📝HISTORIA EN BREVE

  • Un estudio de 1925 realizado por Wolbach y Howe encontró que la falta de vitamina A en ratas conduce a la queratinización de los tejidos epiteliales, lo que afecta a varias partes del cuerpo, incluyendo los tractos respiratorio y genitourinario, los ojos y las glándulas
  • La deficiencia de vitamina A provocó problemas de salud graves, como atrofia de las glándulas, detención del crecimiento, emaciación y, en última instancia, la muerte
  • El estudio sugirió que algunos casos de cáncer podrían tener una relación con la acumulación de células queratinizadas en los órganos debido a la deficiencia de vitamina A, lo que cuestiona la idea de que la infección y la inflamación son causas principales de la enfermedad
  • Las infecciones e inflamaciones que se observaron en el estudio fueron consecuencias del deterioro de las glándulas y órganos debido a la deficiencia de vitamina A, no la causa de los cambios epiteliales iniciales
  • Los efectos negativos de la falta de vitamina A se revirtieron con éxito al añadir mantequilla a la alimentación, lo que resalta la importancia de incluir alimentos ricos en vitamina A, como la mantequilla de vacas alimentadas con pastura, para mantener una salud óptima

🩺Por Sally Fallon Morell, autora invitada

Hace poco, mi colega Pam Schoenfeld me recomendó un artículo revelador sobre la vitamina A, que se llama “Tissue Changes Following Deprivation of Fat-Soluble A Vitamin”,1 escrito por los Dres. S. Burt Wolbach y Percy R. Howe, el artículo se publicó en el Journal of Experimental Medicine en 1925. Este artículo es muy interesante por varias razones.

Efectos principales de la privación de vitamina A

El primero se refiere a los cambios que observaron los investigadores cuando privaron a las ratas de vitamina A. El efecto principal fue la queratinización de los tejidos epiteliales.

Los tejidos epiteliales son tejidos delgados que recubren todas las superficies expuestas del cuerpo, como la piel, el revestimiento interno de la boca, el tracto digestivo, las glándulas secretoras y el revestimiento de las partes huecas de cada órgano (como corazón, pulmones, ojos, oídos, el tracto urogenital, el sistema ventricular del cerebro y los canales centrales de la médula espinal).

La queratinización es el proceso por el que las células del epitelio se llenan de una proteína llamada queratina (piense en el cabello y las uñas de los humanos, picos, cuernos, escamas y pezuñas de los animales). Cuando la piel se desprende de las células, primero se queratinizan y forman una superficie fina y protectora sobre nuestra piel. No obstante, en su mayor parte, el tejido epitelial es blando y secreta mucosidad, y a menudo está compuesto por estructuras similares a los vellos, llamadas cilios.

Burt y Percy descubrieron que la deficiencia de vitamina A podría provocar la sustitución del “epitelio queratinizado estratificado por epitelio normal en diversas partes del tracto respiratorio, el tracto gastrointestinal, los ojos y las glándulas perioculares [que rodean el globo ocular] y el tracto genitourinario”.

Esto provocó la atrofia de muchas glándulas, la detención del crecimiento, la emaciación y, por último, la muerte. Aunque las ratas no mostraron signos de raquitismo (la alimentación de prueba contenía vitamina D), los huesos y los dientes dejaron de crecer.

En particular, "las ratas jóvenes responden a la deficiencia con mayor rapidez que las ratas adultas", lo que significa que la deficiencia de vitamina A es más grave en los niños en crecimiento que en sus padres.

Los investigadores descubrieron que "la deficiencia podría provocar la pérdida de funciones (químicas) específicas de los epitelios afectados". En otras palabras, los tejidos ya no funcionaban como deberían. Por interesante que parezca, estos cambios no ocurrieron en el hígado, el parénquima del riñón, el estómago ni en los intestinos.

“En general, primero se queratinizó la membrana mucosa de las fosas nasales, la tráquea y los bronquios, luego las glándulas salivales, los ojos y el tracto genitourinario, y después las glándulas paraoculares y el páncreas”.

Efectos secundarios de la deficiencia de vitamina A

La opinión general en aquella época era que la deficiencia de vitamina A afectaba primero a los ojos, pero los investigadores descubrieron lo contrario.

Después de la queratinización, muchas de las glándulas se atrofiaron, luego vino la emaciación y el edema localizado de los testículos, las glándulas submaxilares (salivales) y las estructuras del tejido conectivo de los pulmones y lesiones focales del miocardio. Lo mismo ocurre con la atrofia glandular. De acuerdo con los autores:

"La atrofia glandular podría explicar la pérdida del olfato como un síntoma tardío pero constante".

Se suprimió la formación de esmalte en los dientes. "Las células que forman el esmalte en las etapas avanzadas son de menor tamaño y están dañadas, o se reemplazan por una capa estrecha de epitelio estratificado no queratinizante". De hecho, muchos de los cambios eran similares a los del escorbuto.

Otros efectos incluyeron la desaparición de la grasa del tejido adiposo de todo el cuerpo, la reducción del tamaño del hígado y el bazo, al igual que la atrofia (desgaste) de varias glándulas: páncreas, tiroides, pituitaria y timo.

Se formaron quistes de gran tamaño compuestos de “células epiteliales queratinizadas descamadas” en las glándulas salivales, lo que afectó la deglución y, a menudo, provocó la muerte. También se formaron quistes en los pulmones “y eran tantos que provocaban la muerte”. Las “células epiteliales queratinizadas descamadas” a menudo bloquearon la vejiga y la uretra. Los quistes fueron más comunes en la próstata y las vesículas seminales.

Estos hallazgos plantean la pregunta de si muchos casos de “cáncer” (próstata, vejiga, pulmones, garganta, glándulas, etc.) se deben a la acumulación de células queratinizadas desprendidas en estos órganos debido a la deficiencia de vitamina A.

Las infecciones se presentaron después del deterioro de las glándulas y órganos

Burt y Percy explicaron sus observaciones con mucho cuidado y detalle. Observaron que la "infección" se producía en ciertas glándulas y órganos, pero sólo DESPUÉS del deterioro que ocurría con la privación de la vitamina A.

“Aunque la infección y supuración son muy comunes, no son constantes y no tienen nada que ver con el inicio del cambio epitelial... Nuestras propias experiencias en el cuidado de las ratas se oponen a la importancia de la infección, ya sea como factor iniciador de la patología o como causa de muerte”.

También observaron que se producía un "edema" o lo que conocemos como "inflamación" en algunos órganos, pero solo DESPUÉS de los cambios generados por la deficiencia de vitamina A.

"La presencia del edema transitorio en los testículos y en las glándulas salivales, que coincidía con un período de cambio atrófico máximo, plantea la hipótesis de que este edema es el resultado de la incapacidad del epitelio para utilizar el material transportado".

Hoy en día, culpamos a la “infección” e “inflamación de provocar la enfermedad”, pero los investigadores indicaron que estas condiciones surgieron como resultado de la deficiencia de vitaminas y NO fueron la causa de la enfermedad. Por cierto, el “edema” se producía con mayor frecuencia en las glándulas salivales y en los testículos. ¡Esto me suena más a paperas!

La mantequilla es una buena fuente de vitamina A

Un último detalle que me pareció muy interesante: la alimentación de prueba contenía manteca de cerdo para aportar vitamina D, pero no vitamina A. Sin embargo, las tablas de alimentos actuales indican que la manteca de cerdo contiene una pequeña cantidad de vitamina A, ¡pero nada de vitamina D! El hecho de que la manteca de cerdo podría ser una fuente importante de vitamina D es uno de esos secretos que los dictócratas de la alimentación no quieren que sepa.

Los investigadores lograron revertir los efectos de la privación de vitamina A al agregar mantequilla a la alimentación, y la vitamina A en la alimentación del grupo de control también fue suministrada a través de la mantequilla.

El mensaje para los humanos de hoy en día es incluir mucha manteca de cerdo (de cerdos criados al aire libre) y mantequilla de vacas alimentadas con pastura con el fin mantener los pulmones, las fosas nasales, los huesos y dientes, los órganos urogenitales y muchas de las glándulas esenciales del cuerpo en buen funcionamiento

Breve comentario del Dr. Mercola

El secreto está en los detalles, así que me gustaría añadir unas advertencias con respecto a la manteca de cerdo. Casi toda la manteca de cerdo tendrá un contenido elevado de ácido linoleico (AL), una grasa poliinsaturada (PUFA) omega-6, que es uno de los ingredientes más destructivos de la alimentación y que contribuye a todo tipo de enfermedades crónicas.

Por esta razón, sólo recomiendo manteca de cerdo de criadores que le den a sus animales una alimentación baja en PUFA y AL, y que puedan confirmarlo mediante pruebas de laboratorio.

Sobre la autora

Sally Fallon Morell es autora del libro de cocina de la lista best seller: "Nourishing Traditions" y de muchos otros libros que hablan sobre la alimentación y la salud. También es presidenta fundadora de la Weston A. Price Foundation (westonaprice.org). Puede encontrar su blog en nourishingtraditions.com.