📝HISTORIA EN BREVE

  • Hoy en día y a nivel mundial, las enfermedades crónicas causan casi el 75 % de las muertes, mientras que las enfermedades cardíacas, el cáncer, la diabetes y la demencia son las más impactantes
  • La multimorbilidad o tener múltiples enfermedades crónicas aumenta rápido, específicamente entre las personas de 80 años o más. Los factores geográficos y socioeconómicos influyen mucho en el predominio de enfermedades crónicas
  • Los trastornos de salud mental constituyen una parte importante de la carga de enfermedades crónicas y, a menudo, permanecen sin tratamiento durante años. Reconocer la conexión entre la salud mental y física es crucial para el bienestar en general
  • La salud mitocondrial es vital para prevenir enfermedades crónicas. Los "cuatro factores principales": exceso de grasas esenciales (aceites de semillas), estrógeno, campos electromagnéticos y los disruptores endócrinos son amenazas importantes para la producción de energía celular
  • El equilibrio alterado de oxígeno en el intestino conduce a la proliferación de microbios dañinos. Evitar los venenos mitocondriales y restablecer las condiciones intestinales adecuadas es esencial para restablecer los microbios beneficiosos y prevenir enfermedades crónicas

🩺Por el Dr. Mercola

Las enfermedades crónicas se han convertido en la principal causa de muerte y discapacidad en todo el mundo. Las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardíacas, el cáncer y la diabetes, matan a 41 millones de personas cada año, lo que representa el 74 % de las muertes a nivel mundial.1 En los Estados Unidos estas afecciones representan 8 de las 10 principales causas de muerte.2

El cambio de las enfermedades infecciosas a las enfermedades crónicas no transmisibles comenzó a principios del siglo XX, lo que se impulsó por mejoras en el saneamiento, la nutrición y la tecnología médica. No obstante, esta transición trajo su propio conjunto de desafíos. A medida que la población envejece y los estilos de vida cambian, la prevalencia de enfermedades crónicas continúa en aumento.

El costo para los sistemas de salud es asombroso: más de un billón de dólares al año solo en los Estados Unidos.3 Por fortuna, hay muchas medidas para reducir el riesgo y prevenir enfermedades crónicas. Es esencial comprender estrategias de prevención eficaces para mejorar su salud y bienestar general.

Las cuatro grandes enfermedades: cardiopatías, cáncer, diabetes y demencia

Entre las enfermedades crónicas hay cuatro que se destacan por su especial impacto: las cardiopatías, el cáncer, la diabetes y la demencia. La principal causa de muerte en los Estados Unidos son las cardiopatías, seguido por el cáncer, el cual cobra más de 600 mil vidas al año. La diabetes afecta a más de 37 millones de personas que viven en los Estados Unidos y hay millones más que no han sido diagnosticados o que viven con prediabetes.4

La enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia son preocupaciones que van en aumento, y se estima que, en la actualidad 6.7 millones de personas de 65 años o más que viven en los Estados Unidos las padecen. Dichas condiciones no sólo afectan a la salud y longevidad, sino que, también suponen una enorme carga financiera para las personas y los sistemas de atención médica.

Se estima que el costo global del cáncer alcanzará los 25 billones de dólares entre 2020 y 2050, mientras que cinco tipos de cáncer (traqueal, bronquial y pulmonar, colon y rectal, mama, hígado y leucemia) representarán casi la mitad de ese costo.5 La prevención y la intervención temprana para proteger su salud y calidad de vida son cruciales, a medida que estas enfermedades se vuelven cada vez más frecuentes.

La mayoría de las personas que viven en los Estados Unidos padecen enfermedades crónicas

Cerca del 60 % de los adultos en los Estados Unidos tienen al menos una enfermedad crónica. Alrededor del 40 % padece múltiples enfermedades crónicas.6 En un estudio reciente que se publicó en la revista Frontiers in Public Heatlh se pronosticó un aumento importante de enfermedades crónicas entre los adultos de 50 años o más.7

Se espera que para el 2050, el número de personas que viven en los Estados Unidos en este grupo de edad aumente un 61 % y alcance los 221 millones. Además, se pronostica que el número de personas con al menos una enfermedad crónica aumentará en un 99.5 %, de 71.5 millones en 2020 a 142.7 millones en 2050.8

Los investigadores consideraron nueve enfermedades crónicas importantes, tales como las siguientes: hipertensión arterial, diabetes, cáncer, enfermedades pulmonares crónicas, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, artritis y problemas psiquiátricos. Dichos pronósticos resaltan la necesidad urgente de que tome medidas proactivas en el manejo de su salud, ya que la probabilidad de desarrollar una enfermedad crónica aumenta con la edad.

El aumento de la multimorbilidad: la preocupación creciente para la salud

Si bien el aumento de enfermedades crónicas individuales es preocupante, el aumento de la multimorbilidad (tener dos o más enfermedades crónicas) es igual de preocupante. El estudio predice un aumento del 91.1 % en los casos de multimorbilidad, de 7.8 millones en 2020 a 14.9 millones en 2050.9

La mayoría de las personas con enfermedades crónicas o multimorbilidad tienen entre 60 y 79 años. No obstante, el aumento más importante se proyecta para las personas de 80 años o más, con un asombroso aumento del 244 % en enfermedades crónicas individuales y un aumento del 202.7 % en casos de multimorbilidad entre 2020 y 2050.10

El estudio también revela patrones interesantes en la distribución de enfermedades crónicas según el género y la raza. Se proyecta que para 2050, las mujeres representarán el 53 % de las personas con una sola enfermedad crónica, mientras que los hombres formarán la mayoría (51 %) de las personas con multimorbilidad. Entre los grupos étnicos se espera que los blancos no hispanos vean el mayor aumento en números absolutos, pero otros grupos étnicos también experimentarán aumentos importantes.

Por ejemplo, se pronostica que el número de hispanos con al menos una enfermedad crónica aumentará un 110 % entre 2020 y 2050. Estas disparidades resaltan la necesidad de intervenciones de salud específicas y enfoques personalizados para la prevención y el manejo de enfermedades crónicas.

Lo que le ayudará a tomar medidas eficaces para prevenir enfermedades crónicas será comprender sus propios factores de riesgo, en función de su género y origen. Asimismo, es esencial adoptar un enfoque holístico de la salud, que no solo aborde los síntomas individuales, sino las causas subyacentes de la enfermedad, en todas las etapas de la vida.

Patrones geográficos de las enfermedades crónicas

El riesgo de padecer enfermedades crónicas no sólo depende de factores individuales: también se relaciona de manera estrecha con el lugar donde vive. En una investigación publicada en la revista Preventing Chronic Disease, se revelaron patrones geográficos en el predominio de enfermedades crónicas en los Estados Unidos.11

La región sureste del país se destaca como un foco de enfermedades crónicas, con conglomerados de enfermedades crónicas de alta prevalencia en esta. Dicho patrón no es aleatorio, refleja décadas de políticas sociales y económicas que crearon entornos propicios para malos resultados en materia de salud.

Por el contrario, las áreas con menor predominio de enfermedades crónicas están más dispersas y, a menudo, se concentran alrededor de grandes áreas metropolitanas. Por ejemplo, en el estado de Texas, hay zonas de menor predominio alrededor de Dallas, Houston, Austin y San Antonio. De manera similar, la región metropolitana de Atlanta en Georgia tiene tasas de enfermedades crónicas más bajas en comparación con las áreas circundantes.

Las zonas con alto predominio de enfermedades crónicas a menudo comparten características socioeconómicas comunes. Si vive en estas áreas, tendrá más probabilidades de enfrentar tasas más altas de discapacidad, desempleo y dependencia de programas de asistencia gubernamental. El nivel educativo también es un factor importante: las áreas con menor predominio de enfermedades crónicas tienen una proporción mucho mayor de residentes con educación superior a la secundaria.

La brecha económica es marcada: la mediana de ingreso en las zonas con menor predominio de enfermedades crónicas es casi el doble que el de las zonas con mayor predominio. Hay disparidad dramática en los valores de las viviendas: la mediana de valor en las zonas de bajo predominio es casi tres veces más alta que en las zonas de alto predominio.12

Dichas disparidades resaltan el profundo impacto que el entorno local y las características de la comunidad tienen en su salud. Aun así, además de reconocer los riesgos asociados con su ubicación, recuerde que también es importante tomar medidas proactivas para mitigarlos.

La crisis de salud mental: una epidemia oculta en medio de la pandemia de enfermedades crónicas

Si bien las enfermedades crónicas físicas han estado al frente de los debates sobre salud, los trastornos de salud mental se han convertido de manera acelerada en una parte importante de la carga mundial de enfermedades. Los problemas de salud mental representan el 20 % de la carga mundial de enfermedades,13 donde la adicción, los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad son trascendentales.

A menudo hay un retraso en la búsqueda de tratamiento para estas afecciones. Por ejemplo, una de las diez causas principales de discapacidad en el mundo desarrollado es el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el cual por lo general no se trata por un periodo de 10 años. De manera similar, las personas con trastorno del juego, a menudo, esperan cerca de nueve años antes de buscar ayuda.

Dichos retrasos aumentan de manera importante la carga de enfermedad. Reconocer la importancia de la salud mental en el bienestar general es crucial para su camino hacia la salud, ya que la salud mental y física se interconectan.

Atender los cuatro factores para prevenir muertes prematuras por enfermedades crónicas

El paso más importante que puede tomar para lograr una salud vibrante y duradera, y evitar enfermedades crónicas, es optimizar la salud de la función mitocondrial, ya que su deterioro es la raíz de la mayoría de las enfermedades crónicas.

Su cuerpo alberga más de 100 mil billones de mitocondrias,14 cada una con cientos de cadenas de transporte de electrones. Esta asombrosa cifra revela cuán vitales son para el funcionamiento celular y, por ende, para el bienestar general. Las mitocondrias producen trifosfato de adenosina (ATP), que es fundamental para todas las funciones del cuerpo. Sin energía, las células no pueden repararse ni regenerarse.

El problema crucial que subyace a la mayoría de las enfermedades crónicas es que las células no producen suficiente energía. Hay cuatro factores principales que diezman la producción de energía celular:

1. Exceso de grasas esenciales (aceites de semillas): el consumo excesivo de aceites de semillas procesadas, que predominan en las dietas modernas, específicamente en los alimentos procesados, plantea riesgos importantes para la salud. Estos aceites, ricos en ácido linoleico (AL), pueden afectar de manera grave a la función mitocondrial.

2. Estrógeno: aumenta los niveles de calcio intracelular y disminuye la función mitocondrial. De hecho, el predominio de este es casi tan peligroso como la ingesta excesiva de AL cuando se trata de destruir la función mitocondrial.

Es importante minimizar la exposición a los estrógenos sintéticos, como los que se encuentran en la terapia de reemplazo hormonal y los anticonceptivos orales. Los xenoestrógenos presentes en artículos de uso cotidiano, al igual que el plástico, son otra fuente generalizada de exposición.

3. Campos electromagnéticos (CEM): la tercera amenaza importante para la salud celular proviene de la creciente exposición a los campos electromagnéticos, debido a la proliferación de tecnologías inalámbricas. Estos aumentan las concentraciones de iones de calcio dentro de las células, lo que resulta en la producción de radicales libres dañinos.

4. Disruptores endócrinos (EDC, por sus siglas en inglés): representan una amplia categoría de sustancias, como el plástico, que interfieren con la función hormonal y se relacionan con diversos problemas de salud, tales como los siguientes: problemas reproductivos, trastornos del desarrollo y ciertos tipos de cáncer.

El mecanismo principal de estas sustancias químicas es que activan los receptores de estrógeno en las células, de una forma muy similar en que los campos electromagnéticos activan los canales de calcio dependientes de voltaje. Esto provoca que el calcio entre en las células y que el exceso de calcio intracelular estimule la producción de superóxido y óxido nítrico. Ambos se combinan rápido para formar peroxinitrito, el cual es un estresor oxidante muy potente. Y este estrés oxidativo daña las células.

Evite los venenos mitocondriales para mejorar su salud celular

Estos y otros venenos mitocondriales provocan una alteración del delicado equilibrio de oxígeno en el intestino, lo que crea un entorno que favorece a la proliferación de microbios dañinos tolerantes al oxígeno, mientras inhibe el crecimiento de microbios beneficiosos intolerantes al oxígeno, que son cruciales para la salud intestinal. La mucina actúa como un agente aglutinante para el epitelio colónico y los colonocitos forman una barrera esencial.

Cuando esta barrera se ve comprometida, se inicia un deterioro progresivo de la salud, lo que acelera el proceso de envejecimiento.

Atender los factores subyacentes que dañan los colonocitos y restablecer los niveles adecuados de oxígeno es esencial para restablecer la población de microbios beneficiosos intolerantes al oxígeno. La comunicación entre las mitocondrias y el microbioma intestinal es vital, pero cuando predominan las bacterias patógenas tolerantes al oxígeno, estas desplazan a las bacterias beneficiosas, lo que impide la producción de metabolitos necesarios para una salud óptima.

Es posible que no se perciban los factores de estilo de vida más beneficiosos, como el ejercicio, el sueño, la nutrición y los suplementos hasta que se elimine el exceso de oxígeno del colon. Una solución que no es eficaz es sólo consumir probióticos, ya que los que están disponibles de manera comercial a menudo no son viables en el entorno intestinal. Estos pueden proporcionar beneficios posbióticos pero no pueden servir como verdaderas "semillas" para restablecer la comunidad microbiana adecuada.

Su entorno intestinal debe ser saludable para que los microbios intolerantes al oxígeno prosperen, de forma similar a como las semillas requieren condiciones adecuadas para crecer. Evitar venenos mitocondriales, como los mencionados, es clave para crear y mantener este entorno favorable para la salud intestinal y el equilibrio microbiano y, en última instancia, para evitar enfermedades crónicas.