📝HISTORIA EN BREVE

  • La fibrilación auricular (AF) es un problema de salud que está en aumento a nivel mundial, el cual afecta a millones de personas y aumenta en gran medida con la edad. Afecta de forma significativa la calidad de vida y genera una carga económica considerable para los sistemas de salud
  • La disfunción mitocondrial influye en gran medida en el desarrollo de la AF, ya que afecta la producción de energía, el equilibrio iónico celular y los niveles de estrés oxidativo. Esta disfunción contribuye al remodelado eléctrico y estructural del corazón
  • Diversos medicamentos, en particular los que se utilizan para el control de la diabetes, como los inhibidores de DPP-4 y de SGLT2, podrían ayudar a mejorar la función de las mitocondrias y reducir el riesgo de AF
  • Se están desarrollando terapias dirigidas a la función de las mitocondrias, incluyendo medicamentos y terapias génicas, que podrían ofrecer enfoques nuevos para prevenir y tratar al AF
  • Mantener la salud mitocondrial mediante cambios en el estilo de vida y hablar con su médico sobre las terapias dirigidas a las mitocondrias podría ayudar a disminuir el riesgo de AF, en especial a medida que envejece

🩺Por el Dr. Mercola

La fibrilación auricular (AF) es una epidemia silenciosa que está en aumento a nivel mundial. La AF es el tipo más común de ritmo cardíaco anormal, y afecta a millones de personas en todo el mundo; se estima que afecta entre el 1 % y el 2 % de la población general de Estados Unidos. 1

Cuando tiene fibrilación auricular, el sistema eléctrico del corazón se sale de control, lo que provoca ritmos irregulares y, en ocasiones, más rápidos. Esto aumenta de tres a cinco veces su riesgo de sufrir un derrame cerebral. ¿Cuál es la razón? Los latidos irregulares podrían hacer que la sangre se acumule y forme coágulos en el corazón, los cuales podrían llegar al cerebro. 2

Lo que es muy preocupante es cómo el riesgo de desarrollar AF aumenta de forma dramática con la edad. Si bien, es raro en adultos más jóvenes, afecta solo alrededor del 0.1 % de los menores de 55 años,3 se calcula que la prevalencia en las personas de 65 a 69 años es de 6.4 %, y del 28.5 % para las mayores de 85 años.4

Pero la AF no sólo afecta a los adultos mayores. En algunos casos, podría aparecer a una edad mucho más temprana debido a factores genéticos o defectos congénitos del corazón. Para los pacientes más jóvenes, la causa suele encontrarse en las venas pulmonares, donde la actividad eléctrica anormal podría provocar episodios de AF. Si bien, este tipo de AF, que es conocida como AF paroxística, a menudo puede tratarse con éxito con la ablación de las venas pulmonares, la historia es muy diferente para los pacientes mayores.

A medida que envejece, el tejido del corazón se deteriora de forma natural, y diversas condiciones de salud podrían afectar el metabolismo y la estructura del corazón. Estos factores se combinan para crear un entorno propicio para la AF persistente o permanente, la cual es mucho más difícil de tratar.

Los efectos de la AF van mucho más allá de un simple latido irregular. Disminuye de forma significativa su calidad de vida, aumenta el riesgo de sufrir otros problemas de salud e incluso reduce su esperanza de vida.

La carga económica también es bastante considerable. Sólo en Estados Unidos, el coste del tratamiento de la AF ascendió a 6 650 millones de dólares en 2005, incluyendo 2 930 millones de dólares (44 %) en concepto de hospitalizaciones. 5 En una población con seguro médico privado, el costo anual directo de la AF se estimó en $ 15 553 por paciente, lo que fue $ 12 349 más que los afiliados que no padecen AF. 6

Estos costos han aumentado aún más con la llegada de los nuevos medicamentos anticoagulantes. A medida que la población de los países desarrollados sigue envejeciendo, el número de personas afectadas por la AF aumentará de forma drástica. Esta crisis de salud inminente recalca la necesidad urgente de comprender mejor cómo se desarrolla la AF, y de mejorar las estrategias para prevenirla y tratarla.

El papel de las mitocondrias en la AF

En el corazón de esta enfermedad tan compleja se encuentra un factor fascinante y que a menudo se pasa por alto: las mitocondrias. Estas pequeñas fuentes de energía dentro de sus células han estado involucradas en el desarrollo de la AF desde la década de los 70's. Las mitocondrias abundan en las células metabólicamente activas como los cardiomiocitos, que son las células musculares cardiacas.

Su función principal es producir adenosina 5′-trifosfato (ATP), que es la molécula que porta la energía que impulsa casi todos los procesos celulares, incluyendo el trabajo mecánico de los latidos del corazón y el movimiento complejo de iones que mantiene el ritmo del sistema eléctrico del corazón.

Cuando aparece la AF, se ejerce una presión enorme sobre las células del corazón. En las primeras etapas de la AF paroxística o persistente de corta duración, las mitocondrias intentan mantenerse al día al producir más ATP. Pero con el tiempo, esta producción comienza a disminuir, lo que indica una disfunción mitocondrial. Las consecuencias de este déficit de energía son de gran alcance.

Dado que hay menos ATP, todos los procesos que dependen de la energía en las células del corazón comienzan a fallar. Se altera el equilibrio de iones dentro y fuera de las células, se ralentizan las reacciones enzimáticas y la contracción y relajación del músculo cardíaco se ven comprometidas.

Sus células, que están desesperadas por obtener energía, comienzan a depender más de la glucólisis, que es una forma menos efectiva de producir energía, la cual ocurre en el citoplasma de la célula en lugar de en las mitocondrias. Este cambio hacia la glucólisis y el aumento de la producción de lactato es algo muy similar al efecto Warburg, el cual se puede observar en los tumores de rápido crecimiento. Es una señal de que las células de su corazón están bajo un estrés metabólico muy severo.

Este estrés activa un sensor de energía celular llamado proteína quinasa monofosfato de adenosina (AMPK). Cuando los niveles de ATP bajan y los de AMP aumentan, la AMPK entra en acción, lo que cambia las vías metabólicas hacia la glucólisis y suprime los procesos anabólicos que consumen energía.

Pero el impacto de la AMPK va mucho más allá del metabolismo. También podría afectar los canales iónicos en las células del corazón, incluyendo el canal de potasio sensible al ATP y el canal de calcio de entrada lenta. Estos cambios modifican las propiedades eléctricas de las células del corazón, lo que podría agravar la arritmia. Por interesante que parezca, la activación de AMPK se observa en la AF intermitente pero no en la AF de larga duración, lo que sugiere que podría ser una respuesta compensatoria al estrés metabólico provocado por la arritmia.

La disfunción mitocondrial es una fuente importante de ROS

Pero los problemas no terminan ahí. Cuando tiene disfunción mitocondrial, las mitocondrias se convierten en una fuente importante de especies reactivas de oxígeno (ROS), en particular aniones superóxido. Estas moléculas son muy reactivas y dañan las células, ya que oxidan las proteínas esenciales como el receptor de rianodina (RyR2) en el retículo sarcoplásmico y el canal de sodio interno en la membrana celular.

Estos cambios oxidativos alteran de forma directa la excitabilidad de las células del corazón y la forma en que se comunican entre sí, lo que crea un terreno fértil para mantener los circuitos eléctricos desordenados de la AF.

El daño provocado por la disfunción mitocondrial va más allá de las células del corazón. También podría estimular la liberación de citoquinas inflamatorias, activar los fibroblastos y promover la deposición de tejido conectivo en el corazón. Este cambio en la estructura del tejido del corazón aumenta aún más la probabilidad de que se desarrolle y persista la AF.

La relación entre la disfunción mitocondrial y el riesgo elevado de AF está respaldada por datos tanto experimentales como clínicos. Pero, para comprender cómo la disfunción mitocondrial contribuye a la AF, es necesario observar varios factores esenciales: la estructura de las mitocondrias, la biogénesis y el estrés oxidativo.

Cambios en la estructura de las mitocondrias en la AF

En cuanto a la estructura, las mitocondrias del tejido cardíaco afectado por la AF muestran cambios importantes. En modelos animales con AF persistente, los investigadores observaron un deterioro inicial de las miofibrillas (que son las unidades contráctiles del músculo cardíaco) y una acumulación de glucógeno.

Además del alargamiento de las mitocondrias y cambios en la orientación de sus membranas internas llamadas crestas. En ratones con AF e insuficiencia cardíaca, las mitocondrias de las células del corazón muestran daños aún más graves, incluyendo la inflamación de la matriz mitocondrial y cambios en las membranas mitocondriales internas y externas. Estos cambios estructurales podrían tener una relación directa con una menor producción de ATP.

Diversos estudios en humanos también encontraron anomalías en las mitocondrias en la AF. 7,8,9 Las muestras de tejido auricular de pacientes con AF muestran una mayor cantidad de mitocondrias, a menudo con formas irregulares. 10 Algunos estudios han encontrado mitocondrias inflamadas con cambios parciales o completos de su estructura interna. Al parecer, estos cambios podrían estar relacionados con la sobrecarga de calcio en las células, ya que podrían prevenirse con bloqueadores de los canales de calcio.

La AF altera la biogénesis mitocondrial

La biogénesis mitocondrial (que es la creación de mitocondrias nueva) es un proceso biológico muy complejo que controla la autorrenovación de los orgánulos y el mantenimiento del ADN mitocondrial, lo que garantiza la homeostasis celular. 11 Este proceso implica la acción coordinada de múltiples proteínas reguladoras, la mayoría de las cuales están codificadas por el ADN nuclear, con algunos actores clave codificados por el ADN mitocondrial. 12

El regulador principal de la biogénesis mitocondrial es una proteína llamada PGC-1α (coactivador 1-α del receptor γ activado por el proliferador de peroxisomas). 13 En condiciones normales, la alta demanda de energía aumenta la expresión de PGC-1α, lo que estimula la producción de mitocondrias nuevas.

Como lo mencione, en la fibrilación auricular (AF), hay evidencia de disfunción mitocondrial, que se caracteriza por cambios tanto funcionales como morfológicos. Varios estudios encontraron anomalías ultraestructurales en las mitocondrias en pacientes con AF, incluyendo cambios en la forma, el volumen y la remodelación de la ultraestructura de las crestas en los cardiomiocitos auriculares. 14

Las investigaciones también demostraron que en la AF humana daña el ADN mitocondrial. 15 La sobrecarga inicial de calcio y los niveles elevados crónicos de estrés oxidativo en las aurículas fibrilares podrían explicar el daño acelerado al ADN mitocondrial en la AF humana. No es de extrañar que, mejorar la función de las mitocondrias también podría disminuir la vulnerabilidad a la AF.

Otro factor: el estrés oxidativo

El estrés oxidativo es otro factor fundamental en la disfunción mitocondrial que se observa en la AF. Si bien, las mitocondrias siempre generan algunas especies reactivas de oxígeno como subproducto de la producción de energía, esta producción se sale de control en la AF. Diversos estudios sobre el músculo auricular de pacientes con AF encontraron una menor actividad de los complejos I y II de la cadena de transporte de electrones, una mayor actividad del complejo V y un aumento correspondiente en la producción de superóxido. 16

Este estrés oxidativo tiene efectos muy variados: altera la transcripción de genes, daña el ADN mitocondrial, aumenta la actividad de enzimas prooxidantes como la NADPH oxidasa y la xantina oxidasa y provoca una inflamación local.

El daño oxidativo también afecta las proteínas esenciales involucradas en el manejo del calcio, como los receptores de rianodina, lo que hace que pierdan calcio del retículo sarcoplásmico. Este cambio en la homeostasis del calcio podría, a su vez, provocar que las mitocondrias produzcan aún más ROS, lo que genera un círculo vicioso.

El estrés oxidativo y la inflamación también regulan de forma positiva la expresión del factor de crecimiento transformante β1 (TGF-β1), lo que favorece la fibrosis del miocardio auricular, que es un componente esencial de la remodelación estructural que hace que la FA persista.

Por suerte, varios estudios en animales demostraron que los tratamientos dirigidos al estrés oxidativo podrían prevenir el desarrollo de AF y la remodelación auricular asociada con esto. 17 Por ejemplo, se ha demostrado que el probucol, que es un antioxidante, podría ayudar a reducir el estrés oxidativo, inhibir la señalización inflamatoria y prevenir el desarrollo de AF y la remodelación auricular.

Asimismo, mejorar de forma genética la capacidad antioxidante de las mitocondrias en ratones ayudó a prevenir anomalías en las estructuras de las mitocondriales, la fuga de calcio del retículo sarcoplásmico y la vulnerabilidad a la AF.

Tratamientos farmacológicos comunes y suplementos efectivos

Debido al papel fundamental de la disfunción mitocondrial en la AF, existe un interés creciente por intervenciones farmacológicas que podrían mejorar la función de las mitocondrias y prevenir o tratar la AF. Existen varios tipos de medicamentos, algunos que ya se utilizan para otras afecciones como la diabetes, que podrían ayudar con esto.

Se ha demostrado que, los inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4), que son un tipo de medicamentos que se utilizan para tratar la diabetes tipo 2, podrían ayudar a disminuir el riesgo de AF. Estos medicamentos actúan al aumentar los niveles de hormonas incretinas, que a su vez estimulan la liberación de insulina y suprimen el glucagón. Pero, sus beneficios van más allá del control del azúcar en la sangre. En las células del corazón, los inhibidores de DPP-4 podrían reducir el estrés oxidativo y mejorar la función de las mitocondrias.

La ubiquinona, también conocida como coenzima Q10, es otro compuesto que podría ayudar a prevenir la AF. Esta sustancia natural es un cofactor fundamental en la cadena de transporte de electrones mitocondrial y un antioxidante poderoso. Los niveles de CoQ10 en el corazón pueden disminuir con la edad, el uso de estatinas o debido a factores genéticos.

Algunos estudios demostraron que suplementar con CoQ10 podría mejorar la función respiratoria en las mitocondrias y disminuir el estrés oxidativo,18,19 y en pacientes con insuficiencia cardíaca, se ha demostrado que el tratamiento con CoQ10 podría ayudar a reducir de forma significativa los eventos cardiovasculares adversos importantes20 y reducir la tasa de mortalidad. 21

Si bien, no hay evidencia directa que demuestre que la CoQ10 mejore la AF, parece razonable suponer que podría hacerlo, y su perfil de seguridad la convierte en un candidato muy interesante para futuras investigaciones como terapia complementaria en algunas situaciones de riesgo de AF.

Los fibratos, que se utilizan para tratar los niveles elevados de triglicéridos, también podrían ayudar a prevenir la AF a través de sus efectos sobre la función de las mitocondrias. Estos medicamentos activan el PPARα, que podría influir en la función de las mitocondrias a través de la vía PPARα/PGC-1α. Varios estudios en animales demostraron que los fibratos podrían revertir parte de la remodelación metabólica y eléctrica relacionada con la AF. 22

Si bien, existe evidencia de que los medicamentos hipolipemiantes, incluyendo los fibratos, podrían tener una relación con un índice menor de AF en ciertas poblaciones de pacientes, los beneficios clínicos para los resultados de la AF no se han evaluado por completo.

Si bien, estos medicamentos son prometedores, los investigadores también están desarrollando medicamentos nuevos dirigidos a la función de las mitocondrias. Uno de esos medicamentos es una combinación sintética de cuatro aminoácidos (un tetrapéptido) y se llama Elamipretide, el cual está diseñado para mejorar la energía de las mitocondrias y reducir la producción de ROS al estabilizar la membrana mitocondrial. 23

Los resultados iniciales en la insuficiencia cardíaca fueron prometedores, y mostraron mejoras en la función de las mitocondrias y los volúmenes del ventrículo izquierdo. 24

También se prescriben con frecuencia anticoagulantes para la AF. Uno de los más comunes es el Eliquis, que es un tipo de medicamento conocido como anticoagulante oral directo. Sin embargo, el Eliquis puede ser caro, ya que podría costarle hasta $ 594 al mes, dependiendo de su seguro. 25 Sin embargo, una nueva ley pide reducir los costos de los medicamentos para los beneficiarios de Medicare.

La función de las mitocondrias afecta muchos aspectos de la remodelación auricular

Como puede ver, la relación entre la disfunción mitocondrial y la AF es compleja y muy variada. Las mitocondrias ayudan a mantener el equilibrio de energía y la estabilidad eléctrica de las células de su corazón. Cuando fallan, se desencadena una serie de eventos que podrían conducir al desarrollo y persistencia de la AF.

Desde cambios en las estructuras de las mitocondrias hasta alteraciones de la biogénesis y aumento del estrés oxidativo, la disfunción mitocondrial afecta muchos aspectos de la remodelación auricular.

Por fortuna, este conocimiento abre nuevas vías de tratamiento y prevención. Muchas estrategias para mejorar la función de las mitocondrias también podrían ayudar a disminuir el riesgo de AF. Esta es la razón por la que, a medida que envejecemos, mantener la salud mitocondrial se vuelve cada vez más importante para conservar un ritmo cardíaco adecuado. Aunque no puede controlar todos los factores que influyen en el riesgo de AF, existen varias medidas que podría tomar para apoyar la función de sus mitocondrias y disminuir su riesgo.

Hacer ejercicio de forma regular, en especial aeróbico, podría estimular la biogénesis mitocondrial y mejorar la función de las mitocondrias. Caminar bajo el sol del mediodía con poca ropa es una estrategia excelente,  además de reducir su consumo de aceites de semillas.

Mi nuevo libro titulado: “Cellular Health: The Unifying Theory of Health for Ultimate Longevity and Joy”, el cual saldrá pronto, explica muchas estrategias para mejorar la función de las mitocondrias. Le recomiendo leerlo.