📝HISTORIA EN BREVE
- El informe de 2024 de la asociación americana para la investigación del cáncer revela un vínculo significativo entre el consumo de alcohol y el riesgo de cáncer: el 5.4 % de los casos de cáncer en los Estados Unidos en 2019 se le atribuyeron al alcohol, pero es probable que se trate de una subestimación
- Seis tipos de cáncer se relacionan directamente con el consumo excesivo de alcohol: cáncer de hígado, mama, colorrectal, esófago, estómago, cabeza y cuello
- Incluso el bajo consumo de alcohol aumenta el riesgo de contraer cáncer. En un estudio del Biobank de Reino Unido se reveló que aún si se consume poco alcohol existe el riesgo de mortalidad por cáncer, específicamente en poblaciones vulnerables
- Los efectos cancerígenos del alcohol comienzan en la boca, donde las bacterias lo convierten en acetaldehído. También altera las hormonas, la salud intestinal, la función mitocondrial y los patrones de sueño, al igual que aumenta aún más el riesgo de cáncer
- La mejor manera de prevenir es abstenerse de consumirlo. Para quienes lo consumen, tomar suplementos de N-acetilcisteína (NAC) podría ayudar a reducir sus efectos nocivos
🩺Por el Dr. Mercola
La asociación americana para la investigación del cáncer (AACR) publicó su informe de progreso del cáncer de 2024,1 el cual revela un vínculo significativo entre el consumo de alcohol y el riesgo de cáncer. Si bien muchos son conscientes de los efectos perjudiciales del alcohol sobre la salud del hígado, su función en el desarrollo del cáncer es menos reconocido.
Pese a lo cual, de acuerdo con el informe, el 5.4 % de todos los casos de cáncer en los Estados Unidos en 2019 se atribuyeron al consumo de alcohol.2 Aunque es probable que esta estadística subestime el verdadero impacto del alcohol en la incidencia del cáncer, como creen algunos expertos. El alcohol puede contribuir a 1 de cada 3 cánceres, e incluso esta estimación podría ser baja.
Los seis tipos de cáncer que se relacionan con el alcohol
Hace tiempo se pensó que el consumo moderado de alcohol era seguro e incluso bueno; no obstante, hoy se considera como nocivo para la salud y no existe una cantidad segura para consumirlo. El informe de la AACR resalta la urgencia de concientizar para mitigar este factor de riesgo que puede prevenirse.
Asimismo, el 51 % de las personas en los Estados Unidos desconocen que el consumo de alcohol aumenta el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer.3 El informe de la AACR identifica seis tipos de cáncer que están directamente relacionados con el consumo excesivo de alcohol:4
Cáncer hepático |
Cáncer de seno |
Cáncer colorrectal |
Cáncer de esófago |
Cáncer de estómago |
Cánceres de cabeza y cuello |
La buena noticia es que reducir o eliminar el consumo de alcohol tiene un impacto positivo en el riesgo de cáncer. De acuerdo con el informe de la AACR, las personas que reducen su consumo de alcohol o que dejan de beber por completo disminuyen el riesgo de desarrollar cánceres relacionados con el alcohol en un 8 %.
Dicha reducción en el consumo de alcohol se asocia a una disminución del 4 % en el riesgo de padecer todos los tipos de cáncer, en comparación con quienes mantienen o aumentan su consumo de alcohol.5
Nuevo estudio cuestiona los supuestos beneficios del consumo moderado de alcohol
Un estudio reciente de la cohorte del Biobank de Reino Unido se suma a la evidencia creciente de que incluso el consumo moderado y leve de alcohol aumenta el riesgo de cáncer.6 En esta investigación, en la que participaron 135 103 adultos mayores, se encontró que los niveles bajos de consumo de alcohol aumentan el riesgo de mortalidad por cáncer, específicamente entre personas con factores de riesgo socioeconómicos o relacionados con la salud.
El hallazgo contradice a estudios pasados, en los cuales se reportó que el consumo moderado de alcohol tenía efectos protectores en la enfermedad cardiovascular y sobre la mortalidad en general. La diferencia puede deberse a una metodología que se mejoró en este estudio, la cual utilizó a bebedores ocasionales como grupo de referencia en lugar de abstemios de por vida, lo que permite evitar sesgos de selección que abundaron en investigaciones anteriores.
En este estudio, los patrones de consumo de alcohol se categorizaron de acuerdo con el consumo diario de alcohol. Los bebedores ocasionales se definieron como aquellos que consumían 2.86 gramos o menos de alcohol por día, lo que equivale a cerca de 1.4 bebidas o menos por semana. Los bebedores de bajo riesgo eran hombres que consumían más de 2.86 pero no más de 20 gramos al día (cerca de una a diez bebidas por semana) y mujeres que consumían más de 2.86 pero no más de 10 gramos al día (cerca de una a cinco bebidas por semana).
Los bebedores de riesgo moderado incluyeron a hombres que consumían entre 20 y 40 gramos a diario (10 a 20 bebidas semanales) y mujeres que consumían entre 10 y 20 gramos a diario (cinco a 10 bebidas semanales).
Los bebedores de alto riesgo se clasificaron como hombres que consumían más de 40 gramos al día (más de 20 bebidas por semana) y mujeres que consumían más de 20 gramos al día (más de 10 bebidas por semana). Como referencia, una bebida estándar contiene alrededor de 14 gramos de alcohol puro, casi el equivalente a una cerveza de 12 onzas, una copa de vino de 5 onzas o un chupito de 1.5 onzas.
En comparación con los bebedores ocasionales, los bebedores de bajo riesgo tuvieron una mayor mortalidad por cáncer, los bebedores de riesgo moderado mostraron una mayor mortalidad por todas las causas y por cáncer, mientras que los bebedores de alto riesgo enfrentaron riesgos elevados en las categorías de mortalidad por todas las causas, cáncer y enfermedad cardiovascular.7
El estatus socioeconómico y la salud general son determinantes en cómo el alcohol afecta su riesgo de mortalidad. Los impactos negativos del consumo de alcohol tuvieron más presencia en individuos con factores de riesgo socioeconómico y relacionados con la salud. Entre estos grupos, incluso los bebedores de bajo riesgo tuvieron tasas de mortalidad más altas, específicamente por cáncer.
La ruta de destrucción del alcohol que está en la boca y la garganta
Cuando usted bebe el etanol de las bebidas alcohólicas, este se metaboliza en acetaldehído, que es un compuesto mutagénico. El proceso comienza en la cavidad oral, donde las bacterias y las levaduras de la flora bucal normal convierten el alcohol en acetaldehído. Mientras más tiempo permanezca el etanol en el cuerpo, más acetaldehído se acumulará en la saliva.8
Se pueden alcanzar niveles mutagénicos de acetaldehído en tan sólo 20 a 40 minutos al beber vodka diluido. Dicha acumulación localizada de un agente causante de cáncer pone los delicados tejidos de la boca en un alto riesgo de sufrir daños en el ADN y cambios celulares que conducen a la formación de tumores.
Como resultado, el alcohol es uno de los principales factores de riesgo del cáncer bucal, y el riesgo aumenta en combinación con el consumo de tabaco.9 El etanol presente en las bebidas alcohólicas actúa como disolvente, lo que mejora la incursión de los carcinógenos específicos del tabaco en la mucosa oral. Además, el alcohol deshidrata las membranas celulares y las hace más permeables a sustancias nocivas. El alcohol también interfiere con los mecanismos de reparación del ADN.
El cáncer de esófago también tiene un fuerte vínculo con el consumo de alcohol. Después de eliminar las variantes genéticas atípicas, un estudio que se publicó en la revista Epidemiologia descubrió que el consumo de alcohol se asocia con un riesgo 3.44 veces mayor de desarrollar cáncer de esófago.10
En el esófago, en donde el tejido es muy vulnerable, el daño al ADN causado por el acetaldehído puede provocar mutaciones y cáncer. En el estudio también se encontró un mayor riesgo de cáncer de las vías biliares, ya que el consumo de alcohol aumenta el riesgo en 3.86 veces.
El alcohol daña el equilibrio hormonal y la salud intestinal
Otro de los riesgos insidiosos del alcohol son sus efectos sobre las hormonas, específicamente en el equilibrio entre la testosterona y el estrógeno. El alcohol ayuda a que la testosterona se convierta en estrógeno,11 lo que tiene diversos efectos negativos, tanto en hombres como en mujeres. Los estrógenos son uno de los principales factores que aumentan el riesgo de cáncer.
El alcohol también aumenta el riesgo de cáncer a través de otros mecanismos, que incluyen no sólo la toxicidad del acetaldehído sino también la inflamación, el intestino permeable y el debilitamiento de la función inmunológica. Consumir alcohol también altera el sueño, lo que significa que no se tiene un sueño reparador, otro factor de riesgo de cáncer.
El alcohol afecta el microbioma intestinal y el eje intestino-hígado-cerebro, una red de comunicación bidireccional que vincula estos tres sistemas cruciales en el cuerpo. Las propiedades antimicrobianas del alcohol, que lo hacen una gran herramienta para fines de esterilización, también matan las bacterias intestinales beneficiosas.
Por ejemplo, el consumo de alcohol disminuye la Akkermansia muciniphila, una especie bacteriana beneficiosa que se encuentra naturalmente en el intestino humano.12 Esto, a su vez, se asocia con "la producción desequilibrada de metabolitos microbianos, mala permeabilidad intestinal, inflamación crónica y producción de citocinas".13
Estos son los estragos del alcohol
Para entender el impacto del alcohol en la salud es importante comprender los procesos complejos que se desarrollan dentro del cuerpo cuando consume alcohol. La metabolización del alcohol es un proceso que consume mucha energía y que agota los nutrientes y cofactores esenciales del cuerpo. Dicha demanda de energía supone una tensión considerable para el sistema y compromete diversos aspectos de la salud.
También este proceso metabólico genera subproductos nocivos, y el acetaldehído es un ejemplo de esto. Este compuesto tóxico daña a las células, no sólo las afecta directamente, sino que también altera el equilibrio fisiológico general del cuerpo.
El efecto dominó del consumo de alcohol se extiende al sistema endocrino, a las hormonas y los niveles de azúcar en sangre. Estas alteraciones se manifiestan como fluctuaciones del estado de ánimo y niveles de energía erráticos, y también allanan el camino para enfermedades crónicas como la diabetes y los trastornos de la tiroides.
Además, el hígado, que es clave en la neutralización de sustancias nocivas, termina trabajando en exceso. Cuando la eficiencia del hígado se ve comprometida, la capacidad para procesar otras toxinas disminuye, lo que lleva a acumular sustancias dañinas en el cuerpo.
El impacto del alcohol no se limita a los órganos internos, pues también afecta al tracto digestivo. Al dañar el revestimiento del intestino y alterar el delicado equilibrio del microbioma, que es el complejo ecosistema de microorganismos que residen en el sistema digestivo, el alcohol termina debilitando tanto la salud digestiva como la función inmunológica.
Esta alteración desencadena una serie de problemas, desde malestar digestivo inmediato hasta una mayor susceptibilidad a infecciones y complicaciones de salud a largo plazo.
De hecho, el consumo de alcohol comparte similitudes con el consumo excesivo de grasas omega-6, como ácido linoleico, en términos de los compuestos dañinos que producen. Cuando estas sustancias se metabolizan generan metabolitos linoleicos oxidados que se conocen como OXLAM.
El denominador común entre estas moléculas es su naturaleza como aldehídos reactivos. Tal y como se dijo, el alcohol se transforma en un aldehído reactivo llamado acetaldehído. Estos aldehídos reactivos causan estragos en todo el cuerpo, lo que daña a las mitocondrias, que son orgánulos de las células, y se acelera el proceso de envejecimiento a nivel celular.
El alcohol daña la función mitocondrial
Antes consumía bebidas alcohólicas de vez en cuando, pero eso cambió después de investigar más a fondo sobre sus efectos en la salud. Al conocer sobre estos, decidí abstenerme. Lo insto a que examine de manera crítica sus propios hábitos de consumo de alcohol y a que se sumerja en la literatura científica. Sopese el placer momentáneo de beber frente al daño comprobado que le causa al organismo.
El método más eficaz para prevenir los efectos negativos del alcohol es abstenerse. A pesar de ello, si tiene intención de consumir alcohol, consuma suplementos de N-acetilcisteína (NAC) como una medida de protección. La NAC es un derivado del aminoácido cisteína que mejora la producción de glutatión y ayuda a contrarrestar la toxicidad del acetaldehído, que es un factor importante en los síntomas de la resaca.
Si consume un mínimo de 200 miligramos de NAC, 30 minutos antes de beber, le podría ayudar a disminuir los efectos nocivos del alcohol. Se cree que la combinación de NAC con vitamina B1 (tiamina) puede aumentar su eficacia.
No obstante, para lograr una salud óptima, considere evitar el alcohol y, en su lugar, explore las razones subyacentes por las que lo consume. Ya sea por estrés, presión social o sólo por costumbre, mejor busque métodos alternativos para satisfacer esta necesidad. Esto podría incluir la elección de actividades sociales que no impliquen alcohol o incluir métodos alternativos para reducir el estrés o cambiar su rutina para no sentir la tentación de consumirlo.
Las revelaciones sobre los efectos del alcohol son parte de una investigación más amplia que realicé sobre los factores que influyen en la salud y la longevidad. Lo que encabeza dicha investigación es la salud mitocondrial. Exploro este tema en profundidad en mi próximo libro titulado "Los secretos de la salud celular: guía para alcanzar la longevidad y felicidad", en donde revelo que mejorar la función mitocondrial es esencial tanto para prevenir como para revertir las enfermedades a largo plazo.
El consumo de alcohol es sólo uno de los varios factores clave que afectan a las mitocondrias y que aceleran el proceso de envejecimiento. Otros factores importantes incluyen una sobreabundancia de ácidos grasos omega-6, la exposición a campos electromagnéticos y a sustancias químicas que alteran el sistema endocrino. Al eliminar estas influencias dañinas y al priorizar la salud de sus células, tiene la capacidad de mejorar en gran medida su bienestar general y prolongar su vida.
🔍Fuentes y Referencias
- 1 American Association for Cancer Research (AACR) Cancer Progress Report 2024
- 2, 3, 5 AACR Cancer Progress Report 2024, Contents, Reducing the Risk of Cancer Development, Reduce Alcohol Consumption
- 4 AACR Cancer Progress Report 2024, Contents, Reducing the Risk of Cancer Development, Reduce Alcohol Consumption, Figure 12
- 6, 7 JAMA Netw Open. 2024;7(8):e2424495. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2024.24495
- 8, 9 Cancers (Basel). 2024 Sep 14;16(18):3156
- 10 Epidemiologia (Basel). 2024 Sep 17;5(3):618–626
- 11 Alcohol November 2000, Volume 22, Issue 3, Pages 123-127
- 12, 13 Molecular Nutrition & Food Research