📝HISTORIA EN BREVE

  • El número de adultos inmunodeprimidos ha aumentado al 6.6 % de la población (cerca de 18 millones de personas), frente al 2.7 % que se observó en 2013, debido a las enfermedades autoinmunes y al uso de medicamentos inmunosupresores
  • Las inmunodeficiencias pueden ser hereditarias (inmunodeficiencia primaria) o adquiridas (inmunodeficiencia secundaria). El segundo tipo es más común entre los adultos
  • Entre las causas más frecuentes de inmunodeficiencia secundaria se encuentran los trastornos autoinmunes, las enfermedades crónicas, las infecciones, los tratamientos contra el cáncer, la extirpación del bazo, las quemaduras graves de la piel y determinados medicamentos como los inmunosupresores
  • El sistema inmunológico puede recuperarse al cabo de unas semanas o meses después de suspender los medicamentos inmunosupresores, aunque los casos graves pueden requerir años para lograr una recuperación completa
  • Hacer ejercicio y exponerse a la luz solar para obtener vitamina D son estrategias naturales que se recomiendan para fortalecer el sistema inmunológico. No obstante, debe exponerse al sol con mucho cuidado si lleva una alimentación rica en ácido linoleico

🩺Por el Dr. Mercola

El sistema inmunológico tiene un rol vital en la salud. Si no se encuentra en óptimas condiciones, el cuerpo será muy susceptible a los patógenos que causan una gran cantidad de enfermedades. Además, el cuerpo no podrá combatir enfermedades que se desarrollen desde el interior, como el cáncer.1 Por desgracia, cada vez hay evidencia de que los sistemas inmunológicos debilitados, o inmunodeprimidos, son cada vez más frecuentes.

Cada vez hay más personas inmunodeprimidas en Estados Unidos

¿Qué significa el término inmunodeprimido? En esencia, es un estado en el que su sistema inmunológico no funciona como debería. Como indicó GoodRx:2

"Estar inmunodeprimido significa que su sistema inmunológico está debilitado. Esto puede suceder a causa de una enfermedad o un medicamento que esté tomando. Quiere decir que tiene más probabilidades de contraer una infección. También significa que es más probable que sufra una enfermedad grave a causa de esa infección en comparación con alguien cuyo sistema inmunológico funciona bien (lo cual se conoce como ser inmunocompetente)".

Lo peor es que el número de personas con esta condición crece de manera constante. En un estudio publicado en JAMA, los investigadores estiman que el número de personas inmunodeprimidas ahora representa el 6.6 % de la población de Estados Unidos (cerca de 18 millones de personas), lo que representa un aumento respecto del 2.7 % que se observó en 2013.3

¿Cuáles son las causas de la inmunodepresión? De acuerdo con The New York Times,4 las causas son variadas, como el aumento de las enfermedades autoinmunes y el uso de medicamentos inmunosupresores para tratar enfermedades crónicas como el cáncer.

Sin importar cuál sea la razón, "ya no afecta a un grupo aislado", según el Dr. Joshua Hill, especialista del Centro Oncológico Fred Hutch en Seattle. "Las personas inmunodeprimidas viven entre nosotros y tal vez no nos hemos dado cuenta", agregó.5

Una mirada más profunda a los sistemas inmunodeprimidos

Un sistema inmunológico debilitado puede manifestarse de diversas formas. Por ejemplo, puede nacer con este estado (lo que se conoce como inmunodeficiencia primaria) y es posible que existan cientos de causas. 6 Según lo que informó The New York Times,7 los investigadores han identificado más de 430 inmunodeficiencias primarias causadas por variantes genéticas que debilitan el sistema inmunológico.8

Por otra parte, es posible adquirir una inmunodeficiencia secundaria, que en realidad es más común entre los adultos. Estas son algunas de las enfermedades que causan inmunodeficiencia secundaria:9

Trastornos autoinmunes: las enfermedades autoinmunes que se diagnostican con frecuencia, como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal, el lupus y la diabetes tipo 1

Enfermedades crónicas: muchas de las enfermedades crónicas que padecen los adultos hoy en día debilitan el sistema inmunológico, y dos de ellas son la cirrosis hepática y la diabetes tipo 2

Infecciones: el sistema inmunológico puede debilitarse a causa de ciertas infecciones virales y bacterianas, tales como el VIH/SIDA, el sarampión y la tuberculosis

Cáncer: cualquier tipo de cáncer provoca inmunodeficiencia, al igual que someterse a los tratamientos comunes para combatir dicha enfermedad, como la radioterapia y la quimioterapia

Disfunción o extirpación del bazo: el bazo ejerce un rol importante en la función inmunológica. Filtra la sangre y, de esa manera, elimina microbios y glóbulos rojos viejos y dañados. También produce anticuerpos y linfocitos, lo cual favorece la función inmunológica.10 Si usted perdió este órgano debido a una lesión previa o si no funciona como debe ser, su sistema inmunológico se debilitará

Quemaduras en la piel: las quemaduras graves en la piel también contribuyen a esta condición. De acuerdo con un estudio de 2022,11 las quemaduras provocan una respuesta inmunológica intensa y prolongada que causa daños sistémicos a varios órganos, como los pulmones, el corazón, los vasos sanguíneos y los riñones

Además, los medicamentos, como los inmunosupresores, debilitan el sistema inmunológico de manera intencional. Por lo general, se administran a las personas que reciben trasplantes para que su sistema inmunológico no ataque al nuevo órgano. Si bien un trasplante le permitirá vivir por más tiempo, la desventaja evidente es que tendrá un mayor riesgo de contraer infecciones.12

Otras veces, los medicamentos causan inmunodeficiencia secundaria como un efecto adverso. Recuerde que la quimioterapia entra dentro de esta categoría, al igual que los medicamentos que se prescriben para tratar trastornos autoinmunes, como los corticosteroides, la ciclosporina y el metotrexato. Los medicamentos diseñados para prevenir complicaciones del trasplante de médula ósea también causan inmunodeficiencia secundaria.13

A pesar de los obstáculos, su sistema inmunológico puede recuperarse

El tratamiento para la inmunodepresión varía según el caso. Por ejemplo, los casos graves a veces requerirán trasplantes de médula ósea. En esencia, este proceso reemplaza su antiguo sistema inmunológico por uno nuevo para reforzar sus defensas naturales.14

Esto se realiza porque la médula ósea es la fuente de células importantes del sistema inmunológico, es decir, los glóbulos blancos que ayudan a combatir las infecciones. Como parte de su sistema linfático, estas células circulan por todo su cuerpo en busca de patógenos (como bacterias y virus) para eliminarlos. Una vez que los detectan, los atacan.15

Con excepción de los que nacen con inmunodeficiencias primarias, la buena noticia es que el sistema inmunológico se recupera después de haber sido atacado por medicamentos inmunosupresores u otros factores. Es capaz de recuperarse al cabo de varias semanas o meses después de suspender la quimioterapia o los medicamentos inmunosupresores. Sin embargo, en los casos más graves, puede tardar años en recuperarse por completo.16

Considere recurrir a tratamientos alternativos para combatir el cáncer

Si usted está inmunodeprimido, el objetivo principal es fortalecer su sistema inmunológico. Existen varias estrategias naturales a las que puede recurrir, pero empecemos por la primera, que consiste en buscar tratamientos alternativos para el cáncer.

Tras décadas de experiencia, he visto lo suficiente como para saber que la quimioterapia es una de las peores opciones que puede elegir una persona. Además de que en muchos casos no es efectiva, también destruye cualquier esperanza de recuperarse por completo.

Como lo demuestra la investigación, la quimioterapia daña el sistema inmunológico y lo hace más propenso a otras infecciones. No obstante, la medicina convencional todavía la recomienda como el principal método de tratamiento e ignora por completo algunas alternativas que podrían ser menos perjudiciales para los pacientes.

¿Por qué? La respuesta simple es que lo que más les importa son las ganancias. La industria del tratamiento del cáncer vale miles de millones de dólares, y hay pocos motivos para que los grandes actores exploren tratamientos que no puedan venderse a precios exorbitantes. Y una vez más, la quimioterapia ocupa un lugar muy importante. Es como utilizar un mazo para matar una pequeña mosca. Quizás funcione, pero el precio a pagar por el daño colateral es enorme: su sistema inmunológico.

En lugar de elegir la quimioterapia como primera opción, recomiendo explorar otras alternativas para tratar el cáncer. No ceda a la presión de tomar tratamientos convencionales antes de agotar sus opciones.

Como mencioné en mi artículo "La terapia de radiación, que involucra, cortar, envenenar y quemar, podría desaparecer", tanto la quimioterapia como la radioterapia tienen efectos devastadores. El tratamiento con radiación provoca efectos secundarios, como problemas de fertilidad y de memoria, así como pérdida de cabello y visión borrosa.17

Recuerde que su cuerpo tiene la capacidad de repararse a sí mismo cuando se le brindan las herramientas adecuadas. Por lo tanto, explore alternativas que reciban menos atención antes de recurrir a las técnicas médicas convencionales.

Mueva su cuerpo para fortalecer su sistema inmunológico

Hacer ejercicio con regularidad es una de las mejores cosas que puede hacer por su salud, sin importar su estado actual. Para las personas que no sufren ninguna enfermedad, la investigaciones18 han demostrado que el ejercicio ayuda a mantener ciertos factores distintivos de la salud, como una mejor resistencia física, un mantenimiento de la homeostasis, una mejor reparación y regeneración y una mejor salud de la piel.

Y las personas inmunodeprimidas también reciben muchos beneficios. Las investigaciones han demostrado que el ejercicio constante y de intensidad moderada ayuda a reforzar el sistema inmunológico en adultos y personas con enfermedades crónicas.19 Quienes se someten a tratamientos convencionales contra el cáncer pueden obtener mejores resultados si hacen ejercicio. De acuerdo con un estudio20 publicado en el Journal for ImmunoTherapy of Cancer:

"Dado que el sistema inmunitario responde muy bien al ejercicio, una posible vía para mejorar la función inmunológica es hacer ejercicio y actividad física.  Una sola sesión de ejercicio dinámico provoca una movilización sustancial de leucocitos con una mayor capacidad funcional en la circulación.
El ejercicio crónico, o a largo plazo, conduce a una mejor forma física en términos de mayor función cardiorrespiratoria o fuerza y resistencia muscular. La alta capacidad aeróbica, según los parámetros de captación máxima de oxígeno, se ha relacionado con una menor cantidad de células T disfuncionales y con mejoras en la abundancia de algunas poblaciones de células T".

El movimiento también tiene un gran impacto en el sistema linfático. Para mantener un funcionamiento óptimo en nuestro cuerpo, es necesario hacer ejercicio de forma regular. Cuando somos sedentarios, todo el sistema se detiene.

¿Cómo ayuda el movimiento al sistema linfático? Cada contracción muscular aprieta los vasos linfáticos que ayudan a que el líquido linfático se desplace al siguiente ganglio, y si lo hace con regularidad se asegura de que el sistema linfático se lubrique bien. La presión que se crea durante la contracción y relajación de los músculos provoca cambios dentro de los vasos linfáticos, lo que garantiza que el líquido linfático fluya. Una vez que el líquido llega a los ganglios, se filtran los patógenos y otros desechos.

No olvide el estrés, que es otro factor que perjudica al sistema inmunológico. De acuerdo con diversas investigaciones que se han publicado,21 "el estrés crónico puede suprimir o desregular las respuestas innatas y adaptativas del sistema inmunológico al alterar el equilibrio de citocinas tipo 1/tipo 2, lo que induce una inflamación leve y suprime la función de las células inmunoprotectoras". Con base en esto, se ha observado que el ejercicio ayuda a restablecer la función inmunológica, lo que ayuda a mejorar los resultados en los pacientes con cáncer.22

Priorice la exposición al sol

La vitamina D es un factor importante en la función inmunológica. Actúa como un regulador maestro que controla la activación de más de 2 500 genes. De igual manera, se ha relacionado con un menor riesgo de ciertos tipos de cáncer, diabetes tipo 2 e infecciones respiratorias, los cuales debilitan el sistema inmunológico.

La vitamina D logra esto cuando modula el sistema inmunológico y aumenta la capacidad del cuerpo para producir péptidos antimicrobianos. También es un potente agente antiinflamatorio, además de ser esencial para el crecimiento adecuado de las células.

Para maximizar los beneficios, recomiendo alcanzar un nivel de entre 60 y 80 ng/ml de vitamina D en la sangre. Este es el rango en el que brinda la mayor protección y beneficios, que incluyen fortalecer el sistema inmunológico. La forma ideal de aumentar su nivel de vitamina D es exponer su piel a la luz del sol. Sin embargo, existen algunas advertencias.

En la actualidad, la mayoría de las personas consumen alimentos ricos en ácido linoleico (AL) que, en mi opinión, es el ingrediente más tóxico de nuestro sistema de alimentación moderno. Una vez que el AL llega a la piel y se expone a la luz solar, se descompone y provoca inflamación y daño al ADN. Es por esto que recomiendo evitar caminar bajo la luz solar más intensa (al mediodía solar) durante al menos seis meses, mientras elimina el AL de su cuerpo.

Durante ese periodo, puede salir por la mañana o al final de la tarde para obtener los beneficios de la exposición al sol sin los peligros de la oxidación del AL. La luz del sol no es tan intensa en esos horarios, por lo que esta estrategia le brindará muchos de los beneficios de la luz solar y lo mantendrá a salvo de las quemaduras y otros daños en la piel.

Para una mayor protección de la piel, recomiendo tomar dosis bajas de aspirina, astaxantina o hidrógeno molecular, así como aplicar una crema de niacinamida sobre la piel. Después de seis meses de evitar el ácido linoleico, puede comenzar a salir al mediodía.