Las investigaciones demuestran que los bebés que nacieron durante la pandemia tienen una menor cantidad de bacterias en su microbioma intestinal.
Los autores del estudio dijeron que, el resultado podría deberse por “cambios sociales causados por la pandemia del COVID-19, ya que los bebés pasaron más tiempo en casa, menos tiempo en la guardería interactuando con otros niños, estuvieron en entornos más limpios, experimentaron cambios en prácticas de alimentación y lactancia materna, además de que su guardián sufrió más estrés”.
Debido a que su microbioma intestinal es muy débil, los posibles efectos a largo plazo que estos bebés pueden enfrentar en su vida adulta, generan mucha preocupación. De acuerdo con la autora principal del estudio, Natalie Brito, "es bien sabido que, los adultos que tienen menor diversidad de especies de microbiota en el intestino, tienen una salud física y mental menos óptima".