HISTORIA EN BREVE
- Se ha comprobado que un compuesto de polifenol hecho con jugo de uva Concord, extracto de semilla de uva y trans-resveratrol, es prometedor para el tratamiento de la depresión
- Todo indica que 2 fitoquímicos en particular – ácido dihidrocafeico (DHCA) y malvidin-3- O-glucósido (Mal-gluc) – son los responsables de sus efectos beneficiosos
- Los compuestos derivados de la uva abordan las vías celulares y moleculares relacionadas con la inflamación mientras que modulan la plasticidad sináptica, alteraciones que se han relacionado con la depresión
Por el Dr. Mercola
De acuerdo con un estudio en animales de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai,1 se ha demostrado que un compuesto de polifenol elaborado con jugo de uva Concord, extracto de semilla de uva y trans-resveratrol es prometedor para el tratamiento de la depresión.
Al parecer,2 fitoquímicos en particular - ácido dihidrocafónico (DHCA) y malvidin-3'-O-glucósido (Mal-gluc) - son los responsables de los efectos beneficiosos, algunos de estos son la modulación de la inflamación y la plasticidad sináptica, lo que aumentó sumamente la resiliencia contra la depresión inducida por el estrés en los ratones.
Algunas investigaciones previas descubrieron que una única dosis de resveratrol puede mejorar el flujo sanguíneo al cerebro y mejorar diversos aspectos de la función cerebral, como la reducción de la inflamación que puede derivarse a la protección contra la depresión.3
El estudio presentado reveló que los compuestos derivados de la uva abordan las células y vías moleculares relacionadas con la inflamación mientras que modulan la plasticidad sináptica, alteraciones que se han relacionado con la depresión.
Asimismo, se descubrió que el DHCA reduce un compuesto proinflamatorio llamado interleucina 6 (IL-6) mientras que el Mal-gluc modula la plasticidad sináptica, una función fundamental del cerebro que controla la capacidad para detectar y almacenar información compleja y responder a estímulos externos.
Ante el estrés crónico (o estrés traumático agudo), actúa como el factor más significativo en la susceptibilidad de una persona a la depresión,4 asimismo fue muy notable que el peculiar compuesto de uva favoreciera la resiliencia contra el estrés en ratones. El autor del estudio Giulio Maria Pasinetti, Ph.D. y profesor de neurología, declaró lo siguiente al respecto en un comunicado de prensa:5
"Nuestro enfoque para usar un tratamiento combinado de DHCA y Mal-gluc para inhibir simultáneamente la inflamación periférica y modular la plasticidad sináptica en el cerebro, funciona sinérgicamente con el fin de optimizar la resiliencia frente a fenotipos crónicos similares a la depresión inducida por el estrés ...
El descubrimiento de estos nuevos compuestos de polifenoles derivados de la uva natural que actúan sobre las vías celulares y moleculares relacionadas con la inflamación puede proporcionar una efectiva forma de tratar a un subgrupo de personas con depresión y ansiedad, una afección que afecta a muchas personas".
Por qué los tratamientos convencionales para la depresión no suelen funcionar
Prácticamente el 7 % de los adultos en los Estados Unidos, sufrió un episodio depresivo el año pasado,6 mientras que, en todo el mundo, 350 millones de personas sufren de depresión, lo que la convierte en la principal causa de discapacidad.7
A pesar de esto, solo un tercio de las personas con depresión en los Estados Unidos reciben tratamiento,8 lo que coloca a los dos tercios restantes sin tratamiento con un mayor riesgo de suicidio y con una calidad de vida inferior.
Sin embargo, los tratamientos convencionales para la depresión conllevan problemas de relevancia, los cuales por lo general se basan en los antidepresivos. En primer lugar, los efectos secundarios pueden ser graves. Las personas que toman antidepresivos tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2,9 incluso después de haber tratado otros factores de riesgo, como el índice de masa corporal (IMC).10
Asimismo, el uso de antidepresivos se ha relacionado con arterias más gruesas, lo que podría contribuir al riesgo de sufrir una cardiopatía y derrame cerebral,11 junto con un mayor riesgo de ataque al corazón12 e, irónicamente, pensamientos suicidas.
De igual forma, estos medicamentos están relacionados con la demencia, y los investigadores señalaron que "el tratamiento con ISRS, IMAO, antidepresivos heterocíclicos y otros antidepresivos se relacionó con un mayor riesgo de demencia" y, conforme la dosis aumentó, también lo hizo el riesgo.13
Cabe señalar que también se sabe que los medicamentos disminuyen diversos nutrientes del cuerpo, como la coenzima Q10 y la vitamina B12 – en el caso de los antidepresivos tricíclicos – que se necesitan para una función mitocondrial adecuada. Asimismo, los ISRS pueden reducir el yodo y el folato.14
De forma paralela, los estudios han demostrado reiteradamente que los antidepresivos no funcionan mejor que el placebo para la depresión de leve a moderada.15
De hecho, Irving Kirsch, director asociado del Programa en Estudios de Placebo de la Facultad de Medicina de Harvard, realizó un metaanálisis de antidepresivos en comparación con el placebo y llegó a la conclusión de que prácticamente no existe diferencia alguna en su efectividad y señaló que "la diferencia es tan diminuta que no tiene relevancia clínica".16
Sin embargo, lo que resulta dispar es el alcance de los efectos secundarios, que, en comparación con los placebos, es mucho mayor entre los antidepresivos. Sin mencionar que la creencia popular de que la depresión se debe a bajos niveles de serotonina u otros químicos en el cerebro, es simplemente una teoría – una que ha sido profusamente desmentida.
Sin embargo, los antidepresivos que abordan la teoría del desequilibrio químico siguen siendo el tratamiento de referencia para esta afección. Tal y como los investigadores del compuesto de uva lo escribieron en Nature Communications:17
"Los tratamientos actualmente disponibles para el trastorno depresivo mayor (TDM) abordan principalmente a los mecanismos neuroquímicos o neurobiológicos. Los tratamientos farmacológicos convencionales producen una remisión temporal en <50 % de los pacientes.
Por lo tanto, existe una necesidad acuciante de un espectro de terapias nuevas más amplio con el fin de abordar los mecanismos de enfermedades subyacentes recientemente descubiertos".
Diversos irruptores de la depresión posiblemente residen en la naturaleza
Como se mencionó anteriormente, el compuesto de uva, es decir el resveratrol, que también se encuentra en frambuesas, mulberries y otras bayas oscuras, granadas, vino tinto y chocolate negro, ha demostrado previamente tener efectos antidepresivos en ratones y ratas.
En un estudio, el resveratrol mostró "efectos similares a los antidepresivos", esto posiblemente se debe a la activación del factor neurotrófico derivado del cerebro del hipocampo (BDNF, por sus siglas en inglés).18 El BDNF promueve neuronas cerebrales sanas y los niveles suelen ser bajos en personas con depresión.
Sin embargo, las uvas son solo una fuente natural de compuestos que pueden darle un impulso a su salud mental. Un medicamento psicodélico, la psilocibina, también conocida como hongos alucinógenos, también continúa siendo prometedora para el tratamiento de la depresión.
En un pequeño estudio realizado con 19 pacientes que sufrían depresión resistente al tratamiento, todos los participantes experimentaron mejorías en los síntomas 1 semana después de recibir una única dosis de psilocibina, y la mitad de ellos ya no sufrían depresión 5 semanas después del tratamiento.19
Los escáneres cerebrales mostraron cambios reales en áreas involucradas en la depresión, como menos actividad en la amígdala, que está involucrada en el procesamiento de emociones, y una actividad más estable en la red neuronal por defecto (se han encontrado vínculos entre la actividad en la red y la depresión).20
Los investigadores sugirieron que los cerebros de los participantes podrían haber sido "restablecidos" de cierto modo, ayudándolos así a sobreponerse de la depresión.
Por desgracia, la psilocibina es un medicamento que figura en la Lista I, como la marihuana, por lo que los ensayos cuestan aproximadamente 10 veces más que los de otros medicamentos legales, y para llevar la investigación al nivel donde posiblemente podría convertirse en un tratamiento psiquiátrico se necesitan ensayos clínicos de fase 3 con miles de participantes.
Para que esto ocurra, la psilocibina debería ser reclasificada. La exposición a la luz es otra forma como la naturaleza le provee salud mental.
La exposición a la luz solar ayudará a optimizar sus niveles de vitamina D (otro factor relacionado con la depresión)21 e influirá en su estado mental a través de otros mecanismos, como la regulación del ritmo circadiano y la producción de serotonina, que se libera en respuesta a esta exposición.
Si no tiene acceso a la luz solar de forma regular, la terapia de luz de espectro total puede ser una alternativa útil. En un estudio realizado por 8 semanas,22 tanto la terapia con luz por sí sola como el placebo fueron más efectivos que el Prozac para el tratamiento de la depresión que iba de un nivel moderado a severo.
Los suplementos que son útiles para la depresión
Puede obtener otros comprobados potenciadores del estado de ánimo en los alimentos que consume o, como variante, en la alternativa de la suplementación. Algunos de estos suplementos son:
- Magnesio. Los suplementos de magnesio produjeron mejoras en la depresión de leve a moderada en los adultos, asimismo se presentaron efectos beneficiosos a las 2 semanas del tratamiento.23
- Las grasas omega-3. Como se ha demostrado, propician mejoras en el trastorno depresivo mayor.24 Obtenga suficiente omega-3 de su alimentación, ya sea de salmón salvaje de Alaska, sardinas, arenque, caballa y anchoas, o un suplemento de omega-3 de origen animal de alta calidad.
- Vitaminas B. Los niveles bajos de vitaminas B son comunes en pacientes con depresión, mientras que los suplementos de vitamina B han demostrado mejorar sus síntomas.25
- Folato. El folato ayuda a su cuerpo a producir neurotransmisores reguladores del estado de ánimo, como la serotonina y dopamina. Un estudio realizado en 2012 encontró que las personas cuyo consumo de ácido fólico era el más alto, tenían un menor riesgo de depresión en comparación con aquellos cuyo consumo fue el más limitado.26
- Probióticos. Un pequeño estudio en el que participaron adultos diagnosticados con SII (síndrome del intestino irritable) y depresión, descubrió que el probiótico Bifidobacterium longum proporcionaba alivio para la depresión.
A las 6 semanas, el 64 % del grupo de tratamiento tenía puntuaciones de depresión reducidas en comparación con el 32 % del grupo de control que recibió un placebo.27 Comer alimentos fermentados con regularidad es una excelente manera de proporcionarle a su cuerpo una continua fuente de probióticos.
Otra opción es la S-adenosilmetionina, un derivado del aminoácido que se produce naturalmente en todas las células.
Desempeña un papel en muchas reacciones biológicas mediante la transferencia de su grupo metilo al ADN, proteínas, fosfolípidos y aminas biogénicas. Diversos estudios científicos indican que este compuesto puede ser útil en el tratamiento de la depresión.28
El 5-hidroxitriptófano (5-HTP), un precursor de serotonina, es otra alternativa natural que resulta mejor que un placebo para tratar de aliviar la depresión29 – una característica que dista mucho de los antidepresivos. También se ha demostrado que la hierba de San Juan proporciona un alivio similar a los antidepresivos ante la depresión leve o moderada, pero con menos efectos secundarios.30
Tratar la depresión requiere un enfoque holístico
La depresión es una compleja afección con causas variadas que requiere un tratamiento con un enfoque de igual variedad. Lo que puede ser eficaz para curar su depresión puede ser diferente a lo que le funciona a su vecino.
Sin embargo, además de los suplementos antes mencionados, una estrategia que beneficiará a la mayoría de las personas es el ejercicio regular.
Incluso para algunas personas una mínima cantidad de ejercicio puede ser suficiente para combatir la depresión – como mínimo 1 hora a la semana. De acuerdo con un estudio realizado hace 11 años, las personas que practicaban ejercicio regularmente durante 1 hora a la semana eran menos propensas a deprimirse.
Por otro lado, aquellos que no hicieron ejercicio tenían un 44 % más de probabilidades de sufrir depresión en comparación con los que lo hicieron durante al menos 1 o 2 horas a la semana.31
Tenga en cuenta que la actividad física abarca tanto al "ejercicio" como a muchos movimientos diarios que no son categorizados como ejercicio en sí, de modo que esté en movimiento casi siempre (excepto cuando duerme).
Pasar tiempo en la naturaleza – como hacer jardinería, ir de excursión o visitar un parque – también puede ayudar a aliviar la ansiedad y los síntomas depresivos, como practicar meditación de atención plena32 y la Técnica de Libertad Emocional (EFT, por sus siglas en inglés).33 Asimismo, cuidar de su alimentación es fundamental, sobre todo para limitar la cantidad de alimentos procesados y azúcares que consume.
Por otro lado, algunos de los alimentos que son beneficiosos para su estado de ánimo son el chocolate negro, plátanos, cúrcuma e incluso café negro orgánico. Cuidar de su persona con un estilo de vida saludable (comer bien, dormir lo suficiente, hacer ejercicio y aliviar el estrés habitualmente) es un elemento clave para luchar y recuperarse de la depresión.
Sin embargo, si está pasando por un episodio depresivo, es difícil centrar su atención para hacer planes a largo plazo o cambios en el estilo de vida.
En este caso, solicite la ayuda de un profesional de la salud, un amigo cercano o un familiar, y si se siente desesperado o tiene pensamientos suicidas, llame al número gratuito de Línea Nacional de Prevención del Suicidio: 1-800-180-6337. 273-TALK (8255), llame al 911 o vaya al departamento de emergencias del hospital más cercano.
Fuentes y Referencias
- 1, 17 Nat Commun. 2018; 9: 477.
- 2, 5 Medical Xpress February 2, 2018
- 3 Am J Clin Nutr June 2010
- 4 Nat Med. 2016 Mar; 22(3): 238–249.
- 6 NIMH Major Depression Among Adults
- 7 Healthline, Depression and Mental Health by the Numbers
- 8 NBC News February 12, 2017
- 9 PLOS One July 31, 2017
- 10 Diabetologia. 2012 Jan;55(1):63-72.
- 11 Emory April 4, 2011
- 12 Indian J Pharmacol. 2015 May-Jun;47(3):256-62.
- 13 J Clin Psychiatry. 2016 Jan;77(1):117-22; quiz 122.
- 14 Wellness Resources October 9, 2017
- 15 JAMA. 2010;303(1):47-53.
- 16 Quartz December 29, 2017
- 18 Behav Brain Res. 2014 Jul 15; 268: 1–7.
- 19 Scientific Reports October 13, 2017
- 20 BBC News October 14, 2017
- 21 American Journal of Geriatric Psychiatry December 2006; 14(12): 1032-1040
- 22 JAMA Psychiatry November 18, 2015. doi:10.1001/jamapsychiatry.2015.2235
- 23 PLOS One June 27, 2017
- 24 Translational Psychiatry (2016) 6, e756
- 25 Maturitas February 2017 Volume 96, Pages 58-71
- 26 Journal of Affective Disorders, May 2012, Volume 138, Issue 3, Pages 473-478
- 27 Gastroenterology August 2017, Volume 153, Issue 2, Pages 448-459.e8
- 28 J Clin Psychiatry. 2017 Jun; 78(6): e656–e667.
- 29 Orvosi Hetilap 2011 Sep 11;152(37):1477-85
- 30 National Center for Complementary and Integrative Health, St. John’s Wort and Depression
- 31 Time October 3, 2017
- 32 J Nurs Educ. 2017 Oct 1;56(10):599-604.
- 33 Depression Research & Treatment, 2012. doi:10.1155/2012/257172