📝HISTORIA EN BREVE

  • La aspirina, que por lo regular se utiliza para aliviar el dolor, tiene propiedades anticancerígenas. Estudios recientes destacan su potencial para prevenir y apoyar el tratamiento contra el cáncer, y su análogo más potente, el ácido 2,6-dihidroxibenzoico, tiene un potencial aún mayor
  • Combinar aspirina con vitamina C tiene mejores resultados para reducir tumores y aumentar los tiempos de supervivencia, en comparación con el compuesto solo o los medicamentos de quimioterapia convencionales, además que es más suave con las células sanas
  • El uso prolongado de aspirina en dosis bajas (75 mg o más al día durante varios años) podría disminuir de forma significativa la incidencia y mortalidad por cáncer colorrectal, con beneficios más marcados en los cánceres de colon proximal y después de más de 20 años de tomarla
  • Además de tener propiedades contra el cáncer colorrectal, la aspirina también ayuda a disminuir el riesgo de cáncer de esófago, estómago, pulmón, próstata y mama, lo que se sugiere que podría reducir entre un 20 % y 30 % la incidencia general de cáncer después de tres a cinco años de uso
  • Para obtener el máximo beneficio, la mejor opción es la aspirina sin aditivos de liberación inmediata. La dosis ideal es de entre 82 mg y 325 mg al día con las comidas. Las pruebas genéticas podrían ayudar a personalizar el uso de aspirina para prevenir el cáncer

🩺Por el Dr. Mercola

La aspirina es un producto básico en todo el mundo, y es conocida por sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Sin embargo, investigaciones recientes encontraron que este medicamento podría tener un beneficio sorprendente que podría ayudar a prevenir y tratar el cáncer.1

Aunque varios estudios han revelado las propiedades anticancerígenas de la aspirina,2 este beneficio se ha pasado por alto, en gran medida en favor de medicamentos más nuevos y caros. Ahora, las investigaciones no sólo reafirman el potencial de la aspirina para combatir el cáncer, sino que también están descubriendo un componente más potente que podría cambiar nuestro enfoque en el tratamiento contra cáncer.

Esta función de la aspirina, y de este componente más poderoso, podría brindar una nueva esperanza en la batalla contra uno de los mayores problemas de salud de la humanidad. Exploremos los nuevos avances que están haciendo que los investigadores analicen este medicamento tan común desde una nueva perspectiva.

La aspirina y el cáncer: conozca el ácido 2,6-dihidroxibenzoico

Georgi Dinkov ha realizado experimentos con ratones, en los que utilizó una combinación de vitaminas B (B1, B3 y B7) y aspirina para combatir una forma muy letal de linfoma de células del manto humano. Georgi descubrió que, a pesar de que las vitaminas por sí solas detuvieron el crecimiento del tumor, agregar aspirina en una dosis de 1.5 gramos al día produjo una regresión completa del tumor en los tres sujetos de prueba.

Con base en el éxito de la aspirina, Georgi introdujo un análogo más potente de la aspirina conocido como ácido 2,6-dihidroxibenzoico. Este componente no sólo es más fuerte, sino que también es más lipofílico, lo que significa que tiene una mayor afinidad por los lípidos (grasas) que el agua. Los compuestos lipofílicos tienden a absorberse con mayor facilidad a través de las membranas celulares.

Georgi explica la base teórica para el uso de este compuesto, la cual se basa en disminuir el pH intracelular con la finalidad de promover la muerte de células cancerosas:3

"Una de las teorías principales de Ray Peat era que… las células cancerosas… son metabólicamente disfuncionales y, por lo general, una célula como esa sufre apoptosis. Pero para que eso suceda, ese mecanismo es controlado por el pH intracelular. Y para que se lleve a cabo la apoptosis, es necesario que esté en el rango ácido.
Pero las células cancerosas son alcalinas debido a que exportan iones de lactato e hidrógeno. Entonces, si algo disminuye el pH intracelular, esas células cancerosas, debido a que están alteradas, deberían desaparecer por sí solas.
Y una de las sugerencias de Ray fue "utilizar un medicamento acetazolamida", ya que, como inhibidor de la anhidrasa carbónica, aumenta el dióxido de carbono. El dióxido de carbono es ácido, y eso debería permitir que se genere la apoptosis de las células cancerosas.
Diversos estudios in vitro e in vivo demuestran que la acetazolamida podría funcionar, pero la realidad es que no curó los tumores. Ralentizó el crecimiento y provocó una regresión parcial, pero demostró que la idea tiene mucho potencial.
Entonces dije: "Busquemos algo que sea más ácido que el dióxido de carbono". Y eso es el ácido 2,6-dihidroxibenzoico, que es un grupo hidroxilo adicional a la aspirina. El ácido salicílico es ácido 2-hidroxibenzoico. "Y esto es 10 veces más potente que la aspirina".

Los estudios de seguimiento obtuvieron resultados prometedores: una regresión de los tumores después de una semana. Georgi indica que el ácido 2,6-dihidroxibenzoico está "disponible. No tiene patente ni nada por el estilo. Se han realizado muchos estudios, pero en realidad se trata de una molécula muy genérica... También es muy barato. Más barato que la aspirina".4

Así como la aspirina se desarrolló a partir de una fuente natural (corteza de sauce), otros compuestos naturales, incluyendo los que provienen de las hojas de la planta medicinal Lithraea molleoides,5 también tienen efectos citotóxicos, lo que refuerza la evidencia de que los compuestos derivados de plantas podrían tener un potencial anticancerígeno muy importante. Los compuestos aislados de la Mangifera zeylanica, que es una especie de árbol de mango nativa de Sri Lanka, también tienen efectos citotóxicos y apoptóticos. 6

La combinación de aspirina y vitamina C trata los tumores sólidos mejor que la quimioterapia

Aunque las investigaciones sugieren que el ácido 2,6-dihidroxibenzoico podría ser una herramienta prometedora contra el cáncer, la aspirina también lo es. Su cuerpo podría beneficiarse aún más si combina la aspirina con vitamina C, la cual también tiene efectos antitumorales. Estudios recientes demostraron que esta combinación podría ser más efectiva contra las células cancerosas y, al mismo tiempo, más suave con las células sanas, en comparación con los medicamentos de quimioterapia convencionales como la doxorrubicina.7

En pruebas de laboratorio, la combinación de aspirina y vitamina C demostró un efecto citotóxico muy fuerte sobre las células del cáncer de hígado, pero fue menos dañina para las células normales de los pulmones.8 Esta selectividad es vital para disminuir los efectos secundarios relacionados con los tratamientos contra el cáncer. La sinergia entre estas dos sustancias parece potenciar sus propiedades anticancerígenas individuales, lo que brinda una alternativa más segura a las quimioterapias agresivas.

El potencial de la aspirina y vitamina C va mucho más allá del laboratorio, ya que se encontraron resultados alentadores en estudios con animales. Cuando se probó en ratas con cáncer de hígado inducido de forma química, la terapia combinada generó resultados notables.9 Después de 90 días de tratamiento, los hígados de las ratas experimentaron una mejora significativa tanto en apariencia como en función.

Cabe recalcar que la mayor parte del tejido del hígado se vio normal en el examen microscópico. Esta terapia combinada superó a la doxorrubicina en términos de restablecer la salud del hígado y disminuir los marcadores tumorales.

La aspirina y la vitamina C funcionan de forma sinérgica

En otro estudio, combinar aspirina (ácido acetilsalicílico (AAS)) y vitamina C (ascorbato (AS)), tuvo mejores resultados en la reducción de tumores en comparación con cualquiera de los compuestos por separado.10 Cuando se trató a los ratones con tumores sólidos, con la combinación de aspirina y vitamina C, el volumen de su tumor disminuyó en un 46 %, comparado con el 40 % con el tratamiento con AAS y el 36 % con AS.

Este efecto sinérgico quizá se deba a la combinación de las propiedades antiinflamatorias de la aspirina y las capacidades antioxidantes de la vitamina C. Los dos compuestos parecen trabajar juntos para crear un ambiente hostil para las células cancerosas, lo que inhibe su crecimiento y proliferación.

Al atacar los tumores a través de diversos mecanismos, la combinación de aspirina y vitamina C podría combatir algunas de las adaptaciones que las células cancerosas suelen desarrollar para evadir los tratamientos de un solo compuesto.

Además de reducir los tumores, la combinación de aspirina y vitamina C extendió en gran medida los tiempos de supervivencia y mejoró la salud general en los ratones con tumores. Los ratones que fueron tratados con la combinación sobrevivieron un promedio de 93.5 días, en comparación con 54 días para los ratones con tumores no tratados, lo que representa un aumento del 73 % en la esperanza de vida.11

La combinación también tuvo mejores resultados que los compuestos por separado en términos de normalizar varios biomarcadores de la función del hígado, riñones y corazón que fueron alterados por el cáncer. Cabe destacar que la combinación de aspirina y vitamina C logró aumentar los niveles de hemoglobina, lo que podría aliviar la anemia relacionada con el cáncer.

Estas mejoras en la función de los órganos y parámetros sanguíneos sugieren que el tratamiento con aspirina y vitamina C podría tener grandes beneficios para la salud general y calidad de vida, más allá de sus efectos antitumorales.

Un mecanismo esencial detrás de los efectos de la combinación de aspirina y vitamina C parece ser su capacidad para regular el estrés oxidativo e inflamación en el cuerpo. El estudio encontró que los ratones con tumores tenían niveles elevados de marcadores de estrés oxidativo, como el malondialdehído (MDA) y el óxido nítrico (NO), junto con defensas antioxidantes deficientes.

El tratamiento con aspirina y vitamina C revirtió de forma drástica estos desequilibrios, ya que disminuyó el MDA y el NO, y aumentó la capacidad antioxidante total y la actividad del glutatión y catalasa. Al crear un ambiente menos inflamatorio y oxidativo, la combinación de aspirina y vitamina C podría dificultar que las células cancerosas prosperen y se propaguen.

Este reajuste del estado redox podría tener efectos de largo alcance en todo el cuerpo, lo que podría explicar las mejoras en varios sistemas de órganos. Los hallazgos del estudio destacan la importancia de abordar la inflamación crónica y el estrés oxidativo como parte de un enfoque integral para el tratamiento y prevención del cáncer.

Cómo la aspirina podría ayudar a prevenir el cáncer colorrectal

La aspirina también podría disminuir de forma significativa el riesgo de cáncer colorrectal (CCR), que es una de las principales causas de muerte relacionadas con el cáncer. Diversos estudios demostraron que tomar por lo menos 75 miligramos (mg) de aspirina todos los días durante varios años podría disminuir la incidencia y mortalidad del CCR.12

Por interesante que parezca, el efecto beneficioso parece ser más fuerte en el cáncer de colon proximal, que suele ser más difícil de prevenir mediante métodos de detección estándar como la colonoscopia o la sigmoidoscopia. El consumo de aspirina durante más de 20 años se relacionó con un descenso del 35 % en la incidencia de CCR.13

Estos hallazgos sugieren que tomar aspirina en dosis bajas durante varios años podría ayudar a protegerlo contra este tipo de cáncer.

Más allá de sus efectos preventivos, la aspirina también podría mejorar los resultados para las personas que ya padecen cáncer colorrectal. Los estudios indican que tomar aspirina con regularidad después de un diagnóstico de CCR está relacionado con un riesgo menor de mortalidad general y específica por CCR. Este beneficio parece ser más marcado en tumores que sobreexpresan la ciclooxigenasa-2 (COX-2).14 Además, los efectos protectores de la aspirina no se limitan al cáncer colorrectal.

Los estudios han demostrado que el uso prolongado de aspirina podría disminuir en un 20 % el riesgo de muerte por cualquier tipo de cáncer a 20 años, y en un 35 % las muertes por cáncer gastrointestinal.15 Estos hallazgos sugieren que si tiene un riesgo elevado de padecer cáncer, o si ya lo padece, tomar aspirina podría apoyar su estrategia de tratamiento y prevención.

Los estudios sugieren que la aspirina podría ayudar a inhibir el crecimiento de tumores, disminuir la metástasis e incluso aumentar la efectividad de otros tratamientos contra el cáncer.16 Este enfoque múltiple hace que la aspirina sea un agente prometedor en la lucha contra el cáncer colorrectal. Para las personas con riesgo elevado de CCR, como aquellas con antecedentes de neoplasia colorrectal o predisposición genética, la aspirina podría brindar resultados aún más prometedores.

Una revisión sistemática de varios estudios, que incluyeron personas con neoplasia colorrectal, encontró que tomar aspirina en dosis bajas ayudó a reducir la neoplasia.17 Además, para los portadores de genes del síndrome de Lynch, tomar aspirina en dosis altas durante dos años se relacionó con un riesgo menor de cáncer colorrectal.18

Las personas con síndrome de Lynch tienen un riesgo más elevado de desarrollar cáncer colorrectal a lo largo de su vida. El Instituto Nacional para la Calidad de la Sanidad y de la Asistencia recomienda que los pacientes diagnosticados con síndrome de Lynch comiencen una terapia diaria de aspirina para disminuir el riesgo de cáncer colorrectal.19

Capacidad de la aspirina para combatir el cáncer

Los análisis de ensayos cardiovasculares también revelaron la capacidad de la aspirina para combatir varios tipos de cáncer.20 Los estudios demuestran un descenso significativo en los índices de muertes por cáncer de esófago y estómago entre las personas que toman aspirina durante un tiempo prolongado, y los datos indican que también podría disminuir el riesgo de cáncer de pulmón, próstata y mama.

Quizá lo más sorprendente es su capacidad de reducir en un 20 % a 30 % la incidencia general de cáncer después de sólo tres a cinco años de uso diario en dosis bajas.21 Además, los estudios demuestran que las dosis bajas (75 mg a 100 mg al día) son igual de efectivas que las más altas para disminuir el riesgo de cáncer.22

La efectividad de los regímenes de dosis bajas también es una indicación de su mecanismo de acción único. En lugar de afectar de forma directa los tejidos del cuerpo, la aspirina podría actuar al inhibir las plaquetas, las cuales influyen en gran medida en el desarrollo temprano del cáncer y en la metástasis posterior.23 Aunque algunos beneficios podrían experimentarse al cabo de unos pocos años, el uso a largo plazo es necesario para disminuir el riesgo de cáncer.

Los estudios que dieron seguimiento a los participantes durante 20 años o más, descubrieron que los efectos protectores de la aspirina contra los cánceres gastrointestinales se vuelven más fuertes con el tiempo. En el caso del cáncer colorrectal, se observó un descenso significativo en la incidencia y mortalidad después de 10 y 20 años de comenzar a tomar aspirina.24 Este efecto duradero sugiere que la aspirina podría alterar varios procesos fundamentales en el desarrollo del cáncer, lo que brinda una mayor protección contra esta enfermedad.

El potencial de la aspirina como medicamento para el tratamiento contra el cáncer es otra área de investigación muy interesante.25 La aspirina actúa al inhibir las enzimas COX, en particular la COX-1 y COX-2. Este mecanismo no solo ayuda a prevenir los ataques cardíacos, sino que también ayuda a combatir el cáncer de diferentes maneras. Al inhibir la COX-1, la aspirina disminuye la agregación plaquetaria alrededor de las células tumorales, lo que provoca que estas células malignas sean más visibles para el sistema inmunológico.26 Esto podría ayudar a prevenir que el cáncer se propague por todo el cuerpo.

Además, el efecto de la aspirina sobre la COX-2 podría afectar de forma directa el crecimiento del tumor. La COX-2 produce prostaglandina E2, la cual estimula el crecimiento de células tumorales. Al disminuir la producción de prostaglandina E2, la aspirina podría retardar o prevenir el desarrollo de tumores.27

El futuro de la aspirina en la prevención del cáncer podría estar en la medicina personalizada. Los estudios recientes identificaron varios marcadores genéticos que podrían ayudar a predecir quién se beneficiará más de la terapia con aspirina. Por ejemplo, algunas variaciones en genes, como la UGT1A6 y ALOX12, podrían tener relación con una mayor efectividad de la aspirina para disminuir el riesgo de cáncer colorrectal.28

Además, sus niveles de expresión de enzimas, como la 15-PGDH, podrían influir en su respuesta a las propiedades de la aspirina para combatir el cáncer.29 Esta información sobre la genética ofrece posibilidades muy interesantes para adaptar el uso de la aspirina a su perfil genético individual. En los próximos años, las pruebas genéticas podrían convertirse en una parte importante para determinar si la aspirina es adecuada para usted y en qué dosis.

Corteza de sauce: un analgésico natural muy efectivo

Para las personas con sensibilidad a la aspirina, los suplementos de ácido salicílico o corteza de sauce pueden ser buenas alternativas. Cuando toma aspirina, su cuerpo convierte el ácido acetilsalicílico en ácido salicílico, que es el compuesto responsable de los efectos antiinflamatorios, analgésicos y antitrombóticos de la aspirina. Este compuesto se encuentra en la corteza de sauce.

Esta antigua planta medicinal y terapéutica ofrece una alternativa a los productos farmacéuticos modernos. La efectividad de la corteza de sauce proviene de su larga relación con la fisiología humana. A diferencia de los medicamentos creados en laboratorio, los compuestos activos de la corteza de sauce han interactuado con nuestra bioquímica durante miles de años.

Esta coexistencia fomenta una compatibilidad natural que muchos medicamentos sintéticos no pueden conseguir.

El consumo constante, aunque mínimo, de estos compuestos por parte de nuestros antepasados permitió que nuestros cuerpos desarrollen un medio efectivo de procesarlos y utilizarlos. Esta adaptación evolutiva destaca las ventajas de los remedios naturales sobre sus contrapartes sintéticas. Además, las investigaciones sugieren que algunas de las propiedades terapéuticas de la corteza de sauce se deben a sus efectos sinérgicos,30 por lo que ofrece más beneficios que el ácido salicílico.

El desarrollo de la aspirina por parte de la industria farmacéutica en el siglo XIX marcó un cambio significativo de la medicina basada en la naturaleza hacia la medicina de laboratorio.31 Aunque este cambio condujo a la creación de un producto patentable, no mejoró el material original. De hecho, la popularidad de la corteza de sauce sirve como evidencia del poder de los remedios a base de plantas.

Para las personas que están considerando la corteza de sauce como alternativa a la aspirina, en particular las que tienen sensibilidad a esta, es importante conocer la dosis adecuada. Aunque la corteza de sauce y la aspirina tienen compuestos activos similares, su metabolismo y biodisponibilidad es diferente, por lo que se requieren dosis distintas.

Por eso, aunque a menudo se estima que entre 240 mg y 600 mg de extracto de corteza de sauce (15 % de salicina) proporcionan una dosis de salicina que equivale a 325 mg de aspirina, la cantidad total de extracto de corteza de sauce necesaria suele ser mayor:

  • Para alcanzar los efectos de 81 mg de aspirina, por lo general se requiere una dosis de 400 mg a 800 mg de extracto de corteza de sauce (estandarizada al 15 % de salicina).
  • Para obtener efectos similares a los de 111 mg de aspirina, por lo regular se necesita una dosis de 500 mg a 1 gramo de extracto de corteza de sauce (estandarizado al 15 % de salicina).

Consejos sobre la dosis y duración de la aspirina

Elija las variedades de liberación inmediata y evite las versiones recubiertas de liberación prolongada, ya que contienen aditivos. Puede comprar aspirina de liberación inmediata en Amazon. Ponga atención a la lista de ingredientes inactivos, el almidón de maíz debe ser el único en la lista.

Después de una búsqueda exhaustiva, encontré un producto que cumple con estas características. La dosis adecuada es de entre 82 mg y 325 mg al día con su comida más grande, dependiendo de sus necesidades individuales.

Con base en mi investigación sobre los beneficios preventivos de la aspirina, tomo 111 mg al día de Aspirin Powder USP de 60 g de Health Natura, la cual cuesta menos de 20 dólares. Elegí esta versión, que tiene una pureza del 99 %, por sus efectos prometabólicos, antilipolíticos, antiinflamatorios, anticortisol y antiestrógenos. Su perfil de seguridad está bien comprobado.

Cuando se trata de prevenir el cáncer, la dosis y duración parecen ser factores fundamentales. Se ha demostrado que las dosis bajas de aspirina (75 a 300 mg/día) son igual de efectivas que las más altas para disminuir la mortalidad relacionada con el CCR,32 lo que sugiere que no es necesario tomar grandes cantidades para obtener los beneficios potenciales. Sin embargo, la constancia y el uso a largo plazo parecen ser la clave.

Los estudios indican que entre más tiempo tome aspirina, mayores serán los beneficios; después de 5 a 7.5 años de uso constante se puede observar un descenso significativo en el riesgo de cáncer. 33 A medida que avanza la investigación, la aspirina podría convertirse en una herramienta poderosa para prevenir y tratar el cáncer, una herramienta que ha estado en su botiquín desde siempre.