📝HISTORIA EN BREVE

  • El té es rico en polifenoles que estimulan la función inmunológica a través de propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Dichos compuestos influyen en varias células inmunes y en la producción de citocinas
  • A diferencia del té verde, el té blanco, mínimamente procesado y rico en compuestos bioactivos, tiene fuertes efectos antivirales, antibacterianos y antifúngicos, los cuales fortalecen el sistema inmunológico contra patógenos.
  • El consumo de té negro ayuda a incrementar los marcadores que activan el sistema inmunológico, mientras que la cantidad abundante EGCG del té verde ejerce efectos inmunomoduladores sobre los sistemas inmunitarios innato, adaptativo e intestinal
  • Las infusiones de hierbas como el jengibre, la cúrcuma, el regaliz, la menta y el hibisco ofrecen beneficios únicos para reforzar el sistema inmunológico gracias a sus compuestos bioactivos que tienen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antimicrobianas.
  • Al preparar té, opte por variedades de hojas sueltas en lugar de bolsitas de té para evitar la posible contaminación por microplásticos y la exposición a sustancias químicas nocivas, como la epiclorhidrina en los filtros de papel

🩺Por el Dr. Mercola

Lo que bebe es tan importante para la salud como los alimentos que consume. Es de esperar que usted beba suficiente agua pura a diario y que evite por completo las bebidas poco saludables, como refrescos, jugos de frutas artificiales y bebidas energéticas, con el fin de mantener una salud óptima.

El té, así como el agua, es la bebida más popular y una de las más saludables que puede incluir en su alimentación. En un reporte1 de la Food Agriculture Organization (FAO, por sus siglas en inglés) se informó que el consumo global de té aumentó un 3.3 % al año y pasó a 6.5 mil millones de kilogramos en 2020. Tan solo en los Estados Unidos cerca de 159 mil millones de personas lo consumen a diario, esto de acuerdo con la Tea Association de este país.2

El té se puede clasificar en dos categorías principales: el té verdadero, elaborado a partir de las hojas de la planta Camellia sinensis, y los tés de hierbas, también conocidos como infusiones de hierbas o tisanas de hierbas, los cuales se elaboran a partir de diversas hierbas, flores, frutas o especias de otras especies de plantas.3 Ambos tipos son muy apetecidos no sólo por su sabor y aroma relajante, sino también por sus numerosos beneficios, en particular por su capacidad para apoyar la función inmunológica.

Los numerosos ingredientes que refuerzan el sistema inmunológico en los tés

La característica clave que comparten tanto los tés verdaderos como los tés de hierbas es su rico contenido en polifenoles. Se sabe que este grupo diverso de compuestos naturales promueve la salud y la longevidad a través de acciones antioxidantes, antiinflamatorias e inmunomoduladoras.4 En el té podemos encontrar polifenoles como flavonoides, ácidos fenólicos, lignanos y estilbenos.5

En un estudio6 que se publicó en el Journal Molecule se explica específicamente cómo es que los polifenoles influyen en la salud inmune:

"Los polifenoles influyen en la inmunidad de las mucosas y en la inflamación con el fin de mediar el sistema inmunológico intestinal y la salud general. Se ha descubierto que los polifenoles afectan a las células inmunes, como las células T, los macrófagos y las células NK (asesinas naturales).
Estas células promueven la producción de citocinas antiinflamatorias al tiempo que inhiben las citocinas proinflamatorias, lo que mejora la función de las células NK y las hace indispensables para prevenir enfermedades relacionadas con la inflamación".

La composición química de los polifenoles del té puede variar dependiendo del tipo y la fuente del té, así como de las condiciones en las que se procesa y prepara.7 Por lo general, constituyen alrededor del 30 % del peso seco total del té Camellia sinensis8, que en su mayoría son catequinas:9

Galocatequina (GC)

Epicatequina (EC)

Epigalocatequina (EGC)

Galato de epicatequina (ECG)

Galato de galocatequina (GCG)

Galato de epigalocatequina (EGCG)

En el caso del té de hierbas, los polifenoles representan aproximadamente el 25 % del peso seco.10 Según un estudio11 publicado en el Journal of Future Foods:

"Los polifenoles que se encuentran en el té de hierbas incluyen: catequina, ácido gálico, (−)galocatequina, ácido sinapínico, ácido cafeico, (−)epicatequina, galocatequina, ácido clorogénico, ácido elágico y corilagina, entre otros".

Además de los polifenoles, tanto los tés verdaderos como las infusiones de hierbas contienen otros compuestos bioactivos que contribuyen a sus propiedades de refuerzo inmunológico. Los tés verdaderos contienen aminoácidos, de los más abundantes se tiene a la teanina,12 que además tiene propiedades neuroprotectoras, anticancerígenas, ansiolíticas, cardioprotectoras, hepatoprotectoras, nefroprotectoras y metabólicoreguladoras.13 Mientras tanto, las infusiones contienen polisacáridos, aminoácidos, vitaminas y carotenoides. 14,15

Tres tés auténticos y potentes para una defensa inmunológica más fuerte

Las variedades de té de Camellia sinensis ofrecen diferentes sabores, aromas y beneficios debido a sus distintos métodos de procesamiento y a la etapa de desarrollo de las hojas en el momento de la cosecha. Entre las muchas variedades, estos tres tipos de té verdadero se destacan por sus posibles propiedades para reforzar el sistema inmunológico:

• Té blanco: esta es una de las variedades recomendadas para la inmunidad,16 además es un té raro y caro, elaborado a partir de brotes y hojas de la planta que se cosechan una vez al año a principios de la primavera. A diferencia de otros tés que sufren oxidación o fermentación, el té blanco simplemente se seca después de la cosecha, lo que lo convierte en una de las variedades menos procesadas.17,18

Debido a que es muy poco procesado, el té blanco tiene una de las concentraciones más altas de compuestos bioactivos, en específico catequinas, aminoácidos y otros componentes.19 También contienen más antioxidantes en comparación con el té verde, al igual que menos cafeína.20 En un estudio21 realizado en la Universidad Pace se descubrió que el té blanco fortalece el sistema inmunológico contra los gérmenes con mayor eficacia que el té verde.

De acuerdo con el Dr. Milton Schiffenbauer, microbiólogo y autor principal del estudio:

"En estudios anteriores se demostró que el té verde estimula el sistema inmunológico para combatir enfermedades. Nuestra investigación demuestra que el extracto de té blanco puede destruir in vitro los organismos que causan enfermedades".22

Sus hallazgos sugirieron que los efectos antivirales y antibacterianos del té blanco son mayores que los del té verde. Además, el té blanco exhibió efectos antifúngicos en la Penicillium chrysogenum como en la Saccharomyces cerevisiae, lo que indica su posible aplicación en la inactivación de microbios humanos patógenos, incluyendo las bacterias, virus y hongos.

• Té negro: el té negro es un tipo de té fermentado que es popular en Occidente debido a su sabor intenso y su larga vida útil. 23 Se elabora dejando que las hojas se oxiden completamente antes de procesarlas y secarlas. Durante este proceso, las catequinas se oxidan, formando teaflavinas y tearubiginas,24 las cuáles son los principales compuestos polifenólicos que contribuyen a las propiedades antioxidantes del té negro.25

En un estudio26 publicado en la revista BBA Clinical se analizó cómo el consumo regular de té negro afecta a ciertos marcadores del organismo que se relaciona con la actividad del sistema inmunológico, específicamente con la neopterina (un marcador que activa el sistema inmunológico), así como el triptófano y la quinurenina (que participan en vías metabólicas influenciadas por la respuesta inmunológica).

Los participantes del estudio eran individuos sanos que bebieron té negro o una bebida de control con un contenido equivalente de cafeína diaria por seis meses. Los resultados mostraron que aquellos que bebieron té negro tenían niveles más altos de quinurenina y una relación llamada KYN/TRP, en comparación con el grupo de control.

Los investigadores notaron lo siguiente:

"Las correlaciones encontradas entre las concentraciones de quinurenina y KYN/TRP y las de neopterina, que es el marcador que activa el sistema inmunológico, sugieren que se asocian con una mayor activación inmunitaria e inflamación".27

• Té verde: entre los diferentes tipos de tés verdaderos, el té verde es quizás la variedad más popular y ampliamente estudiada como nutracéutico,28 en especial por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas. El té verde se elabora cocinando al vapor o friendo en un sartén las hojas que han sido secadas durante varias horas, evitando la oxidación y preservando sus compuestos bioactivos.29

Entre sus polifenoles, el EGCG es el más abundante y se ha descubierto que ejerce diversos efectos terapéuticos a través de acciones inmunomoduladoras.30 En una reseña31 de la revista Food Science and Human Wellness se descubrió que el té verde puede modular el sistema inmune innato, el sistema inmune adaptativo y el sistema inmune intestinal. Según los autores:32

"En el té verde, varios compuestos actúan sobre diferentes células inmunes o incluso sobre el mismo tipo de célula, provocando diversos efectos en el sistema inmunológico...  Suponemos que el té verde mostró tener una mayor capacidad inmunomoduladora debido a los efectos sinérgicos sobre la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa de diferentes compuestos.
Además, se ha demostrado que el té verde afecta las respuestas inmunes, ya que modifica los entornos del microbioma intestinal, por ejemplo, al moderar el té verde en diferentes metabolitos, y esto activará la regulación del sistema inmunológico".

Cinco infusiones de hierbas para reforzar la salud inmunológica

Si busca opciones sin cafeína para reforzar su sistema inmunológico, los tés de hierbas ofrecen una alternativa sabrosa y beneficiosa a los tés verdaderos. A continuación, se muestran algunas infusiones de hierbas que puede probar por sus propiedades de apoyo al sistema inmunológico:

• Té de jengibre: en un estudio33 publicado en la revista Frontiers in Nutrition se señaló que los compuestos bioactivos del jengibre, que incluyen: gingerol, shogaol, zingerona y paradol, ejercen propiedades inmunomoduladoras a través de sus cualidades antiinflamatorias y antioxidantes.

Los investigadores resaltan lo siguiente:

"Los compuestos bioactivos del jengibre inhiben las respuestas proinflamatorias, aumentan los niveles de citocinas antiinflamatorias y promueven vías de señalización relacionadas que previenen la inflamación en la vía antiinflamatoria.
Los compuestos bioactivos del jengibre pueden mejorar la tolerancia al estrés oxidativo ya que eliminan las ROS y reducen los parámetros de estrés oxidativo, aumentan las enzimas antioxidantes y la capacidad antioxidante".34

• Té de cúrcuma: la curcumina es la sustancia principal que le aporta los beneficios inmunológicos a la cúrcuma, la cual es un pariente del jengibre. La investigación al respecto35 demuestra que la curcumina es un potente agente inmunomodulador que puede regular la activación de las células inmunes, incluyendo las células T, las células B, los macrófagos, los neutrófilos, las células NK y las células dendríticas.

También reduce el nivel de ciertas proteínas que causan inflamación en el cuerpo, como la TNF e IL-6, al bloquear una proteína llamada NF-kB, la cual controla la producción de estas señales inflamatorias.

• Té de regaliz: el regaliz, una hierba que se ha utilizado en la medicina tradicional china durante siglos, tiene más de 20 triterpenoides y casi 300 flavonoides. Se ha encontrado que dichos compuestos poseen diversas propiedades farmacológicas, gracias a su actividad antimicrobiana, antiviral, antifúngica y antiinflamatoria. 36

El regaliz también contiene polisacáridos que, según estudios, pueden ayudar a activar las células inmunes y promover la secreción de citocinas antiinflamatorias. También han demostrado que podrían ayudar a suprimir el crecimiento de tumores, lo que posiblemente los hace beneficiosos para la inmunoterapia contra el cáncer.37

Contraindicaciones: el regaliz no se recomienda para personas con presión arterial alta, enfermedades renales o hepáticas, mujeres embarazadas o en período de lactancia. Tampoco se recomienda para personas que consuman ciertos medicamentos38,39

• Té de menta: en un estudio40 publicado en la revista Antioxidants (Basel) se descubrió que el té de menta ayuda a mantener una función inmune óptima ya que inhiba la sobreproducción de citocinas proinflamatorias, como la TNF-α e IL1-β. Además, los aceites esenciales presentes de forma natural en las hojas de menta tienen actividad antimicrobiana, lo que aumenta aún más sus defensas contra los organismos patógenos.

• Té de hibisco: contiene los poderosos antioxidantes antocianina y vitamina C,41 que tienen potentes propiedades para reforzar el sistema inmunológico.

Según un estudio42 publicado en la revista Nutrients, las antocianinas "ayudan a mantener un equilibrio entre las citocinas proinflamatorias y antiinflamatorias, promoviendo así la salud inmunológica. Más allá de sus efectos directos sobre las células inmunes, las antocianinas impactan de manera considerable la salud intestinal y la microbiota, que son factores esenciales para regular el sistema inmune”.

La vitamina C también apoya la función inmune innata y adaptativa de varias maneras, por ejemplo, al inhibir el estrés oxidativo, al ayudar a las células inmunes, como los neutrófilos, a moverse hacia los sitios de infección y al actuar como cofactor de las enzimas involucradas en varios procesos celulares y la regulación genética, que son esenciales para la función inmune. 43

Sin importar su elección, considere esto

¿Alguna vez has pensado en cómo se envasan los tés? Las investigaciones demuestran que las bolsitas de té podrían ser una fuente importante de microplásticos o nanoplásticos que pueden dañar la salud de diversas maneras.

En un estudio 44 llevado a cabo por investigadores de la Universidad McGill se realizó un ensayo en productos comerciales de té empacados en bolsas de plástico. Sacaron las hojas de té de sus bolsitas para garantizar que las partículas de plástico en el té no contaminaran el análisis. Se sumergieron las bolsitas de té en agua caliente para simular el proceso de preparación. Se evaluó el agua con un microscopio electrónico y los investigadores descubrieron que una sola bolsa liberó miles de millones de partículas de plástico.

Estos hallazgos sugieren que el nivel de contaminación de las bolsitas de té es miles de veces mayor que el que se ha informado con otros alimentos y bebidas.45 El té en bolsas de papel también puede ser igual de peligroso, ya que las bolsas de papel a menudo se tratan con epiclorhidrina, un carcinógeno conocido y un solvente industrial que disminuye el riesgo de que se rompan durante el uso.46

Por estas razones sería mejor sustituir las bolsitas de té por té suelto, para asegurase de aprovechar todos sus beneficios sin comprometer la salud.


🔍Fuentes y Referencias