📝HISTORIA EN BREVE

  • Cerca del 18 % de la población mundial sufre de hinchazón abdominal al menos una vez a la semana
  • El microbioma, que consta de billones de microorganismos que viven en el tracto digestivo, desempeña un papel crucial en la digestión. Un desequilibrio en estos microorganismos puede contribuir a diversos problemas digestivos, incluyendo la hinchazón abdominal
  • La mayoría de las personas tienen mitocondrias disfuncionales, lo que dificulta la creación de energía celular con la suficiente eficiencia para garantizar un tracto gastrointestinal saludable
  • Optimizar la salud mitocondrial y la producción de energía es la clave para mejorar la salud intestinal. El consumo excesivo de ácido linoleico y el predominio de estrógenos es lo que primordialmente contribuye a la disfunción mitocondrial
  • La fibra y los almidones pueden empeorar los síntomas al alimentar a las bacterias dañinas si su salud intestinal es deficiente. Comience con jugos de frutas orgánicas y agregue lentamente más carbohidratos fibrosos y almidones, además de aumentar su consumo de alimentos fermentados

🩺Por el Dr. Mercola

Cerca del 18 % de la población mundial sufre de distención abdominal o hinchazón estomacal al menos una vez a la semana,1 en específico las mujeres, que tienen el doble de probabilidades de sentirse más hinchadas que los hombres. En promedio, uno de cada siete personas en los Estados Unidos experimentó hinchazón abdominal la semana pasada.2

La hinchazón abdominal, que se caracteriza por una sensación de llenura, rigidez o hinchazón, a menudo ocurre debido a la acumulación de gas en el tracto digestivo y puede presentarse junto con dolor abdominal, malestar y distensión visible del estómago. Si bien es común sentirse hinchado, no es un estado normal para el tracto digestivo y puede indicar que la salud intestinal no está bien.

La hinchazón abdominal es una señal de un intestino enfermo

Gail Cresci, investigadora del microbioma, dijo lo siguiente para el portal CNET:

"Si está hinchado o tiene muchos gases, es posible que tenga una composición y función alterada del microbioma intestinal".3

El microbioma, que consta de billones de microorganismos que viven en el tracto digestivo, es fundamental para la digestión, la función inmunológica y la salud general. Un desequilibrio en estos microorganismos, conocido como disbiosis, puede contribuir a diversos problemas digestivos, incluyendo la hinchazón abdominal.

La edad, el estado de salud, la dieta y el entorno influyen en la cantidad y diversidad de microorganismos del intestino.4 Si se produce un desequilibrio, podría provocar hinchazón abdominal de diversas maneras, así como desencadenar inflamación o reducir la diversidad de bacterias. En las personas con síndrome del intestino irritable (SII), por ejemplo, que a menudo padecen disbiosis, la hinchazón abdominal es común.

En un estudio se descubrió que el 60 % de los pacientes con SII calificaron a la hinchazón abdominal como el síntoma más molesto.5 En términos generales, la diversidad microbiana en el intestino es beneficiosa, mientras que la disminución de la diversidad en el microbioma intestinal se ha relacionado con enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes tipo 2. En comparación con el pueblo Yanomami del Amazonas, que tiene una gran diversidad bacteriana, las personas en Estados Unidos ya perdieron el 50 % de su diversidad microbiana.6

Además, la diversidad microbiana intestinal disminuye con la edad;7 sin embargo, los más jóvenes también se ven afectados. El uso excesivo de antibióticos, las cesáreas electivas y los alimentos procesados han sido descritos como factores principales “que impulsan la destrucción de nuestra ecología interna”.8

El creciente incremento en las tasas de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 1, el asma, la obesidad, la enfermedad por reflujo gastroesofágico y la enfermedad inflamatoria intestinal, también podría relacionarse con una mala diversidad bacteriana en nuestros intestinos a causa del uso excesivo de antibióticos.9

Mientras tanto, el consumo de alimentos integrales se vincula a una mayor diversidad de la microbiota intestinal,10 como lo es, por ejemplo, el consumo de hierbas y especias.11 Sin embargo los alimentos procesados, que carecen de la fibra necesaria para alimentar un microbioma saludable, contienen sustancias químicas, como el herbicida glifosato, que también altera la población de microbios.

Su microbioma está bajo el ataque constante del mundo que lo rodea, desde campos electromagnéticos (CEM) y contaminación del aire,12 hasta el uso de jabón antibacteriano. Como se indica en una revisión publicada en la revista Gastroenterology & Hepatology:

“Cerca de 500 especies diferentes de bacterias residen en el colon y casi todas estas especies son anaerobias. La microflora intestinal varía de un individuo a otro y refleja múltiples factores, entre ellos la dieta, el uso de antibióticos y el método de alimentación durante la infancia. Se cree que el número de bacterias en el tracto gastrointestinal supera las 1014 (100 billones), lo que supone más que el número total de células del cuerpo humano.
Dado que menos del 10 % de estas bacterias pueden cultivarse, nuestro conocimiento sobre ellas es limitado. Las investigaciones realizadas durante la última década demuestran que estas bacterias desempeñan un papel vital en la función inmunológica intestinal, la función de la barrera mucosa, el metabolismo de los medicamentos y la producción de ácidos grasos de cadena corta y vitaminas.
Incluso pequeñas alteraciones en la microflora intestinal pueden provocar cambios significativos en la función intestinal, incluyendo la producción de gases, que es una causa común de hinchazón abdominal”.

La producción adecuada de energía es necesaria para la salud intestinal

La mayoría de las personas tienen mitocondrias disfuncionales y, si no tienen suficientes mitocondrias, no pueden crear energía celular con la suficiente eficiencia para garantizar un tracto gastrointestinal saludable. El intestino se compone de dos tipos principales de bacterias gramnegativas: beneficiosas y patógenas.

Las bacterias beneficiosas incluyen a las anaerobias obligadas, las cuales no pueden sobrevivir en presencia de oxígeno y que son esenciales para la salud. No producen endotoxinas dañinas y ayudan a producir ácidos grasos de cadena corta (SCFA, por sus siglas en inglés), como el butirato, el propionato y el péptido 1 similar al glucagón (GLP-1).

El funcionamiento adecuado del intestino requiere energía para mantener un entorno libre de oxígeno en el intestino grueso, que es donde se encuentran el 99 % de los microbios del intestino. Si no hay la energía suficiente, ocurrirá una filtración de oxígeno que dañará a las bacterias anaerobias obligadas, pero sin afectar a las facultativas, y, como resultado, se produce un desequilibrio en el microbioma.

Las bacterias patógenas o anaerobias facultativas pueden sobrevivir en un entorno con alto contenido de oxígeno, pero dado que tienen endotoxinas en sus paredes celulares, podrían ser muy dañinas. En pocas palabras, mejorar la producción de energía de las mitocondrias es fundamental para mantener una salud intestinal óptima. Al hacer eso, ayuda a suprimir el crecimiento de bacterias patógenas y favorece a las poblaciones microbianas beneficiosas, lo que a su vez disminuye el riesgo de sufrir problemas digestivos, incluyendo la hinchazón abdominal.

La importancia de gozar de buena salud mitocondrial para un intestino sano

Optimizar la función mitocondrial es una de las estrategias más importantes para mejorar la energía celular, por lo que está en el centro de casi todo lo que se hace para mejorar la salud. La cofundadora de la empresa Angel Acres Egg Co., Ashley Amstrong, explica lo siguiente:

“El estado energético impacta al ambiente interno, y este tiene un impacto en cómo funciona el cuerpo (y el intestino).
Siempre tendremos cierta cantidad de especies obligadas y facultativas, pero los microbiomas intestinales equilibrados se caracterizan por el predominio de organismos obligados, mientras que una expansión de organismos facultativos es un marcador común de disbiosis intestinal. Lo ideal sería tener más bacterias anaeróbicas obligadas, pero estas especies beneficiosas no pueden sobrevivir en ambientes con alto contenido de oxígeno.
Los anaerobios facultativos, por otro lado, crecen bien en presencia de oxígeno. Por lo tanto, mantener un ambiente con un BAJO nivel de oxígeno, es decir, un ALTO nivel de dióxido de carbono en el ambiente en el intestino, ayuda a mantener el microbioma bajo control. Y no hay manera de mantener un nivel alto de dióxido de carbono sin una alta tasa metabólica y una buena producción de energía.
Arreglar la forma en que el cuerpo produce energía a nivel sistémico mejorará la salud intestinal. Comprender cómo se produce la energía a nivel sistémico también es LIBERADOR, ¡ya que significa que no le pasa nada! Solo que tiene un ligero desequilibrio. Cada parte del proceso digestivo requiere energía celular, por lo que cada parte de la función digestiva puede verse afectada con una baja producción de energía”.

Cómo mejorar la salud intestinal

Si sufre de hinchazón abdominal frecuente, su sistema digestivo no está funcionando correctamente. Al igual que todos los sistemas del cuerpo, la digestión depende de la energía. Como tal, debe cuidar la salud mitocondrial y la producción de energía para mejorar la salud intestinal.

Creo que el consumo excesivo de ácido linoleico (AL), presente en los aceites de semillas utilizados en la mayoría de los alimentos ultraprocesados, además del predominio de los estrógenos, son los principales responsables de la disfunción mitocondrial. La exposición a los campos electromagnéticos es otro factor. Sin embargo, el ácido linoleico y el estrógeno tienen de manera similar un impacto negativo en el cuerpo, ya que ambos afectan su cuerpo de las siguientes maneras:

  • Aumentan los radicales libres que causan estrés oxidativo y dañan la capacidad de las mitocondrias para producir energía.
  • Aumentan el calcio dentro de la célula que provoca un aumento de óxido nítrico y de superóxido que incrementa el peroxinitrito y que también eleva el estrés oxidativo.
  • Provocan un aumento del agua intracelular, lo que ocasiona retención de agua.
  • Disminuyen la tasa metabólica y suprimen la glándula tiroides.

Además de reducir el consumo de ácido linoleico al evitar los alimentos ultraprocesados, los aceites de semillas, el pollo, el cerdo, las semillas y los frutos secos, un microbioma intestinal saludable depende del consumo de alimentos fermentados. En un estudio, se les pidió a 36 adultos ingerir una dieta alta en comida fermentada o alta en fibra por diez semanas. Los participantes que consumieron alimentos fermentados experimentaron un incremento en la diversidad de su microbioma, así como una reducción en los marcadores de la inflamación.13

Si bien la fibra y los almidones suelen recomendarse para la salud intestinal, si la salud intestinal no está en óptimas condiciones, pueden empeorar los síntomas, ya que alimentan a las bacterias malas. El consumo excesivo de fibra con motilidad LENTA alimenta a las bacterias a lo largo del tracto digestivo, lo que causa afecciones como el crecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés), que a menudo se relaciona con la hinchazón abdominal, junto con una producción excesiva de endotoxinas.

Por lo tanto, es importante comenzar con jugos de frutas orgánicas e ir incorporando de manera gradual carbohidratos más fibrosos y almidones, además de aumentar el consumo de alimentos fermentados. Esto ayudará a reparar su intestino, ya que estará resolviendo la función mitocondrial y la producción de energía.

Soluciones para restaurar la función mitocondrial

Las soluciones adicionales para mejorar o restaurar la función mitocondrial incluyen las siguientes:

  • Asegúrese de que sus carbohidratos provengan de fuentes saludables como la fruta madura, la miel sin pasteurizar y el jarabe de arce.
  • Disminuya la producción de lactato y aumente el dióxido de carbono, ya que tienen efectos opuestos.
  • Disminuya el estrés, ya que el estrés crónico promueve el aumento del cortisol, el cual es un enemigo de la función mitocondrial y de su biogénesis. En este caso, la progesterona es muy beneficiosa, ya que bloquea el cortisol.
  • Tome un suplemento de niacinamida, ya que sus mitocondrias necesitan esta vitamina para producir energía. Le recomiendo que tome 50 mg de niacinamida tres veces al día.

Incorpore prebióticos, probióticos y posbióticos a su dieta diaria, ya que puede mejorar su salud intestinal y su bienestar general. Las fibras no digeribles o prebióticos sirven como alimento para las bacterias beneficiosas. Los microorganismos vivos o probióticos benefician el microbioma intestinal saludable. Los compuestos bioactivos que se producen durante la fermentación, conocidos como posbióticos, también aportan otros beneficios.

Los prebióticos, probióticos y posbióticos tienen una relación simbiótica, lo que significa que trabajan juntos con el objetivo de apoyar y mantener una salud intestinal óptima. Los prebióticos impulsan el crecimiento de los probióticos que, a su vez, producen posbióticos que aportan otros beneficios. Cresci dijo que "si desea mejorar su microbioma, un probiótico no le servirá de nada si lleva una mala alimentación y no hace cambios. Tiene que hacer cambios".14

Si se siente hinchado del abdomen y busca un alivio más inmediato, intente masticar un pequeño puñado de semillas de hinojo, las cuales son un remedio natural para la hinchazón y el apoyo digestivo.15 Los compuestos del aceite esencial de hinojo ayudan a regular la motilidad de los músculos lisos del intestino y también reducen los gases. Además, las especias para aliviar la hinchazón incluyen el jengibre, el comino, la pimienta negra y la canela.