📝HISTORIA EN BREVE
- La resistencia a los antibióticos es una amenaza para la salud sumamente subestimada; se estima que 23 000 personas en los Estados Unidos mueren cada año por infecciones resistentes a los medicamentos, como las enfermedades de transmisión sexual resistentes a los medicamentos
- La agricultura desempeña un papel importante en esto; en los Estados Unidos se utilizan 4 veces más antibióticos en el ganado que en la medicina humana
- Cuando los animales reciben antibióticos, estos provocan un crecimiento anormal al alterar su microbioma intestinal. Durante el proceso, algunas de esas bacterias intestinales se vuelven resistentes a los antibióticos. La carne contaminada puede convertirse en una fuente de infecciones resistentes a los medicamentos
- Históricamente, los pollos eran pequeñas aves escuálidas que nadie tenía la intención de consumir de forma regular como una comida principal. Los antibióticos cambiaron esto, cuando se descubrió que los medicamentos hacían que las aves duplicaran su tamaño el doble de rápido
- El mejoramiento genético, la creación de aves con pechugas de mayor tamaño, y las directrices federales alimentarias que exigían la reducción de la grasa saturada en la carne de res, fomentaron el consumo de pollo
🩺Por el Dr. Mercola
Maryn McKenna es periodista de investigación e investigadora principal de Periodismo de Investigación en la Universidad de Brandeis, también es autora de diversos libros relacionados con la salud.
Su libro titulado “Big Chicken: The Incredible Story of How Antibiotics Created Modern Agriculture and Changed the Way the World Eats” expone muchos aspectos de la industria del pollo que la mayoría de las personas ignora por completo.
El libro surgió ante el interés en la resistencia a los antibióticos, cuestión que comenzó a investigar hace unos años. Como señaló McKenna, la resistencia a los antibióticos es una amenaza para la salud muy subestimada, y aunque se estima que 23 000 personas en los Estados Unidos mueren cada año por infecciones resistentes a los medicamentos, como las ETS (enfermedades de transmisión sexual) resistentes a los medicamentos, el problema permanece ignorado en gran medida.
A nivel mundial, se estima que el número de muertes atribuidas a las infecciones resistentes a los medicamentos es de aproximadamente 700 000 por año, mientras que la situación continuará empeorando.
La agricultura desempeña un papel importante en esto; en los Estados Unidos se utilizan 4 veces más antibióticos en el ganado que en la medicina humana.
Por un lado, los científicos advierten que debemos preservar y proteger los antibióticos para que no pierdan su eficacia y, por otro, la industria alimentaria los utiliza para alimentar a los animales, los cuales en su mayoría no están enfermos. "Esa contradicción es lo que me hizo emprender el camino que me llevó a este libro," declaró McKenna.
Cómo empezó todo
Históricamente, los pollos eran pequeñas y escuálidas aves que nadie pensaba en consumir de forma regular como comida principal. En la actualidad, las personas en los Estados Unidos consumen cada año un promedio de 91 libras (41kg) de pollo. "El consumo de pollo está aumentando cada vez más en todo el mundo porque son muy fáciles de criar", señala McKenna. Por ejemplo, no necesitan mucha tierra y pueden comer restos de comida. McKenna agrega:
"Si nos remontamos a la época de nuestros abuelos y bisabuelos, casi todos criaban pollos ... Sin embargo, la razón por la que estaban allí no era principalmente como una fuente de carne. Debía ser una fuente de huevos, porque los huevos eran muy económicos y fáciles de producir. Por lo general, comíamos pollo después de que terminaran los días del desove de la gallina.
Si te imaginas a una gallina que ha estado corriendo tras los polluelos por un par de años en el corral, aleteando en un árbol para escapar del perro de la familia y arañando insectos ... esa ave será escuálida y musculosa. No muy apetitosa.
Seguramente tendrá un sabor muy rico por todo ese desarrollo muscular, sin embargo, no será blando ni jugoso como lo son ahora nuestros pollos. La única [excepción] habrían sido... los pollitos... [que son] alimentados durante un par de meses y luego vendidos. Se les denominaban pollos de primavera y se consideraban excepcionalmente deliciosos ...
Más tarde, tras una serie de eventos realmente interesantes, el pollo progresó como fuente de carne, en primer lugar, porque resulta que los pollos son tan fáciles de criar que los granjeros en Delaware, Maryland y Virginia... pasaron de ser agricultores de vegetales a avicultores...
Su mercado para esta carne de pollo fue la ciudad de Nueva York, la cual... [Tenía] la mayor concentración de población judía en el mundo.
Los judíos quieren respetar el Sabbat y tener una comida maravillosa, exótica y lujosa, evidentemente no se podía comer cerdo durante el Sabbat... Cualquiera podía entrar en un mercado en tiempo real y ver como mataban al pollo en su presencia, y así saber que era religiosamente apropiado. Por lo que el pollo se convirtió en la carne de la ciudad de Nueva York".
Cómo los antibióticos crearon la industria moderna del pollo
No obstante, estos hechos por sí solos no crearon la industria del pollo actual. Los antibióticos desempeñaron un papel crucial en este desarrollo.
En el pasado, a la mayoría de los animales criados para la producción de alimentos en los Estados Unidos se les alimentaba a diario con antibióticos, no porque estuvieran enfermos, sino porque las bajas dosis de antibióticos (demasiado bajas para curar una infección) hacían que el animal engordara más rápido.
Ahora, McKenna dice que esta práctica ha sido prohibida desde enero de 2017 con el fin de aumentar de peso, pero el uso de antibióticos como medida "preventiva" (para posibles enfermedades) sigue siendo legal y, por lo tanto, aún no está regulado en gran medida.
Si un animal tiene más carne, esto significa que habrá más ganancia, por lo que esta práctica es motivada principalmente por la economía.
Asimismo, se demostró que las dosis subterapéuticas de antibióticos protegen a los animales de enfermedades que con frecuencia se propagan en cebaderos y graneros saturados. El primer antibiótico, la penicilina, se utilizó con éxito en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial en 1943.
En 1944, el medicamento salió a la venta para el público en general y se convirtió en un éxito instantáneo. Sin embargo, también sucedió algo interesante al final de la Segunda Guerra Mundial.
El sistema alimentario se volvió frágil, en parte por los estragos de la guerra. Además, se presentó un fuerte impulso por ahorrar dinero. Una de las formas en que los productores ahorraban era alimentando a sus animales con productos más baratos. Por desgracia, un alimento más barato significaba menos nutrición y más enfermedades, por lo que los agricultores comenzaron a buscar formas de compensarlo. Según McKenna:
"Un especialista en las necesidades nutricionales del pollo, que curiosamente trabajaba para una de las compañías que producía uno de los primeros antibióticos, emprendió la búsqueda de suplementos.
Uno de los suplementos que probó utilizaba los restos deshidratados de la fabricación del medicamento Aureomycin. Este fue el primer antibiótico de la familia de las tetraciclinas.
Para su sorpresa, las crías que recibieron las sobras deshidratadas de Aureomycin crecieron a un ritmo superior al doble y duplicaron su tamaño en comparación con cualquier otro pollo en su experimento. De ahí nace la industria mundial que le da antibióticos a los animales.
En un plazo de 5 años, los agricultores en los Estados Unidos le dieron a su ganado 500 000 libras (226 toneladas) de antibióticos al año. En la actualidad, son más de 30 millones de libras [al año]".
Cómo el pollo se convirtió en una fuente principal de carne
Asimismo, la crianza desempeñó un papel crucial. En un concurso nacional llamado "The Chicken of Tomorrow Contest", el cual se efectuó durante la década de 1940 y principios de 1950, los criadores reconfiguraron la escuálida gallina de corral en el ave de pechuga que conocemos en la actualidad.
"Existen diversos eventos históricos e innovaciones tecnológicas que nos llevan al punto en el que, en comparación con los pollos que existían en la década de 1950, los de la actualidad crecen el doble de peso para sacrificio, en la mitad del tiempo," afirmó McKenna.
El anuncio político de una campaña republicana con el lema: "Un pollo para cada olla" (A Chicken for Every Pot), finalmente convirtió la carne de pollo en un verdadero alimento de primera necesidad para el hogar.
"En ese momento, el pollo era raro y especial. El pollo era algo que se comía principalmente los domingos. De ninguna manera era un tipo de carne que se comía a diario como pasa en la actualidad", dice McKenna. El eslogan era básicamente la promesa de prosperidad de una campaña política hecha en nombre de Herbert Hoover.
Más tarde, en 1977, el gobierno de los Estados Unidos emitió sus primeras directrices alimentarias para su población, en las que se incluía la recomendación de evitar las grasas saturadas. Aunque no especificaba que se debía evitar la carne roja, la mayoría de las personas lo interpretó de esa manera y, como resultado, la carne (blanca) de pollo ganó popularidad de manera exponencial.
En ese momento, este fue otro factor que hizo que la transición de la carne de res a la de pollo fuera más sencilla. McKenna lo cuenta de esta manera:
"Un científico idiosincrásico muy inteligente que trabajaba en el estado de Nueva York descubrió cómo preparar al pollo de la misma manera que los granjeros y los padres de familia lo habían estado haciendo con la carne de res y puerco durante generaciones, y eso era convertir al pollo en diferentes cosas.
No se tenía que rostizar, freír, hornear o asar. Se podía comer pollo a la boloñesa, en hotdogs y, lo más importante, lo que realmente cambió la historia del pollo, como Nuggets de pollo.
Pensamos en ellos como una creación de McDonald's, sin embargo, en 1980, antes de McDonald's, Robert Baker de la Universidad de Cornell fue quien, en 1963, publicó la primera receta de lo que él llamó una vara de pollo, que era trozos de pollo adheridos con exceso de proteína, empanizados, congelados y luego fritos...
El pollo procesado, pollo que es algo más que pollo con hueso, cambió por completo nuestra relación con el pollo en sí... Así es como adquirió su lugar actual en nuestra alimentación".
La evolución de la cría de pollos
Por desgracia, en los Estados Unidos la producción de pollos se ha convertido en una industria que antepone las ganancias sobre casi todo lo demás, tal como el bienestar animal y los derechos de los agricultores.
El mejoramiento de precisión convirtió al bullicioso pollo de corral en un animal excepcionalmente dócil que no se movía (de hecho, no podía moverse). Estos nuevos rasgos permitieron que los agricultores agruparan a los animales en espacios reducidos.
En la actualidad, los pollos comerciales se crían en gigantes depósitos del tamaño de un campo de fútbol, que puede albergar de 25 000 a 35 000 pollos a la vez. Allí viven bajo luz artificial y con una noche acortada artificialmente. La falta de espacio les impide moverse mucho y, en promedio, solo viven 42 días. McKenna explica:
"Lo que es tan extraordinario... es la estructura empresarial que creció para permitir que estas gigantescas granjas se establecieran. En realidad, los granjeros que crían a los pollos no son sus dueños.
Por lo general, son dueños de la tierra, aunque seguramente pagan una hipoteca de esta. Pagan para que esos depósitos se construyan. Son dueños de su deuda. Poseen el estiércol proveniente de esos depósitos.
La compañía para quienes crían los pollos, la compañía que los ha contratado (se les llama agricultores por contrato), compra la genética de una empresa especializada en genética, incuban a los polluelos, los llevan a los granjeros, les entregan a los granjeros su alimento, recogen a las aves 6 semanas después, los llevan a una planta de sacrificio propiedad de la compañía, los matan, empaquetan, distribuyen y se negocia todo el contrato de venta.
Casi todo lo que genera ganancias en el proceso de la crianza de pollos le pertenece a la corporación. Casi todo lo que es difícil o económicamente peligroso sigue siendo del agricultor".
El juego de poder político impidió que la FDA abordara los daños por antibióticos
Si un ave ha recibido antibióticos hasta tal punto que todavía se encuentran presentes en la carne, este residuo de antibiótico es regulado por la ley en los Estados Unidos. El verdadero peligro cuando se administran antibióticos a los animales radica en que causan un crecimiento anormal al alterar su microbioma intestinal.
En el proceso, algunas de esas bacterias intestinales se vuelven resistentes a los antibióticos. Cualquiera de las 2 siguientes cuestiones puede presentarse. Las bacterias se propagan en el medio ambiente a través del estiércol del animal o el contenido del intestino puede contaminar la carne durante el sacrificio o procesamiento.
Esta carne contaminada puede propagar la bacteria sobre los utensilios, tablas de cortar y barras de cocina, además, puede contaminar otros alimentos. "Entonces, el peligro radica en la creación de bacterias resistentes a los antibióticos. Ese es el trasfondo más importante ante el problema de la forma en la que los antibióticos crearon un sistema artificial de crianza animal", expuso McKenna.
Como se mencionó anteriormente, aproximadamente 23 000 personas en los Estados Unidos mueren cada año por infecciones resistentes a los antibióticos. Otras 48 millones de personas contraen enfermedades transmitidas por los alimentos.
Asimismo, la carne de pollo contaminada se ha relacionado con una epidemia de infección del tracto urinario (UTI, por sus siglas en inglés) resistente a los medicamentos. McKenna lo explica de esta manera:
"Las enfermedades transmitidas por alimentos resistentes a los antibióticos es un enorme problema. De hecho, la cuestión de dar antibióticos a los animales de consumo fue expuesta por primera vez como un peligro, primero en Inglaterra y luego en los Estados Unidos.
En las décadas de 1960 y 1970 se observó cuando repentinamente se registraron grandes brotes de enfermedades resistentes a los antibióticos transmitidas por los alimentos, los cuales nunca habían existido en el mundo.
Inglaterra controló exitosamente esta práctica en 1969. Una comisión del gobierno le dijo al gobierno inglés: "Deberíamos prohibir el uso de promotores del crecimiento". Y, en 1971, así lo hicieron. Este fue el primer gobierno del mundo que hizo algo así.
Esta situación dirigió la atención hacia los Estados Unidos porque éramos el hogar histórico de los promotores del crecimiento. En 1977 ... el comisionado de la FDA ... Donald Kennedy ... asumió su cargo bajo la promesa de que cancelaría las licencias de promotores del crecimiento que la FDA había aprobado en la década de 1950 ...
Nunca tuvo [la oportunidad]. Un poderoso congresista que supervisó el presupuesto de la FDA se comunicó mediante una vía indirecta a la Casa Blanca y dijo: "Si esta audiencia continúa, mantendré como rehén todo el presupuesto de la FDA".
La Administración de Carter fue reformista, pero no fue ingenua respecto a la política. Sabían que tenían muchas batallas más contra las que necesitaban pelear ... Le dijeron [a Kennedy] que su audiencia no podía continuar.
Ese congresista, el congresista Jamie Whitten de Misisipi, colocó un endoso en la Asignación de Fondos el cual decía que, hasta que él indicara lo contrario, la FDA no podía invertir en estudios para investigar si los antibióticos utilizados en animales representaban un riesgo. Esto continuó hasta la década de 1990 cuando el congresista Whitten se retiró ...
Las manos del gobierno estaban atadas, aunque a partir de ese punto, década tras década, todos los importantes organismos científicos, la Academia Nacional de Ciencias, el Instituto de Medicina, la AMA, incluso los investigadores académicos financiados por los NIH, declararon [que] los antibióticos utilizados libremente en la carne de los animales eran un grave riesgo para la salud humana".
Medidas en la dirección correcta
Pasaron más de 30 años antes de que se presentaran cambios significativos. Fue hasta hace unos años, justo cuando la administración Obama estaba saliendo de su cargo, que la Casa Blanca creó un conjunto de reglas que cambiaron la forma en la que utilizamos los antibióticos en los animales criados para la alimentación.
Diversos productores de pollo también están tomando medidas proactivas con el fin de eliminar los antibióticos.
Sanderson Farms es una excepción a esta tendencia. Al negarse a reconocer el impacto de los antibióticos, Sanderson Farms ha declarado que el pollo sin antibióticos no es más que una artimaña diseñada para vender pollo a precios más altos. La razón por la que la llaman una artimaña es porque el pollo tratado con antibióticos no tendrá residuos de antibióticos en su carne. Por lo tanto, no hay diferencia entre los animales tratados y los no tratados.
Sin embargo, este razonamiento se desvía por completo del tema principal, porque el problema no es la eliminación de antibióticos en la carne, sino la eliminación de las bacterias resistentes a los antibióticos en la carne. Son las bacterias las que representan una amenaza para la salud humana. No obstante, otras compañías han hecho un trabajo mucho mejor.
Perdue Farms anunció en 2014 su plan para prescindir de los antibióticos, y para ese entonces la compañía ya había implementado importantes medidas. En la actualidad, Perdue Farms afirma que no utiliza antibióticos en un 99 % y ha obligado a los competidores a seguir su ejemplo. McKenna afirma lo siguiente:
"Después de Perdue, le siguieron Tyson, Cargill, Mcdonald's, Subway, Taco Bell y muchos otros. Me parece que la razón por la que Perdue sintió que podían [prescindir de los antibióticos] es [porque] estaban siendo presionados por los consumidores.
Mencionaron que al mes recibían más de 3000 comentarios por parte de los consumidores por teléfono, correo electrónico, Facebook, etc., preguntándoles sobre el uso de antibióticos en sus pollos ...
Asimismo, la Administración de Obama pensó que era posible crear [nuevas] reglas... porque un movimiento de consumidores estaba desarrollándose. Este les decía a las compañías de alimentos: 'Ya no queremos gastar nuestros dólares en carne criada con el uso rutinario de los antibióticos. No creemos que sea seguro’.
Asimismo, lo expresaron los grandes departamentos de alimentación y hospitales al declarar que ‘Esto pone en riesgo a nuestros vulnerables pacientes’. De igual forma esto lo expresaban los grandes sistemas de alimentación en los distritos escolares".
La demanda del consumidor es un factor determinante en la creación de un sistema alimentario más seguro
Dicho de otra forma, la demanda del consumidor demostró que existía un mercado real para el pollo sin antibióticos. Curiosamente, una vez que Perdue comenzó a investigar el uso de antibióticos, descubrieron que los medicamentos ya no funcionaban de la manera que solían hacerlo.
Todos básicamente seguían una fórmula que había funcionado en el pasado, y nadie se había tomado la molestia de evaluar si algo había cambiado. Resultó que las cosas sí habían cambiado y, en realidad, el prescindir de los antibióticos no resultó en ninguna pérdida significativa en lo absoluto.
Otra pregunta que se suscitó fue si los antibióticos podrían prevenir las enfermedades en animales que viven en condiciones de hacinamiento. Perdue se dio cuenta de que podían estimular el sistema inmunológico de las aves de otras maneras, por ejemplo, al utilizar hierbas y probióticos.
La última medida que implementaron fue mejorar las condiciones de vida del animal, al instalar ventanas en los graneros. La luz solar natural a su vez proporciona la protección natural de la vitamina D. Asimismo, reformaron el interior para permitir que las aves hicieran más ejercicio y pudieran batir sus alas. Según McKenna:
"[Perdue] sigue criando una gran cantidad de pollos, pero no en espacios tan reducidos como solía hacerlo. Lo que es especialmente mágico para mí es que todo lo que acabo de describir, darles una alimentación diferente, permitirles hacer ejercicio, dejar que tengan luz solar, son cuestiones que estimulan el sistema inmunológico y que crean más sabor".
Forme parte del cambio
El libro de McKenna hace un excelente trabajo al detallar cómo la presión del consumidor puede crear cambios enormemente beneficiosos en nuestro sistema alimentario.
Todavía existen otros cambios que deben emprenderse. Para empezar, a los pollos todavía se les provee una alimentación que consiste principalmente de granos transgénicos (OGM) rociados con el herbicida glifosato, que además de ser una toxina también tiene actividad antibiótica. Lo ideal es que los productores de pollo al menos volvieran a utilizar solo granos no transgénicos en el pienso.
En vista de que la mayoría de las CAFO en otras naciones pueden criar pollos de manera rentable con granos no transgénicos (donde los OGM no están permitidos), no cabe duda de que también se puede hacer en los Estados Unidos. La clave es insistir en su petición. De igual forma debemos seguir ejerciendo presión con el fin de obtener cambios en otras áreas. Tal y como lo señaló McKenna:
"No podemos descansar con lo que hemos conseguido hasta ahora. Tenemos que dirigirnos hacia los productores porcinos, de ganado y de pescado. La piscicultura y, sobre todo, la cría de camarón en los países en vías de desarrollo son grandes consumidores de antibióticos, lo que influye todavía más en el ecosistema marítimo que en el ecosistema terrestre.
Por más inútil que parezca, enviar un mensaje a través de la página de Facebook de una empresa o hablar al servicio de atención al cliente de un supermercado, son mensajes que se suman en conjunto. Las personas pueden crear más cambios si simplemente persisten...
Espero que las personas tomen esto en serio y busquen carne sin antibióticos cuando realicen sus compras de supermercado... Busque una etiqueta que diga: "Criado sin antibióticos" y/o "Sin antibióticos"... No confíe en lo orgánico, porque el estándar orgánico para el pollo en los Estados Unidos comienza en el segundo día de vida del pollo.
Un pollo criado por un productor orgánico, que piensa que está haciendo todo de forma correcta, podría haber recibido antibióticos, ya sea inyectados en el cascarón o durante su primer día de vida, con el fin de protegerlo mientras se transportaba hacia el productor orgánico.
En lo particular, es fundamental ver la insignia "nunca tratado con antibióticos" (NAE, por sus siglas en inglés) o "criado sin antibióticos" [en la etiqueta] al igual que ver la insignia "orgánico", la cual abarca muchos otros beneficios para el animal. Confío plenamente en que si continuamos ejerciendo presión, obtendremos más cambios".