📝HISTORIA EN BREVE

  • Un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Neurology pone en tela de juicio la creencia de que el estrógeno protege a las mujeres de la demencia. En dicha investigación se encontró que el estrógeno puro, el cual es un receptor antagonista, y los inhibidores de aromatasa tuvieron relación con un nivel más bajo de demencia a lo largo de la vida de las mujeres
  • Este estudio contradice investigaciones anteriores que sugerían los efectos protectores del estrógeno sobre el cerebro, sobre todo en mujeres posmenopáusicas
  • Los hallazgos implican que otras sustancias con efectos antiestrogénicos, tales como la progesterona y ciertas vitaminas, también podrían proteger contra la demencia
  • La respuesta médica prestablecida a este estudio ha sido variada, ya que existen algunos intentos de tergiversar o restar importancia a sus implicaciones
  • Los enfoques antiestrogénicos naturales, incluyendo la dieta, el ejercicio y la suplementación con progesterona, pueden ofrecer estrategias potenciales para reducir el riesgo de demencia

Por el Dr. Mercola

Durante décadas, la medicina convencional ha promovido la idea de que el estrógeno protege el cerebro, sobre todo en las mujeres posmenopáusicas. La creencia convencional ha sido que el mayor riesgo de demencia en mujeres mayores se debe a la "deficiencia" de estrógeno que ocurre durante la menopausia. Sin embargo, un nuevo estudio innovador publicado en la revista JAMA Neurology desafía esta creencia sostenida durante mucho tiempo y proporciona evidencia convincente de que bloquear el estrógeno puede reducir el riesgo de demencia.1

La investigación provoca un cambio de paradigma

Este estudio reciente es quizás la evidencia más perjudicial que he encontrado en los últimos cinco años y que contradice la afirmación de que el estrógeno protege el cerebro. La investigación publicada en una de las revistas médicas más importantes y prestigiosas encontró que el uso de antagonistas de los receptores de estrógeno puros, o de inhibidores de la aromatasa, se asocia con un menor riesgo de desarrollar demencia a lo largo de toda la esperanza de vida femenina.

Lo que hace que este estudio sea particularmente significativo es el uso de medicamentos antiestrógenos "puros". Los estudios previos que demostraron los efectos protectores contra la demencia, a menudo, utilizaban moduladores selectivos del receptor de estrógeno (SERM, por sus siglas en inglés), como el clomifeno, tamoxifeno o raloxifeno. Estos medicamentos tienen efectos antiestrogénicos en algunos tejidos, pero son estrógenos potentes en otros.

Esta doble naturaleza permitió al sistema médico explicar los efectos protectores como una confirmación del "beneficio" del estrógeno para el cerebro, ya que los SERM pueden ser estrogénicos en el tejido cerebral.

Sin embargo, no se aceptaron interpretaciones en el estudio reciente. Se examinaron los efectos de los antagonistas puros de los receptores de estrógeno, como el Faslodex (fulvestrant) y su análogo no esteroideo el Elacestrant, así como los inhibidores de la aromatasa, como el letrozol. Estos medicamentos son bloqueadores altamente selectivos de los receptores de estrógeno, pero sin otros efectos importantes conocidos.

El hecho de que los inhibidores de la aromatasa, los cuales reducen la producción de estrógeno en el cuerpo, también hayan demostrado tener efectos protectores contra la demencia, descarta el argumento de que el estrógeno es un factor protector para la salud del cerebro.

Reconsiderando el papel del estrógeno

Estos hallazgos sugieren que otras sustancias con efectos antiestrogénicos también podrían tener efectos protectores contra la demencia, tales como las siguientes:

  1. Progesterona
  2. Vitaminas liposolubles (A, D, E, K)
  3. Aspirina
  4. DHT (dihidrotestosterona)
  5. Flavonas y flavanonas (apigenina, naringenina, crisina, quercetina, luteolina)

Los resultados del estudio fueron muy pronunciados en pacientes menores de 75 años, lo que indica que las intervenciones antiestrogénicas podrían ser más efectivas cuando se inician más temprano en la vida.

La respuesta del sistema médico

Será interesante ver cómo responde el sistema médico a este estudio. Dada su publicación en la respetada revista JAMA, será difícil descartarlo. Pese a ello, ya estamos viendo algunas tendencias preocupantes en cómo se presenta e interpreta la información.

Tácticas nefastas en la cobertura periodística

1. Tergiversación de la progesterona: algunos artículos de prensa populares que informan sobre este estudio han intentado culpar a la progesterona y al estrógeno. Mencionan que los medicamentos antiestrogénicos en el estudio se utilizan para tratar cánceres de mama causados por "el estrógeno y la progesterona".

Esta tergiversación podría llevar al público a creer que la progesterona aumenta el riesgo de demencia o cáncer, cuando en realidad es lo contrario. Los medicamentos mencionados en el estudio se dirigen de manera exclusiva a los cánceres con estrógeno y estrógeno-positivos, no a los cánceres con progesterona-positivos. Además, la progesterona actúa como antagonista del receptor de estrógeno y como inhibidor de la aromatasa, lo que podría ofrecer una posible protección contra la demencia, según los hallazgos del estudio.

2. Terminología engañosa: el propio estudio utiliza el término "terapia moduladora hormonal" (HMT, por sus siglas en inglés) para describir los tratamientos antiestrogénicos. Esta terminología vaga evita afirmar que la terapia es de naturaleza bloqueadora del estrógeno, a diferencia de los medicamentos SERM que tienen efectos mixtos. Tampoco aclara que la terapia se dirige únicamente al estrógeno, no a la progesterona.

Estas tácticas parecen ser intentos de tergiversar la ciencia para servir a los intereses farmacéuticos y evitar afirmar la conclusión obvia basada en los hallazgos del estudio: que el estrógeno puede ser una causa de demencia y alzhéimer, mientras que la terapia antiestrogénica (incluyendo las opciones naturales como la progesterona) puede ser protectora y quizá hasta terapéutica para las demencias existentes.

Un análisis crítico de la hipótesis del estrógeno

Durante años, la comunidad médica ha operado bajo el supuesto de que el estrógeno es beneficioso para la salud del cerebro, sobre todo en las mujeres posmenopáusicas. Esta creencia ha llevado al uso generalizado de la terapia de reemplazo hormonal (TRH) y de otras intervenciones que aumentan el estrógeno. Sin embargo, este nuevo estudio nos obliga a examinar esta hipótesis.

La idea de que la deficiencia de estrógeno causa un deterioro cognitivo en las mujeres mayores, se ha basado en gran medida en estudios observacionales y en el momento en que las mujeres suelen experimentar mayores tasas de demencia, que es durante la posmenopausia. A pesar de ello, la correlación no implica causalidad y hay muchos otros factores que cambian a medida que las mujeres envejecen y que podrían contribuir al deterioro cognitivo.

Además, ensayos clínicos previos sobre la terapia de reemplazo hormonal han arrojado resultados mixtos con respecto a la función cognitiva y el riesgo de demencia. En el estudio titulado “Women's Health Initiative Memory”,2 por ejemplo, se encontró que la terapia combinada de estrógeno y progestina aumentó el riesgo de demencia en mujeres posmenopáusicas.

El estudio actual proporciona evidencia sólida de que bloquear el estrógeno o reducir su producción puede tener efectos protectores contra la demencia. Esto sugiere que el estrógeno en realidad podría ser perjudicial para la salud del cerebro, en lugar de protegerlo. Si este es el caso, explicaría porqué las tasas de demencia aumentan después de la menopausia, no por la deficiencia de estrógeno, sino por los efectos acumulativos de la exposición al estrógeno durante toda la vida.

Enfoques antiestrogénicos naturales

Si el bloqueo del estrógeno realmente resulta protector contra la demencia, abre un abanico de posibles estrategias preventivas más allá de las intervenciones farmacéuticas. Muchos compuestos naturales y factores de estilo de vida pueden tener efectos antiestrogénicos:

1. Vegetales crucíferos: los compuestos del brócoli, la coliflor y las coles de Bruselas pueden ayudar a metabolizar el estrógeno.

2. Té verde: contiene compuestos que pueden inhibir la aromatasa, la enzima que produce estrógeno.

3. Ejercicio: la actividad física regular puede ayudar a equilibrar las hormonas y puede tener efectos antiestrogénicos.

4. Dormir: una higiene del sueño adecuada es crucial para el equilibrio hormonal, incluyendo la regulación del estrógeno.

5. Manejo del estrés: el estrés crónico puede alterar el equilibrio hormonal. Técnicas como la meditación, el yoga o la respiración profunda pueden ayudar.

6. Vitamina D: se ha demostrado que esta vitamina liposoluble tiene efectos antiestrogénicos.

7. Progesterona: como se mencionó anteriormente, la progesterona natural puede actuar como antagonista del estrógeno.

El papel de la progesterona

Dada su posible importancia a la luz de los hallazgos de este estudio, vale la pena profundizar en el papel de la progesterona. La progesterona a menudo se pasa por alto en las discusiones sobre las hormonas y la salud cerebral, y la mayor parte de la atención se centra en el estrógeno. Sin embargo, la progesterona tiene varias propiedades que la hacen posiblemente neuroprotectora, incluyendo las siguientes:

1. Antagonista del receptor de estrógeno: la progesterona puede bloquear los efectos del estrógeno en ciertos tejidos.

2. Inhibidor de la aromatasa: puede reducir la producción de estrógeno en el cuerpo.

3. Efectos neuroprotectores: independientemente de sus efectos sobre el estrógeno, los estudios en animales han demostrado que la progesterona tiene propiedades neuroprotectoras directas.

4. Antiinflamatorio: la progesterona puede reducir la inflamación en el cerebro, que se cree que juega un papel en el desarrollo de la demencia.

Dadas estas propiedades y los hallazgos del estudio actual, es posible que la suplementación con progesterona pueda ser una forma natural de reducir el riesgo de demencia. No obstante, se necesita más investigación para confirmar esta hipótesis.

Aprenda a tomar progesterona de la forma correcta

Antes de utilizar progesterona es importante entender que no es una solución mágica y que obtendría mejores resultados si la utiliza junto con una alimentación bioenergética que le permita quemar glucosa de manera efectiva como combustible principal, sin tener que acumular electrones en sus mitocondrias, los cuales disminuyen la producción de energía.

El primer paso es abordar su alimentación y, después de hacerlo, otra estrategia efectiva que podría ayudar a contrarrestar el exceso de estrógenos es tomar progesterona transmucosa (es decir, la que se aplica en las encías, no la oral, ni la transdérmica), ya que es un antagonista natural de los estrógenos. La progesterona es una de las cuatro hormonas que, en mi opinión, podrían beneficiar a la mayoría de los adultos. (Las otras tres son: la hormona tiroidea T3, la DHEA y la pregnenolona).

No recomiendo la progesterona transdérmica, ya que su piel exhibirá niveles elevados de la enzima 5-alfa reductasa, lo que provoca que una gran parte de la progesterona que toma se convierta en alopregnanolona y que no pueda volver a convertirse en progesterona.

La mejor manera de administrar progesterona

Es importante mencionar que cuando utiliza la progesterona por vía transmucosa en las encías, como lo recomiendo, la FDA considera que eso la convierte en un medicamento, por lo que prohíbe a cualquier compañía indicar este modo de uso en su etiqueta. Es por esto que empresas como Health Natura promocionan sus productos de progesterona únicamente como de uso tópico.

Sin embargo, es legal que cualquier médico recomiende el uso de un medicamento no indicado o no aprobado.  En este caso, la progesterona es una hormona natural y no un medicamento, además es muy segura incluso en dosis altas. Esto es muy diferente a la progesterona sintética llamada progestina, que es utilizada por las compañías farmacéuticas y que con frecuencia, de forma incorrecta, llaman progesterona.

El Dr. Ray Peat realizó un trabajo trascendental sobre la progesterona y, en mi opinión, hasta la fecha no hay nadie que supere su conocimiento en este tema. En 1982 escribió su tesis de doctorado sobre el estrógeno y pasó la mayor parte de su carrera profesional estudiando y documentando la necesidad de contrarrestar los peligros del exceso de estrógeno con alimentaciones bajas en ácido linoleico y suplementos de progesterona por vía transmucosa.

El Dr. Ray encontró que la mayoría de los solventes no disuelven de forma adecuada la progesterona, y descubrió que la vitamina E es el mejor solvente para llevar la progesterona a los tejidos. La vitamina E también podría ayudar a proteger contra el daño ocasionado por el ácido linoleico. Sin embargo, debe elegir bien sus suplementos de vitamina E, ya que la mayoría que se encuentran a la venta son de muy mala calidad y podrían ser contraproducentes.

Nunca utilice vitamina E sintética (o acetato de alfa tocoferol; acetato significa que es sintética). La vitamina E natural se etiqueta como "d alfa tocoferol", este es el isómero D puro, qué es lo que su cuerpo puede utilizar. También hay otros isómeros de vitamina E y lo que necesita es el espectro completo de tocoferoles y tocotrienoles, en particular los tipos beta, gamma y delta, en el isómero D efectivo.

También hay otros isómeros de vitamina E, y lo que necesita es el espectro completo de tocoferoles y tocotrienoles, en particular los tipos beta, gamma y delta, en el isómero D efectivo.

Puede comprar progesterona bioidéntica de grado farmacéutico como la Progesterone Powder, Bioidentical Micronized Powder de 10 gramos por $ 40 en muchas tiendas en línea como Amazon. Esa cantidad podría durarle casi un año, pero depende de la dosis que elija.

Además, necesitará comprar cucharas medidoras de acero inoxidable, ya que necesitará 1/64 de cucharadita (25 mg) y 1/32 de cucharadita (50 mg). Por lo general, una dosis normal es de 25 a 50 mg, y lo más recomendable es tomarla 30 minutos antes de acostarse, ya que tiene una función anticortisol e incrementará los niveles de GABA, lo que le ayudará a dormir mejor.

Por desgracia, este producto suele agotarse muy rápido; si ese es el caso, puede utilizar Simply Progesterone de Health Natura, que también contiene vitamina E y aceite de MCT. De nuevo, mientras Helath Natura indica que su producto es sólo para "uso tópico", recomiendo aplicarlo por vía transmucosa, frotándolo en las encías.

Si está en periodo de menstruación, debe tomar progesterona durante la fase lútea o la última mitad de su ciclo, es decir, comenzar 10 días después del primer día de su período y dejar de tomarla cuando vuelva a empezar su período.

Si es hombre, o una mujer que no menstrua, puede tomar progesterona todos los días durante 4 a 6 meses y descansar una semana. Lo más recomendable es tomar progesterona 30 minutos antes de acostarse, ya que tiene una función anticortisol y aumentará los niveles de GABA, lo que le ayudará a dormir mejor.

Esto es lo que yo hago desde hace más de un año con muy buenos resultados. Soy médico, así que no tengo ningún problema para hacerlo. Si no es médico, deberá consultar a uno, ya que la terapia con progesterona por vía transmucosa requiere receta médica.

Implicaciones para las prácticas médicas actuales

Si los hallazgos de este estudio se corroboran con investigaciones adicionales, podrían tener implicaciones significativas para las prácticas médicas actuales:

1. Terapia de reemplazo hormonal: tal vez sea necesario reconsiderar el uso de terapia de reemplazo hormonal basada en estrógenos para los síntomas de la menopausia y la prevención de la osteoporosis, sobre todo en mujeres con antecedentes familiares de demencia.

2. Tratamiento del cáncer de mama: los posibles beneficios cognitivos de las terapias antiestrógeno utilizadas en el tratamiento del cáncer de mama podrían ser un factor adicional a considerar al momento de evaluar las opciones de tratamiento.

3. Estrategias preventivas: es posible que los proveedores de atención médica deban comenzar a considerar enfoques antiestrogénicos como parte de las estrategias de prevención de la demencia, en especial en personas de alto riesgo.

4. Enfoque de la investigación: este estudio puede cambiar el enfoque de la investigación sobre la demencia hacia la investigación de los posibles efectos nocivos del estrógeno en el cerebro, en lugar de sus presuntos efectos protectores.

Desafíos y controversias

A pesar de la solidez de los hallazgos de este estudio, es probable que enfrente un rechazo significativo por parte de ciertos sectores de la comunidad médica. La hipótesis del estrógeno ha estado muy arraigada en el pensamiento médico durante décadas y los cambios de paradigma a menudo enfrentan resistencia.

Además, hay muchos intereses financieros. La industria de la terapia de reemplazo hormonal vale miles de millones de dólares a nivel mundial. El abandono de las terapias basadas en estrógenos podría tener importantes implicaciones económicas.

También existe el desafío de conciliar estos hallazgos con otros efectos conocidos del estrógeno. Por ejemplo, se sabe que el estrógeno tiene efectos protectores contra la osteoporosis. ¿Cómo equilibramos los posibles riesgos cognitivos con otras consideraciones de salud? Estos desafíos subrayan la necesidad de más investigaciones en esta área.

Si bien este estudio aporta evidencia convincente, es sólo una pieza del rompecabezas. Necesitamos estudios a gran escala y a largo plazo para comprender bien la relación entre el estrógeno, las terapias antiestrógeno y la salud cognitiva.

Un llamado a la investigación con mente abierta

Los hallazgos de este estudio desafían creencias arraigadas sobre el estrógeno y la salud del cerebro. Sugieren que nuestra comprensión de las hormonas y de la función cognitiva puede ser más compleja de lo que se creía anteriormente.

Como profesional médico y defensor de la salud, creo que es fundamental que abordemos estos hallazgos con una mente abierta. Debemos estar dispuestos a cuestionar nuestras suposiciones y seguir la evidencia hasta donde nos lleve, incluso si contradice creencias establecidas.

Para las personas preocupadas por la salud cognitiva, estos hallazgos ofrecen nuevas vías de exploración. Si bien es demasiado pronto para hacer recomendaciones definitivas basadas en este único estudio, puede valer la pena analizar estrategias antiestrogénicas con su proveedor de atención médica, sobre todo si tiene antecedentes familiares de demencia.

Recuerde, el equilibrio hormonal es complejo e individualizado. Lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Siempre consulte con un profesional de la salud calificado antes de realizar cambios significativos en su régimen de salud.

A medida que avanzamos, espero que este estudio estimule más investigaciones sobre la relación entre las hormonas y la salud del cerebro. Si continuamos haciendo preguntas y cuestionando nuestras suposiciones, podremos avanzar hacia una mejor comprensión de cómo prevenir y tratar enfermedades devastadoras como la demencia y la enfermedad de Alzheimer.

Mientras tanto, centrarse en la salud general del cerebro a través de una dieta equilibrada, ejercicio regular, gestión del estrés y estimulación cognitiva sigue siendo un enfoque prudente para todos. Mientras esperamos nuevos avances en esta apasionante área de investigación, estos factores de estilo de vida serán nuestra mejor defensa contra el deterioro cognitivo.