📝HISTORIA EN BREVE

  • Las hormonas tiroideas regulan el metabolismo e influyen en casi todos los procesos fisiológicos. Un desequilibrio podría provocar diversos problemas de salud, incluyendo hipotiroidismo, hipertiroidismo, bocio y cáncer de tiroides
  • Los nutrientes esenciales para la salud de la tiroides incluyen la vitamina D, el zinc, el selenio, el yodo, la vitamina B12 y las proteínas de alta calidad. Una alimentación balanceada y rica en estos nutrientes favorece el funcionamiento adecuado de la tiroides
  • Las grasas saturadas saludables de la mantequilla elaborada con leche de vacas alimentadas con pastura, el ghee, el sebo, el aceite de coco y los productos lácteos enteros también apoyan la salud de la tiroides. Evite los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) y limite las grasas monoinsaturadas (MUFA), ya que, cuando se consumen en exceso, podrían afectar la función de la tiroides
  • Los alimentos que debe evitar para mantener la salud de la tiroides incluyen los bociógenos, el gluten y los alimentos procesados. Estos podrían afectar la función de la tiroides y la producción de hormonas
  • Otras estrategias para apoyar la salud de la tiroides incluyen evitar exponerse a la luz durante la noche, mejorar la síntesis de los ácidos biliares, disminuir la exposición a ciertas sustancias químicas y regular los niveles de cortisol y estrógeno

🩺Por el Dr. Mercola

El sistema endocrino es un conjunto de glándulas y órganos que producen hormonas, las cuales son esenciales para regular múltiples funciones corporales. De las muchas hormonas que produce el sistema endocrino, las hormonas tiroideas son unas de las más importantes, ya que regulan el metabolismo y son necesarias para casi todos los procesos fisiológicos.

Un desequilibrio en las hormonas tiroideas podría tener efectos graves en su salud. Los trastornos de la tiroides afectan a casi 200 millones de personas en todo el mundo,1 y entre los más comunes se encuentran el hipotiroidismo (tiroides hipoactiva), hipertiroidismo (tiroides hiperactiva), bocio (tiroides agrandada) y cáncer de tiroides.2

Dado que la tiroides influye en muchas funciones corporales, un desequilibrio también podría provocar o agravar una gran variedad de problemas de salud, incluyendo fibromialgia, síndrome del intestino irritable, eccema, enfermedades de las encías y trastornos autoinmunes, solo por nombrar algunos.

Por fortuna, los desequilibrios de la hormona tiroidea son tratables y se pueden prevenir. La alimentación es fundamental para mantener el funcionamiento adecuado de esta glándula. Saber qué alimentos benefician la tiroides y cuáles podrían alterar su equilibrio es esencial para apoyar su salud hormonal y bienestar general.

Conceptos básicos de la tiroides

La tiroides, una glándula en forma de mariposa que se encuentra en el cuello, justo debajo de la laringe, produce las hormonas triyodotironina (T3) y tiroxina (T4). Estas hormonas interactúan con otras hormonas, como la insulina, el cortisol y las hormonas sexuales, así como con diversos órganos, incluyendo los sistemas cardiovascular, nervioso, digestivo y reproductivo, lo que contribuye a su funcionamiento adecuado.3

El proceso de secreción hormonal comienza en el hipotálamo, el cual secreta la hormona liberadora de tirotropina (TRH, por sus siglas en inglés). La TRH estimula la glándula pituitaria para que secrete la hormona estimulante de la tiroides (TSH, por sus siglas en inglés), que luego hace que la glándula tiroides libere la hormona T4. El 90 % de la hormona tiroidea que se libera se encuentra en forma inactiva de T4.

Con la ayuda de una enzima, el hígado convierte la T4 en T3, que es la forma activa. La T3 es fundamental para regular el metabolismo de todas las células del cuerpo, lo que influye de forma directa en varios procesos, como la quema de grasa y la producción de energía.

Cuando todo funciona de forma adecuada, el cuerpo produce la cantidad suficiente de T4 para que se convierta de manera efectiva en T3. Sin embargo, existen muchos factores que podrían suprimir este proceso, incluyendo la insuficiencia hepática, el estrés y los niveles elevados de cortisol, estrógeno, ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) y endotoxinas.

La conversión deficiente de T4 a T3 podría provocar hipotiroidismo. 4 La característica principal del hipotiroidismo es un metabolismo lento, y los síntomas más comunes incluyen aumento de peso, fatiga, sensibilidad al frío, piel seca, caída de cabello, problemas intestinales, edema, confusión mental, ansiedad y depresión.

Cómo evaluar la salud de la tiroides

Un método sencillo para evaluar la función de la tiroides es medir su temperatura corporal por la mañana. La razón por la que esto funciona es porque cuando el nivel de T3 en el tejido es alto, tendrá una tasa metabólica más alta, lo que da como resultado una temperatura corporal y frecuencia cardiaca más elevadas.

Si su temperatura corporal por la mañana es de alrededor de 98 grados Fahrenheit (36.6°C), significa que tiene una tiroides sana. Al mediodía, la temperatura corporal ideal es de 98.6°F (37°C), mientras que la frecuencia cardiaca debe estar entre 60 y 100 latidos por minuto, lo que indica una respuesta metabólica saludable.

Si su temperatura y pulso siempre están bajos, podría significar que su metabolismo también es bajo. Si su temperatura baja después de desayunar, es otra mala señal, ya que indica que está funcionando con hormonas del estrés, lo que podría afectar su salud.

La forma más común para evaluar la función de la tiroides es realizándose una prueba de TSH, la cual mide el nivel de TSH en la sangre.5 Es importante entender que a pesar de que tener un nivel bajo de TSH es bueno, el cortisol y la adrenalina podrían suprimirla. Medir su temperatura y pulso después de cada comida brinda más información sobre la función de la tiroides.

Incluso si los resultados de laboratorio son normales, tener su temperatura corporal y pulso fuera de lo normal podría indicar hipotiroidismo subclínico. También es recomendable realizar una prueba de colesterol, ya que podría brindarle más información. Los niveles elevados de colesterol (más de 200) podrían ser una señal de que la tiroides no está convirtiendo el colesterol en hormonas esteroides. Por el contrario, los niveles bajos de colesterol podrían indicar una infección subyacente.

Nutrientes esenciales para la salud de la tiroides

Mantener una buena salud de la tiroides podría parecer complicado ya que existen muchos factores que podrían afectarla. Puede comenzar con algunos cambios en su alimentación, ya que es un enfoque no invasivo que podría tener beneficios significativos sin la necesidad de medicamentos o intervenciones intensivas. Le recomiendo aumentar el consumo de estos nutrientes para promover el funcionamiento adecuado de la tiroides:

Vitamina D: la vitamina D podría favorecer la función de la tiroides, aunque aún se desconoce su efecto exacto.

De acuerdo con una revisión6 que se publicó en la revista Cureus, los niveles adecuados de vitamina D ayudan a reducir los anticuerpos antitiroideos en enfermedades autoinmunes, al igual que disminuyen los niveles de TSH en pacientes con hipotiroidismo, lo que indica una mejor producción de hormona tiroidea.

La vitamina D también podría ayudar a proteger contra la progresión del cáncer de tiroides. Los investigadores concluyeron lo siguiente:7

“La evidencia sugiere que la deficiencia de vitamina D podría tener una correlación con un riesgo mayor de tener o desarrollar hipotiroidismo, títulos elevados de anticuerpos tiroideos y cáncer de tiroides… Los niveles adecuados de vitamina D parecen ser necesarios para una función óptima de la tiroides”.

La forma más efectiva de optimizar los niveles de vitamina D es exponiéndose de forma segura a los rayos del sol. Le recomiendo que exponga la mayor cantidad de piel al sol durante por lo menos una hora al día, lo ideal es que lo haga alrededor del mediodía solar, que es de 12:30 a 1:30 p.m. para quienes están en horario de verano. Programar su caminata a esta hora también le permitirá obtener los beneficios de la radiación UVB y del infrarrojo cercano.

Zinc: este mineral esencial influye en la síntesis, metabolismo y funcionamiento de la hormona tiroidea. La deficiencia de este nutriente podría tener relación con el hipotiroidismo. Los investigadores también encontraron que la concentración de zinc podría tener una correlación positiva con el volumen de la tiroides y los anticuerpos tiroideos en pacientes con enfermedades autoinmunes relacionadas con esta glándula. 8

Además, se encontró que los pacientes diagnosticados con tumores malignos, incluyendo el cáncer de tiroides, tenían una concentración sérica de zinc más baja, lo que indica que este mineral podría ayudar a proteger la glándula tiroides. Varios estudios encontraron que aumentar el consumo de zinc podría ayudar a mejorar la función de la tiroides, ya que disminuye los niveles de TSH y estimula la producción de las hormonas T3 y T4.9

Algunas buenas fuentes de zinc incluyen la carne y los productos lácteos de vacas alimentadas con pastura, huevos orgánicos de gallinas alimentadas con alimento bajo en PUFA, brócoli y moras azules.10 Aunque por lo regular se recomiendan los frutos secos y las semillas por su contenido de zinc, en mi opinión, no me parece una buena idea, ya que contienen una gran cantidad de PUFA, los cuales podrían contrarrestar cualquier beneficio que tengan.

Selenio: la glándula tiroides tiene la mayor concentración de selenio en el cuerpo. Influye en la biosíntesis y metabolismo de la hormona tiroidea, por lo que una deficiencia de selenio podría tener relación con un mayor volumen de la tiroides (es especial en mujeres) y una menor conversión de T4 a T3, así como con un riesgo mayor de hipotiroidismo autoinmune y enfermedad de Graves.11

Los investigadores también demostraron que los niveles bajos de selenio podrían tener relación con un mayor riesgo de cáncer de tiroides. De acuerdo con un artículo que se publicó en la revista Frontiers in Endocrinology:12

“Diversos estudios apoyan la teoría de que los niveles bajos de selenio (Se) podrían tener relación con un índice más elevado de cáncer de tiroides, en especial carcinoma papilar de tiroides (PTC, por sus siglas en inglés).

El efecto anticancerígeno del Se podría inducir la apoptosis de las células cancerosas sin dañar las células normales. Por lo tanto, los cambios en los niveles de Se podrían afectar el proceso fisiológico de la glándula tiroides y favorecer el desarrollo de procesos patológicos, incluyendo el cáncer”.

Puede obtener selenio de diversas fuentes, como el hígado de res, los huevos orgánicos, los plátanos, la carne y los productos lácteos de vacas alimentadas con pastura. Las nueces de Brasil son otra fuente de selenio, pero al igual que otras semillas y frutos secos, tienen un alto contenido de PUFA, por lo que no las recomiendo.

Yodo: el yodo y el selenio tienen una función sinérgica en el cuerpo. Los niveles elevados de yodo podrían disminuir la concentración de selenio y la producción de selenoproteínas en la tiroides, lo que podría afectar la función de la misma, ya que las selenoproteínas son fundamentales para convertir las hormonas tiroideas y para proteger la glándula tiroides del estrés oxidativo. También ayudan a disminuir los efectos del exceso de yodo, ya que protegen la glándula tiroides de la inflamación, cicatrización y del daño.13

Por el contrario, un consumo bajo de yodo podría tener relación con niveles elevados de selenio en la tiroides, una mayor expresión de selenoproteínas y marcadores elevados de selenio en la sangre. Los niveles elevados de selenio aumentan los efectos de la deficiencia de yodo, incluyendo la disfunción tiroidea y una menor producción de dicha hormona. El estudio de la revista Frontiers in Endocrinology destacó que “se deben establecer niveles adecuados de yodo antes de aumentar el consumo de selenio”.14

Los alimentos que contienen grandes cantidades de yodo incluyen vegetales marinos, como algas kelp, kombu y wakame.15 Las algas kelp tienen más yodo que cualquier otro alimento, por lo que una sola porción le proporciona cuatro veces la dosis diaria recomendada. Otra fuente de yodo es la mantequilla orgánica de vacas alimentadas con pastura. La sal yodada también podría ayudar a aumentar sus niveles, a pesar de la creencia errónea de que es mala para el corazón.

Vitamina B12: los niveles bajos de vitamina B12 podrían tener relación con un mayor riesgo de enfermedad tiroidea autoinmune (AITD, por sus siglas en inglés) y niveles altos de TPOAb.16 Un estudio que se publicó en la revista Endocrine, Metabolic & Immune Disorders indicó lo siguiente:

“Los niveles de vitamina B12 tienen una correlación importante con la AITD. Por ello, es importante determinar la concentración de vitamina B12 en pacientes con tiroiditis autoinmune”.

La vitamina B12 se encuentra en los alimentos de origen animal como la carne, el hígado y los productos lácteos de vacas alimentadas con pastura, cordero y huevos orgánicos. Los pocos alimentos de origen vegetal que son fuentes de vitamina B12, en realidad, son análogos de B12 que bloquean la absorción de la vitamina B12 verdadera, así que no confíe en las fuentes veganas para todas sus necesidades de vitamina B12.

Si casi nunca consume los alimentos mencionados, le recomiendo la levadura nutricional. Tiene un contenido alto de vitamina B12 y un sabor a queso que puede llevarse bien con muchos platillos. Una porción de 16 gramos (poco más de 2 cucharadas) proporciona 24 microgramos de vitamina B12 natural.17 La edad podría disminuir la capacidad del cuerpo para absorber la vitamina B12 de los alimentos, por lo que es necesario tomar suplementos a medida que envejece.18

Proteínas de alta calidad: la proteína ayuda a mantener la actividad del eje hipotálamo-hipofisario-tiroideo (HPT), el cual influye en la función de la tiroides.

Un estudio con animales,19 que se publicó en el Turkish Journal of Medical Sciences, demostró que un menor consumo de proteínas altera el eje HPT, ya que disminuye la producción de TRH y TSH, lo que podría resultar en niveles más bajos de T3 y T4, lo cual afecta la función de la tiroides. Por el contrario, se demostró que una alimentación con gran contenido de proteínas aumenta los niveles de T3.

Varios estudios también demostraron que la deficiencia de proteínas durante el embarazo podría afectar de forma negativa el desarrollo de la tiroides del feto, lo que resulta en glándulas tiroides más pequeñas y posibles problemas de tiroides en los recién nacidos. Además, algunos aminoácidos que se encuentran en los alimentos ricos en proteínas, como la tirosina, influyen de forma directa en la síntesis de hormonas tiroideas, lo que destaca la importancia de un consumo adecuado de proteínas para una función óptima de la tiroides.20

Algunas fuentes de proteína que recomiendo incluyen la carne de res de animales alimentados con pastura, ya sea molida o en cortes ricos en colágeno, como la pierna de ternera, el cachete de res y el rabo de buey. El codillo de cerdo con bajo contenido de PUFA y la carne molida de bisonte también son buenas opciones. Agregar caldo de huesos, colágeno o gelatina en polvo a su alimentación también podría proporcionar aminoácidos esenciales y proteínas de alta calidad para apoyar aún más la tiroides y su bienestar general.

Grasas saturadas saludables: en un estudio de 202121 que se publicó en la revista Nutrition, los investigadores analizaron el efecto de varios grupos de alimentos y nutrientes en los niveles de la hormona tiroidea, y observaron que el consumo frecuente de alimentos ricos en grasas saturadas podría tener un "efecto positivo" en la función de la tiroides. Las buenas fuentes de grasas saturadas incluyen la mantequilla elaborada con leche de vacas alimentadas con pastura, el ghee, el sebo y el aceite de coco.

La leche entera, de preferencia sin pasteurizar, y los productos lácteos como el yogur y el queso, también son buenas fuentes de grasas saturadas. Es importante asegurarse de que el queso que compre esté elaborado con cuajo animal, ya que la mayoría de los quesos que se venden en Estados Unidos se elaboran con un cuajo genéticamente modificado, llamado quimosina producida por fermentación (FPC, por sus siglas en inglés).

Polifenoles: los efectos antioxidantes de los polifenoles, que se encuentran en frutas y vegetales, podrían ayudar a proteger la glándula tiroides del daño oxidativo.22 Las frutas maduras son buenas opciones, al igual que los jugos de frutas frescas, como el jugo de naranja orgánico (que es dulce), la limonada hecha en casa o de alta calidad y el jugo de uva.

También es recomendable agregar vegetales a su alimentación, pero asegúrese de cocinarlos muy bien para aumentar la absorción de nutrientes y minimizar sus compuestos bociógenos.

Cabe recalcar que las frutas y vegetales son ricos en fibra, que es un carbohidrato complejo. Aunque los carbohidratos complejos benefician el microbioma intestinal, no recomiendo agregar una gran cantidad de ellos a su alimentación. Si tiene problemas con su microbioma, los carbohidratos complejos podrían empeorar su salud, ya que alimentan las bacterias patógenas en su intestino.

Estas bacterias patógenas producen una endotoxina llamada lipopolisacárido, la cual podría afectar la producción de energía celular. Si tiene problemas intestinales después de comer carbohidratos complejos, es una señal de que su intestino no puede digerirlos de forma adecuada.

Para abordar este problema es necesario mejorar la función de las mitocondrias y su capacidad para producir energía celular. Una vez que lo logre, podrá volver a beneficiarse de los carbohidratos complejos.

Mientras tanto, lo mejor es agregarlos poco a poco a su alimentación. Puede comenzar con jugos de frutas frescas y, una vez que pueda tolerarlos, podrá pasar a las frutas maduras enteras y saludables, y luego a otros carbohidratos más complejos.

Evite estas sustancias para cuidar la salud de la tiroides

Mejorar la salud de la tiroides no solo implica agregar alimentos beneficiosos a su alimentación, también debe poner atención a los alimentos y compuestos que podrían afectar la función de la tiroides y la producción de hormonas. Para controlar o prevenir problemas de tiroides, lo ideal es limitar o evitar los siguientes alimentos:

Bociógenos: estas son sustancias que podrían afectar la función de la tiroides, ya que inhiben la absorción de yodo y alteran la producción de la hormona tiroidea. Se encuentran en muchos alimentos de origen vegetal y podrían aumentar el riesgo de bocio o agravar los trastornos de la tiroides, en especial cuando se consumen en grandes cantidades o si no consume la cantidad adecuada de yodo.23

Algunos alimentos que contienen bociógenos incluyen los vegetales crucíferos crudos (como el brócoli, coliflor y repollo o col), los productos a base de soya (como leche de soya, tofu, tempeh, miso y salsa de soya) y el mijo. 24 Esta es la razón por la que recomiendo cocinar muy bien los vegetales.

Gluten: conocido por sus efectos inflamatorios, el gluten se encuentra en granos como el trigo, el centeno, la cebada y el triticale, así como en cualquier alimento que los contenga. 25

Los estudios26 demuestran que llevar una alimentación sin gluten ayuda a disminuir la inflamación de la glándula tiroides y mejorar su función, en especial en personas con tiroiditis de Hashimoto, que es una enfermedad autoinmune que provoca bocio e hipotiroidismo.27

Alimentos procesados: los alimentos procesados contienen una gran cantidad de ingredientes dañinos, como azúcar agregada (en especial fructosa), ingredientes genéticamente modificados, aceites vegetales, sal procesada, bromo y otros aditivos químicos. También contienen una gran cantidad de PUFA, incluyendo ácido linoleico, el cual podría interferir con la capacidad de las células para utilizar la hormona tiroidea activa.

Las grasas dañadas en los alimentos ultraprocesados podrían elevar los niveles de estrógeno, lo que podría alterar el funcionamiento normal de la tiroides. Por esta razón, es fundamental evitar los alimentos procesados para mantener la salud de la tiroides. Para promover la conversión de T4 a T3, debe llevar una alimentación a base de alimentos enteros, sin procesar o poco procesados.

Alcohol: el alcohol podría suprimir la liberación de TRH y TSH, lo que disminuye los niveles de hormona tiroidea. También podría aumentar la inflamación y el estrés oxidativo,28 lo que podría afectar aún más su función y agravar los síntomas de los trastornos de la tiroides.

Exceso de fibra: si tiene un trastorno de la tiroides que requiera el uso de medicamentos, es importante controlar su consumo de fibra, ya que consumir demasiada podría interferir con la absorción de medicamentos para la tiroides.29 También tenga cuidado con el consumo de café y té verde, ya que estas bebidas también podrían afectar la absorción de dichos medicamentos.30

Lectinas: las lectinas podrían aumentar la permeabilidad intestinal (intestino permeable) y alterar el microbioma intestinal, lo que podría provocar o agravar las respuestas autoinmunes en enfermedades como la tiroiditis de Hashimoto31 y la enfermedad de Graves.32 Algunas fuentes con alto contenido de lectinas incluyen los frijoles crudos, los cacahuetes, la nuez de la India, los granos enteros y los vegetales solanáceos crudos.33

Otras maneras de cuidar la salud de la tiroides

Además de cuidar su alimentación, aquí hay otras estrategias que puede implementar para mejorar la producción de hormona tiroidea:

1. Evite exponerse a la luz durante la noche: exponerse a la luz durante la noche, como cuando trabaja en el turno nocturno, interfiere con los ritmos circadianos, lo que aumenta el riesgo de cáncer de tiroides, ya que afecta los niveles hormonales y procesos metabólicos.34

2. Optimice la síntesis de los ácidos biliares: los ácidos biliares ayudan a regular la conversión de T4 a T3. Se sabe que la taurina, la pregnenolona y la progesterona facilitan la síntesis de ácidos biliares.

3. Evite el flúor, perclorato y productos químicos retardantes de llama: estas sustancias químicas tienen un efecto muy dañino sobre la hormona tiroidea. Los éteres de difenilo polibromados (PBDE, por sus siglas en inglés) por lo general se encuentran en el polvo doméstico, por lo que es recomendable limpiar con frecuencia.

Por su parte, el perclorato es una sustancia química que se encuentra en el agua del grifo (junto con el fluoruro), por lo que un sistema de purificación de agua es una inversión que vale la pena. El perclorato impide la absorción de yoduro en la glándula tiroides, y la tiroides necesita yoduro para producir la hormona tiroidea.35 Por lo tanto, si el perclorato impide la absorción de yoduro, disminuye la cantidad de hormonas tiroideas en el cuerpo.

4. Reduzca los niveles elevados de estrógeno: en mi entrevista con Keith Littlewood, médico especialista en salud endocrina del Reino Unido, se menciona que el predominio y exceso de estrógenos se encuentran entre las causas principales de la disfunción tiroidea.

5. Mantener los niveles adecuados de cortisol: al igual que el estrógeno, el exceso de cortisol podría alterar el funcionamiento óptimo de la tiroides. Un estudio36 en la revista Cureus demostró que los niveles elevados de cortisol podrían tener una correlación con los bajos niveles de hormona tiroidea T4 y T3 y los niveles elevados de TSH. Estos hallazgos destacan la importancia de controlar los niveles de cortisol.