Se supone que no deberían estar allí, pero, algo raro paso. En un análisis sobre las vacunas antiCOVID de Pfizer y Moderna, todos los viales de las vacunas monovalentes y bivalentes resultaron estar contaminados con fragmentos de ADN.
Por supuesto, el proceso de fabricación involucra la transcripción de “ARN polimerasa de una plantilla de ADN”, pero se supone que los fragmentos de ADN no deben rebasar ciertos niveles cuando se completa el proceso. No solo eso, cuando los investigadores observaron la frecuencia de los informes de casos adversos graves, "encontraron evidencia preliminar de una relación dosis-respuesta entre la cantidad de ADN por dosis" y los casos graves.
En una publicación previa a la impresión del estudio, los investigadores concluyeron lo siguiente: “Estos datos demuestran la presencia de miles de millones a cientos de miles de millones de moléculas de ADN por dosis en estas vacunas. Nuestros hallazgos se suman a las preocupaciones actuales sobre la seguridad de las vacunas y cuestionan la relevancia de las directrices concebidas antes de introducir una transfección eficiente utilizando nanoparticulas lipídicas sólidas”.