedades mentales. Mediante el análisis de datos históricos y estudios contemporáneos, la investigación desveló los efectos extensos y duraderos del plomo en el desarrollo cognitivo y conductual de varias generaciones.

El costo oculto de la exposición al plomo en la salud mental

El estudio destacado2 examinó el impacto profundo de la exposición al plomo en la salud mental de las personas en los Estados Unidos a través del siglo XX. El estudio se centró en las personas que estuvieron expuestas al plomo durante la infancia, en especial aquellas que crecieron en la época que predominaba la gasolina con plomo, lo que la convertía en el principal factor la contaminación ambiental por plomo.

La investigación3 destacó que alrededor de la mitad de toda la población estadounidense viva en 2015 experimento niveles dañinos de exposición al plomo durante sus primeros años. Esta exposición masiva ha disminuido de forma colectiva el coeficiente intelectual de la población estadounidense en 824 millones de puntos menos, con un promedio de unos tres puntos por persona. El impacto es aún más notorio en aquellos nacidos en la década de los 60s, quienes llegaron a perder hasta seis puntos de coeficiente intelectual a causa de la exposición al plomo.4,5

La exposición al plomo también les sumó 602 millones de puntos más de vulnerabilidad cognitiva a las personas vivas en 2015, lo que afectó su educación, su empleo y su calidad de vida en general. El costo en la salud psicológica es igual de importante. La exposición al plomo se ha vinculado con un aumento de los casos de trastornos psiquiátricos, incluidos ansiedad, depresión y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).6

Estas condiciones perjudican el funcionamiento diario y el bienestar general, y crea una epidemia oculta de problemas de salud mental que siguen sin abordarse en su mayoría. La exposición al plomo en la infancia, en particular, quizás ha contribuido de forma significativa y subestimada a las enfermedades psiquiátricas en Estados Unidos.

Más allá de la salud individual, otras investigaciones demostraron que la exposición al plomo influyó en la estabilidad social ya que aumentó las tendencias hacia el comportamiento violento y antisocial, lo que contribuyó a mayores tasas de criminalidad durante el siglo XX.7

El efecto duradero en la salud mental adulta de la exposición al plomo en la niñez

Otro estudio, esta vez publicado en JAMA Psychiatry,8 investigó los efectos a largo plazo de la exposición al plomo sobre la salud mental de los niños y los rasgos de personalidad de los adultos, y se centró en una cohorte de 579 personas nacidas en Dunedin, Nueva Zelanda, entre abril de 1972 y marzo de 1973.

Cuando los participantes tenían 11 años, se midieron los niveles de plomo en sangre (BLLs, por sus siglas en inglés) y se encontró un nivel medio de 11.08 microgramos por decilitro (µg/dL), muy por encima del valor de referencia clínica actual de 5 µg/dL. Esta cohorte fue monitoreada hasta la adultez, y se les realizó evaluaciones de salud mental y rasgos de personalidad a los 18, 21, 26, 32 y 38 años.

El estudio9 descubrió una asociación significativa entre los niveles más altos de plomo en sangre en la infancia y una mayor psicopatología a lo largo de la adultez. Por cada incremento de 5 µg/dL en los niveles de plomo en sangre en la infancia, hubo un incremento en las puntuaciones de psicopatología general de 1.34, y los efectos notables fueron los síntomas de internalización (por ejemplo, ansiedad y depresión) y los síntomas de trastornos del pensamiento (por ejemplo, pensamiento desorganizado). Dichas asociaciones destacan la capacidad del plomo para afectar a la salud mental a lo largo de la vida.

La exposición al plomo durante la infancia también se relacionó con cambios notorios en los rasgos de personalidad de los adultos. Los niveles más altos de plomo en sangre en la infancia se asociaron con un incremento del 0.10 de desviación estándar en el neuroticismo, una reducción del 0.09 de la desviación estándar en la amabilidad y una reducción del 0.14 de la desviación de escrupulosidad.

Estos rasgos de personalidad influyen en las interacciones interpersonales, la regulación emocional y la satisfacción general con la vida, lo que es un ejemplo de los efectos a largo alcance del plomo sobre el comportamiento y el funcionamiento social.

El estudio10 también confirmó que las consecuencias conductuales y emocionales de la exposición al plomo surgen a edad temprana. Los niños de 11 años con niveles altos de plomo en sangre mostraron mayor hiperactividad, falta de atención y comportamiento antisocial. Estos patrones tempranos de problemas de externalización a menudo persistían hasta la edad adulta y se manifestaban como desafíos psicopatológicos más amplios.

Una gran victoria contra la contaminación por plomo

Hoy en día, los niveles de plomo en el medio ambiente son mucho más bajos que a mediados del siglo XX, en gran parte gracias a los esfuerzos incansables de héroes anónimos como el geoquímico Clair Patterson, Ph.D., quien jugó un papel fundamental al exponer los peligros de la gasolina con plomo.

La investigación revolucionaria de Patterson comenzó mientras determinaba la edad de la Tierra con isótopos de plomo. Las muestras confirmaron una contaminación inesperada, lo que lo llevó a investigar los niveles de plomo en el medio ambiente. 11 Mediante núcleos de hielo de Groenlandia, descubrió un aumento dramático en los niveles de plomo que coincidió con la introducción de la gasolina con plomo en la década de los 20s.

Este descubrimiento fue el inicio de su lucha contra la contaminación por plomo. En 1965, Clair publicó el artículo: "Contaminated and Natural Lead Environments of Man"12 donde expuso las consecuencias de la gasolina con plomo para la salud y el medio ambiente. Sus hallazgos se enfrentaron a la oposición feroz de la industria petrolera, que intentó desacreditar tanto a la ciencia como al propio Patterson para proteger sus intereses, llegando incluso a presionar a las instituciones para que lo excluyeran de paneles clave.

Pese a todo, la persistencia de Clair condujo a victorias cruciales. En 1975, Estados Unidos comenzó a vender gasolina sin plomo, y para 1986 se había prohibido el plomo en toda la gasolina. Estos esfuerzos redujeron en un 80 % los niveles de plomo en la sangre a finales de la década de los 90s, lo que salvo muchas vidas. En mi opinión, la salud pública no le ha dado otorgado el título de heroe del siglo XX a Clair.

La lucha contra la exposición al plomo aún no termina

A pesar de estos logros históricos, la lucha contra la exposición al plomo aún no termina. Todavía hay muchas areas con altos niveles de plomo, sobre todo en áreas con infraestructura antigua y contaminación industrial. Fuentes como las viviendas antiguas, la pintura a base de plomo y los sistemas de agua dañados siguen suponiendo grandes riesgos para la salud, en particular para los niños. 13

Los enfoques tradicionales para abordar la exposición al plomo, tales como disminuir las fuentes ambientales y monitorear los niveles de plomo en la sangre, tienen limitaciones notables. Las pruebas de plomo en sangre no suelen capturar los efectos neurológicos y conductuales a largo plazo de esta neurotoxina, en particular su efecto en la función del neurotransmisor.

En Estados Unidos, alrededor del 2.5 % de los niños de 1 a 5 años tienen niveles elevados de plomo en la sangre. A nivel mundial, la crisis es aún más grave. Casi 800 millones de niños, alrededor de un tercio de la población mundial, están expuestos al plomo y corren el riesgo de sufrir problemas cognitivos y de desarrollo.

No existe ningún nivel seguro de exposición al plomo. Incluso la más mínima exposición tiene efectos irreversibles, sobre todo durante etapas importantes del desarrollo del cerebro. Para abordar esta crisis es necesario mantener la vigilancia, reformar las políticas e intervenir en la salud pública para mitigar su impacto devastador.14

Estrategias para proteger a su cerebro y su cuerpo de los efectos tóxicos del plomo

Además de las emisiones industriales y el deterioro de las infraestructuras, entre las fuentes más comunes de exposición al plomo se encuentran el agua potable contaminada, la pintura a base de plomo y artículos domésticos de uso diario, como juguetes para niños, cosméticos y cerámica.

Es esencial tomar medidas proactivas para minimizar los riesgos de esta toxina tan dañina y así proteger la salud a largo plazo de usted y su familia. Considere incorporar las siguientes estrategias para limitar la exposición al plomo y favorecer los procesos naturales de desintoxicación de su cuerpo:

1. Analice su hogar y tome medidas: si su casa fue construida antes de 1978, lleve a un profesional a analizarla para detectar pintura con plomo y suelo contaminado. Recurra a contratistas certificados por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos para eliminar cualquier peligro de plomo identificado. 15 Preste mucha atención a las áreas donde la pintura se esté desprendiendo o desconchando, y asegúrese de que los niños se mantengan alejados de estas zonas, ya que el polvo es muy tóxico.

2. Realice pruebas de su agua: la mayoría de las tuberías de suministro de agua antiguas en todo Estados Unidos son hechas de plomo y podrían estar transportando agua contaminada a su hogar a diario. La opción más segura y económica para eliminar el plomo de su suministro es utilizar un filtro de alta calidad diseñado para eliminar el plomo. Use agua fría filtrada para beber o cocinar. Jamás cocine ni mezcle fórmula infantil con agua caliente del grifo sin filtrar.

3. Desarrolle una protección natural mediante su nutrición: mejore la capacidad de su cuerpo para desintoxicar el plomo al mantener niveles adecuados de calcio, a través de fuentes como productos lácteos alimentados con pasto y caldo de huesos, ya que el calcio compite con el plomo para ser absorbido.

Procure que su dieta sea rica en hierro, vitamina C y vitaminas B para favorecer la formación de sangre y prevenir la anemia inducida por plomo. En el caso de las mujeres embarazadas, es esencial tomar suplementos de folato para proteger a los bebés en desarrollo contra los efectos neurotóxicos del plomo.

4. Realice una prueba de plomo en sangre para usted y sus hijos: supervise con frecuencia los niveles de plomo en su sangre y la de su familia, en especial si reside en una casa antigua o en un área de alto riesgo. Los niños menores de 5 años deben ser evaluados cuando tienen 1 y 2 años, y de nuevo a los 3 y 4 años si existen factores de riesgo. Los adultos deben procurar mantener sus niveles de plomo por debajo de 3,5 µg/dL.16 Las pruebas periódicas permiten una detección precoz y una intervención antes de que se produzcan daños graves.

5. Explore estrategias seguras de desintoxicación: si sus niveles son elevados, el proceso para eliminar el plomo de su cuerpo es largo y arduo, y debe realizarse con cuidado para evitar dañarse más en el proceso.

Aunque la terapia de quelación con edetato disódico (EDTA) reduce el riesgo de eventos cardiovasculares, también tiene sus propios riesgos. Una alternativa mucho más segura y fácil de conseguir es la N-acetilcisteína (NAC), que es un precursor del glutatión que el cuerpo utiliza para una desintoxicación eficaz.