📝HISTORIA EN BREVE

  • Maddie de Garay se inscribió para participar en el ensayo clínico de Pfizer (sobre el COVID-19) para jóvenes de 12 a 15 años a principios de 2021. A las 12 horas de su segunda dosis, sufrió una reacción adversa sistémica y severa que la dejó postrada en una silla de ruedas y conectada a una sonda de alimentación
  • Pfizer, la Administración de Alimentos y Medicamentos y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos ignoraron las graves reacciones adversas de Maddie. No recibió ayuda de ninguna de estas entidades, ni económica ni médica. Por el contrario, Pfizer llegó incluso a mentir sobre su estado, ya que lo describió como un "dolor abdominal funcional" en un informe a la FDA
  • Un funcionario del gobierno que no pasa por alto los efectos devastadores de las vacunas anticovid es el Dr. Joseph Ladapo, director general de salud pública de Florida. En un comunicado de prensa del 3 de enero de 2024, el Dr. Ladapo solicita que se ponga fin al uso de las vacunas anticovid de ARNm, y cita la preocupación por la presencia de fragmentos de ADN en los productos
  • De acuerdo con las directrices de la FDA sobre el ADN en las vacunas, "la integración del ADN podría afectar, en teoría, a los oncogenes humanos, los genes que pueden transformar una célula sana en una célula cancerosa", y "puede dar lugar a inestabilidad cromosómica"
  • La FDA no ha aportado ninguna prueba de que se hayan realizado evaluaciones de la integración del ADN para abordar los riesgos enumerados en sus propias directrices sobre el ADN en las vacunas, las cuales se publicaron en 2007. En consecuencia, las vacunas de ARNm "no son apropiadas para los seres humanos", afirma el Dr. Ladapo

🩺Por el Dr. Mercola

Cuando Stephanie de Garay permitió que sus tres hijos se inscribieran en el ensayo clínico de Pfizer para niños de 12 a 15 años, asumió que lo peor que podría pasar era un shock anafiláctico y que, en ese caso, les darían un EpiPen y estarían bien. Desde la perspectiva de su hija, el ensayo fue una manera de mantenerse al día con una amiga cercana que ya se había inscrito.

Y el hecho de que el ensayo ofreciera una compensación monetaria de 119 dólares por visita tampoco estuvo nada mal.1 Esto es lo que impulsó a los tres hijos de Stephanie de Garay a inscribirse en la prueba de la vacuna anticovid, lo que cambió la vida de uno de ellos. Antes del ensayo, Maddie era una niña sana de 12 años a la que le encantaba bailar, jugar fútbol y pasar tiempo con sus amigos.

Sufrió una reacción adversa sistémica muy grave en su segunda dosis de la vacuna y tuvo que hacer 11 visitas a urgencias y cuatro ingresos al hospital en el año y medio siguiente. Las lesiones provocadas por la vacuna la dejaron incapacitada para caminar o comer, ya que se alimenta a través de una sonda; además, padece dolores constantes, problemas de visión, tinnitus, reacciones alérgicas y falta de control del cuello.2

Como si el trauma físico no fuera suficiente, Maddie y su familia fueron ignorados una y otra vez por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos y por los profesionales médicos que les designaron para brindarles ayuda, así que no recibieron la atención que necesitaban. En lugar de eso, le dijeron a la familia que los problemas de Maddie eran psicológicos, por lo que ella se sometió a terapia cognitivo-conductual sin tener ninguna mejoría, como era de esperar.

La confianza se perdió

En el informe del programa de televisión “Full Measure” del 21 de enero de 2024, la periodista de investigación Sharyl Attkisson analiza el caso de Maddie. Maddie recibió su segunda dosis el 20 de enero de 2021. En menos de 12 horas, aparecieron síntomas muy alarmantes. Experimentó la sensación de descargas eléctricas en la columna vertebral y parecía como si le estuvieran arrancando el corazón.

Sufrió dolores en el pecho y abdomen. Sus dedos de los pies y de las manos se tornaron pálidos y muy fríos. En poco tiempo, perdió la sensibilidad en las piernas y ya no pudo caminar. Empezó a sufrir desmayos y perdió el reflejo de tragar. A pesar de lo que le pasó a Maddie, Pfizer anunció que el ensayo con los niños había sido todo un éxito y que su vacuna anticovid tenía un “perfil de seguridad favorable”.

De acuerdo con Stephanie de Garay, Pfizer y las autoridades reguladoras de Estados Unidos se negaron a reconocer que Maddie sufrió daños a causa de la inyección. Tampoco registraron de manera adecuada sus lesiones en un aparente esfuerzo por restarle importancia a su gravedad. Por ejemplo, en una divulgación a la FDA de abril de 2021, Pfizer describió los efectos secundarios de Maddie como un "dolor abdominal funcional",3 a pesar de que estaba en silla de ruedas y que ni siquiera podía tragar los alimentos.

Maddie fue diagnosticada con polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica (PDIC), que es una enfermedad autoinmune rara en la que el sistema inmunológico ataca y destruye las capas de mielina que rodean las células nerviosas. Maddie no ha recibido ningún apoyo financiero ni médico por parte de Pfizer, la FDA ni de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Cuando se le pregunta a la señora de Garay qué fue lo que le enseñó la terrible experiencia de su hija, asegura que le abrió los ojos. Solía confiar en los funcionarios, los médicos y los hospitales, pero "no son lo que yo creía que eran", afirma.

De hecho, si algo debería servir como una advertencia para todos es la historia de Maddie. Esto demuestra lo insensibles que son la industria de las vacunas y sus protectores. Somos conejillos de indias y, si algo sale mal, estamos solos. No recibiremos una disculpa, y mucho menos ayuda real.

Pfizer clasificó las reacciones graves como "no relacionadas" con las vacunas

La FDA y Pfizer intentaron ocultar los datos de los ensayos clínicos de la vacuna anticovid durante 75 años, pero un tribunal del distrito de los Estados Unidos le ordenó a la FDA que publicara los documentos del ensayo en un plazo mucho más corto. Como parte de la orden judicial, el 1 de junio de 2022 se publicaron 80 000 páginas de documentos relacionados con la aprobación por parte de la FDA de las vacunas anticovid de Pfizer.4

Entre esos documentos había formularios de notificación de casos (CRF) que revelaron que se produjeron muertes y acontecimientos adversos graves durante los ensayos de fase 3, la mayoría de los cuales se clasificaron como "no relacionados" con la vacuna.5

Los ejemplos incluyen la muerte de una mujer de unos 50 años a raíz de un ataque cardíaco cinco días después de haber recibido la segunda dosis de la vacuna experimental de Pfizer. Su muerte se catalogó como “no relacionada” con las vacunas. La muerte de una adolescente que sufrió una trombosis venosa profunda dos meses después de su segunda dosis también se consideró “no relacionada”. Como informó el periodista independiente Michael Nevradakis:6

"Los numerosos eventos graves y las muertes registradas durante los ensayos de la Fase 3 también son evidentes en un documento independiente de más de 2500 páginas, el cual cataloga dichos eventos adversos.
Este documento enumera una amplia gama de eventos adversos que sufrieron los participantes del ensayo y que se clasificaron como nivel de toxicidad 4, que es el nivel más alto y más grave.
Sin embargo, ninguno de los eventos adversos de nivel 4 (más graves) que se enumeraron en este documento en particular está clasificado como relacionado con la vacunación... De manera similar, solo una pequeña cantidad de eventos adversos de nivel de toxicidad 3 se indicaron como 'relacionados' con la vacunación".

La FDA ignoró el caso de Maddie

Así como ignoró las numerosas señales de alerta en los datos de los ensayos clínicos de Pfizer, la FDA también ignoró el caso de Maddie, incluso cuando empezaron a intervenir los abogados. En agosto de 2021, la familia Garay se puso en contacto con el equipo legal de ICAN y Aaron Siri de ICAN los representa ahora. De acuerdo con Aaron Siri:7

“Lo que le pasó a Maddie no es solo la historia de una niña que sufrió lesiones, lo cual es desgarrador en sí mismo. Pero estamos hablando de que ella participó en un ensayo clínico en el que solo participaron 1000 niños de entre 12 y 15 años que recibieron la vacuna anticovid.
Cuando sufrió esa reacción, todos los expertos médicos de Cincinnati y de la FDA deberían haber acudido a estudiar lo que le pasó, porque si eso le pudo pasar a uno de cada 1000 niños, las repercusiones podrían ser devastadoras, sobre todo para una infección que no daña a los niños en una proporción así”.

Después de que el equipo de ICAN obtuviera los historiales médicos de Maddie y de que los revisara, creen que la conexión causal con la vacuna de Pfizer es muy fuerte. En octubre de 2021, enviaron una carta a la FDA, en la que incluyeron todos los registros médicos de Maddie y destacaron cómo Pfizer minimizó su condición en la divulgación, y se refirieron a la medida de Pfizer como "deshonesta, y eso se queda corto". Para las autoridades reguladoras, esto debería ser un delito”.8

En febrero de 2022, la FDA por fin respondió, de forma incrédula, diciendo que se presentara un informe VAERS o que se enviara una carta a la CISA, el Proyecto de Evaluación de la Seguridad de la Inmunización Clínica, dirigido por la Dra. Kathryn Edwards, que forma parte de la junta de supervisión de la seguridad de los datos de los ensayos de la vacuna anticovid de Pfizer. En otras palabras, no hicieron nada. 9

La historia de Maddie continúa y, por desgracia, es solo uno de los muchos casos de personas que sufrieron daños graves o que murieron por estas vacunas y que no se tomaron en serio (o que se desacreditaron) por los profesionales y autoridades de la salud. Sin embargo, hay esperanza, y ésta se presenta en la forma de proteger su derecho al consentimiento informado y a la libertad de tomar sus propias decisiones en lo que respecta a la atención médica. Como lo expresó Aaron Siri:10

“La esperanza es que nos aseguremos de que siempre tengamos la opción de decir que no. Mientras podamos decir no, podemos protegernos. Esa es la solución a toda esa conducta incorrecta. No va a proteger a quienes no saben decir no en determinadas situaciones, pero sí protegerá a quienes lo hagan…
La libertad de expresión, la capacidad de tener libertades individuales. Eso es lo que nos salvará… La capacidad de educarnos, de tener acceso a la información y de tomar decisiones informadas… la capacidad de rechazar algo, un procedimiento médico, que no queremos tener en nuestros cuerpos o en los de nuestros hijos”.

El director general de salud pública de Florida pide que se suspendan las vacunas anticovid

Un funcionario del gobierno que no pasa por alto los efectos devastadores de las vacunas anticovid es el Dr. Joseph Ladapo, director general de salud pública del estado de Florida. Al principio de la pandemia, publicó artículos en los que criticó las medidas de confinamiento y pidió que se adoptara un tratamiento temprano.11

En marzo de 2022, recomendó no administrar vacunas anticovid a niños sanos,12 e hizo que Florida fuera el primer estado en romper con la guía oficial de los CDC.

En febrero de 2023, emitió una alerta sanitaria oficial13 en la que advirtió que las vacunas de ARNm estaban asociadas con un “aumento sustancial” en los informes de eventos adversos en Florida, y volvió a contradecir la política oficial, pues instó a las personas menores de 65 años a evitar las dosis de refuerzo.14

Ahora, en un comunicado de prensa del 3 de enero de 2024, el Dr. Ladapo solicita que se ponga fin al uso de las vacunas de ARNm, y cita la preocupación por la presencia de fragmentos de ADN en los productos.15

En una carta del 6 de diciembre de 2023 que se envió a la FDA y a los CDC, el Dr. Ladapo explicó los hallazgos que demuestran la presencia de complejos de nanopartículas lipídicas y ADN promotor/reforzador del virus simio 40 (SV40) en las vacunas anticovid. Como se indica en el comunicado de prensa de Florida Health del 3 de enero:16

“Las nanopartículas lipídicas son un medio de transporte efectivo para llevar el ARNm de las vacunas antiCOVID-19 a las células humanas y, por lo tanto, también podrían llevar el ADN contaminante a las células. La presencia de ADN promotor/potenciador del SV40 también puede suponer un riesgo único y elevado de integración del ADN en las células humanas”.

Se informó por primera vez la presencia del promotor SV40 y de otros fragmentos de ADN17 por el microbiólogo Kevin McKernan a principios de abril de 2023. Él es un exinvestigador y líder de equipo del proyecto Genoma Humano del MIT.

De acuerdo con McKernan, “varios ensayos respaldan una contaminación de ADN que excede el requisito de 330 ng/mg de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y los requisitos de 10 ng/dosis de la FDA”. La FDA debería ser muy consciente de los posibles riesgos que plantea esta contaminación de ADN, si se toma en cuenta que su propia guía sobre el ADN en las vacunas, publicada en 2007, establece lo siguiente:18

  • “En teoría, la integración del ADN podría afectar a los oncogenes humanos, que son los genes que podrían transformar una célula sana en una célula cancerosa.
  • La integración del ADN también podría alterar la estabilidad cromosómica.
  • La Guía para la Industria explica la biodistribución de las vacunas de ADN y cómo dicha integración podría afectar partes no deseadas del cuerpo, incluyendo la sangre, el corazón, el cerebro, el hígado, los riñones, la médula ósea, los ovarios o testículos, los pulmones, los ganglios linfáticos y el bazo, así como el lugar de administración y el tejido subcutáneo en el lugar de la vacuna”.

La FDA no realizó evaluaciones de integración del ADN

La FDA respondió a la carta del Dr. Ladapo el 14 de diciembre de 2023, pero no presentó ninguna prueba que indicara que se hubieran realizado evaluaciones de la integración del ADN en las vacunas anticovid de ARNm para abordar los riesgos que se enumeran en su propio documento de orientación.

Por esta razón, el Dr. Ladapo ahora pide que se detenga su uso:19

“La respuesta de la FDA no proporciona datos ni evidencia de que se hayan realizado las evaluaciones de integración de ADN que ellos mismos recomendaron.
En cambio, señalaron los estudios de genotoxicidad, que son evaluaciones inadecuadas del riesgo de integración del ADN. Además, ofuscaron la diferencia entre el promotor/ potenciador del SV40 y las proteínas del SV40, dos elementos que son diferentes.
La integración del ADN plantea un riesgo único y elevado para la salud humana y para la integridad del genoma humano, lo que incluye el riesgo de que el ADN integrado en gametos de espermatozoides u óvulos pueda transmitirse a la descendencia de quienes reciban la vacuna antiCOVID-19 de ARNm.
Si no se han evaluado los riesgos de la integración del ADN para las vacunas antiCOVID-19 de ARNm, estas vacunas no son apropiadas para los seres humanos... Tengo la esperanza de que, con respecto al COVID-19, algún día la FDA considere con seriedad su responsabilidad regulatoria de proteger la salud humana, lo que incluye la integridad del genoma humano”.

Como indicó el Dr. Peter McCullough, internista y cardiólogo certificado, el Dr. Ladapo no es el único que piensa esto. Decenas de miles de profesionales médicos y científicos de todo el mundo quieren que las vacunas anticovid se retiren del mercado:20

"El anuncio que hizo hoy el director general de salud pública del Estado de Florida es todo un acontecimiento, ya que cada vez son más los funcionarios gubernamentales que piden que se retiren las vacunas antiCOVID-19, entre los que me incluyo (el Senado de Estados Unidos, varios senados estatales, el Parlamento de la UE y del Reino Unido), 17 000 médicos que representan a la Cumbre Mundial sobre el COVID-19, científicos de Australia, el Consejo Mundial de la Salud y la Asociación de Médicos y Directores de Salud de Estados Unidos".

Recursos para las personas con alguna lesión ocasionada por las vacunas anticovid

De acuerdo con datos de todo el mundo, está muy claro que las vacunas anticovid son los medicamentos más peligrosos jamás utilizados. Además del problema de la contaminación, investigaciones recientes también demuestran que las fallas en el proceso de optimización de codones están causando que las vacunas produzcan proteínas fuera del objetivo con efectos y riesgos para la salud desconocidos.

Si ya recibió una o más vacunas anticovid y ahora lo está reconsiderando, sería prudente evitar todas las vacunas a partir de este momento, ya que necesita poner fin al ataque a su cuerpo. Incluso si no ha experimentado ningún efecto secundario, su salud aún podría verse afectada a largo plazo, así que no se ponga más vacunas.

Si sufre efectos secundarios, lo primero que debe hacer es eliminar la proteína spike (o cualquier proteína aberrante no objetivo) que su cuerpo produzca. Se ha demostrado que la hidroxicloroquina y la ivermectina son dos remedios que podrían unirse para ayudar a eliminar la proteína spike del SARS-CoV-2. No sé si estos medicamentos también funcionen contra las proteínas no objetivo y contra la acumulación de nanolípidos, pero no estaría de más intentarlo.

De manera adicional, el Front Line COVID-19 Critical Care Alliance (FLCCC) desarrolló un protocolo de tratamiento posterior a la vacunación llamado I-RECOVER. Dado que el protocolo se actualiza de forma continua según los datos más recientes, su mejor opción es descargar la última versión en el sitio web de FLCCC en covid19criticalcare.com.21

Si desea obtener más recomendaciones, puede consultar la guía de desintoxicación de proteínas spike del Consejo Mundial para la Salud,22 que se centra en sustancias naturales como hierbas, suplementos y tés. La terapia de sauna también podría ayudar a eliminar proteínas tóxicas y mal plegadas al estimular la autofagia.