📝HISTORIA EN BREVE

  • En enero de 2024, los investigadores de la Universidad de Washington realizaron un estudio que enfatizó la importancia de evitar los alimentos ultraprocesados ​​durante el embarazo debido a la exposición a las sustancias químicas que contienen sus empaques, sobre todo los ftalatos
  • Los ftalatos son una clase de sustancias químicas que también se conocen como plastificantes y que se utilizan para hacer que los plásticos duren más tiempo. Se unen a los receptores de estrógeno y desarrollan propiedades estrogénicas que altearan el equilibrio hormonal
  • El estudio demuestra que las mujeres embarazadas que consumían una cantidad 10 % mayor de alimentos ultraprocesados ​​también tenían un nivel 13.1 % mayor de ftalatos en su orina. Estas sustancias químicas se transfieren al feto en el útero, lo que incrementa el riesgo de que el bebé desarrolle problemas de salud en el futuro
  • Aquí le daré algunos consejos para contrarrestar los efectos de los ftalatos estrogénicos y reducir la exposición a estas sustancias químicas

🩺Por el Dr. Mercola

Los alimentos ultraprocesados ​​no solo carecen de nutrientes esenciales, sino que también contienen ingredientes, como ácido linoleico, azúcares añadidos, carbohidratos refinados, conservadores, colorantes y saborizantes artificiales, que son muy dañinos. Evitar este tipo de alimentos es una de las estrategias más poderosas que puede implementar para optimizar su salud. Si está embarazada, consumir alimentos saludables se vuelve aún más importante, ya que todo lo que come también afecta el desarrollo de su hijo.

En enero de 2024 los investigadores de la Universidad de Washington realizaron un estudio1 que enfatizó la importancia de evitar los alimentos ultraprocesados ​​durante el embarazo. Pero, en esta ocasión, la razón detrás de su recomendación no se relaciona con el contenido nutricional (o la falta del mismo) de estos alimentos, sino con las sustancias químicas que se filtran de su empaque, procesamiento y manipulación, en especial los ftalatos.

¿Qué son los ftalatos?

Los ftalatos son una clase de sustancias químicas que también se conocen como plastificantes y que se utilizan para hacer que los plásticos duren más tiempo. 2 También se utilizan en cosméticos y otros productos para el cuidado personal. Pero, la alimentación es una de las fuentes principales de estas sustancias químicas, ya que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) permite el uso de nueve ftalatos en materiales que entran en contacto con los alimentos. Algunos ejemplos incluyen materiales de empaques, contenedores y equipos de procesamiento y manipulación de alimentos, como guantes, lo que puede provocar que los ftalatos terminen en los alimentos. 3

Aunque hay varios mecanismos detrás de los daños de los ftalatos, se sabe que estas sustancias químicas alteran la organización y función del eje hipotalámico-pituitario-gonadal, que es el sistema que se encarga de controlar el estrés y ayuda a regular la función inmunológica y la homeostasis metabólica. También pueden inhibir la producción de testosterona y producir efectos antiestrogénicos, lo que podría tener repercusiones en la plasticidad del cerebro. 4

Mientras que otros ftalatos, tienen propiedades estrogénicas, lo que significa que pueden imitar la función del estrógeno en el cuerpo y unirse a los receptores de estrógeno en las células. 5 Esto activa las vías mediadas por estrógenos que pueden alterar la función endocrina normal, lo que puede provocar una serie de problemas de salud, que incluyen problemas de fertilidad, tipos de cáncer que se relaciona con hormonas como el cáncer de mama, enfermedades cardiovasculares y disfunción metabólica que incrementa el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2.6

Los empaques de plástico son una fuente importante de ftalatos

El estudio7 de la Universidad de Washington, que se publicó en la revista Environment International, analizó los datos de la investigación Conditions Affecting Neurocognitive Development and Learning in Early Childhood (CANDLE) con el fin de determinar el efecto de consumir comida rápida y alimentos ultraprocesados en la exposición a los ftalatos durante el embarazo.  Si las madres se exponen a estas sustancias químicas, también se transfieren al feto en el útero.

En este estudio participaron 1031 mujeres embarazadas de diversos orígenes socioeconómicos de zonas urbanas. Se recolectaron muestras de orina de las participantes durante el segundo trimestre, y los investigadores descubrieron que los alimentos ultraprocesados ​​representaban entre el 9.8 % y el 59 % (un promedio de 38.6 %) de la alimentación de las mujeres embarazadas.

Las mujeres que consumían una cantidad 10 % mayor de alimentos ultraprocesados ​​también tenían un nivel 13.1 % mayor de metabolitos de ftalato (ΣDEHP) di(2-etilhexil) en la orina. Mientras que las mujeres embarazadas que consumieron una cantidad 10 % mayor de alimentos poco procesados ​​tuvieron un nivel de ftalatos 10.8 % menor.

"En nuestro análisis de alimentos ultraprocesados, las hamburguesas con queso, las papas fritas, los refrescos y los pasteles se relacionaron con mayores niveles de ΣDEHP en la orina.
Por su parte, el análisis factorial exploratorio identificó un patrón consistente con un mayor consumo de alimentos procesados, y este patrón se relacionó de forma positiva con las concentraciones urinarias de ácido ftálico, ΣDEHP y otros cinco metabolitos de DEHP.
Además, tener menores ingresos familiares y niveles de educación materna se relacionó con mayores concentraciones de ΣDEHP mediado por un mayor consumo de alimentos ultraprocesados, lo que implica barreras socioeconómicas para acceder a alimentos más saludables".

Los investigadores también descubrieron que los materiales que entran en contacto con los alimentos, como las envolturas de papel de la comida rápida y los cierres de tapas metálicas de frascos y botellas de vidrio, pueden ser una fuente de exposición a otras sustancias químicas ambientales, tales como sustitutos de ftalatos como tereftalato de di(2-etilhexilo) (DEHT), bisfenoles y sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS),8 que también se conocen como "sustancias químicas eternas", que permanecen en el medio ambiente durante un largo período de tiempo.

Los ftalatos también dañan la salud de los niños

Los autores del estudio9 enfatizaron que identificar fuentes comunes de ftalatos debería ser una "prioridad de salud pública", sobre todo durante el embarazo, cuando el feto en desarrollo es muy vulnerable al daño que causan estas sustancias químicas.

Las investigaciones relacionan una y otra vez la exposición a ftalatos con complicaciones del embarazo como diabetes gestacional y trastornos hipertensivos,10 así como con problemas en el parto, que incluyen bajo peso al nacer, parto prematuro y bajo peso de la placenta. 11,12 Más allá de los riesgos inmediatos del nacimiento, la exposición prenatal a los ftalatos también tiene implicaciones a largo plazo en la salud de los niños.

Por ejemplo, los estudios afirman que los niños que se exponen a mayores niveles de ftalatos en el útero de sus madres suelen presentar más problemas de conducta y dificultades con la función ejecutiva, que incluyen un coeficiente intelectual bajo y problemas de comunicación social. 13,14,15 También tienen mayor riesgo de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH),16 trastorno del espectro autista (TEA), obesidad, problemas en el desarrollo reproductivo,17 asma y alergias. 18

Una poderosa estrategia para contrarrestar los efectos del estrógeno

La progesterona es una hormona que actúa como un interruptor para "desactivar" el estrógeno, lo que ayuda a contrarrestar los efectos de los ftalatos y otros compuestos estrogénicos, por esa razón, siempre recomiendo que las mujeres jóvenes y sanas mantengan niveles saludables de esta hormona. Para mantener un nivel óptimo, puede tomar progesterona oral preformada. Pero, si está embarazada, primero consulte a su médico.

Durante el embarazo, los niveles de progesterona incrementan de forma natural, ya que es fundamental para el desarrollo del feto. Ayuda a mantener el revestimiento uterino, reducir el riesgo de contracciones uterinas, reforzar la función de la placenta, regular la respuesta inmunológica materna al feto, estimular la producción de moco cervical y el flujo sanguíneo al útero y estabilizar el estado de ánimo y el metabolismo. 19,20,21

Pero, si bien la progesterona es esencial para el embarazo, jamás debe tomar suplementos de progesterona sin la aprobación de su médico. Cualquier suplemento debe controlarse de forma cuidadosa y solo administrarse bajo la supervisión de un médico calificado. Su médico evaluará sus circunstancias individuales y controlará los niveles de progesterona a través de análisis periódicos para garantizar que se mantengan dentro de rangos seguros y efectivos para la salud de la madre y el feto.

Recomendaciones generales sobre la progesterona

Antes de utilizar progesterona, es importante entender que no es una solución mágica, y que obtiene mejores resultados si la utiliza en conjunto con una nutrición bioenergética que le permita quemar glucosa de manera efectiva como combustible principal con el fin de respaldar los electrones en sus mitocondrias que disminuyen la producción de energía. Muy pronto, publicaré mi libro sobre la salud de las células que explica a detalle todo este proceso.

El primer paso es abordar su alimentación y después de hacerlo, otra estrategia efectiva que podría ayudar a contrarrestar el exceso de estrógenos es tomar progesterona transmucosa (ni oral ni transdérmica), ya que es un antagonista natural de los estrógenos. La progesterona es una de las cuatro hormonas que, en mi opinión, podrían beneficiar a la mayoría de los adultos. (Las otras tres son la hormona tiroidea T3, la DHEA y la pregnenolona).

No recomiendo la progesterona transdérmica, ya que su piel tiene niveles elevados de la enzima 5-alfa reductasa, lo que hace que casi toda la progesterona se convierta en alopregnanolona.

En lo personal, recomiendo tomar de 25 a 50 mg de progesterona bioidéntica al día, de preferencia una hora antes de acostarse, ya que también podría favorecer el sueño. Para aumentar su biodisponibilidad, mezcle la progesterona con vitamina E natural. La diferencia de biodisponibilidad entre tomar progesterona por vía oral sin y con vitamina E es de 45 minutos y 48 horas.

No utilice vitamina E sintética (acetato de alfa tocoferol, acetato significa que es sintética). La vitamina E natural se etiqueta como "d alfa tocoferol". Este es el isómero D puro, que es el tipo que su cuerpo puede utilizar. También hay otros isómeros de vitamina E, y se necesita el espectro completo de tocoferoles y tocotrienoles, en particular los tipos beta, gamma y delta, en el isómero D efectivo.

Para que se dé una idea de cómo se ve la etiqueta de una vitamina E de alta calidad, visite nuestra tienda en línea. Puede utilizar cualquier marca que tenga una etiqueta similar. Si está en periodo de menstruación, debe tomar progesterona durante la fase lútea o la última mitad de su ciclo, es decir, comenzar 10 días después del primer día de su período y dejar de tomarla cuando vuelva a empezar su período.

Dónde encontrar progesterona de grado farmacéutico

Puede comprar progesterona bioidéntica de grado farmacéutico como la Progesterone Powder, Bioidentical Micronized Powder de 10 gramos por $ 40 en muchas tiendas en línea como Amazon. Esa cantidad podría durarle casi un año, pero depende de la dosis que elija.

Cabe recalcar que, necesitará comprar cucharas medidoras de acero inoxidable, ya que necesitará 1/64 de cucharadita, que son 25 mg, y 1/32 de cucharadita, que son 50 mg. Por lo general, una dosis normal es de 25 a 50 mg, y lo más recomendable es tomarla 30 minutos antes de acostarse, ya que tiene una función anticortisol y aumentará los niveles de GABA, lo que le ayudará a dormir mejor. Por desgracia, este producto suele agotarse muy rápido y, si ese es el caso, utilice Simply Progesterone de Health Natura, que también contiene vitamina E y aceite de MCT.

Si es hombre o ya no menstrua, puede tomar progesterona todos los días durante 4 a 6 meses, y descansar una semana. Lo más recomendable es que tome progesterona 30 minutos antes de acostarse, ya que tiene una función anticortisol y aumentará los niveles de GABA, lo que le ayudará a dormir mejor.

Cabe recalcar que, cuando utiliza progesterona por vía transmucosa en las encías, como lo recomiendo, la FDA considera que eso la convierte en un medicamento, y prohíbe a cualquier compañía indicarlo en su etiqueta. Pero, es legal que cualquier médico lo recomiende.

En este caso, la progesterona es una hormona natural y no un medicamento, y es muy segura incluso en dosis altas. Esto es muy diferente a la progesterona sintética que se conoce como progestina, que las compañías farmacéuticas utilizan y a la que suelen referirse como progesterona, lo que puede causar confusión y daños.

Repito, NO tome progesterona si está embarazada a menos que su médico lo apruebe. Tomar cualquier terapia hormonal durante el embarazo podría tener consecuencias devastadoras, por lo que jamás debe hacerse sin supervisión médica.  Y, recuerde, para evitar la exposición a compuestos estrogénicos, minimice su exposición a las sustancias químicas del plástico.

Cómo reducir su exposición a los ftalatos

Protegerse del daño de los plastificantes es tan simple como evitar sus fuentes. Estos son algunos de los cambios que recomiendo que implemente en su rutina diaria para minimizar la exposición a estas sustancias químicas:

Evite los envases y envolturas de plástico para alimentos y productos para el cuidado personal. Guarde sus alimentos y bebidas en contenedores de vidrio.

Evite darles a sus hijos juguetes de plástico. Deles juguetes hechos de sustancias naturales, como de madera o materiales orgánicos.

Lea bien las etiquetas de sus cosméticos con el fin de evitar sus ftalatos.

Evite los productos que se etiquetan con el término "fragancia", incluyendo los ambientadores, ya que podría incluir ftalatos que suelen utilizarse para estabilizar el aroma y alargar la caducidad del producto.

Cuando compre loncheras, mochilas o contenedores, busque productos que no contengan PVC.

No meta los contenedores de plástico al microondas, o cualquier otro plástico.

Sacuda las ventanas, paredes, piso y muebles ya que podrían contener ftalatos debido a que las sustancias químicas se pegan al polvo del piso y los niños podrían ingerirlas.

Pregunte en la farmacia si las pastillas que le recetaron están cubiertas para controlar su disolución, ya que el recubrimiento de las pastillas podría contener ftalatos.

Consuma alimentos sin procesar y frescos. Los alimentos que vienen en empaques de plástico pueden contener ftalatos.

Utilice biberones de vidrio en lugar de plástico. De ser posible, elija la lactancia materna durante el primer año de vida para evitar el plástico de los chupones y los biberones.

Saque las frutas y vegetales de las bolsas de plástico justo después de comprarlas y lávelas antes de guardarlas; como alternativa, puede utilizar bolsas de tela para guardar sus compras.

Los recibos utilizan impresión térmica, por lo que suelen contener BPA. Trate de no tocarlos y solicite que utilicen materiales más seguros (sin BPA).

Utilice productos naturales para la limpieza de su hogar, o haga los suyos.

Reemplace los productos de higiene femenina con alternativas más seguras.

Evite los suavizantes de ropa, toallitas para secadora; haga sus propios productos para reducir la electricidad estática.

Analice el agua del grifo de para verificar que no contenga contaminantes y si es necesario filtre el agua.

Enséñeles a sus hijos a no tomar agua de la manguera del jardín, ya que están hechas con plastificantes como ftalatos.

Utilice bolsas reutilizables cuando haga sus compras.

Lleve su propio contenedor, que no sea de plástico, para guardar las sobras del restaurante. Evite los utensilios y popotes desechables.

Lleve agua en un termo o botella de vidrio en lugar de comprar agua embotellada.

Considere cambiar a cepillos de dientes de bambú y cepillarse los dientes con aceite de coco y bicarbonato de sodio para evitar los tubos plásticos de las pastas dentales.