📝HISTORIA EN BREVE

  • Todos los carbohidratos que consume se transforman en azúcares que se conocen como glucosa. Por su parte, la glucosa puede metabolizarse (quemarse) en energía a través de dos vías diferentes. Primero, la glucosa se metaboliza en piruvato. Luego, el piruvato puede entrar a la vía de la glucólisis en el citoplasma de la célula y producir lactato (esta es una vía de respaldo poco efectiva), o puede convertirse en acetil-CoA y dirigirse a la cadena de transporte de electrones de las mitocondrias, que es la forma ideal de producir energía
  • El efecto Warburg se refiere a que, cuando su cuerpo tiene suficiente oxígeno, quemará (oxidará) la glucosa en sus mitocondrias al convertir el piruvato en acetil-CoA
  • El estado de la fisiología mitocondrial al que se refiere Warburg ocurre cuando el cuerpo tiene suficiente oxígeno y las mitocondrias no están al límite, pero aún utilizan la vía de glucólisis de respaldo. A esto también se le conoce como metabolismo del cáncer. A primera vista, pareciera que el cáncer utiliza la glucosa para satisfacer sus necesidades metabólicas de energía, pero no es así
  • La razón principal por la que la glucosa no se puede quemar en las mitocondrias es porque no están funcionando de forma correcta. Esta disfunción se relaciona con el hecho de que la cadena de transporte de electrones (ETC) tiene un exceso de electrones que le impide fluir con facilidad a través de los cinco complejos. Este problema se conoce como estrés reductor. Cuando esto ocurre, su cuerpo tiene que utilizar el sistema de respaldo, que es la glucólisis.
  • A diferencia de la fructosa natural (que se encuentra en alimentos como las frutas maduras y la miel), los azúcares refinados y muchos almidones tienen más probabilidades de causar disbiosis intestinal que produce la endotoxina. Y esta endotoxina es uno de los factores que deteriora la función de las mitocondrias, lo que activa el metabolismo del cáncer (efecto Warburg), en el que la glucosa se quema a través de la glucólisis

🩺Por el Dr. Mercola

Existe una idea errónea de que todo el azúcar, es decir, los carbohidratos, incrementa el riesgo el cáncer, pero eso tampoco es cierto. Con respecto al tema de "la relación entre el azúcar y el cáncer", hay un punto muy importante y es la fuente de los carbohidratos.

Aunque en términos técnicos es correcto llamar azúcar a todos los carbohidratos, existe una diferencia radical entre las fuentes de los carbohidratos, por ejemplo: las frutas maduras y los almidones, o las frutas enteras y la azúcar procesada y refinada (como azúcar de mesa y jarabe de maíz de alta fructosa).

De hecho, muchos estudios demuestran que existe una relación muy estrecha entre el consumo de azúcar refinada y el riesgo de cáncer. Ese es el caso de una investigación1 que se publicó en 2014, la cual encontró que los pacientes con cáncer de colon en etapa 3, que consumían dos o más porciones de bebidas azucaradas al día, tenían un riesgo 67 % mayor de recurrencia de cáncer y muerte que los pacientes que consumían menos de dos porciones al mes.

Aquí el término clave es "bebidas azucaradas", ya que existen diferencias importantes entre el azúcar líquido refinado y procesado y los azúcares sin refinar que contienen las frutas.

Los azúcares refinados, así como muchos almidones, pueden producir endotoxinas en el intestino, lo que daña la función de las mitocondrias y activa el metabolismo del cáncer, mientras que la fructosa que contienen los alimentos enteros no suele producir endotoxinas. Esta es una de las diferencias principales entre la azúcar refinada y la fructosa de la fruta madura, y ayuda a explicar por qué los azúcares refinados incrementan el riesgo de cáncer.

La glucólisis produce muchos efectos negativos

La vía de glucolisis tiene sus beneficios, como ayudar a producir de forma rápida la energía que necesita cuando activa sus fibras musculares tipo 2. Sin embargo, jamás debe ser su mecanismo principal para quemar glucosa, ya que, en ese caso, entra en un estado metabólico muy dañino que promueve la resistencia a la insulina y la diabetes, y crea una gran cantidad de lactato como producto de desecho en lugar de CO2 y agua metabólica, que es lo más saludable.

El lactato estimula el estrés reductor, lo que provoca un flujo de electrones inverso en las mitocondrias e incrementa el ROS de un 3 a un 4 %, que es de 30 a 40 veces mayor que cuando las mitocondrias queman la glucosa. Además, la glucólisis solo produce dos ATP por cada molécula de glucosa, lo que representa un 95 % menos de energía de la que se generaría si la glucosa se metabolizara en las mitocondrias.

Sin embargo, eso no es todo, también incrementa el cáncer porque las células cancerosas prosperan con la glucolisis. Una vez más, es muy importante que entienda que el azúcar en sí no es lo que incrementa el riego de cáncer, sino la disfunción de las mitocondrias y la oxidación de los ácidos grasos (metabolismo de las grasas en lugar de la glucosa).

Durante mucho tiempo, creí que las grasas se queman de manera más "limpia" que los carbohidratos (esta es una de las afirmaciones sobre la dieta cetogénica que no es cierta), pero después de analizar bien la información entendí que no es así. Ahora entiendo que cuando la glucosa se quema en las mitocondrias, en realidad se quema de una forma mucho más limpia que las grasas.

Por lo tanto, es muy importante mantener un índice de macronutrientes adecuado, ya que si la glucosa que consume siempre se descompone a través de la glucolisis, activará el metabolismo del cáncer. No solo eso, sino que también almacena más grasa porque no se utiliza como energía.

Por lo tanto, lo más saludable es quemar la glucosa en las mitocondrias. Aunque existe una excepción, que es cuando hace ejercicio de alta intensidad, ya que involucra las fibras tipo 2, por lo que es seguro utilizar la vía de glucólisis, pero solo en este caso. Cuando está en reposo, lo mejor es quemar la glucosa en sus mitocondrias.

Y la única manera de estar seguro de esto, es manteniendo su consumo de grasas por debajo del 30 % de las calorías totales. Si tiene resistencia a la insulina, lo que significa que tiene una mala flexibilidad metabólica, ese límite podría ser del 20 % o incluso del 10 %. Por lo tanto, si ese es su caso, lo ideal es reducir su consumo de grasas hasta que se resuelva su resistencia a la insulina. Después puede incrementarlo al 30 %. Para hacer este cálculo, puede utilizar Cronometer, un programa en línea que es gratuito.

Todo lo que necesita saber sobre el efecto Warburg

Tal vez ya ha escuchado que el efecto Warbug tiene una participación importante en el cáncer. El efecto Warburg se refiere al hecho de que las células de cáncer producen lactato incluso cuando hay suficiente oxígeno (respiración aeróbica). El lactato es el subproducto de la glucólisis (respiración no aeróbica).

Estoy consciente de que se trata de un tema muy complejo, pero el punto clave aquí es que si su cuerpo tiene suficiente oxígeno, quemará (oxidará) la glucosa en sus mitocondrias al convertir el piruvato en acetil-CoA.

Repito, es un tema complejo. Incluso algunos médicos bien preparados que se especializan en medicina natural no entienden bien este punto y afirman de manera errónea que Warburg demostró que el azúcar incrementa el riesgo de cáncer. Antes pensaba lo mismo, hasta que comencé a adentrarme en el trabajo de Ray Peat, experto en biología y pionero en medicina bioenergética. Es evidente que esta afirmación no es más que una mala interpretación de la investigación de Warburg.

Los conceptos básicos del metabolismo de la glucosa

Todos los carbohidratos que consume se transforman en azúcares que se conocen como glucosa. Como se muestra en la siguiente gráfica, la glucosa se puede metabolizar (quemar) de dos formas diferentes.

Primero, la glucosa se metaboliza en piruvato. Luego, el piruvato puede entrar a la vía de la glucólisis en el citoplasma de la célula y producir lactato (esta es una vía de respaldo poco efectiva), o puede convertirse en acetil-CoA y dirigirse a la cadena de transporte de electrones de las mitocondrias.

De hecho, hay muchos factores que influyen en el desarrollo del cáncer. Y no es tan simple como decir... "el cáncer se alimenta del azúcar", ya que las células cancerosas también pueden sobrevivir y prosperar con proteínas y grasas. Las células de cáncer utilizan la vía de glucólisis, que es la misma vía por la que pasa la glucosa cuando hay algún problema con las mitocondrias.

Esta es la misma vía que utiliza su cuerpo cuando alcanza su límite para producir ATP en las mitocondrias, que es la forma más efectiva y segura de producir energía. Si bien esta vía funciona bien para las actividades normales, cuando realiza actividades que exceden la capacidad de las mitocondrias para producir energía, como ejercicio de alta intensidad, la glucólisis se convierte en la forma más saludable de producir energía, pero solo en este caso.

El oxígeno, la glucosa y el metabolismo del cáncer

En el caso del ejercicio intenso, las mitocondrias alcanzan su límite para producir ATP, lo que significa que no pueden satisfacer la demanda de energía de su cuerpo. Es como conducir un automóvil con el pedal del acelerador a fondo y aun así no poder ir más rápido, por lo que se debe activar la vía de respaldo.

Aquí el sistema de respaldo es la glucólisis, que produce energía muy rápido, pero no es tan efectiva, ya que desperdicia muchos recursos, no produce CO2 y genera lactato, lo que crea estrés reductor. En el caso del ejercicio intenso, no es un problema, ya que es un sistema de respaldo que se activa por tiempo limitado y no causa efectos a largo plazo, lo que tiene sus beneficios.

El estado de la fisiología mitocondrial al que se refiere Warburg ocurre cuando el cuerpo tiene suficiente oxígeno y las mitocondrias no están al límite, pero aún utilizan la vía de glucólisis de respaldo. A esto también se le conoce como metabolismo del cáncer.

A primera vista, pareciera que el cáncer utiliza la glucosa para satisfacer sus necesidades metabólicas de energía, pero no es así. Incluso grandes investigadores como el Dr. Tom Seyfried, uno de los expertos principales en la teoría del cáncer como enfermedad metabólica, están algo confundidos con respecto a este tema. Me encantaría entrevistar al Dr. Tom Seyfried sobre esto, pero él y muchos otros expertos tienen un sesgo de confirmación tan grande que se niegan a reconsiderar su posición al respecto.

Los mecanismos que produce el efecto Warburg

Aquí radica toda la confusión, y es lo que casi ningún experto en salud logra entender bien. ¿Por qué su cuerpo haría una cosa tan tonta como quemar glucosa en la vía de respaldo de glucólisis que es poco efectiva y dañina, en lugar de hacerlo en las mitocondrias, que es la vía más saludable? Si logra entender la respuesta de esta pregunta, le aseguro que sabrá más sobre biología molecular que la mayoría de los médicos, incluyendo a casi todos los especialistas en medicina funcional.

La razón principal por la que la glucosa no se quema en las mitocondrias es porque no están funcionando de forma correcta, y tienen lo que se conoce como disfunción mitocondrial. Esta disfunción se relaciona con el hecho de que la cadena de transporte de electrones (ETC) tiene un exceso de electrones que le impide fluir con facilidad a través de los cinco complejos. Y a este se le conoce como estrés reductor, que se refiere a un exceso de cargas negativas a causa de los electrones.

Cuando sus mitocondrias alcanzan su límite para producir energía, a su cuerpo no le queda más remedio que recurrir a su sistema de respaldo, que es la glucólisis. Si no utiliza el sistema de respaldo, no produciría suficiente ATP y moriría porque su cuerpo necesita energía para que su metabolismo funcione. Es lo mismo que sucede cuando un incendio se queda sin combustible, se apaga.

Y este es el verdadero significado del efecto Warburg. La mayoría de las personas piensan que el cáncer se alimenta de azúcar, pero no es tan simple como suena, incluso sucede todo lo contrario. Las células de cáncer tienen mitocondrias tan dañadas que no pueden quemar el azúcar, por lo que deben recurrir al sistema de respaldo para sobrevivir.

Por esta razón, la dieta cetogénica baja en carbohidratos no es la estrategia más efectiva para reducir su riesgo de cáncer, sino implementar terapias metabólicas que aborden la causa subyacente, es decir, la razón por la que las células no pueden oxidar el azúcar en las mitocondrias.

Cuando se reparan las mitocondrias y vuelvan a metabolizar la glucosa, las células de cáncer regresan a la normalidad (sanan), ya que las mitocondrias vuelven a funcionar bien y ya no necesitan el sistema de respaldo de emergencia.

Por su parte, los azúcares refinados y muchos almidones tienen más probabilidades de causar disbiosis intestinal que produce la endotoxina. Y esta endotoxina es uno de los factores que deteriora la función de las mitocondrias, lo que activa el metabolismo del cáncer (efecto Warburg), en el que la glucosa se quema a través de la glucólisis.

Los factores que causan disfunción mitocondrial

Hay muchos factores que causan este problema, pero le aseguro que una alimentación que incluye una cantidad moderada de frutas maduras y saludables no es uno de ellos. De hecho, las frutas forman parte de una estrategia efectiva para curar el cáncer.

Hay cuatro factores principales que influyen en la disfunción mitocondrial:

  • Exceso de ácido linoleico (AL)
  • Niveles elevados de estrógenos
  • Campos electromagnéticos (EMF, por sus siglas en inglés)
  • Endotoxinas

Todos estos factores influyen mucho en este problema, pero sin duda, el exceso de AL y los niveles elevados de estrógeno son los culpables principales y están detrás de la mayoría de los tipos de cáncer que se relacionan con la disfunción mitocondrial. Esto se debe en gran parte a que el AL y el estrógeno dañan su cuerpo de formas muy similares:

  • Incrementan los niveles de radicales libres que causan estrés oxidativo y dañan la capacidad de las mitocondrias para producir energía.
  • Aceleran la absorción de calcio dentro de la célula, lo que estimula la producción de óxido nítrico y superóxido, lo que a su vez crea peroxinitrito, que también incrementa los niveles de estrés oxidativo.
  • Incrementan los niveles del agua intracelular, lo que provoca que el cuerpo retenga más agua.
  • Reducen la tasa metabólica y dañan la glándula tiroides.

Casi todas las personas que viven en países en desarrollo tienen hasta 10 veces más AL en sus tejidos del que tenían sus antepasados hace 100 años. Este PUFA es muy susceptible al daño oxidativo y produce radicales libres como aldehídos reactivos que destruyen las mitocondrias.

Estos metabolitos tóxicos que produce el AL crean enormes cantidades de estrés reductor como resultado de la acumulación de electrones en la ETC y del bloqueo de los electrones que no pueden llegar a los complejos IV y V para crear ATP.

Debido a que el AL se incrusta en la membrana interna de las mitocondrias, se daña y pierde los protones que suelen acumularse en el espacio mitocondrial interno. Este gradiente de protones activa el nanomotor en el complejo V para crear ATP. Ambos procesos se combinan y provocan que las mitocondrias dejen de funcionar y se destruyan de forma prematura.

Por último, cuando come carbohidratos, como almidones, pueden alimentar a las bacterias en el intestino, lo que produce endotoxinas, las cuales representan una gran amenaza para las mitocondrias.

La diferencia entre el azúcar refinado y el azúcar de los alimentos enteros

Cuando se trata de azúcar que alimenta el cáncer, esta afirmación solo aplica para los azúcares refinados, así como para muchos almidones, y esto se debe a que estas sustancias producen endotoxinas en el intestino.

Como se dijo antes, las endotoxinas dañan la función de las mitocondrias y activan el metabolismo del cáncer, mientras que la fructosa que contienen los alimentos enteros no suele producir estos compuestos tóxicos. Esta es una de las diferencias principales entre el azúcar refinada y la fructosa de la fruta madura, y ayuda a explicar por qué los azúcares refinados incrementan el riesgo de cáncer, mientras que los azúcares naturales no producen este efecto dañino.

Sin embargo, si tiene mitocondrias sanas (que NO es el caso de la mayoría de las personas), entonces el azúcar refinado y el azúcar natural de los alimentos enteros, como la fruta madura, se quema en las mitocondrias. El problema es que consumir de forma regular almidón o azúcar refinado incrementa los niveles de endotoxinas, lo que impedirá que las mitocondrias quemen bien la glucosa, ya sea de frutas o del jarabe de maíz de alta fructosa.

El combustible ideal para las mitocondrias y la función de los carbohidratos

En definitiva, la verdad fundamental en términos de salud es que la glucosa es el combustible ideal para las mitocondrias, ya que produce la mayor cantidad de energía con la menor cantidad de "esfuerzo" en forma de radicales libres que causan estrés oxidativo y que dañan sus mitocondrias, membranas celulares y proteínas. También producirá mucho dióxido de carbono, que es muy beneficioso.

Muchas personas cometen el error de creer que la grasa es el combustible ideal de las mitocondrias, pero no es así. Yo también pensaba lo mismo. La grasa es un combustible importante y crucial del que dependen muchas células, como el corazón, pero no es el combustible principal de su cuerpo. Más bien, es un combustible de respaldo que ayuda a mantenerlo con vida mientras no hay carbohidratos saludables.

Los carbohidratos son tan importantes que, si no los consume, su cuerpo buscará la forma de producir entre 150 y 250 gramos al día porque el azúcar es esencial para el cerebro. Si no consume azúcar, podría entrar en un coma hipoglucémico y morir. Entonces, si no consume carbohidratos, como mecanismo de supervivencia su cuerpo liberará hormonas del estrés, como glucagón, adrenalina y cortisol, que triturarán la proteína de sus músculos y huesos para enviarla al hígado y producir glucosa.

Las estrategias para reducir su riesgo de cáncer

Si desea reducir su riesgo de cáncer, algunas buenas estrategias incluyen:

  • Reducir al máximo su consumo de AL, lo que puede hacer al evitar los alimentos procesados, los aceites vegetales, el pollo, el cerdo, las semillas y los frutos secos
  • Consumir carbohidratos saludables, como fruta madura
  • Optimizar su función mitocondrial
  • Reducir la producción de lactato, mientras estimula la producción de dióxido de carbono, ya que tienen efectos opuestos2