HISTORIA EN BREVE
- Recibir un diagnóstico de cáncer es un golpe devastador. A menudo, el trauma del diagnóstico se agrava por personas bienintencionadas que simplemente no saben cómo responder a tal noticia
- La noción popular de que "todo sucede por una razón" puede ser particularmente tóxica cuando se enfrenta a una enfermedad que amenaza la vida
- Cuando hable con alguien que la padece, no intente identificarse con su sufrimiento al compararlo con algo que haya experimentado. La forma en que experimentamos el sufrimiento es únicamente nuestra, por lo que en general no es útil escuchar historias sobre la situación de otra persona
- No ofrezca soluciones ni estrategias de tratamiento a menos que le pregunten, y no les diga que su sufrimiento es "parte del plan maestro de Dios" o que tiene un propósito mayor. En cambio, manténgase disponible, esté presente y permita que expresen cómo se sienten con respecto a su diagnóstico
Por el Dr. Mercola
Para el 2019, se espera que 1 762 450 habitantes en los Estados Unidos reciban un diagnóstico de cáncer, y no importa quién sea, escuchar que "padece cáncer" es un golpe devastador. A menudo, el trauma del diagnóstico se agrava por personas bienintencionadas que simplemente no saben cómo responder a tal noticia.
Un artículo de julio de 2019 en The Atlantic aborda este tema delicado. Taylor Lorenz cuenta la historia de Kate Bowler, una historiadora de 35 años y autora de Blessed, un libro que trata sobre "los orígenes de la noción de que las cosas buenas le suceden a las personas buenas".
El diagnóstico de cáncer de Bowler fue como ser golpeado por un rayo en un cielo azul y despejado. En 2015, buscó tratamiento para un dolor estomacal. Resultó ser cáncer de colon fase 4, y le dieron menos de un año de esperanza de vida.
"Muchas de las personas que reciben un diagnóstico así comienzan a ordenar sus asuntos y pasan el resto de su tiempo con la familia entre los tratamientos.
Bowler hizo todo eso, pero también realizó una emisión llamada 'Everything Happens,' en el que habla con las personas sobre lo que aprendieron en sus peores momentos. Escribió otro libro, y se dispuso a cambiar la forma en que las personas percibían y se referían al sufrimiento en los Estados Unidos", indicó Lorenz.
Todo sucede por una razón, ¿o no?
Como explica el sitio web del segundo libro de Bowler, Everything Happens for a Reason: And Other Lies I've Loved, su carrera como profesora en la escuela Duke Divinity se centró en "el estudio del mensaje de la prosperidad, un credo que percibe la fortuna como una bendición de Dios y la desgracia como una señal de la desaprobación de Dios".
Su diagnóstico de cáncer la obligó a enfrentarse a su propia mortalidad, y al hacerlo, comprendió que había "adoptado tácitamente al mensaje de la prosperidad, vivía con la convicción de que podía controlar su vida con gran determinación'".
Al igual que muchas otras personas, había comprendido la idea de que la enfermedad (o cualquier otra forma de desgracia) era un signo de fracaso personal, que de alguna manera no había trabajado lo suficiente; no era lo suficientemente optimista. De alguna manera había decepcionado a Dios y este era su castigo.
"¿Qué significa morir... en una sociedad que insiste en que todo sucede por una razón?", pregunta Bowler. Estaba felizmente casada, tenía un hijo pequeño y un trabajo que disfrutaba. En su mente, su futuro estaba todo planeado.
Tenía la intención de obtener su Ph. D. y convertirse en profesora titular. Hasta el día en que le dijeron que padecía cáncer en etapa avanzada, su vida había seguido el guion de alguien que seguía una vía rápida hacia la felicidad y satisfacción, una prueba de que había hecho todo bien.
"Entonces, la perspectiva de Bowler de que todo sucede por una razón desapareció una vez que obtuvo este diagnóstico", escribió Lorenz. "Ahora, considera que esta idea es profundamente problemática. "Vivimos en esta cultura que parece imposible que las personas sufran sin tratar de explicarles las cosas", indicó.
Es común que las personas se digan a sí mismas o a otras personas que lo mejor está por venir. Pero, según argumentó Bowler, promover esa idea puede ser cruel para las personas que podrían considerar que sus mejores días se encuentran muy lejos".
Cómo expresarse con alguien que padece este tipo de enfermedad
A pesar de su diagnóstico sombrío, Bowler sobrevivió. Hoy, cuatro años después, su enfoque se ha centrado en educar a las personas sobre cómo ayudar a otros en medio de este sufrimiento. Sus propias experiencias le enseñaron mucho sobre eso, y muchas de las ideas que expresaban las personas resultaron ser menos útiles.
Por ejemplo, Bowler sugiere que al hablar con alguien que atraviesa este sufrimiento:
- No intente identificarse con su sufrimiento — Si bien, esto puede sonar extraño, la forma en que experimentamos el sufrimiento es muy personal, por lo que en general escuchar historias sobre la situación de otra persona no es de utilidad. También, desvía el enfoque del paciente, concentrándolo en la otra persona.
- No ofrezca soluciones ni estrategias de tratamiento a menos que se las soliciten.
- No exprese que su sufrimiento es "parte del plan maestro de Dios" o que tiene un propósito mayor, algo que no sucedería de la noche a la mañana. En algunas ocasiones simplemente es por mala suerte. A veces, una historia trágica tendrá un final feliz, pero nada está garantizado.
- Manténgase disponible y presente, Lorenz escribe: "Bowler tenía amigos que se desaparecieron de su vida después que recibió su diagnóstico porque no sabían cómo lidiar con su tragedia. Pero, según indicó, el tipo de persona que encontró más útil cuando estaba en su punto más bajo, era alguien que simplemente 'se presentaba, no preguntaba nada, y solo se ponía a tejer en su presencia".
Tome nota de la persona que padece la enfermedad
Karen Raymaakers también ha escrito sobre qué decir cuando a algún conocido se le diagnostica cáncer. Señala que nuestras reacciones casi siempre están basadas en experiencias previas, de ahí la gran variedad de reacciones a algo tan devastador como un diagnóstico de cáncer.
"Pueden demostrar la fuerza increíble que nunca supo que tenía, o ser más vulnerable de lo que pensaba". Pueden demostrar diversas emociones diferentes (tristeza, ira, culpa, miedo, ambivalencia, evasión) y, a veces, pueden demostrar todas a la vez o cambiar de estado de un momento a otro", escribe.
Raymaaker sugiere seguir el ejemplo directamente de la persona que recibió el diagnóstico. "Lo que su ser querido siente acerca de su diagnóstico le ayudará a moldear su respuesta hacia ello", indica. Si están en la etapa en la que quieren hablar sobre su cáncer, intente estar presente y simplemente escuche a la persona. Si no quiere hablar sobre ello, no la obligue.
Sin embargo, sin importar lo que haga, no evada el problema por completo. Como señaló Raymaaker, puede ser tentador omitirlo y pretender que no hay nada malo, pensar que su amigo o familiar ya sabe que se preocupa y le apoyará sin importar lo que pase.
"La verdad es que el cáncer es un gran problema que las personas evaden, para no reconocer que es casi más doloroso que cualquier cosa que pueda decir", escribe Raymaaker.
"El mejor consejo en esta situación es decir cómo se siente. ¿Piensa en ellos? Entonces, dígalo. ¿Se preocupas por ellos? Dígalo. ¿Lamenta que atraviesen por algo así? Dígaselos. ¿No sabe que decir? Entonces, expréselo. Enseguida se encuentran algunas otras formas para iniciar una conversación:
•Estoy aquí, por si quieres hablar.
•Me gustaría ayudar de cualquier manera.
•¿Estás listo para recibir visitas?
•¿Hay alguien más a quién quieras que contacte?
•Esto debe ser algo difícil".
¿Qué es lo que no debe decir?
Al igual que Bowler, Raymaaker desaconseja tratar de identificarse con lo que atraviesa su amigo, al compararlo con su propia experiencia. De igual manera, no recomienda que las personas traten de encontrar el lado positivo.
"El diagnóstico de cáncer en la sangre no tiene un lado positivo, así que evite decir algo como, 'podría ser peor' o 'al menos no es...'. Para la persona que padece la enfermedad, probablemente sea el peor escenario", indica Raymaaker.
Otros no incluyen hacer comentarios demasiado pesimistas o decir cosas que minimicen lo que su amigo atraviesa. Reserve las palabras de aliento como "estarás bien" y "anímate" para situaciones menos angustiosas y que alteren la vida. Raymaaker agrega:
"No se aleje si las cosas se tornan complicadas. Si la persona se enoja, déjela desahogarse. Si la persona le indica que tiene miedo, inicie la conversación para que pueda expresarse. "¿Qué es lo que más te asusta?" "¿Qué puede hacer para ayudarte con tus miedos?" ... [Si] deja que el paciente hable, no tiene que preocuparse por pensar qué decir".
En su artículo, Raymaaker también profundiza en "cómo manejar las visitas al hospital", y cómo ayudar a la persona que padece la enfermedad, a través de acciones prudentes y cuidadosas. Enseguida se encuentran algunas selecciones de su listado. Para más información, consulte el artículo original.
•Si su ser querido se encuentra en el hospital, llame con anticipación para asegurarse de que pueda recibir visitas, horario y si llevar ciertos regalos (como flores) podría ser inapropiado por razones de salud.
Muchos pacientes con cáncer se sienten fatigados y necesitan mucho descanso, así que debe hacer una visita de media hora o menos, a menos que le pidan que se quede. Tome en consideración que muchos pacientes con cáncer tienen una función inmunológica débil, así que no visite a la persona si se siente enfermo.
•Demuestre que le importa al ofrecerse a cuidar a sus hijos o mascotas, hacer diligencias, tareas domésticas o entregar alimentos precocidos que solo requieran ser recalentados.
También, puede ofrecerse a llevarle a las citas médicas, o preparar un "paquete de cuidados para quimioterapia" con algunos elementos elegidos cuidadosamente que podrían brindarle comodidad o entretenimiento durante los tratamientos prolongados.
El optimismo es un bálsamo curativo
Si bien, sería inapropiado decirle a un paciente de cáncer que simplemente se "anime" o "piense positivo", el optimismo puede desempeñar un rol importante en la salud y curación.
En "Optimism and Hope in Chronic Disease: A Systematic Review", publicado en Frontiers in Psychology en 2016, los autores destacaron los hallazgos que demostraban que una perspectiva optimista de la vida en general podría causar menor depresión, mejorar la salud física y promover la longevidad. Según los autores:
"En lo que respecta al optimismo, Scheier y Carver... lo definieron como una tendencia general a creer que las experiencias vividas conducirían a buenos, en vez de malos resultados. Carver y colaboradores… Explicaron que ser optimista es mantener una expectativa generalmente favorable sobre el futuro.
Hart y colaboradores … Agregó que, en general las expectativas positivas se consideran uno de los principales determinantes para saber si las personas continuarán persiguiendo sus objetivos de vida con un estado de enfermedad crónica…".
La esperanza, definida como "un estado de motivación positiva basada en tres componentes: Objetivos (objetivos que deben alcanzarse), vías (planificación para alcanzar estos objetivos) y voluntad (motivación dirigida hacia esos objetivos), puede otorgar beneficios similares.
Lo curioso es que la evidencia sugiere que, si bien el optimismo puede proteger del estrés a corto plazo, las personas optimistas que enfrentan estrés prolongado pueden estar en mayor riesgo de complicaciones de salud, "ya que los optimistas son más vulnerables inmunológicamente en tales circunstancias". Sin embargo, los autores concluyeron que:
"Se observó cierta relación entre los niveles más altos de esperanza/optimismo y un perfil más saludable en 27 de los 29 estudios. Con respecto a los resultados percibidos por los participantes del estudio después de la intervención, solo dos artículos no encontraron relación entre el modelo y resultados relevantes...
Con respecto al cáncer, se encontró que el optimismo predijo un año de supervivencia independientemente de otras variables sociodemográficas y clínicas en pacientes con cáncer de cabeza y cuello... y mayor capacidad para controlar los factores de estrés; mientras que, los pacientes con cáncer menos optimistas experimentaron cambios psicológicos más negativos...
Los resultados de los estudios presentados en este análisis sugieren que existe una relación estrecha entre los conceptos de optimismo y esperanza, así como una disminución en los efectos de las enfermedades crónicas.
Sin embargo, es importante destacar que la relación entre el optimismo o esperanza y salud física puede variar según el contexto de la enfermedad y cada persona".
Cómo controlar las emociones ante un diagnóstico devastador
Sin duda, mantenerse optimista ante una enfermedad debilitante o letal es más fácil de decir que de hacer. Sin embargo, valdría la pena hacer el esfuerzo, no solo para proteger su salud mental sino para evitar la espiral de desesperación.
Si le han diagnosticado una enfermedad, ya sea cáncer o algo más, es posible que desee considerar las Técnicas de Libertad Emocional (EFT, por sus siglas en inglés) para ayudarle a superar cualquier emoción negativa que surja para evitar que se vuelvan permanentes.
En el video anterior, la practicante de EFT, Julie Schiffman, demuestra cómo realizar EFT para enfrentar el proceso de duelo. Cuando se enfrenta a su propia mortalidad, es natural sentir dolor. Pero, podría convertirse en un obstáculo si no logra avanzar. El método EFT puede ser útil
Asimismo, consulte la emisión de Bowler, "Everything Happens". Bowler entrevista a una gran variedad de personas y hablan sobre "lo que han aprendido en sus peores momentos". Algunos debates se centran en la pérdida y el dolor, mientras que otros abordan como vivir con enfermedades crónicas.