📝HISTORIA EN BREVE

  • Hasta 900 000 personas en Estados Unidos sufren de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar cada año, y hasta 100 000 personas mueren a causa de esto
  • La trombosis venosa profunda podría causar dolor repentino o gradual en una pierna o brazo, así como hinchazón, sensibilidad, enrojecimiento o decoloración de la piel
  • El síntoma más común de embolia pulmonar es la dificultad para respirar que aparece de forma repentina
  • Los agentes fibrinolíticos, que también se conocen como agentes trombolíticos, son capaces de disolver los coágulos de sangre que bloquean las venas o las arterias
  • La lumbroquinasa es casi 300 veces más poderosa que la serrapeptasa y casi 30 veces más poderosa que la natoquinasa, por lo que es mi primera opción al momento de recurrir a las enzimas fibrinolíticas

🩺Por el Dr. Mercola

Un coágulo de sangre es una masa de sangre que cambia de un estado líquido a un estado gelatinoso o semisólido. Este proceso, que se conoce como coagulación, es fundamental para prevenir el sangrado excesivo cuando se sufre una lesión. Sin embargo, los coágulos también pueden formarse de forma inadecuada dentro de los vasos sanguíneos, lo cual puede causar problemas de salud muy graves.

Cuando coágulo de sangre se forma dentro de un vaso sanguíneo y obstruye el flujo sanguíneo, se denomina trombo. Si una parte del coágulo se desprende y viaja por el torrente sanguíneo, entonces se convierte en un émbolo. Según el lugar donde se produzcan estos coágulos, y por dónde se desplacen, pueden causar afecciones como una trombosis venosa profunda (TVP), una embolia pulmonar, un ataque cardíaco o un derrame cerebral.

Hasta 900 000 personas en Estados Unidos sufren de TVP o embolia pulmonar cada año, y hasta 100 000 personas mueren a causa de esto.1 Conocer los signos y síntomas es importante para buscar atención médica inmediata, mientras que tomar medidas de prevención puede ayudarle a evitar los coágulos sanguíneos y sus complicaciones.

¿Qué aumenta el riesgo de coágulos de sangre?

El tromboembolismo venoso (TEV), que incluye tanto la TVP como la embolia pulmonar, puede afectar a cualquier persona, pero es más común si ha estado hospitalizado o se ha sometido a una cirugía hace poco tiempo. De hecho, el 50 % de los coágulos de sangre aparecen durante o poco después de la hospitalización o cirugía, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. 2

Permanecer inmóvil durante largos periodos de tiempo, como cuando se está en reposo en cama o durante un viaje, también aumenta el riesgo y es más probable que se forme un coágulo de sangre si ya tuvo uno antes. De hecho, de cada 10 personas que han tenido un coágulo de sangre, tres tendrán otro después de 10 años.3 Ciertos problemas de salud, como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades inflamatorias crónicas, también aumentan el riesgo de coágulos sanguíneos.4 Estos son otros factores de riesgo:5

Embarazo y posparto

Edad (a mayor edad, mayor riesgo)

Antecedentes de coágulos de sangre

Sobrepeso u obesidad

Cáncer reciente o recurrente

Lesiones

Medicamentos a base de estrógenos, como anticonceptivos hormonales o terapia de reemplazo hormonal

Fumar

Signos y síntomas comunes de coágulos de sangre

Los signos de un coágulo de sangre varían según la zona del cuerpo en la que se encuentren. La trombosis venosa profunda puede causar dolor repentino o gradual en una pierna o brazo, junto con hinchazón, sensibilidad, enrojecimiento o decoloración de la piel. También es posible que el área se sienta caliente. El dolor que trae consigo la TVP puede sentirse como un calambre, a menudo comienza en la pantorrilla y puede empeorar cuando se pone de pie, camina o dobla el pie.

Según el Dr. Luis Sánchez, jefe de cirugía vascular de la Universidad de Washington:

"La TVP en la pierna es el tipo más común de trombosis venosa y puede provocar enfermedades graves, discapacidad y, en algunos casos, la muerte. Casi cualquier persona puede desarrollar esta enfermedad grave y que se puede prevenir, por lo que es muy importante conocer los factores de riesgo y las señales de advertencia si usted o un ser querido desarrolla TVP".6

La embolia pulmonar, que es una obstrucción en una de las arterias pulmonares de los pulmones, a menudo ocurre debido a la TVP, cuando una parte del coágulo se desprende y viaja a los pulmones. Los síntomas de una embolia pulmonar suelen ser similares a los de un ataque cardíaco y el síntoma más común es la dificultad repentina para respirar.7

También puede surgir dolor en el pecho que empeora al respirar, tos (incluso con sangre), arritmia cardíaca y aturdimiento. Algunas personas también experimentan una sensación de ansiedad, sudoración, palpitaciones e hipotensión, y también pueden tener síntomas de TVP.8

Un coágulo de sangre en el cerebro puede causar un derrame cerebral isquémico, lo que provoca debilidad en la cara, brazos o piernas, dificultad para hablar, problemas de visión, dolor de cabeza intenso y mareos.9 Los coágulos de sangre abdominal también pueden ocurrir, aunque son menos comunes que los que se presentan en las piernas o los pulmones. Los síntomas de un coágulo de sangre en el abdomen pueden incluir dolor abdominal intenso, vómitos y diarrea.

La hipótesis trombogénica: los coágulos de sangre pueden causar enfermedades cardíacas

El Dr. Malcolm Kendrick, médico familiar certificado y autor del libro "The Clot Thickens: The Enduring Mystery of Heart Disease", explica una hipótesis alternativa sobre las causas de las enfermedades cardíacas. En 1852, un investigador de Viena, Karl von Rokitansky, desarrolló lo que denominó la hipótesis de la incrustación de las enfermedades cardíacas.

Hoy, esta hipótesis recibió el nuevo nombre de hipótesis trombogénica. "Trombo" indica trombosis, es decir, coágulos de sangre, y "génesis" significa la causa o el comienzo de. Entonces, la hipótesis trombogénica se refiere a que los coágulos de sangre son la patología básica que causa todas las enfermedades cardíacas.

En pocas palabras, cuando se forma un coágulo de sangre en la pared de la arteria, lo que puede ocurrir por varias razones, lo normal es que se cubra y se disuelva. No obstante, surge un problema si el coágulo de sangre no se elimina por completo y se forma otro coágulo de sangre en la misma zona "vulnerable". Esto se convierte entonces en lo que se conoce como placa aterosclerótica.

El Dr. Kendrick explica lo siguiente:

 "La placa aterosclerótica es básicamente una acumulación de coágulo de sangre: reparación, coágulo de sangre, reparación, coágulo de sangre, reparación. Si el proceso de coagulación de la sangre es más rápido que el proceso de reparación, se tiene una placa que crece de forma gradual y en cierto punto engrosa la pared de la arteria hasta que se estrecha lo suficiente como para que el coágulo de sangre final, encima de la placa existente, sea lo que puede causar un ataque al corazón o derrame cerebral...
Si se corta la placa y se observa con cuidado, casi parece anillos de árbol. Se puede apreciar que ha habido un ciclo de coágulo y reparación periódico a lo largo de los años.
Es aceptado en muchos lugares que un coágulo de sangre que se forma en una placa existente hará que la placa aumente de tamaño. Podemos encontrar 10 000 artículos que dicen que este es el caso. Lo que la corriente principal no aceptará es que un coágulo de sangre en una pared arterial sana pueda iniciar todo el proceso.
Entonces, hasta cierto punto, lo único que le digo a las personas es que sabemos que los coágulos de sangre causan el evento final. Sabemos que los coágulos de sangre hacen que crezcan placas. ¿Por qué no aceptar que los coágulos de sangre son lo que lo inicia en primer lugar? Porque entonces tenemos un proceso completo y tiene sentido, porque encaja con lo que podemos ver".

Los coágulos de sangre no siguen creciendo sin parar. Si lo hicieran, moriríamos cada vez que surgiera uno en nuestro cuerpo. Lo que sucede es que, cuando se forma un coágulo, intervienen otros procesos para evitar que crezca demasiado, razón por la cual no todos los coágulos provocan un derrame cerebral o un ataque cardíaco. Una vez que el coágulo se ha estabilizado y se ha eliminado, el área queda cubierta por células progenitoras endoteliales que se producen en la médula ósea y flotan en el torrente sanguíneo.

Cuando una célula progenitora encuentra un área que ha sido dañada, se adhiere a esa área, junto con otras, y forma una nueva capa endotelial. El coágulo de sangre restante ahora se encuentra "dentro" de la pared de la arteria. En teoría, es el proceso de reparación el que puede provocar que se acumule la placa dentro de la pared arterial. Con el tiempo, si el daño supera la reparación, esto puede estrechar la arteria y reducir el flujo sanguíneo.

Los coágulos de sangre también fueron una característica de los casos de COVID-19 grave. En muchos de estos casos, el paciente cumplió con los criterios de coagulación intravascular diseminada (CID),10 que se refiere a un trastorno sistémico que afecta la coagulación de la sangre y que puede provocar una disfunción de los órganos y la muerte. Mientras tanto, la sepsis es una de las causas más comunes de CID,11 y resalta las graves repercusiones de una mala coagulación de la sangre.

Las enzimas fibrinolíticas podrían ayudar a descomponer los coágulos

Los agentes fibrinolíticos, que también se conocen como agentes trombolíticos, son capaces de disolver los coágulos de sangre que bloquean las venas o las arterias. La salud de las arterias influye mucho en todos los aspectos de su salud cardiovascular, que es una de las razones por las que las enzimas fibrinolíticas como la lumbroquinasa, la natoquinasa y la serrapeptasa deberían formar parte de su estilo de vida saludable.

La lumbroquinasa, la serrapeptasa y la natoquinasa son enzimas proteolíticas que actúan como anticoagulantes naturales que descomponen la fibrina que forma los coágulos sanguíneos. La fibrina es un material de coagulación que restringe el flujo sanguíneo que se encuentra tanto en el torrente sanguíneo como en el tejido conectivo, como los músculos. La acumulación de fibrina también es responsable del tejido cicatricial.

Las enzimas fibrinolíticas inhiben la agregación plaquetaria y la formación de coágulos sanguíneos de manera similar a la aspirina. En un estudio con animales, una dosis de 500 miligramos por kilogramo (mg/kg) de nattoquinasa previno la obstrucción de una arteria, al igual que la aspirina en una dosis de 30 mg/kg, lo que demuestra que puede mejorar el flujo sanguíneo.12

La lumbroquinasa es casi 300 veces más poderosa que la serrapeptasa y casi 30 veces más poderosa que la natoquinasa,13 por lo que es mi primera opción al momento de recurrir a las enzimas fibrinolíticas. La lumbroquinasa, la cual se extrae de lombrices de tierra, es un agente antitrombótico muy efectivo que reduce la viscosidad de la sangre y la agregación plaquetaria,14 al mismo tiempo que degrada la fibrina.

Las enzimas fibrinolíticas son ideales para un uso específico. Si tiene la intención de usarlas todos los días, asegúrese de alternar la lumbroquinasa con otros tipos, incluyendo la nattoquinasa y la serrapeptasa, para no desarrollar sensibilidad o alergia a ellas. Además, es importante recordar que se deben tomar con el estómago vacío, al menos una hora antes o dos horas después de comer alimentos ricos en proteína.

Consejos adicionales para reducir el riesgo de coágulos de sangre

Además de las enzimas fibrinolíticas, las siguientes estrategias también pueden ayudar a reducir el riesgo de coágulos sanguíneos:

• Evite el uso innecesario de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno y el naproxeno: aunque ​estos ​medicamentos ​inhiben ​la ​inflamación, ​también ​provocan ​agregación ​plaquetaria ​al ​bloquear ​la ​COX-2. ​En ​otras ​palabras, ​activan ​el ​sistema ​de ​coagulación ​de ​la ​sangre, ​lo ​que ​incrementa ​el ​riesgo ​de ​que ​se ​desarrollen ​más ​coágulos ​de ​sangre.

• Exponga su piel al sol: la exposición al sol activa el óxido nítrico (ON), que ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y reduce la presión arterial, protege el endotelio e incrementa los niveles de melatonina en las mitocondrias, lo que ayuda a producir más energía celular.

• Evite los aceites de semillas y los alimentos procesados: los aceites de semillas son una fuente principal de ácidos grasos omega-6, conocido como ácido linoleico (AL). Consumir demasiado AL se relaciona con casi todas las enfermedades crónicas, incluyendo la presión arterial alta, la obesidad, la resistencia a la insulina y la diabetes.

Este ácido graso se pega a las membranas de sus células, lo que causa estrés oxidativo, además puede permanecer allí hasta por siete años. Los metabolitos oxidativos del ácido linoleico (OXLAM) son los que causan el daño primario, incluyendo el daño endotelial, el cual puede aumentar la formación de coágulos sanguíneos.

• Controle el estrés crónico: esto incrementa tanto los niveles de azúcar como la presión arterial, promueve la coagulación de la sangre y deteriora los sistemas de reparación. Mientras que el cortisol, una hormona clave del estrés, reduce la producción de células endoteliales.

• Deje de fumar.