📝HISTORIA EN BREVE

  • El cáncer es una de las principales causas de muerte en Estados Unidos, y se espera que para 2024, se produzcan una cantidad sin precedentes de diagnósticos y muertes por esta enfermedad. Algunos de los principales factores de riesgo incluyen el tabaquismo, la obesidad y el consumo de alcohol
  • Aunque beber alcohol es un hábito muy común, se trata de una sustancia que se clasifica como una droga. En 2024, un estudio descubrió que es el cuarto factor de riesgo en los casos de cáncer en hombres, y el tercero en mujeres
  • Consumir alcohol puede causar cáncer a través de varios mecanismos, tales como dañar el ADN, incrementar los niveles de estrés oxidativo, promover la inflamación y alterar el microbioma intestinal
  • Hacer ejercicio de forma regular puede ayudar a aminorar los efectos negativos del alcohol, ya que refuerza la salud y reduce las probabilidades de consumir alcohol. Para optimizar los beneficios, se recomienda que haga ejercicio a una intensidad moderada
  • Algunas estrategias para reducir el daño que causa el alcohol incluyen, tomar un suplemento de tiamina y NAC, beber café y consumir cardo mariano para reforzar la salud del hígado. Pero, la mejor forma de evitar el daño que causa es, no consumirlo en primer lugar

🩺Por el Dr. Mercola

El cáncer es una de las principales causas de muerte en Estados Unidos. Según el Instituto Nacional del Cáncer, se estima que, en el año 2024, se diagnosticarán 2 001 140 casos nuevos y 611 720 personas morirán a causa de esta enfermedad. Los tipos de cáncer más comunes son el cáncer de mama, pulmón, próstata, colon, hígado y melanoma. 1

Aunque las causas del cáncer son multifactoriales,2 hay ciertas cosas que tienen un mayor impacto en el riesgo de desarrollar este problema de salud. Por ejemplo, desde hace mucho tiempo se sabe que fumar3 y tener obesidad4 se relacionan con un mayor riesgo de cáncer. Pero, hay algo que pocos saben y es que, el alcohol también es un factor de riesgo importante en esta enfermedad.

El alcohol daña la salud de muchas formas diferentes

El 11 de julio de 2024, CA: A Cancer Journal for Clinicians publicó un estudio5 que analizó los factores de riesgo modificables que pueden causar cáncer. Los dos principales fueron el tabaquismo y la obesidad. Pero, otro factor modificable importante del que pocos hablan es el consumo de alcohol.6

El alcohol es una de las drogas que más se consume en Estados Unidos. 7 Y se considera una droga porque es un “depresor psicotrópico del sistema nervioso central (SNC)”, esto significa que puede afectar la cognición y las emociones.8 El alcohol (junto con el cigarro) es legal, por lo que no entra en la Ley de Sustancias Controladas. En cambio, es la Agencia de Impuestos y Comercio de Alcohol y Tabaco la que se encarga de regular su producción y comercialización.9

En 2022, una encuesta10 que realizó el Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA), encontró que 221.3 millones de personas de 12 años en adelante informaron que bebieron alcohol en algún momento de su vida. Pero, lo más preocupante de estos hallazgos son las estadísticas con respecto al nivel de consumo. Según la encuesta, 61.2 millones de personas de 12 años en adelante reportaron beber en exceso durante el último mes, y 16.1 millones de personas de 12 años en adelante admitieron beber demasiado alcohol.

Aunque el consumo de esta sustancia puede parecer algo normal dentro de la sociedad, hacerlo de forma regular puede causar enfermedades, sobre todo cáncer. Según los autores:11

"Consumir alcohol fue el cuarto factor que más contribuyó en todos los casos de cáncer en hombres (4.7 %; 42 400 casos) y el tercer factor que más contribuyó a todos los casos de cáncer en mujeres (6.2 %; 54 330). Hasta la mitad de los casos de cáncer de cavidad oral (49.9 %; 10 350) y faringe (44.6 %; 6460) en hombres y una cuarta parte de los casos de cáncer de cavidad oral (25.1 %; 2600), esófago (24.2 %; 1000) y faringe (22.5 %, 760) en mujeres se relacionaron con el consumo de alcohol.
Sin embargo, el cáncer de mama fue el que más se relacionó con el consumo de esta sustancia en mujeres (44 180 casos), seguido por el cáncer colorrectal (13 850 casos) tanto en hombres como en mujeres. (4630). Las proporciones de casos que se relacionan con el consumo de alcohol según el tipo de cáncer fueron mayores en los hombres que en mujeres, a excepción del cáncer de esófago".

Para concluir, los investigadores enfatizaron el impacto de adoptar un estilo de vida más saludable para reducir el riesgo de cáncer. Según su análisis, alrededor del 40 % de todos los casos de cáncer y la mitad de todas las muertes a causa de esta enfermedad, se relacionaron con los factores de riesgo modificables que se mencionan en este estudio. 12 También se incluyen otros factores como la falta de actividad física, los hábitos alimentarios (consumir pocas frutas y vegetales) y las infecciones crónicas. 13

El alcohol incrementa el riesgo de cáncer a través de varios mecanismos

Según un estudio14 que se publicó en Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, “las bebidas alcohólicas son cancerígenas para los humanos”. Consumirlas de forma regular puede causar cirrosis hepática, que es un factor de riesgo del cáncer de hígado. Los investigadores afirman que el etanol que contienen estas bebidas es la causa principal del problema, ya que provoca cambios negativos en los procesos biológicos, que incluyen la reparación del ADN, la función inmunológica y la regulación de las hormonas sexuales.15

Un estudio16 que se publicó en Nutrients analizó estos mecanismos más de cerca y afirmó que, cuando se consume el etanol, se convierte en acetaldehído, que "es muy reactivo con el ADN y tiene muchas propiedades cancerígenas y genotóxicas". Al igual que en el estudio que se mencionó antes, los investigadores observaron que el acetaldehído puede dañar la función del ADN, lo que causa mutaciones y roturas de doble cadena. Además, el acetaldehído se une al glutatión y evita que produzca sus efectos de protección.

El etanol también se relaciona con mayores niveles de estrés oxidativo, y se sabe que este proceso es el primer paso en el desarrollo del cáncer. Una de las formas en las que produce estrés oxidativo es al estimular la actividad del CYP2E1 en el sistema, lo que produce grandes cantidades de especies reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en ingles).17

El etanol también produce ROS a través de otras vías, como la cadena respiratoria mitocondrial. Una vez que tiene niveles elevados de ROS, se produce una peroxidación lipídica, que es bastante mutagénica e inhibe varios genes que se encargan de combatir los tumores. 18 Consumir alcohol también causa inflamación, lo que a su vez incrementa el riesgo de cáncer. Los autores resumen este proceso de la siguiente manera:19

"el consumo crónico de alcohol puede provocar que glóbulos blancos específicos (monocitos y macrófagos) se vuelvan dañinos.
Estos glóbulos blancos producen citoquinas proinflamatorias, como el factor de necrosis tumoral α (TNF-α) y las interleucinas IL-1, IL-6 e IL-8, que activan enzimas que producen los oxidantes que se requieren para crear ROS. Estas citoquinas también activan el NF-κB, lo incrementa aún más la producción de enzimas que crean ROS.
Además de su efecto en los niveles de ROS, se cree que la IL-8 acelera el acumulamiento excesivo de glóbulos blancos (neutrófilos) en el hígado, lo que causa inflamación aguda. De hecho, se encontraron niveles elevados de IL-8 en pacientes con lesión hepática aguda como hepatitis alcohólica."

El alcohol también incrementa el riesgo cáncer en el intestino

El microbioma intestinal es fundamental para prevenir enfermedades y reforzar todos los aspectos de la salud. Si no está en óptimas condiciones, tiene mayor riesgo de todo tipo de enfermedades. En 2021, un estudio20 afirmó que la inflamación crónica inducida por el microbioma puede incrementar el riesgo de enfermedad hepática. Como era de esperar, el alcohol daña el microbioma intestinal.

Según un informe21 que realizó The New York Times, las personas que beben alcohol de forma regular suelen experimentar disbiosis intestinal, que es un desequilibrio de probióticos y bacterias patógenas en el intestino. Esto, a su vez, incrementa el riesgo de inflamación. Además, las personas que beben en exceso tienen intestino permeable, lo que aumenta las probabilidades de que las toxinas entren en el torrente sanguíneo y terminen en el hígado. Mientras que las personas que beben con menor frecuencia suelen tener un microbioma más diverso.

Cuando tiene un desequilibrio de bacterias patógenas y probióticos, se deteriora la salud intestinal, lo que incrementa el riesgo de cáncer. En un estudio que se publicó en el Indian Journal of Medical Research, afirman que los tumores pueden formarse debido a la forma en que las bacterias patógenas cambian el entorno alrededor de las células huésped.22

Cuando el sistema inmunológico trata de protegerse de la infección, la inflamación que se produce durante el proceso daña el ADN, lo que promueve la proliferación de células. Además, las células inmunológicas dañan la barrera epitelial de los intestinos, ya que cuando entran en contacto con el tumor, producen citoquinas proinflamatorias que promueven la inflamación crónica y crean un entorno que estimula el crecimiento del tumor.23

El ejercicio puede ayudar a contrarrestar un poco los efectos del alcohol

Por suerte, existe una forma de reducir y reparar el daño que causa el alcohol. El ejercicio es una de las estrategias más sencillas que se puede implementar de inmediato.

En un metaanálisis24 que involucró 61 estudios, los investigadores descubrieron que el ejercicio no solo ayuda a mejorar el estado físico, sino que también podría ayudar a reducir el consumo de alcohol, lo que lo convierte en una forma efectiva de tratar a los pacientes con trastorno por consumo de alcohol.

¿De qué forma el ejercicio ayuda a reducir el consumo de alcohol? Pues, hay varias respuestas a esta pregunta. En un estudio25 que se publicó en Drug and Alcohol Review, los participantes informaron que bebían menos cuando hacían ejercicio porque la intervención se enfocó más en la actividad física en sí, que en aprender a dejar de beber.

Además, hacer ejercicio mejoró su estado de ánimo, lo que los hacía menos propensos a consumir alcohol. También notaron una mejora en la condición física, el peso corporal y el nivel de dolor, y eso los motivó a ser más constantes con el ejercicio.26

En lo personal, recomiendo el ejercicio a intensidad moderada, que se define como hacer ejercicio hasta el punto en el que se quede sin aliento, pero aún pueda mantener una conversación. Algunos ejemplos incluyen practicar jardinería, caminar, andar en bicicleta por el vecindario, hacer yoga, nadar de forma causal y jugar pickleball.

En mi entrevista con James O'Keefe, que es especialista en cardiología, dijo que cuando se trata de ejercicio a intensidad moderada nunca es suficiente, y afirmó que es más efectivo que el ejercicio intenso para reducir el riesgo de mortalidad por cualquier causa. En su investigación, observó que las personas que hicieron una gran cantidad de ejercicio intenso experimentaron los mismos beneficios que las personas que hicieron ejercicio a intensidad moderada.

Para reducir el daño que causa el alcohol debe tener un hígado fuerte y sano

La mejor estrategia para evitar el daño que causa el alcohol, es no consumirlo en primer lugar. Pero, si no planea dejar de consumir alcohol, hágalo de manera responsable y con moderación. Las siguientes estrategias podrían ayudarlo a proteger su hígado del daño que causa esta sustancia:

• Tomar un suplemento de tiamina (vitamina B1): suele recomendarse a las personas que tienen adicción al alcohol. Esto se debe a que el alcohol reduce la absorción de tiamina en el tracto gastrointestinal y, en algunos casos, causa una gran pérdida de este nutriente.

De cualquier manera, una deficiencia de tiamina puede causar síntomas como fatiga, pérdida de peso, trastornos emocionales y náuseas. Mientras que la deficiencia crónica puede provocar complicaciones como el beriberi y el síndrome de Wernicke-Korsakoff. 27

• Tomar un suplemento de N-acetilcisteína (NAC): esto puede ayudar a "pre-desintoxicar" su cuerpo cuando se consume antes del alcohol, lo que minimiza el daño que se produce por consumir esta sustancia. La NAC es una forma del aminoácido cisteína que, además de incrementar los niveles de glutatión, reduce la toxicidad del acetaldehído que causa la resaca. 28

• Beber café de forma regular: el café puede tener un efecto de protección contra el CHC (carcinoma hepatocelular), que es una forma grave de cáncer de hígado. En 2022, un estudio descubrió que la cafeína inhibe el inflamasoma NLRP3, y beber dos tazas adicionales al día reduce el riesgo en un 35 %. 29

Pero, recuerde que todo en exceso es malo, y en este caso, consumir demasiada cafeína puede causar dolores de cabeza, ataques de pánico y ansiedad. También puede causar palpitaciones, problemas de sueño y temblores. 30 Siempre escuche a su cuerpo y consuma con moderación.

• Consumir cardo mariano: esta hierba antigua se utiliza desde hace miles de años para reforzar la salud del hígado, los riñones y la vesícula biliar. Hoy en día, se utiliza para tratar la enfermedad hepática alcohólica, la hepatitis viral aguda y crónica y las enfermedades hepáticas que causan las toxinas, y se cree que sus beneficios se relacionan con su ingrediente activo silimarina, que es un flavonoide. Podría proteger su hígado al:

◦ Combatir la inflamación celular31

◦ Estimular la producción de glutatión en el hígado para mejorar la capacidad antioxidante en los tejidos hepáticos32

◦ Proteger aún más el hígado, ya que controla la permeabilidad de la membrana al inhibir la peroxidación lipídica33


🔍Fuentes y referencias