📝Historia en breve

  • La anorexia nerviosa es un trastorno que podría ser letal, el cual se caracteriza por una reducción extrema en el consumo de alimentos y una imagen corporal distorsionada. Se le vincula como cercana a la depresión y tiene la tasa de mortalidad más alta entre las enfermedades mentales.
  • En un estudio de 2024 se encontraron conexiones entre la microbiota intestinal, el trastorno depresivo mayor (TDM) y la anorexia. En el análisis se encontró que, ciertas cepas de bacterias intestinales tenían correlación positiva y negativa con los puntajes de depresión y los marcadores inflamatorios.
  • Los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que producen los probióticos, desempeñan una función crucial ya que ayudan a modular la respuesta inmunitaria y la inflamación. Si se presenta un nivel bajo de bacterias productoras de SCFA, contribuiría a la depresión y los trastornos alimentarios
  • El recobrar la salud intestinal a través de probióticos y cambios en la alimentación podría ayudar a aliviar los síntomas de depresión y anorexia porque influye de manera positiva en el eje intestino-cerebro.
  • Otras estrategias para mejorar la salud intestinal incluyen evitar los alimentos procesados y disminuir la exposición a antibióticos, productos químicos agrícolas y el ácido linoleico.

🩺Por el Dr. Mercola

La anorexia nerviosa, que se abrevia como anorexia, es un trastorno alimentario que se caracteriza por una reducción extrema en la ingesta de alimentos, lo que resulta en un peso corporal bajo y poco saludable. Además, las personas que sufren esta condición tiene una visión distorsionada de su propio cuerpo, pues creen que tienen sobrepeso, aun cuando los demás vean que presentan desnutrición.1

De acuerdo con el grupo sin fines de lucro National Associaion of Anorexia Nervosa and Associated Dissorders (ANAD)2: "la anorexia tiene la tasa de mortalidad más alta y la segunda tasa de mortalidad bruta más alta de todas las enfermedades mentales". Además, en un estudio publicado en Cureus 3se observó que, la mayoría de las personas que sufren trastornos alimentarios tienen depresión.

Curiosamente, según un estudio reciente publicado en BMC Psychiatry4, la respuesta tanto a la depresión como a la anorexia yacería en el microbioma intestinal.

Un estudio demuestra la relación entre el intestino, la depresión y la anorexia

En un estudio de 20245 publicado en BMC Psychiatry, los investigadores exploraron la interacción entre la microbiota intestinal, el trastorno depresivo mayor (TDM) y la anorexia. Seleccionaron a 46 pacientes que fueron diagnosticados con TDM y a 46 participantes sanos, para establecer una comparación de referencia. El grupo con TDM se dividió en dos subgrupos: 26 tenían anorexia, mientras que los 20 restantes no.

Se evaluaron a todos los participantes a través de diversos métodos, como la Escala de Evaluación de Hamilton para la Depresión (HAMD, por sus siglas en ingles). Asimismo, se recogieron muestras fecales y se utilizó un método de secuenciación genética para detectar la microbiota intestinal en las muestras. Además, se extrajo sangre para medir marcadores inflamatorios comunes, como la proteína C reactiva (PCR) y la interleucina 6.6

Los resultados demostraron que toda la población con TDM obtuvo puntuaciones de depresión más altas en comparación con el grupo de control. Del mismo modo, se observaron marcadores inflamatorios más elevados en comparación con los controles sanos, pero no hubo diferencias significativas en los marcadores inflamatorios entre los subconjuntos anoréxicos y no anoréxicos.7

Aquí es donde el estudio se vuelve interesante: en un análisis general se demostró que las muestras fecales del grupo de control sano eran diferentes a las del grupo con TDM. Así como lo señalaron los investigadores:8

"Analizamos la correlación entre la microbiota representativa y los factores inflamatorios, las puntuaciones HAMD y la anorexia entre los tres grupos. Los resultados demostraron que, la bacteria Blautia se correlacionó de manera positiva con la anorexia, las puntuaciones HAMD y el nivel de PCR, mientras que Faecalibacterium, Bacteroides, Roseburia y Parabacteroides se correlacionaron de manera negativa con la anorexia, las puntuaciones HAMD y el nivel de PCR.

El papel del intestino en la salud mental

Las diferentes cepas microbianas que se encontraron en las muestras fecales resaltan la función del microbioma intestinal para preservar la salud mental. De acuerdo con sus hallazgos, las cepas Faecalibacterium, Bacteroides, Roseburia y Parabacteroides "son bacterias beneficiosas que contribuyen a la salud del huésped" y tienen la capacidad de producir ácidos grasos de cadena corta (AGCC) en el tracto digestivo.9

Para contextualizar, la producción de AGCC modula la respuesta inmune y la inflamación.10 Esto se debe a que actúan como "moléculas de señalización, tanto en las células intestinales como en otras células de tejido", debido a su capacidad para unirse con los receptores para desencadenar la señalización intracelular.11

Si no tiene suficientes AGCC en el intestino, tiene más probabilidades de estar deprimido. Una posible razón para esto es que el butirato, uno de los AGCC producidos, tiene efectos similares a los antidepresivos.12 lo cual se verificó por el estudio BMC Psychiatry13 citado ya.

Los investigadores involucrados en el estudio presentado creen que, los niveles bajos de AGCC por la inflamación, le predisponen a la depresión y los trastornos alimentarios:14

"Los pacientes de TDM que tienen pocas bacterias que producen AGCC, podrian desarrollar depresión a través de una respuesta inflamatoria. Estas moléculas inflamatorias interfieren con el apetito y estimulan la anorexia.
Se demostró que, la inflamación en el hipotálamo causa anorexia ya que regula ascendentemente la disponibilidad de serotonina y estimula sus vías de señalización en el hipotálamo. Además, el butirato atraviesa la barrera hematoencefálica y afecta el apetito y las acciones que alimentan al huésped ya que activa el nervio vago.
A su vez, la inflamación aumenta el estrés oxidativo, y así, estimula la producción de varios mediadores proinflamatorios, lo que activa la producción de poros celulares y fuga de sustancias en la membrana celular, activa múltiples factores apoptóticos y, en última instancia, causa la muerte de células neuronales, lo que conduce a la aparición de depresión. Todos estos factores indican la relación entre la inflamación y la anorexia, así como, con el TDM".

Cómo restaurar la flora intestinal para mejorar tu salud digestiva y mental

El intestino y el cerebro están vinculados en su totalidad, a través del eje intestino-cerebro. Aunque parezca que ambos no tienen nada en común, las investigaciones demostraron que, el cerebro controla casi a todo el intestino. 15 Tanto es así que, incluso se le ha denominado el "segundo cerebro", ya que el tracto gastrointestinal está revestido por una red de células nerviosas que tienen una estructura similar a la del cerebro humano.16

Al resumir toda la información establecida, podemos ver que un microbioma intestinal comprometido afectaría el estado de ánimo y los hábitos alimentarios. Por lo tanto, el restablecer la homeostasis intestinal podría ser un método viable para recuperar su salud.

Se revisó la hipótesis en un estudio17 publicado en el Journal of Eating Disorders. Según los investigadores, descubrieron un caso de estudio en el que una mujer de 26 años que sufría anorexia no logró mantener un peso saludable a pesar de seguir una alimentación que incluía 2 500 calorías. La alternativa a la que recurrieron fue realizar un trasplante fecal, que funcionó, pues aumento peso gradual en un 13.6 % durante 36 semanas y sin efectos secundarios.

Si bien los trasplantes fecales son algo experimental en comparación con tomar suplementos probióticos o comer alimentos fermentados, esa es una muestra de la función crucial de la microbiota intestinal en la salud general.

En otro estudio 18 de 31 días con 21 participantes que estaban en tratamiento por depresión, se les administró un suplemento probiótico que contenía ocho cepas diferentes, tales como: lactobacillus y bifidobacterium Asimismo se realizaron escaneos del cerebro, evaluaciones de HAMD y muestras de heces al inicio y al final del estudio. Según el análisis, el suplemento ayudó al grupo de prueba:

"Los probióticos mantuvieron la diversidad microbiana y aumentaron la abundancia del género Lactobacillus, lo que es una muestra de la efectividad de los probióticos para aumentar taxones específicos. El aumento de Lactobacillus se asoció con una disminución de los síntomas depresivos en el grupo que tomo probióticos.
"Nuestros datos significan que, un tratamiento probiótico complementario mejora los síntomas depresivos (HAMD) en conjunto con los cambios en la microbiota intestinal y el cerebro, lo que resalta la función del eje MGB (microbiota-intestino-cerebro) en el TDM y enfatiza el potencial de los enfoques de tratamiento relacionados con la microbiota como terapias accesibles, pragmáticas y no estigmatizantes en el TDM".

Mejore la salud intestinal con estas estrategias

Ahora que establecimos el vínculo intrincado entre los probióticos y la salud mental, ¿cómo podemos nutrir nuestro microbioma intestinal? Ya mencioné que, tomar un suplemento probiótico y comer alimentos fermentados podría ayudar. Pero eso es sólo la punta del iceberg.

Esto se debe a que, existen muchos otros hábitos que, en apariencia, son inofensivos y que atacan al microbioma intestinal. Por lo tanto, un enfoque de múltiples capas es la mejor manera de proteger y nutrir la salud intestinal. A continuación, encontrará mis recomendaciones principales:

Haga

Evite

Coma muchos alimentos fermentados: las opciones saludables incluyen lassi, kéfir fermentado de leche de vacas alimentadas con pastura, natto (soya fermentada) y vegetales fermentados. Asegúrese de que todos los ingredientes provengan de fuentes orgánicas confiables.

El uso de antibióticos o mesúrelos sólo cuando sean necesarios. En caso de haberlos tomado, asegúrese de repoblar el intestino con alimentos fermentados y suplementos de probióticos de calidad alta.

Tome un suplemento de probióticos: si no consume alimentos fermentados de manera regular, una opción son los suplementos de probióticos.

Las carnes criadas de manera convencional y otros productos animales, pues a los animales CAFO los alimentan en conjunto con el uso de antibióticos en dosis bajas.

Aumente su consumo de fibra soluble e insoluble, a través de verduras bien cocidas y fruta madura.

El agua clorada, incluso para su aseo personal.

Ensúciese las manos en el jardín: ya que la exposición a bacterias y virus del suelo ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y proporciona inmunidad duradera contra las enfermedades.

Los alimentos procesados: consumir mucha azúcar refinada en conjunto con nutrientes vacíos alimenta las bacterias patógenas.

Los emulsionantes alimentarios como el polisorbato 80, la lecitina, la carragenina, los poligliceroles y la goma xantana también podrían tener un efecto adverso en la microbiota intestinal.

Abra las ventanas:  la investigación demuestra que aumentar el flujo de aire natural podría mejorar la diversidad y la salud de los microbios en su hogar, lo que a su vez lo beneficia. 19

Los productos químicos agrícolas: el glifosato (Roundup) que se encuentra en algunos alimentos es un antibiótico común y podría matar a muchos de los microbios intestinales beneficiosos.

Lave sus platos a mano en lugar de utilizar el lavavajillas: el lavar los platos a mano deja más bacterias en ellos que usar el lavavajillas.

Y al comer en estos platos, que están menos estériles, podría disminuir el riesgo de alergias ya que estimula su sistema inmunológico. 20

Evite usar jabón antibacterial: ya que mata las bacterias buenas y las malas y contribuye a la resistencia a los antibióticos.

Considere minimizar el ácido linoleico para proteger aún más su intestino

Además de las estrategias mencionadas, sería conveniente evitar el consumo excesivo de ácido linoleico (AL). Creo que el AL, el cual es una grasa poliinsaturada omega-6, es uno de los ingredientes más dañinos en los alimentos actuales. En mi artículo anterior: "Linoleic Acid — The Most Destructive Ingredient in Your Diet" resalté el daño que el AL le provoca a la salud metabólica.

Para ser claros, el AL que está presente en los aceites de semillas, sólo es tóxico cuando se consume en cantidades excesivas. El problema es que muchos fabricantes de alimentos utilizan AL en sus productos, lo que contribuye a que crezcan las tasas de enfermedades crónicas que vemos hoy en día. Los aceites de soya, cártamo, semilla de algodón, girasol, canola y maíz son los principales culpables que debemos evitar.21

Es de esperar que, el AL afecte la salud intestinal, en específico a las bacterias intestinales buenas. En un estudio de 2020 publicado en Scientific Reports,22 los investigadores descubrieron que el AL inducía estrés metabólico en la cepa Bifidobacterium breve (B. breve). En concreto, "se observaron alteraciones en los aminoácidos, carbohidratos y vías biosintéticas de ácidos grasos". Dichos hallazgos son bastante preocupantes, ya que B. breve, así como otras Bifidobacterias, se relaciona con una salud óptima.

En un estudio23 publicado en 2021, se observó que B. breve tenía una función en el control de la inflamación y la salud psicológica, lo que es un refuerzo convincente de la importancia de la salud intestinal entre los pacientes con TDM y anorexia. Además, en el mismo estudio se señaló que B. breve ayuda a la función inmune en el crecimiento de células T reguladoras e incluso a atenuar la disfunción endotelial.24

En el último periodo, investigadores de la Universidad de California publicaron un resumen similar. En su estudio,25 el cual se basó en un modelo animal, se observó que el consumo elevado de aceite de soya disminuía los probióticos en el intestino, mientras que, la presencia de bacterias patógenas, sobre todo la E. coli, aumentó.

Por lo general, las bacterias E. coli viven en el intestino sin causar problemas, ya que las bacterias beneficiosas las mantienen bajo control. Pero cuando se produce disbiosis intestinal debido a un alto consumo de AL, el riesgo de enfermedad aumenta. Según la Clínica Cleveland, la E. coli causa infecciones del torrente sanguíneo, diarrea acuosa e incluso enfermedad inflamatoria pélvica.26

Entonces ¿cuál es el consumo ideal de AL? Le recomiendo que lo mantenga por debajo de los 5 gramos al día, o mejor aún, 2 gramos. Cualquier cantidad superior a 10 gramos al día ocasiona problemas. Para ayudar a controlar su consumo, le recomiendo registrar de manera minuciosa su comida en una calculadora de alimentos como: Cronometer.