HISTORIA EN BREVE
- Hoy en día, las personas consumen alrededor de 650 kilocalorías más al día que en los años 70, una cantidad equivalente a una comida rápida, que consiste en una hamburguesa, papas fritas y soda
- La mala alimentación y la falta de actividad pueden conducir a niveles de glucosa "normales" pero elevados, incluso en personas sin diabetes tipo 2, lo que contribuye a los procesos neurodegenerativos
- Los niveles "altos-normales" de azúcar en la sangre pueden progresar en niveles malos de glucosa en ayunas y, eventualmente, en diabetes tipo 2; el deterioro del metabolismo de la glucosa está relacionado con la neurodegeneración que daña la función cognitiva
- Los autores del estudio presentado sugirieron que si se alimenta mal puede comenzar a perder su función neuronal y neuronas de forma prematura, y que puede ser difícil, o hasta imposible, contrarrestar tales daños una vez que ocurren; cuanto antes comience a enfocarse en alimentos enteros sin procesar, será mejor
Por el Dr. Mercola
Consumir comida rápida, el epítome de los alimentos “falsos” altamente procesados, puede tener consecuencias permanentes en la salud cerebral, tanto que los investigadores de la Universidad Nacional de Australia sugirieron que, tan solo con llevar una alimentación a base de comida rápida y mantenerse inactivo podría causarle un daño “irreversible” para cuando alcance la mediana edad.
Si es una persona de mediana edad y no se ha alimentado de forma adecuada, no se asuste, puede comenzar a hacer cambios más saludables a partir de hoy mismo. Sin embargo, el nuevo estudio es revelador y, una vez más, destaca la importancia de llevar una alimentación saludable, cuando se trata de mantener la mente fuerte a medida que envejece.
La comida rápida aumenta el riesgo de diabetes tipo 2
En una revisión realizada por los científicos en el estudio presentado, afirmaron que las personas hoy en día consumen alrededor de 650 kilocalorías más al día que en la década de los 70s, una cantidad equivalente a una comida rápida que consiste en una hamburguesa, papas fritas y un refresco. (Una Kilocaloría, o Kcal, es igual a 1 Caloría, con una “C” mayúscula, mientras que 1 000 calorías con una “C” minúscula es igual a 1 Kilocaloría.) Esta cantidad es alrededor de una cuarta parte de las necesidades diarias de energía alimentaria recomendadas en los hombres, y un poco menos de un tercio en las mujeres.
"La cantidad adicional de energía que las personas consumen diariamente, en comparación con hace 50 años, significa que muchas personas llevan una alimentación poco saludable", indicó en un comunicado de prensa el profesor de ANU, Nicolas Cherbuin, autor principal del estudio, y agregó que:
"La otra gran preocupación es que, las personas consumen demasiada cantidad del tipo incorrecto de comida, sobre todo comida rápida. Como sociedad, debemos dejar de preguntar, '¿quiere papas fritas con eso?', y todo lo que conlleva. Si no lo hacemos, entonces habrá más personas con exceso de peso y obesidad que padecen enfermedades graves".
La revisión se enfocó en "cómo los niveles normales, pero elevados, de glucosa en la sangre en personas sin diabetes tipo 2 [T2D] pueden contribuir en los procesos neurodegenerativos, y cómo los principales factores de riesgo para las diabetes T2D, incluyendo la obesidad, falta de actividad física y alimentación deficiente, pueden modular estos efectos”. A menudo, los niveles "altos- normales " de azúcar en la sangre progresan en niveles deficientes de glucosa en ayunas y, eventualmente, en diabetes tipo 2.
Por lo tanto, el deterioro del metabolismo de la glucosa está relacionado con la neurodegeneración que daña la función cognitiva. Además, estos factores no comienzan en la vejez sino mucho antes, de modo que llevar un estilo de vida saludable durante su juventud podría proteger contra el deterioro cognitivo más adelante. De acuerdo con el estudio:
"La noción de que la DT2 está relacionada con la neurodegeneración, el deterioro cognitivo, la demencia y la mortalidad no es algo nuevo. Sin embargo, a menudo se piensa que estas conexiones son más relevantes en la vejez a pesar de que existe evidencia sustancial que indica que los procesos patológicos involucrados empiezan a producirse durante la mediana edad o antes.
... Es especialmente preocupante que la cascada patológica que causa una mayor FBG y finalmente origina la T2D comience décadas antes y afecte la salud cerebral y cognición desde el principio".
Los alimentos ultraprocesados conducen a la resistencia a la insulina
La Dra. Suzanne De La Monte de la Universidad de Brown también ha realizado investigaciones que demuestran que las enfermedades sistémicas de resistencia a la insulina relacionadas con la obesidad y diabetes tipo 2 pueden promover la neurodegeneración. Escribió para la revista Panminerva Medica:
"Las enfermedades de resistencia a la insulina, incluyendo a la enfermedad de Alzheimer (EA), obesidad, diabetes mellitus tipo 2 (DM2), esteatohepatitis no alcohólica (NASH) y síndrome metabólico, son enfermedades frecuentes en las sociedades modernas de alta tecnología, además de costosas porque consumen un gran porcentaje del presupuesto de salud, producen discapacidad y causan muerte prematura.
El implacable apetito por los alimentos altamente procesados, con alto contenido de almidón, de grasa y contenido calórico, literalmente erosiona el estado de salud en todos los grupos de edad de los Estados Unidos. Gracias a los sólidos esfuerzos de investigaciones nacionales e internacionales realizadas en la última década, ahora es evidente que la resistencia a la insulina puede afectar cualquier órgano y tejido del cuerpo.
Las consecuencias incluyen deficiencia del metabolismo energético, mayor inflamación y estrés oxidativo, así como propensión a la degeneración celular y muerte. Gracias a la atracción comercial de las personas desinformadas que buscan estilos de vida cómodos en el Occidente, las enfermedades de resistencia a la insulina se han propagado rápidamente por todo el mundo, y ahora comienzan a afectar a la salud mundial".
Una mala alimentación puede encoger su cerebro
A nivel mundial, más del 39 % de la población tiene sobrepeso; El 13 % son obesos, el triple de lo que era en 1975, pero este porcentaje aumenta aún más en áreas desarrolladas como Europa y Norteamérica, donde la prevalencia es del 50 % al 60 %. Según el estudio presentado, "la dieta y la actividad física son los principales determinantes de la adiposidad [el sobrepeso o la obesidad]". La obesidad, a su vez, está asociada con cambios negativos en su cerebro. Los investigadores señalaron lo siguiente:
"En conjunto, la evidencia presentada sugiere fuertemente que la FBG [glucosa en sangre en ayunas] persistentemente elevada está asociada con el encogimiento cerebral, la pérdida progresiva de la función en varios dominios cognitivos, el desarrollo de demencia y, en última instancia, la muerte prematura.
También está claro que los principales factores de riesgo de la DT2 contribuyen de manera importante a estos efectos y que la DT2 clínica representa el mayor riesgo para la salud cerebral".
El encogimiento del volumen total del cerebro se ha relacionado con la diabetes y niveles más altos de glucosa en ayunas. Asimismo, la investigación publicada en Radiology encontró que la obesidad podría causar cambios en la estructura cerebral, al contraer el volumen de ciertas regiones. En el caso de los hombres, un alto porcentaje de grasa corporal total se relacionó con un menor volumen de materia gris en el cerebro. Específicamente, un 5.5 % más de grasa corporal total se relacionó con un volumen de materia gris inferior a 3.162 mm3.
La materia gris es la capa externa del cerebro que se relaciona con las funciones cerebrales de alto nivel, como la opinión, planeación, personalidad, memoria, lenguaje y resolución de problemas. En un estudio informado por Sci News, 14 entre los hombres, un 5.5 % más de grasa corporal total también se relacionó con un volumen de globo pálido 27 mm3 más pequeño, un vínculo que también se observó en las mujeres.
En las mujeres, un porcentaje 6.6 % mayor de grasa corporal total se relacionó con un volumen 11.2 mm3 menor del globo pálido. Según Frontiers in Neuroanatomy, el globo pálido es una región cerebral que es esencial para apoyar diversas funciones, incluyendo la motivación, cognición y acción. De igual manera, la obesidad se ha relacionado con cambios en la microestructura de la materia blanca, que pueden estar asociados con la función cognitiva.
Los investigadores de la Universidad de Loughborough en Inglaterra también han revelado que tener exceso de peso alrededor del abdomen puede afectar la salud cerebral, lo que puede conducir a un preocupante volumen cerebral.
Este estudio involucró a 9 652 participantes con una edad promedio de 55.4, más o menos 7.5 años, quienes recibieron puntajes tanto para el índice de masa corporal (IMC), una fórmula defectuosa que divide su peso por el cuadrado de su altura, como el índice cintura-cadera (WHR, por sus siglas en inglés). (A diferencia del IMC, creo que su relación cintura-cadera es un indicador más confiable de su riesgo futuro de enfermedad, porque una relación más alta sugiere que tiene más grasa visceral, una medida que no puede medir con el IMC).
Como se explica en Science Alert, los participantes con un IMC y WHR en un rango saludable tenían un volumen cerebral promedio de materia gris de 798 centímetros cúbicos, pero esto se redujo a 786 centímetros cúbicos entre aquellos con un IMC alto y WHR alto.
Comer azúcar en el desayuno podría hacer que tenga más hambre durante el día
Si es propenso a comenzar su día con un tazón de cereal endulzado, dona o pastelillo de hojaldre, podría prever una jornada de alimentos poco saludables. Eso es porque la investigación sugiere que consumir una gran cantidad de azúcar en la mañana podría hacer que se sienta más hambriento antes del almuerzo y la cena, así como incitarlo a comer más en estas comidas.
Además, las personas que consumen mayores cantidades de refrigerios, postres, comida rápida y barras de chocolate tienen más probabilidades de tener problemas con la adicción a la comida. Entre las personas que consumían comida rápida, en particular, tenían mayor probabilidad de adicción a la comida entre los participantes del estudio que consumían cinco o más porciones de hamburguesas, papas fritas y pizza por semana.
A largo plazo, Health Promotion Perspectives descubrió que el consumo frecuente de comida rápida está relacionado con una serie de problemas, incluso más allá de la salud del cerebro, que incluyen:
- Exceso de peso y mayor cantidad de grasa abdominal
- Deficiencia de la homeostasis de la glucosa e insulina
- Trastornos lipídicos y lipoproteícos
- Inducción de inflamación sistémica y estrés oxidativo
- Mayor riesgo de desarrollar diabetes, síndrome metabólico y enfermedad cardiovascular
Incluso, consumir comida rápida tres o más veces a la semana está relacionado con un mayor riesgo de asma severo, rinoconjuntivitis, así como eczema en adolescentes y niños.
Cuanto antes empiece a comer sano, mejor
Nunca es demasiado tarde para hacer cambios positivos en su alimentación. Dicho lo anterior, cuanto antes comience a enfocarse en alimentos enteros sin procesar, será mejor. Los autores del estudio presentado inclusive sugirieron que puede comenzar a perder el funcionamiento neuronal y neuronas a una edad temprana si se alimenta mal, y que puede ser difícil, si no imposible, contrarrestar esos cambios una vez que se produce el daño.
Según Cherbuin, "el daño causado es prácticamente irreversible una vez que una persona alcanza la mediana edad, por lo que instamos a todos a comer de manera saludable y ponerse en forma lo antes posible, de preferencia en la infancia, pero sobre todo en la adultez temprana". Continuó:
"Lo que se ha hecho evidente en nuestra investigación es que las recomendaciones para que las personas disminuyan su riesgo de problemas cerebrales, incluyendo su riesgo de desarrollar demencia, ocurren con mayor frecuencia durante sus 60s o mayor edad, cuando ya ha pasado el tiempo de hacer una 'prevención oportuna'.
Muchas personas con demencia y otros signos de disfunción cognitiva, incluyendo contracción cerebral, han elevado su riesgo a lo largo de la vida al consumir demasiada cantidad de comida mala y al no hacer suficiente ejercicio. Una de las mejores posibilidades que tienen las personas de evitar problemas cerebrales prevenibles en el futuro es comer bien y hacer ejercicio desde una edad temprana".
¿Qué tipo de alimentación es mejor para su cerebro?
Así como las comidas rápidas procesadas pueden dañar su cerebro, los alimentos enteros y densos en nutrientes pueden protegerlo. Incluso en términos de salud mental, una dieta de buena calidad está relacionada con mejores resultados, mientras que un mayor consumo de alimentos procesados aumenta el riesgo de ansiedad y depresión. Como se señaló más adelante en Nature Reviews, Neuroscience:
"Ahora sabemos que determinados nutrientes influyen en la cognición al actuar sobre sistemas moleculares o procesos celulares que son vitales para mantener la función cognitiva. Esto plantea la fascinante posibilidad de que el control alimenticio es una estrategia factible para mejorar la capacidad cognitiva y proteger el cerebro del daño, promover la reparación y contrarrestar los efectos del envejecimiento.
La investigación emergente indica que los efectos de la alimentación en el cerebro se integran con las acciones de otras modalidades de estilo de vida, como el ejercicio y el sueño".
Si bien es esencial reducir el consumo de alimentos procesados y eliminar los azúcares agregados, recomiendo ir un paso más allá y adoptar una dieta cetogénica para proteger la salud de su cerebro. Cuando su cuerpo quema grasa como su combustible principal, se crean cetonas, que no solo se queman muy eficientemente y son un combustible superior para el cerebro, sino que también generan menos especies reactivas de oxígeno (ROS) y daño causado por radicales libres.
Un tipo de cetona llamada beta-hidroxibutirato también es un actor epigenético importante, tiene efectos significativos en la expresión del ADN, aumenta las vías de desintoxicación y la producción de antioxidantes del propio cuerpo. Además, el beta-hidroxibutirato estimula receptores específicos en las células llamadas proteínas g.
Cuando estos receptores son etiquetados por este beta-hidroxibutirato durante la cetosis leve, ayuda a reducir la activación de las vías que conducen a la inflamación, y la inflamación es un factor determinante en la mayoría de las enfermedades crónicas, incluyendo la enfermedad de alzheimer.
Sin embargo, para obtener los mejores resultados, puede combinar la cetosis nutricional con ayuno intermitente. La dieta cetogénica proporciona muchos de los mismos beneficios relacionados con el ayuno y ayuno intermitente, pero cuando se implementan juntos, la mayoría de las personas experimentan mejoras significativas en su salud.
Los detalles se encuentran en mi libro "Contra el Cáncer". Además, los nutrientes individuales y los alimentos como las grasas omega-3 de origen animal, las yemas de huevo orgánicas de gallinas camperas, el aceite de coco y las moras azules también son excelentes alimentos para estimular el cerebro.
Se ha descubierto que las personas con deterioro cognitivo que mejoraron su alimentación e hicieron ejercicio tres veces por semana pudieron mejorar su función cerebral después de solo seis meses. Por lo tanto, no importa lo que haya estado comiendo hasta ahora, es un buen momento para comenzar a comer mejor y mantenerse activo: su cerebro se lo agradecerá.